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El turismo como base del desarrollo sostenible en la montaña: visión retrospectiva del Himalaya nepalés

S.K. Nepal

Sanjay K. Nepal es Profesor auxiliar
en el Programa de recursos, recreo y
turismo, Universidad de Columbia
Británica del Norte, Prince George,
Canadá.

2002 no sólo es el Año Internacional de las Montañas sino también el Año Internacional del Ecoturismo, lo que hace doblemente oportuno considerar el impacto del turismo en las zonas de montaña.

Senderistas en la región del Everest de Nepal

- S.K. NEPAL

El año 2002 tiene un significado especial para las regiones de montaña de todo el mundo, ya que no sólo es el Año Internacional de las Montañas sino también el Año Internacional del Ecoturismo. Las montañas, con su belleza remota y majestuosa, figuran entre los destinos más populares del ecoturismo, y el turismo de montaña puede ser un factor clave para centrar el interés en ambos aspectos: el mejoramiento general de la calidad de vida de las poblaciones mediante iniciativas de desarrollo económico sostenible y la conservación del medio ambiente. Tanto desde la perspectiva socioeconómica como desde la ambiental, el turismo en las regiones de montaña es una bendición ambigua: puede originar problemas, pero ofrece también muchas oportunidades.

Héctor Ceballos-Lascurain, que acuñó el término «ecoturismo», lo definía como «viajar a zonas relativamente inalteradas o no contaminadas con el objetivo específico de estudiar, admirar y disfrutar del paisaje y de sus plantas y animales silvestres, así como de cualquier manifestación cultural (tanto del pretérito como del presente) que se encuentre en esas zonas» (Ceballos-Lascurain, 1987). La Ecotourism Society (1991) incluye en su definición el mejoramiento del medio ambiente y el bienestar de las poblaciones locales; considera que ecoturismo es «viaje respon-sable a zonas naturales conservando el medio ambiente y contribuyendo al bienestar de las poblaciones locales». Muchos profesionales y académicos del sector de viajes y turismo han rechazado el ecoturismo como concepto no práctico y vago. Quienes están a su favor, no obstante, consideran que es una respuesta a los problemas del turismo de masas y una última esperanza para salvar especies, ecosistemas y culturas en peligro. Pese a la controversia, se conviene en general en que el ecoturismo, debidamente planificado, puede cambiar los destinos de pueblos y lugares de regiones remotas y menos desarrolladas. Guarda estrecha relación con el concepto de turismo de montaña, en particular en países como Nepal en el que las montañas constituyen casi el 80 por ciento del territorio y albergan una notable diversidad biológica y cultural.

Las regiones montañosas, en la mayoría de los casos, son inaccesibles, frágiles, están marginadas del ámbito de las decisiones políticas y económicas y sus habitantes son algunos de los pueblos más pobres del mundo. Aunque la escabrosidad, la fragilidad y la marginalidad son a menudo condiciones negativas, que exponen a las montañas a una constante degradación, ofrecen también atractivos para el turismo. El desarrollo del turismo es sin duda un medio para lograr un desarrollo sostenible en las zonas de montaña, sobre todo cuando escasean otros recursos económicos necesarios para el desarrollo.

Red de zonas protegidas en Nepal

POTENCIAL PARA EL TURISMO DE MONTAÑA

El turismo es una de las mayores industrias en la economía mundial. La Organización Mundial del Turismo (OMT) predice que en el año 2010 el turismo internacional movilizará a 1 000 millones de visitantes y aportará el 11,6 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial (WTTC, 1999). Análogamente, se calcula que en 2010 alrededor de 250 millones de personas estarán empleadas en la industria del turismo y el 10,6 por ciento de las inversiones totales de capital irán al sector turístico (WTTC, 1999). Esta estimación no tiene en cuenta el valor del turismo interior, de manera que el valor económico real del ecoturismo mundial es mucho mayor. Aunque a la luz de los recientes acontecimientos internacionales tales predicciones sean inciertas, no pueden ignorarse los importantes efectos e implicaciones del turismo y el ecoturismo en el mundo. Según la OMT, el volumen de negocios mundial del ecoturismo en 1997 fue de 20 000 millones de dólares EE.UU. (OMT, 1998).

