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Perspectivas de la agricultura orgánica


Protagonistas principales

Se espera que, en los países industrializados, la demanda de productos orgánicos continúe en aumento, quizás en un porcentaje superior al que se registró en los últimos años, del 20 por ciento. Sin embargo, el crecimiento futuro de la agricultura orgánica dependerá de las restricciones en el suministro más que de los cambios en la demanda. Hasta el momento, la tendencia ha reflejado que la demanda crece más rápido que el abastecimiento, hecho que podría moderarse a medida que más «seguidores» (en oposición a los «innovadores») entren al mercado.

El crecimiento futuro de la agricultura orgánica dependerá más de las restricciones en el suministro que de los cambios en la demanda.

Los países en vías de desarrollo están comenzando a beneficiarse con las oportunidades del mercado orgánico pero, bajo las circunstancias actuales, los grandes productores y operadores están mejor posicionados para acceder a mercados internacionales. Las cantidades limitadas de productos orgánicos y las normas de calidad que se demandan al igual que las normas que rigen la producción y el procesamiento orgánicos podrían limitar a los países en vías de desarrollo en su capacidad para satisfacer la demanda de alimentos orgánicos de los mercados del norte. La comercialización de los alimentos orgánicos podría dejar de alentarse como consecuencia de las dificultades que existen para cumplir con las normas extranjeras y por los elevados costos de los sistemas de certificación, en especial, cuando no está establecida la equivalencia internacional. El acceso a la inspección y a la certificación, al igual que la necesidad de desarrollar nuevas formas para procesar alimentos orgánicos, constituyen los desafíos que las grandes compañías alimenticias, ya establecidas, pueden enfrentar mejor[192].

Se espera que las compañías alimentarias multinacionales serán protagonistas importantes en la provisión de alimentos orgánicos, tanto en términos de producción contratada como de comercialización internacional. En particular, el crecimiento de los alimentos orgánicos procesados se verá facilitado por la capacidad de estas compañías de reunir ingredientes de distintas partes del mundo y de guiar la producción para que cumpla con necesidades específicas. Al mismo tiempo, existen numerosas oportunidades para los productores y exportadores de los países en vías de desarrollo para que entren en mercados de productos orgánicos con valor agregado utilizando la tecnología disponible simple (por ejemplo, el secado al sol en pequeña escala de frutas tropicales).

A medida que la agricultura mundial se globaliza, unas pocas grandes compañías privadas controlarán cada vez más las cadenas de provisión de alimentos en el ámbito mundial. Sólo un puñado de empresas multinacionales posee no solo el potencial para limitar la elección de los agricultores respecto del tipo de alimento que producen sino también para influir en las preferencias de los consumidores a través de campañas masivas de influencia sobre la opinión pública.

Existen dos fuerzas contrapuestas que influirán en el crecimiento de la agricultura orgánica. Desde el punto de vista de la producción, las compañías agroquímicas multinacionales, que en la actualidad también son proveedores de semillas y variedades genéticamente modificadas patentadas, no parecen estar dispuestas a aceptar la pérdida de gran parte de su participación en el mercado de insumos. Se han llevado a cabo ya grandes inversiones en campañas para desanimar a los productores y a los consumidores de alimentos orgánicos.

Desde el punto de vista de la demanda, las compañías de mega distribución de alimentos intentarían guiar y adaptar el mercado orgánico a sus requisitos de comercialización masivos de acuerdo con la manera en que ya lo han hecho en el sector convencional. Los grandes minoristas comenzaron a establecer sus propios estándares orgánicos, basándose en requisitos mínimos de sustitución de insumos, con el fin de satisfacer la producción industrial y el modelo de distribución.

Sin embargo, existen diversos factores que inciden en distintas clases de consumidores. Los grandes distribuidores de alimentos se están dando cuenta de que no se puede esperar que todos los consumidores se comprometan con la cultura de la «comida rápida», ni todos ellos pueden aceptar la cultura de alimentos orgánicos. Dentro de la categoría de consumidores de orgánicos, están aquellos que demandan alimentos orgánicos de preparación rápida (por ejemplo, las cenas preparadas en cajas para microondas). La mayor parte de la demanda de alimentos orgánicos, sin embargo, está basada en alimentos muy poco procesados, en el rechazo de las tendencias masivas del mercado y en el aumento de la fragmentación y especialización de los mercados.

El crecimiento de los alimentos orgánicos corporativos a nivel industrial está provocando respuestas de la comunidad agrícola orgánica, principalmente, preocupados por mantener la integridad de la agricultura orgánica y la viabilidad de los pequeños agricultores orgánicos. Los mercados locales, las ferias de agricultores, las entregas a domicilio y los esquemas comunitarios están emergiendo como estrategias de comercialización alternativas para la agricultura orgánica.

El redescubrimiento y valorización de la producción regional de alimentos y de las culturas culinarias locales, asociados a las preocupaciones por el consumo de energía, podrían limitar la futura comercialización de productos orgánicos, esencialmente, a productos tropicales sin procesar. En realidad, el alto consumo de energía vinculado con el transporte internacional de alimentos y la probable introducción de normas sobre las «millas de los alimentos» (relacionadas con la distancia que existe entre los lugares de producción y los mercados) para los alimentos orgánicos certificados podría resultar en el establecimiento de pequeñas cadenas de ventas de alimentos, que fortalecerían los mercados internos orgánicos.

Recuadro 9: Agricultura orgánica en Brasil

La definición brasilera

«El sistema de producción orgánica se refiere a los procesos de producción agrícola o industrial que utilizan tecnologías que optimizan el uso de recursos naturales y socioeconómicos, respetan la integridad cultural, apuntan a la autosostenibilidad en tiempo y en espacio, maximizan los beneficios sociales, minimizan la dependencia de la energía no renovable y no utilizan plaguicidas u otros productos sintéticos tóxicos, organismos genéticamente modificados, o radiación ionizada en ninguna de las etapas de su proceso de producción, de almacenamiento o de consumo, ni tampoco en sus etapas intermedias, privilegiando la salud ambiental y humana y asegurando la transparencia en todos los estadios de producción y de los procesos de transformación».

Legislación

En la actualidad, la legislación brasilera que reglamenta la agricultura orgánica consiste en una Instrucción Normativa del Ministerio de Agricultura (IN07/1999, 19 de mayo de 1999) que abarca la producción de cultivos, la cría de animales, el procesamiento de alimentos, la manipulación y el etiquetado. La legislación específica sobre la agricultura orgánica aún está por votarse en el Congreso de Brasil, dado que existe un proyecto al respecto (N° 659/99). La legislación que está vigente establece que todos los agricultores que vendan o etiqueten productos como orgánicos deberán obtener la certificación que los habilita como tales.

Apoyo para la agricultura orgánica

El gobierno brasilero apunta a generar el desarrollo rural a través de su estrategia de la agricultura orgánica. El Ministerio de Agricultura (Embrapa[193]), los gobiernos local y regional (por ejemplo, PESAGRO y EPAGRI[194]) y las agencias especializadas tales como las ONG (ASPTA[195]) y las asociaciones que nuclean a los agricultores (por ejemplo, ABIO y AAGE[196]) son todos responsables de la promoción de las actividades de agricultura orgánica. El apoyo financiero de las operaciones de la agricultura orgánica lo brinda el gobierno nacional y local, pero sólo a través de bancos oficiales. Algunos de estos bancos proporcionan créditos sólo para el período de conversión, por ejemplo el Banco Axial que otorga entre 500 000 a 2 millones de $EE.UU. durante 10 años. Otros, otorgan créditos una vez finalizado el período de conversión y como crédito anticipado de posibles cosechas, por ejemplo el Banco do Brasil posee una línea de apoyo financiero para agricultores ya certificados. La ayuda financiera también está disponible para inversores en menor escala a través de, por ejemplo, Widar, un agente financiero que apunta a los particulares y que proporciona pequeñas cantidades de dinero (entre 1 000 y 2 500 $EE.UU.) durante el período de conversión. El apoyo financiero, con frecuencia, se brinda para ayudar al desarrollo de la infraestructura y del mantenimiento general, pero también para actividades tales como la compra de semillas.

La agricultura orgánica también está recibiendo atención a través de la provisión de fondos para la investigación. Tanto Embrapa como el Consejo Nacional para el Desarrollo Tecnológico y Científico recibieron llamados en el año 2001 para proyectos de agricultura orgánica. Algunas municipalidades también proporcionan mercados de calle especiales para productos orgánicos. El estado de Paraná ha obtenido un préstamo del Banco Mundial destinado al entrenamiento de 100 profesionales en el campo de la agricultura orgánica.

La mayoría de los programas promoviendo la agricultura orgánica los llevaron a cabo las ONG y las asociaciones que nuclean a los agricultores. Las agencias gubernamentales comenzaron a participar desde hace muy poco tiempo. En la actualidad, en algunos estados (Paraná y Río de Janeiro) las agencias de extensión oficiales están promocionando la agricultura orgánica. En el estado de Río de Janeiro, Embrapa posee un programa que involucra a 5 000 personas y promueve la agroecología en los jardines hogareños.

Inspección y certificación

El Ministerio de Agricultura es el responsable de acreditar la certificación de los organismos que trabajen en Brasil de acuerdo con la norma IN 06/2002 (10 de enero de 2002). Sin embargo, ningún organismo de certificación posee acreditación oficial en la actualidad.

Existen organismos dentro de Brasil para la certificación de productos orgánicos para el mercado interno. Las normas y estándares de estos organismos de certificación están ya aceptados y reconocidas por los productores, los consumidores y los minoristas. Sin embargo, hay algunas asociaciones de productores orgánicos que optaron por el sistema de autocertificación para sus productos orgánicos.