Se calcula que el turismo de montaña constituye del 15 al 20 por ciento del turismo mundial (Mountain Agenda, 1999). La cifra puede parecer elevada, pero hay que pensar que las montañas en los países desarrollados (sobre todo en Europa occidental) son destinos del turismo de masas, en el que la norma son el elevado volumen y la alta producción. Por ejemplo en Austria, donde el turismo aporta al PIB más del 6 por ciento y la renta anual per cápita procedente del turismo es de unos 1 900 dólares EE.UU., más del 75 por ciento del total de ventas en el sector turístico es generado por la industria del turismo alpino (Smeral, 1996).

Las zonas de montaña comprenden más de 475 espacios protegidos en 65 países y se extienden a más de 264 millones de hectáreas. Además, 140 zonas de montaña han sido designadas como reservas de la biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Los espacios protegidos comprenden parques nacionales en los que se promueve y se estimula el turismo. En zonas de Nepal objeto de medidas de conservación, como en las reservas de caza y fauna de muchos países sudafricanos, se estimulan formas sostenibles de turismo como medio de promover la conservación de la fauna y flora silvestres y de contribuir al sustento de la población local (Nepal, 1997).

En Nepal, el turismo de montaña constituye entre el 20 y el 25 por ciento del volumen total del turismo, pero es una importante fuente de ingresos para muchas personas que viven en y en torno a destinos populares de montaña como las regiones del Everest y de Annapurna (Nepal, 1999). La mayoría de las agencias de viajes en Nepal promueven el turismo de montaña como aventura y ecoturismo; si se contabilizan los visitantes a los parques nacionales y a las reservas de fauna y flora, la conclusión es que del 40 al 50 por ciento de cuantos visitan Nepal participan en alguna forma de ecoturismo, que es un importante atractivo para los visitantes.

En vista de la actual corriente de turismo basado en la naturaleza y de la popularidad de los destinos de montaña para el turismo de la naturaleza, es razonable prever que muchas regiones de montaña experimentarán un crecimiento notable en su turismo tanto internacional como interno. Sin embargo, la acción del turismo puede exponer a las comunidades de montaña vulnerables a graves consecuencias medioambientales y a la perturbación de la cultura y las tradiciones locales, como ha ocurrido en muchos parajes de montaña en todo el mundo. Es pues esencial que el turismo de montaña se base en los principios de sostenibilidad, teniendo presentes las sanas prácticas medioambientales, la equidad y los beneficios a largo plazo.

EVOLUCIÓN DEL TURISMO EN LOS HIMALAYAS NEPALESES

El turismo de montaña en Nepal se concentra principalmente en las regiones de Annapurna, Everest y Langtang, que son zonas protegidas. Annapurna es una zona de conservación, que se define como zona en que se cuida tanto de la conservación de la biodiversidad como del uso tradicional de los recursos. Las regiones de Langtang y Everest contienen dos parques nacionales: el Parque Nacional Langtang y el Parque Nacional Sagarmatha. El turismo de montaña en Nepal se concentra en esas tres zonas, en parte porque fueron exploradas por las primeras expediciones de montañeros extranjeros y fueron popularizadas por sus escritos.

Otros destinos de montaña carecen de accesos y de infraestructura para el turis-mo, y son menos conocidos para los forasteros. El Gobierno de Nepal no ha podido dedicar los necesarios recursos a desarrollar y promover el turismo en esas zonas, en parte porque el turismo del país es una industria de servicios, es decir que responde a la demanda de los visitantes extranjeros en lugar de desarrollar y presentar un producto para crear la demanda.

El país ha experimentado sólo unos decenios de desarrollo turístico. Hasta 1950, Nepal estaba cerrado a visitantes extranjeros, salvo dignatarios extranjeros e individuos de categorías especiales, cuyos viajes no pasaban de Kathmandú. Sólo en 1955 Thomas Cook ofreció el primer viaje organizado a Nepal para visitantes occidentales. La aparición del senderismo (trekking) de montaña organizado en los últimos años sesenta afirmó su posición como destino internacional popular. Hasta los últimos setenta los Himalayas nepaleses se consideraron un destino exótico, pero su imagen de Shangri-La se ha transformado gradualmente en la de un destino popular barato, áspero y sucio, principalmente para viajeros que llevan su presupuesto en la mochila.

El turismo incontrolado ha dado lugar a una grave acumulación de basura en los Himalayas, pero se han tomado iniciativas locales para resolver el problema

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UN BALANCE PRECARIO

El turismo en los Alpes europeos se ha restringido y regulado progresivamente, con reglamentaciones estrictas y servicios de control de la calidad y medidas medioambientales como normas de emisión y contaminación y disposiciones adecuadas sobre eliminación de basura y tratamiento de aguas residuales. Por el contrario, el turismo de montaña en los Himalayas nepaleses se ha caracterizado por un desarrollo anárquico, incontrolado y aleatorio. La falta de reglamentación en Nepal se ha traducido en degradación del paisaje; acumulación de basura; mayor extracción de recursos valiosos como leña y madera, con la consiguiente pérdida de cubierta forestal y matorrales; fuertes subidas de los valores inmobiliarios; inflación local en los costos de bienes y servicios; desplazamiento de residentes locales por las avalanchas de visitantes; y deterioro de los valores tradicionales (Byers y Banskota, 1992; Stevens, 1993).

El tráfico de senderistas ejerce una gran presión sobre caminos de montaña como este camino degradado cerca de Namche

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La gran concentración de visitantes en algunos destinos de montaña ha planteado en medida alarmante problemas ambientales, socioeconómicos y culturales inducidos por el turismo. En las regiones de Everest y Annapurna, los visitantes son mucho más numerosos que los nativos. Por ejemplo, durante la estación turística alta en la región del Everest, puede haber hasta cuatro visitantes por cada residente sherpa. La presión humana -tanto de los turistas como de migrantes estacionales de aldeas vecinas que buscan trabajo- ha elevado el consumo de leña en las antiguas pequeñas aldeas tradicionales, contribuyendo a la merma de la cubierta forestal y de matorrales en los bosques próximos. En otoño de 1997 se quemaron diariamente 9,2 toneladas de leña en los 224 alojamientos de la región de Everest (Nepal, 1999), lo que equivalía al 24 por ciento de todo el consumo de leña en la región.

El turismo proporciona ingresos no sólo a los porteadores al servicio de los turistas, sino también a los que transportan mercancías para los propietarios de albergues y los comerciantes instalados en zonas turísticas

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Otra cuestión que ha recibido mucha atención en los Himalayas es la acumulación de la basura que dejan a su paso los senderistas y montañeros: latas y envoltorios de alimentos, botellas, bombonas de oxígeno vacías, pilas usadas y cuerdas. Estos materiales se acumulan rápidamente y plantean problemas para su eliminación. El problema alcanzó tal magnitud que la senda del Everest mereció ser llamada «senda de la basura» y «el más alto vertedero del mundo». La situación no ha sido tan grave en la región de Annapurna, donde los habitantes locales organizaron diligentemente servicios comunales de limpieza. En la región de Everest se estableció en 1991 el Comité de Sagarmatha Contra la Contaminación (SPCC), organización no lucrativa gestionada por los sherpas, para hacer frente al problema. Desde entonces ha recogido cada año 250 toneladas de basura, y las sendas y aldeas del Everest están mucho más limpias. En varias ocasiones se han transportado por vía aérea a Kathmandú botellas vacías de cerveza, y más recientemente se ha prohibido la importación de bebidas embotelladas.

También es importante la erosión de los caminos causada por el mayor tráfico de senderistas. Según un estudio realizado en 1996 y 1997, los problemas relacionados con los caminos eran el ensanchamiento excesivo, incisiones profundas, afloramiento de la roca subyacente, afloramiento del suelo mineral, desplazamiento de la senda, afloramiento de las raíces de los árboles y escorrentía del agua sobre la senda. La degradación tendía a aumentar en altitudes mayores, en zonas de escasa vegetación, en fuertes pendientes y en zonas con intenso tráfico de senderistas y alta concentración de alojamientos turísticos (Nepal, 1999). En conjunto, las secciones de caminos gravemente dañadas y necesitadas de medidas inmediatas de mantenimiento ascendían a una longitud total de 10 km, es decir casi el 11 por ciento de las principales sendas turísticas del Parque Nacional de Sagarmatha.