Muchos organismos de certificación que funcionan dentro de Brasil están reconocidos por la comunidad internacional. Algunos de ellos, inclusive, son organismos internacionales con una sucursal en Brasil por ejemplo OIA-Brasil[197], ECOCERT-Brasil[198], Skal-Brasil[199] y FVOBrasil[200]. Estos diversos organismos de inspección y certificación tienen acceso a distintos mercados. ECOCERT y OIA certifican productos para la exportación a la Unión Europea de acuerdo con lo dispuesto en el Artículo 11 de la Reglamentación EU 2092/91, mientras que FVO-Brasil certifica de acuerdo con los estándares aceptados en los Estados Unidos de América. Existe un organismo de certificación local, AAO[201], que trabaja junto con el organismo de certificación internacional OIA. Cada organismo de certificación proporciona su propia etiqueta a colocar en el producto que certifica y el mayorista Horta y Arte posee una marca orgánica certificada por AAO.

Mercado interno

En el año 1999, el Mercado interno de productos agrícolas orgánicos en Brasil se estimó en 150 millones $EE.UU. aproximadamente. Los vegetales y las frutas orgánicas que se venden en el mercado interno por lo general tienen precios que oscilan entre un 20-40 por ciento más altos que los productos producidos de manera convencional, mientras que los cereales orgánicos tienen precios 50 por cientos más altos. Los productos orgánicos que se venden localmente se encuentran en supermercados, comercios especializados y restaurantes, en mercados de calle y en repartos especiales, y existe una gran cantidad de mayoristas que se dedican sólo a productos orgánicos. En Brasil, los aviones también están comenzando a servir alimentos orgánicos.

Algunos agricultores dentro de Brasil siguen los principios de la agricultura orgánica pero no están sujetos a la inspección y a la certificación. Este es el caso de algunas familias de agricultores y de algunos sistemas de agroforestación. Lo mismo ocurre con algunos individuos y grupos que se dedican a actividades de extracción, aunque dicha producción en general no está orientada hacia el mercado sino a la subsistencia.

Mercado internacional

Se desconoce el valor total de los productos orgánicos importados por Brasil, pero los productos importados consisten en semillas, aceite de oliva de Italia, vinagre de Paraguay y arroz de la Argentina. El mercado de exportación para los productos orgánicos brasileros, sin embargo, estuvo estimado en los 100 millones $EE.UU. por año para 1999 y 2000. Las exportaciones incluyen jugo de naranja, azúcar, soya, café y frutas para la Unión Europea, frutas y urucum (bixa orellana) para los Estados Unidos de América y café para Japón.

Capacitación y conciencia

La agricultura orgánica está comenzando a entrar en el mundo académico de Brasil. En la actualidad, existen tres universidades que están dictando cursos de posgrado y doctorados con especialización en agricultura orgánica. Además, cinco institutos dedicados a la investigación agrícola están ofreciendo cursos sobre el aumento de la capacidad y del rendimiento. Las asociaciones que nuclean a los productores orgánicos también están proporcionando asistencia técnica, dos ONG (CEPAGRI[202] y AS-PTA) y algunas organizaciones dedicadas a la inspección y a la consultoría. Entre otras actividades que colaboran para aumentar la conciencia sobre la agricultura orgánica se podrían mencionar las publicaciones, las campañas informativas en supermercados y las emisiones radiales y televisivas.

Desafíos futuros

En el año 2001 las tierras orgánicas certificadas de Brasil ocupaban aproximadamente 269 718 ha, reflejando un aumento de más del 160 por ciento respecto del año 2000. La cantidad de agricultores certificados se duplicó durante este período, aumentando de 4 500 en el año 2000 a 7 063 en el año 2001. Sin embargo, el pequeño pero creciente sector agrícola orgánico aún debe enfrentar una serie de desafíos. En primer lugar, está la urgencia de acreditar los organismos de certificación que trabajan dentro de Brasil de acuerdo con las normas y estándares nacionales. También existe una necesidad urgente de crear una etiqueta unificada para los productos orgánicos con el fin de que los consumidores los puedan identificar con mayor facilidad. Como otras prioridades a tener en cuenta, se pueden mencionar el lanzamiento de campañas que aumenten la conciencia en forma continua y la investigación del manejo orgánico para tierras tropicales y las variedades apropiadas, y el entrenamiento de los agricultores.

Fuente: proporcionada a la FAO por Embrapa Agrobiology del Ministerio de Agricultura de Brasil, abril de 2002

Comercialización de productos básicos

Los productos orgánicos que más se comercializan son los cereales, las frutas y el vino, al igual que los frutos y los vegetales tropicales y no estacionales. En los años venideros, es probable que los países en vías de desarrollo ganen una participación en el mercado relativamente considerable con relación al café, al té, al cacao, a las hierbas y las especias, a las frutas secas y a las nueces. Los alimentos orgánicos para bebés, las bebidas y los vegetales congelados probablemente dominen las importaciones.

La comercialización de semillas oleaginosas (en especial de aquellas de zonas templadas tales como la soya y la colza) está sujeta a mayores cambios dado que las oleaginosas constituyen el foco de la biotecnología. Evidencias futuras sobre la seguridad ambiental y la seguridad de los alimentos, y sobre la aceptación de los consumidores, de cultivos de oleaginosas modificados genéticamente podrían ya sea aumentar el potencial de los países exportadores netos a través de una producción convencional mejorada o crear nuevos mercados (y más exportadores) de cultivos oleaginosos orgánicos. En la actualidad, los productores mayores de soya (Argentina, Brasil y Paraguay) se están confrontando muy duramente con la soya GM (y con el maíz Bt) que se volvieron cultivos dominantes en estos países. En Canadá, los productores orgánicos ya no pueden comercializar su colza bajo el nombre de «orgánica» como consecuencia de la contaminación de los campos orgánicos con colza modificada genéticamente (ver Recuadro 9).

En la actualidad, la comercialización de carne orgánica y de productos orgánicos derivados del ganado (por ejemplo, productos lácteos) es baja, en parte, debido a que las normas de toda la Unión Europea se adoptaron en el año 2000 y a que el Departamento de Agricultura de los EE.UU. levantó su prohibición de etiquetar y comercializar carne orgánica recién en febrero del año 1999. Existen grandes posibilidades para la exportación de carnes orgánicas, vacuna y de cordero, debido al alto valor de los productos derivados de la ganadería al igual que a la preocupación reinante respecto de la seguridad de la carne industrial.

La demanda mundial de carne está aumentando y el pronóstico indica que continuará en aumento con el crecimiento económico; se calcula que muchos países (tales como Japón, considerado el mayor importador de carne, seguido por la UE) tendrán mayor interés por la carne orgánica como resultado de la preocupación que existe en relación con la seguridad de los alimentos. Australia y Nueva Zelanda, considerados como los exportadores más importantes de carne, poseen una ventaja comparativa respecto de la conversión masiva a la producción de carne orgánica.

Es muy costoso para quienes se dedican a la cría intensiva de ganado convertirse a la producción orgánica. Por el contrario, la conversión de sistemas extensivos, basados en pastizales, podría ser mucho más atractiva si las primas de los precios pudieran capturarse para la carne orgánica y los productos derivados del ganado. En realidad, la expansión espectacular de la tierra orgánica en la Argentina que varió de menos de 0,5 millones de ha en el año 1999 a 3 millones de hectáreas en el año 2000 tuvo lugar principalmente en las praderas como respuesta a la demanda de carne orgánica, si bien esto refleja la reclasificación y la extensión de la certificación más que un cambio real en los sistemas agrícolas. La producción orgánica de ganado podría mejorar tanto la productividad como el rendimiento de los pastizales existentes, y al mismo tiempo lograr que praderas naturales sin explotar comiencen a utilizarse de manera sostenible (por ejemplo, en China).

La revisión actual de las políticas de la agricultura, como la de la Unión Europea, a favor de la agricultura orgánica, podría resultar en superávits más pequeños de cereales. En el caso de que Australia y América del Norte (que juntos con Europa Occidental son los más grandes exportadores de cereales) siguieran esta tendencia, podría ocasionarse un déficit respecto de la disponibilidad de alimentos orgánicos en los mercados mundiales. En los países en vías de desarrollo, este hecho induciría a la implementación de cambios en las prácticas alimentarias de los animales (de parcelas intensivas para ganado a sistemas integrados de cultivo y animales) que dependen de cereales importados (y de aceites) para la alimentación.

En los países en vías de desarrollo, una disminución eventual en la disponibilidad de alimentos importados, sin lugar a dudas, dará lugar a un período con dificultades para amoldarse. Una adaptación positiva sería el establecimiento de cadenas más pequeñas de producción- consumo de alimentos por medio de la utilización eficiente de los recursos locales y más mercados domésticos desarrollados para los productos básicos orgánicos.

La producción orgánica de ganado podría mejorar tanto la productividad como el rendimiento de los pastizales existentes, y al mismo tiempo lograr que praderas naturales sin explotar comiencen a utilizarse de manera sostenible.

Uso de la tierra

Los compromisos de políticas favorables y los programas de apoyo relacionados (por ejemplo, el apoyo a la producción, el subsidio para la investigación, las pruebas de campo y el desarrollo de conocimientos y de comercialización) llevarían a asumir que, para el año 2010, Europa Occidental, en promedio, podría tener la décima parte del total de sus tierras agrícolas bajo manejo orgánico. Si se mantuvieran estas políticas al igual que la tendencia del crecimiento orgánico, se calcula que en el año 2030, hasta un cuarto de las tierras agrícolas de la Unión Europea se manejarían orgánicamente.