La conciencia más clara de los efectos nocivos del turismo sobre el medio ambiente ha estimulado las iniciativas de plantación de árboles en la región del Everest

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UN MOTOR DE CAMBIO SOCIOECONÓMICO

Pese a los problemas ambientales citados, el turismo en los Himalayas nepaleses ha sido beneficioso para la economía local. No puede haber mejor ejemplo de turismo controlado localmente que el de las regiones del Everest y Annapurna. Propietarios de albergues y restaurantes, porteadores, guías y demás personal proceden en su gran mayoría de las aldeas locales. Las únicas excepciones son los porteadores en la región del Everest, que proceden de distritos de montaña próximos de Nepal y han ocupado el lugar de muchos sherpas locales que empezaron como porteadores pero ascendieron en la escala económica y son ahora propietarios y gerentes de albergues, agencias de senderismo y organizadores de expediciones a los Himalayas. Se estima que casi el 70 por ciento de las agencias de senderismo con base en Kathmandú son total o parcialmente propiedad de sherpas de la región del Everest.

La magnitud de los efectos sobre la renta y el empleo de un turismo que desde una perspectiva mundial es incluso de una escala relativamente pequeña puede ser considerable en un contexto local. Por ejemplo, se calcula que durante la temporada turística alta 65 000 senderistas en la región de Annapurna dan trabajo temporalmente a más de 50 000 personas. En un año, en el Parque Nacional de Sagarmatha, la llegada de 17 000 proporcionó empleo a 14 000 porteadores, 2 500 guías y auxiliares, 2 800 propietarios de yaks y 14 000 porteadores de mercancías (al servicio de los sherpas dueños de albergues y otros comerciantes de la región). En la región de Annapurna, grupos étnicos como los gurung, thakali y magar se han enriquecido gracias al turismo.

Junto a todos los cambios positivos, hay también algunos cambios negativos. Aunque el turismo ha impulsado la economía de las aldeas, se observan asimismo mayores desigualdades en los niveles de prosperidad entre los grupos étnicos de montaña. El turismo ha ensanchado también la brecha entre ricos y pobres en las aldeas, creando una neta estratificación social. Para los sectores más pobres de la sociedad, el desarrollo del turismo ha restringido el acceso a recursos naturales antes accesibles. Para los más acomodados, el turismo ha significado nuevas aspiraciones, nuevos hábitos de consumo y estilos de vida, un horizonte más amplio y un futuro próspero.

Indicadores de los cambios impulsados por el turismo en Nepal

EL TURISMO COMO INSTRUMENTO DE CONSERVACIÓN

  • Reafirmación del convencimiento de que la población local puede administrar los recursos de manera sostenible.
  • Mejoramiento de las condiciones ambientales: bosques, energía, basura, etc.
  • Concientización local sobre los problemas medioambientales y sociales.
  • Esfuerzos de conservación de la biodiversidad.
  • Fortalecimiento de la cultura y el patrimonio locales: museos en Ghandruk, Jomsom, Sikles, museo privado en el Bazar Namche, restauración de monasterios.
  • Ingresos importantes que el Gobierno invierte en conservación y desarrollo.
  • Proyectos de desarrollo comunitario en las aldeas.

EL TURISMO COMO AGUIJÓN SOCIAL

  • Movilidad ascendente de los sectores sociales más bajos.
  • Redefinición de la estructura de clases según la mayor o menor participación en el turismo.
  • Autonomía, confianza y motivación mayores para el desarrollo de la comunidad.
  • Mayor participación popular en la conservación.
  • Participación de las mujeres y de las clases inferiores en el proceso de planificación.

EL TURISMO COMO GENERADOR DE INGRESOS Y PUESTOS DE TRABAJO

  • Regreso de los jóvenes a sus aldeas, por ejemplo en Annapurna.
  • Beneficios económicos locales, en particular en aldeas estratégicamente situadas
  • Algunos beneficios económicos en regiones vecinas; efectos de diseminación.
  • Algún impacto en otros sectores económicos, como el comercio.

Fuente: Nepal, 2000.

EL CAMBIO POSITIVO SUPERA AL NEGATIVO

Varios autores han llegado a la conclusión de que se ha desbordado ya la capacidad medioambiental y social del turismo en los Himalayas nepaleses (Brown et al., 1997; Shackley, 1996). Pero no compartimos aquí tal punto de vista, que no se basa en el análisis detallado de los efectos positivos y negativos del turismo. La capacidad sustentadora se presta a varias interpretaciones. Aunque el turismo en los Himalayas nepaleses no haya sido arrolladoramente positivo, se están operando lentamente cambios positivos en las vidas y el medio ambiente de los habitantes de las montañas, cambios que se acelerarán gracias al buen contexto institucional y político del país y al apoyo de la comunidad internacional (Nepal 1999, 2000). Regiones remotas como el Everest y Annapurna habrían quedado rezagadas en el desarrollo económico si no hubieran tenido un potencial para el desarrollo turístico. Hoy figuran entre las zonas de montaña más prósperas de los Himalayas nepaleses.