La falta de datos y los cambios rápidos no permiten realizar pronósticos respecto del alcance del manejo de tierras orgánicas en otros lugares. Los cambios en el uso de la tierra no serán lineales sino que responderán a las innovaciones tecnológicas y a eventos imprevistos. Un ejemplo lo constituye el desarrollo de la agricultura orgánica en Europa: le llevó 30 años a la agricultura orgánica ocupar el 1 por ciento de la tierra agrícola y poder figurar en un lugar visible en los mercados de alimentos. Luego, la crisis de la seguridad de los alimentos produjo un aumento espectacular (e imprevisible), con países tales como el Reino Unido que apuntan a tener el 30 por ciento de las tierras con cultivos orgánicos dentro de 10 años. Esto indica que las tendencias del crecimiento de la agricultura orgánica están sujetas a desviaciones fundamentales.

Teniendo en cuenta los factores que podrían cambiar en forma radical el rumbo futuro de la agricultura como un todo, se espera que la demanda de los productos certificados en los países industrializados y la necesidad de cumplir con los requisitos de abastecimiento orgánico por parte de los países en vías de desarrollo inducirán cambios en el uso de la tierra en todo el mundo. Como consecuencia, este hecho traerá aparejados cambios en los modelos de abastecimiento y distribución de alimentos tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo.

Por ejemplo, las demandas de la sociedad respecto de la calidad de la tierra y del agua y la expansión del manejo orgánico de las tierras implicarán cambios en las políticas con el fin de evitar desvíos contaminantes de áreas vecinas con cultivos convencionales para proteger las granjas orgánicas o impulsarán su establecimiento en regiones adecuadas y protegidas (ver Recuadro 10). La adopción de la producción de ganado orgánico podría revertir la tendencia actualmente en aumento de la adopción de sistemas de producción animal intensiva que ocasionan problemas considerables de contaminación al igual que la degradación en donde se producen los alimentos y el forraje.

La demanda de los productos certificados en los países industrializados y la necesidad de cumplir con los requisitos de abastecimiento orgánico por parte de los países en vías de desarrollo inducirán cambios en el uso de la tierra en todo el mundo.

Más específicamente, la agricultura orgánica podría constituir una gran fuerza hacia:

la diversificación y la intensificación del uso de las tierras agrícolas existentes a través de mejores rendimientos y de una intensidad de cultivo más elevada. Por ejemplo, en Asia Oriental, los arrozales orgánicos poseen un gran potencial no sólo para mejorar la productividad del arroz sino también para el doble cultivo al integrar los peces;

el fortalecimiento de la fertilidad de la tierra y la prevención de la erosión y, como consecuencia, la disminución anual de la pérdida de tierras agrícolas debido a la degradación y a la desertización;

la disminución en el desmonte de tierras nuevas para la agricultura;

la mejor utilización de la tierra reservadas;

la producción de alimentos en muchas áreas protegidas y en las zonas de aislamiento;

la posibilidad de proporcionar una opción para el uso productivo de tierras urbanas disponibles para la producción de alimentos (tal como se está llevando a cabo en la Argentina y en Cuba).

Recuadro 10: Agricultura orgánica en la República Checa

La definición checa

«Agricultura orgánica se refiere al manejo agrícola especial que tiene en cuenta el cuidado del ambiente y sus partes individuales, mediante el establecimiento de límites y prohibiciones en relación con el uso de materias y procedimientos que tengan un efecto adverso sobre el ambiente, ocasionen polución, contaminen el ambiente o aumenten los riesgos de contaminación de la cadena alimentaria. Asimismo, también vela por las manifestaciones externas del comportamiento y bienestar de los animales de cría, de acuerdo con los requisitos de la legislación vigente respectiva».

Legislación

La agricultura orgánica en la República Checa se encuentra bajo la responsabilidad del Ministerio de Agricultura. Su política global en relación con la agricultura orgánica apunta a impulsar la conservación ambiental, a reducir la importación y el uso de agroquímicos y al desarrollo rural general. Sólo las granjas certificadas como orgánicas pueden vender productos etiquetados como tales. La legislación que ampara lo antedicho y al sector orgánico es la Ley de Agricultura Orgánica N° 242/2000 Coll. y el Decreto gubernamental N° 53/2001 Coll. Ambos entraron en vigencia el 1 de enero del año 2001 y el 12 de febrero del año 2001, respectivamente. Dicha legislación se aplica a la producción de cultivos, a la crianza de animales, al procesamiento de alimentos, a la manipulación y al etiquetado.

Apoyo económico

Un respaldo adicional por parte del gobierno se refleja a través del apoyo económico directo. Éste se proporciona durante el período de dos años de conversión y durante todo el tiempo después de que la granja se certificó como orgánica. Este apoyo principalmente compensa las pérdidas que se ocasionan en la producción pero también funciona como promoción general de la producción orgánica. En el año 2000, este hecho estuvo representado por pagos directos que ascendían a 50 $EE.UU./ha/por año en concepto de tierra arable, 25 $EE.UU./ha/por año por los médanos y las pasturas y 87,5 $EE.UU./ha/por año como cultivos permanentes (por ejemplo, bosques frutales y viñedos), al igual que vegetales que se produjeran en terrenos arables. El costo total de la República Checa de este año fue de 2 227 000 $EE.UU. aproximadamente, un 46 por ciento de incremento en el año 1998, cuando los pagos directos ascendieron a 1 202 275 $EE.UU. aproximadamente. El gobierno nacional también brinda apoyo financiero y servicios de extensión destinados al entrenamiento del agricultor, a la comercialización de la biocarne y a la promoción de la agricultura orgánica.

Inspección y certificación

Los organismos de certificación que desean operar dentro de la República Checa pueden solicitar la acreditación al Departamento de Política Estructural y Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura de acuerdo con el Artículo 29 de la Ley de Agricultura Orgánica. Sobre la base de los resultados de un proceso de selección, el Ministerio dá forma a un contrato por medio del cual permite a la «persona autorizada» llevar a cabo las inspecciones y otras actividades profesionales que estén relacionadas con la agricultura orgánica.

La República Checa sólo posee una agencia certificadora, KEZ o.p.s., que es reconocido tanto en el ámbito nacional como internacional. KEZ está autorizada conforme al Artículo 29 de la Ley de Agricultura Orgánica y certifica los productos para el consumo interno y para exportar a la Unión Europea como así también a los países que no pertenecen a la Unión. KEZ trabaja en asociación con organismos de certificación internacionales, si bien no existen organismos de certificación nacionales que desarrollen sus actividades independientemente dentro de la República Checa. La República Checa se ha presentado para solicitar su incorporación en el Anexo del Artículo 11 de la Reglamentación (EEC) N° 2092/91 por medio del cual, si se la acepta, demostraría que las normas a las que se someten los agricultores orgánicos checos se consideran equivalentes a las de la Unión Europea. La República Checa posee sus propias normas para determinar la equivalencia de los productos orgánicos importados y de producción nacional. Aquellos países junto con los organismos de inspección que los certifican, cuya certificación esté considerada equivalente a la de la Ley de Agricultura Orgánica serán incorporados en una lista, Anexo N° 15 del Decreto N° 53/2001 Coll.

El mercado interno

La legislación nacional impone un sistema de inspección y de certificación de todos los productos que se etiqueten como orgánicos. Si bien no existen cifras estimativas respecto del consumo local de productos orgánicos, los sobreprecios para los productos orgánicos son de un 25 por ciento aproximadamente para cereales, 30 por ciento para frutas y verduras y 40 por ciento para los productos derivados de la ganadería. Los productos orgánicos se venden en los supermercados, comercios especializados, ventas directas en las granjas y, algunas veces, a restaurantes especializados y en entregas domiciliarias. También existen unos pocos mayoristas especializados en productos orgánicos.

Todos los productos orgánicos certificados por KEZ reciben una etiqueta oficial del estado, pero la cadena de supermercados Ahold tiene una etiqueta con una marca especial para sus productos orgánicos: Selsky Dvu°r, de la misma manera que la tiene PRO-BIO, uno de las asociaciones de agricultores que existen en la República Checa.

Desde 1990, se llevan a cabo campañas que promueven la toma de conciencia respecto de la agricultura orgánica. Se publicaron revistas y otros materiales informativos en el año 1990, al mismo tiempo que se lanzaron campañas en las escuelas y, desde 1993, se realizaron exhibiciones comerciales. En el año 1999, se lanzaron programas televisivos y radiales, iniciándose en el año 2000 las campañas informativas en los supermercados.

Producción orgánica

Las estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Agricultura demuestran que la agricultura orgánica está creciendo en la República Checa tanto en términos de cantidad de granjas como de superficie de terreno certificada, pese a que el sector correspondiente a la agricultura orgánica aún permanece pequeño en relación con el de la agricultura en general: el 2,5 por ciento de las tierras agrícolas están certificadas como orgánicas (99 757 ha), el 1,5 por ciento (65 942 ha) se encuentran en conversión. Sin embargo, se registró casi un 40 por ciento de aumento en el área de tierra certificada como orgánica entre los años 1999 y 2000 y un incremento de un tercio en la cantidad real de granjas orgánicas. La tierra orgánica certificada se puede clasificar en un 9,3 por ciento como tierra arable, un 90,3 por ciento como tierras de pasturaje permanente, 0,3 por ciento bajo culturas permanentes (por ejemplo, frutales) y un 0,1 por ciento bajo otros conceptos. La cantidad de productores, procesadores e importadores orgánicos registrados también mostró un 16 por ciento de aumento durante el mismo período.

La producción de cultivos orgánicos se centra principalmente en cultivos de cereales (11 099 toneladas) y en la producción de frutas y de vegetales (8 864 toneladas en el 2000). Las legumbres al igual que otros cultivos especiales tales como las uvas para vino crecen en una escala mucho menor (1508 toneladas). Mientras que la producción de los cultivos se ha visto incrementada entre los años 1999 y 2000, la producción animal orgánica en general ha disminuido, con excepción de las especies bovinas que reflejaron un crecimiento en la producción de un 20 por ciento aproximadamente; 5 289 cabezas en 1999 y 6 675 cabezas en 2000.