El turismo ha tenido profundos efectos negativos sobre el medio ambiente; no obstante, gracias a la más clara conciencia de sus efectos nocivos y a la valoración de sus beneficios potenciales para las poblaciones locales, todo lo que se refiere al turismo y al medio ambiente ha pasado a ser objeto central de la atención de las comunidades locales. El turismo ha puesto la base necesaria para la planificación y ha sido el incentivo para que las comunidades locales y las organizaciones se ocupen no sólo de los impactos medioambientales debidos al turismo sino también de asuntos más amplios de gestión ambiental y desarrollo sostenible.

Por ejemplo, el turismo ha modificado las actitudes de los nativos frente a la naturaleza y la conservación de la fauna y flora. Muchos aldeanos (al menos los que se han beneficiado del turismo) apoyan ahora los esfuerzos de conservación de animales y plantas silvestres. El Proyecto de Conservación del Área de Annapurna (ACAP) ha demostrado cumplidamente que la conservación es posible si se desarrollan programas que respondan a las necesidades y condiciones locales. En la aldea antes pobre de Ghandruk, por ejemplo, el proyecto experimental del ACAP para integrar conservación y desarrollo condujo a establecer excelentes servicios comunales como una escuela moderna, un centro comunal de salud, un buen sistema de suministro de agua potable, un museo Gurung, una tienda cooperativa de mujeres y un sistema comunal de suministro de electricidad. Todos los hogares tienen cuartos de aseo, las calles de la aldea se han pavimentado y la mayoría de las familias están relativamente acomodadas. En gran parte de los eriales de Ghandruk se han plantado árboles (Thakali, 1997).

Mediante programas Amatoli (grupo de madres) en las aldeas de Ghandruk y Chomrong, Annapurna, las mujeres se movilizan para obtener fondos de los turistas y los nativos mediante actos culturales y festivales, e invierten el dinero en actividades comunales como reparación de caminos, limpieza de las aldeas y programas de alfabetización.
La mujer ha pasado así de ser un ama de casa ignorada a tener una presencia determinante en las actividades de
desarrollo. El turismo de montaña ha dado fuerza y legitimidad a varias instituciones más o menos formales en las aldeas. Se han revitalizado instituciones tradicionales, por ejemplo el sistema tradicional de guardas forestales
practicado entre los sherpas khumbu, y se han establecido nuevas instituciones como el SPCC para mejorar las
condiciones medioambientales. El turismo en los Himalayas nepaleses ha llegado a ser un ins-trumento de con-servación, un aguijón social y un generador de ingresos y empleo (véase el recuadro).

Programas innovadores como el ACAP, acuerdos de colaboración entre el Gobierno y varias entidades no gubernamentales relacionadas con el turismo (véase el cuadro), políticas promotoras de la capacidad local para resolver cuestiones locales y la mayor participación de las mujeres en los proyectos de conservación y desarrollo, han conseguido realizar cambios positivos en los Himalayas nepaleses.

Dispositivos institucionales para la gestión de zonas protegidas

Instituciones participantes

Método

Zona protegida

Fines del programa

     

(por orden de importancia)

Gobierno:
Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la Naturaleza

De arriba abajo, gestión tradicional

La mayoría de los parques y reservas nacionales

Conservación de la naturaleza
Turismo
Gestión de zonas intermedias

Organización no gubernamental (ONG):
King Mahendra Trust for Nature Conservation (KMTNC)

Basado en la comunidad, participativo

Área de Conservación de Annapurna (ACA)

Desarrollo de la comunidad
Fomento de la capacidad institucional local
Turismo
Conservación de la naturaleza

Gobierno y ONG internacional:
Ministerio de Turismo y Aviación Civil y KMTNC

 

Alto Mustang (parte de ACA)

Turismo de calidad
Desarrollo de la comunidad
Conservación de la naturaleza y el patrimonio

Gobierno y ONG internacional:
Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la Naturaleza y The Mountain Institute

Basado en la comunidad, con algún control gubernamental

Parque Nacional de Makalu-Barun

Desarrollo de la comunidad
Fomento de la capacidad institucional local
Ecoturismo
Conservación de la naturaleza

Gobierno y ONG internacional:
Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la Naturaleza y World Wildlife Fund (EE.UU.)