La República Checa también produce leche y huevos orgánicos y posee establecimientos para el procesamiento de productos orgánicos. Por ejemplo, existen cinco bodegas orgánicas que, en el año 2000, produjeron 6 400 hl. de vino, diez plantas que están destinadas al procesamiento de productos lácteos orgánicos, cuatro molinos de harina orgánica y una planta de jugo de fruta orgánico. Algunas plantas procesadoras que producen comúnmente productos convencionales, sólo en algunas ocasiones se dedican a los productos orgánicos, por ejemplo: cinco panaderías, dos molinos de harina y dos plantas procesadoras de productos lácteos.

En la actualidad, no está disponible el valor estimado del mercado interno para los productos orgánicos, como tampoco lo están los valores del comercio internacional tanto de las importaciones como de las exportaciones. Sin embargo, los principales socios comerciales son los siguientes:

País importador

Productos

País exportador

Productos

Austria

Austria

cereales, té, especias, hierbas, maíz, cebollas y arvejas

Bélgica, Francia y Japón

Fideos, aceites, miel, bebidas de soya, salsas, arroz, legumbres

Alemania y Eslovenia

cereales, maíz, cebolla y arvejas

Alemania

Fideos, aceites, miel, bebidas de soya, cereales, té, especias y hierbas

Gran Bretaña y Países Bajos

cereales, té, hierbas y especias

Gran Bretaña e Italia

Té, azúcar y quinoa

Eslovaquia

Harina, hierbas y especias

Países Bajos

Fideos, aceites, miel, bebidas de soya, salsas, arroz, legumbres, té, azúcar, quinoa y queso

Suiza cereales

Harina, hierbas, especias y

Fuente: proporcionada a la FAO por el Ministerio de Agricultura, República Checa, abril de 2002

Cuadro 6: Principales fuerzas que influyen en el crecimiento de la agricultura orgánica

INCENTIVOS

FALTADE INCENTIVOS

Dinámica del mercado

Ingreso de grandes industrias alimenticias y de minoristas (por ejemplo, Unilever, Tesco, Sainsbury) en el sector de la agricultura orgánica.

Presión de la industria agroquímica sobre los agricultores y sobre las decisiones de los responsables de la formulación de políticas y competencia de otros productos «verdes» (tales como los que están «libres de químicos» o«de crianza al aire libre»).

Preocupación ambiental, de la salud y de la seguridad de los alimentos producto de la agricultura industrial, que aumenta la demanda de los alimentos orgánicos (por ejemplo, hormonas, antibióticos, dioxinas, Alar, encefalopatía espongiforme bovina BSE, OGM, plaguicidas que ocasionan trastornos endocrinos, patógenos resistentes a antibióticos, radiación).

Epidemias agrícolas que desvían recursos de la agricultura orgánica (por ejemplo, la fiebre aftosa u otras emergencias) o que inevitablemente contaminan los sistemas orgánicos (por ejemplo por medio de OGM).

Disminución en los precios de los productos básicos convencionales y deterioro de los acuerdos de comercialización preferenciales en el ámbito mundial que favorecen la diversificación hacia la agricultura orgánica.

La eficiencia económica dependerá del alcance del apoyo a la producción agrícola, de los costos de la producción real y de los precios de los alimentos.

Políticas

Mayor armonización y reconocimiento mutuo de las normas de la agricultura orgánica y cumplimiento del sistema de garantía orgánica.

Fragmentación de las normas que pudieran ocasionar costos a los exportadores que abastecen diversos mercados. Dilución de las normas que puedan originar el descreimiento y abandono del consumidor. Falta de sanción del fraude, lo que provocará la pérdida de confianza en la demanda orgánica.

Políticas agrícolas y/o estrategias de seguridad alimentaria que incluyen planes de acción destinados específicamente a la agricultura orgánica, con fijación de objetivos de desarrollo, entrenamiento, capacitación y servicios de consultoría para agricultores y desarrollo de mercado.

Políticas de provisión de alimentos que disminuyan la inversión pública en cuanto a la toma de conciencia agrícola y que permitan la competencia de precios sólo entre los productos básicos mundiales.

Medidas agroambientales que impliquen el aumento de las regulaciones relacionadas con los insumos agrícolas sintéticos e implementación de acuerdos ambientales globales (por ejemplo, las convenciones sobre diversidad biológica, los cambios climáticos y la lucha contra la desertización).

Barreras potenciales de comercialización contra los alimentos orgánicos y medidas de la OMC que no favorecen la integración de consideraciones ambientales en las políticas agrícolas.

Desarrollo de la tecnología

Inversiones públicas y privadas en investigaciones sobre agricultura orgánica (por ejemplo, sustitutos de los insumos sintéticos para la producción y el procesamiento) y desarrollo de los conocimientos orgánicos.

Investigación agrícola y programas de extensión que promuevan el uso intensivo de insumos externos. Innovación científica potencial que garantice la seguridad y la calidad tales como nuevos productos biotecnológicos.