 

Área de Conservación de Kanchanjunga

Conservación de la biodiversidad
Desarrollo de la comunidad
Ecoturismo

EL TURISMO SOSTENIBLE EN EL CONTEXTO DE LOS HIMALAYAS

Si el turismo se basa en los principios de sostenibilidad y equidad, puede servir para mejorar las condiciones de vida de las comunidades de montaña y promover su participación y su interés en las cuestiones de política local, regional y nacional. La sostenibilidad tiene componentes ecológicos, económicos y sociales. En el contexto del desarrollo del turismo, esto significa que tanto los tipos como la intensidad de las actividades turísticas en las montañas deben tener límites, y que sus beneficios deben alcanzar a una comunidad más amplia. Está clara pues la necesidad de vigilar, regular y controlar las actividades que puedan menoscabar la base de recursos de los que depende el turismo de montaña. La vigilancia económica y social es también importante para asegurar que las diferencias en los ingresos y el empleo generados por el turismo no den lugar a fricciones o desequilibrios sociales. Los planes de ecoturismo deben dirigirse no sólo a la conservación de recursos, sino también a los aspectos de equidad, desarrollo comunitario y armonía social.

El turismo de montaña sostenible abarca tres componentes básicos: conservación de los recursos naturales de los que depende el turismo; mejoramiento de la calidad de vida de la población local; y cultivo de la satisfacción del visitante. Para realizar estos objetivos, se requieren políticas efectivas y mecanismos de control, instituciones locales y regionales fuertes y buena capacidad de gestión, sobre la base de sistemas de conocimientos tanto modernos como tradicionales. Sin estos elementos esenciales, el turismo de montaña fácilmente podría pasar del auge a la depresión en poco tiempo.

Sin el debido control, la autogestión y la fuerte participación local en las decisiones, es probable que el turismo beneficie sólo a unas pocas personas ricas, a menudo forasteras, a expensas del sector amplio y pobre de la comunidad. Las comunidades de montaña suelen ser pobres en recursos financieros, técnicos y administrativos, lo que merma su capacidad para desarrollar y comercializar eficazmente atracciones turísticas. Con frecuencia son elementos foráneos como promotores turísticos, empresarios y agencias de viajes quienes disponen de los conocimientos y los recursos para hacer del turismo un negocio competitivo. Para promover el turismo de montaña hay que sopesar pues cuidadosamente los intereses de las comunidades locales frente a los de los actores foráneos. Es esencial, para el desarrollo sostenible de las regiones de alta montaña, que haya instituciones gubernamentales con la necesaria capacidad para planificar y ejecutar proyectos.

Acontecimiento internacionales recientes han mostrado que el turismo es vulnerable a fuerzas externas, y es aventurado confiar demasiado en el turismo como única oportunidad de desarrollo económico. El turismo de montaña debe concebirse como parte integrante del desarrollo económico regional, y debe ser estímulo para inversiones en otras actividades. En el contexto de la montaña, esto significa diversificar la economía local mediante la integración del turismo con el desarrollo de la agricultura, la ganadería y otras formas de pequeñas empresas que ayuden a la sostenibilidad de la economía rural en caso de que declinen las actividades turísticas. Las políticas de turismo de montaña deben orientarse a promover y reforzar tales vinculaciones.

El turismo de montaña ofrece grandes oportunidades, no sólo en los Himalayas sino en todo el mundo, siempre que se adopten planes y políticas para eludir los peligros ecológicos y sociales. Son precisos el uso razonable de los recursos turísticos naturales, la planificación comunitaria, una conciencia local despierta, fuertes instituciones y políticas locales y una visión de la sostenibilidad a largo plazo de los proyectos turísticos. El turismo de montaña en los Himalayas nepaleses es un ejemplo de la dialéctica entre conservación y desarrollo sobre la que se debate actualmente en el contexto del desarrollo sostenible. Para restaurar y capitalizar la imagen mística, espiritual y silvestre de los Himalayas nepaleses hay que realizar esfuerzos concretos hacia un desarrollo turístico que sea sostenible ecológica, económica y socialmente. La experiencia nepalesa en el turismo de montaña ofrece valiosas lecciones a las comunidades internacionales de montaña. u

Bibliografía


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