La agricultura orgánica pasa a ser una opción atractiva, si se considera la conversión inevitable de tierras agrícolas a usos urbanos (en especial en las zonas adyacentes a las áreas urbanas en las grandes ciudades), la necesidad de proteger el ambiente y de detener la extinción de la biodiversidad, así como también la importancia de aumentar la producción de alimentos sin perder la tierra arable o sin desmontar nuevas tierras. En la mayoría de los países europeos, se percibe la agricultura orgánica como un medio poderoso para recuperar y otorgar nuevo valor y renovada importancia a las características tradicionales de las áreas rurales. El agroturismo bioecológico se está promoviendo como una actividad que no sólo produce fibras y alimentos específicos (tradiciones gastronómicas y artesanías) sino que también ofrece un paisaje típico, servicios ambientales y una hospitalidad rural. También existen otros caminos para que los países en vías de desarrollo que posean un gran capital ambiental puedan explorar en relación con la generación de ingresos y la producción de alimentos.

Fuerzas en juego

El mercado de alimentos orgánicos certificados comprende una pequeña (16 mil millones de $EE.UU.) pero creciente participación (1-2 por ciento) del total del mercado alimentario. En especial en Europa, este crecimiento aumentó, desde el lado de la oferta, mediante los subsidios a la producción que se otorgaron a los agricultores orgánicos y, desde el lado de la demanda, por las impresiones adversas relacionadas con la seguridad de los alimentos convencionales, recientemente estimuladas por crisis de confianza. Sin embargo, el crecimiento en el mercado orgánico también ha sido fuerte en los mercados donde estos factores fueron menos evidentes, como sucedió en Australia, Japón y los Estados Unidos de América y en algunos países en vías de desarrollo.

Es probable que el mercado global de productos orgánicos certificados continúe creciendo entre un 10- 20 por ciento por año en el futuro inmediato. Para el año 2010, el mercado habrá crecido a 61-94 miles de millones de $EE.UU. en los países con mercados orgánicos certificados, o entre un 3,5 y un 5 por ciento del mercado alimentario global. Este cálculo se basa en los mercados certificados en la actualidad; la expansión sería aún mayor si se incluyeran los mercados orgánicos no certificados (ver Capítulo 4).

La desregulación de las políticas agrícolas dejarán libradas las decisiones respecto del tipo de agricultura y de producción de alimentos más adecuados a las fuerzas del mercado. El desarrollo de la agricultura orgánica certificada será governado en el futuro por las fuerzas del Mercado, especialmente por la creciente preocupación de la sociedad con la seguridad de los alimentos producidos por sistemas convencionales; el creciente interés de las empresas multinacionales en los productos orgánicos; la desconección de los subsidios a la agricultura de la producción y el creciente énfasis en el rol de la agricultura como proveedora de bienes de uso público.

Las implicancias para los gobiernos que desean desarrollar el sector orgánico incluyen el desarrollo de un marco político adecuado que asegure la transparencia y la calidad apropiada de los productos de agricultura orgánica. Esto es particularmente importante para los países exportadores. Otro paso importante lo constituyen la investigación y el desarrollo para colaborar con los agricultores para que gocen de los beneficios de la mejora en la productividad y del aumento de la eficiencia en el transporte, la manipulación, el almacenamiento, el procesamiento y la venta al por menor, incluyendo el desarrollo y promoción de los mercados.

Para el año 2010, el mercado habrá crecido a 61-94 miles de millones de $EE.UU. en los países con mercados orgánicos certificados, o entre un 3,5 y un 5 por ciento del mercado global de alimentos.

A mediano plazo, se espera que todas las formas de la agricultura sostenible, incluyendo la producción integrada y la agricultura orgánica, converjan en relación con su contribución a la calidad ambiental, a la seguridad de los alimentos y a la fijación del precio mínimo de venta al público. Sin embargo, la distinción permanecerá con la agricultura biotecnológica, especialmente los alimentos y las fibras obtenidas por medio de la ingeniería genética. El grado de éxito y aceptación de la agricultura biotecnológica tendrá una gran influencia en las políticas agrícolas y en la viabilidad de la agricultura orgánica.

El Cuadro 6 presenta las principales fuerzas que influyen en el crecimiento de la agricultura orgánica, la dinámica del mercado, las políticas y el desarrollo tecnológico.


[192] Kristensen y Nielsen, 1997.
[193] Embrapa: Corporación de Investigación Agrícola Brasilera
[194] PESAGRO: Corporación de Investigación Agrícola del Estado de Río de Janeiro. EPAGRI: Corporación de Extensión rural y de Investigación Agrícola del Estado de Santa Caterina
[195] AS-PTA: Servicios de Consulta y Proyectos para la Agricultura Alternativa
[196] ABIO: Asociación de Agricultores Orgáncios del Estado de Río de Janeiro. AAGE: Asociación de Agricultura Ecológica
[197] OIA: Organización Internacional Agropecuaria, con base en Argentina
[198] ECOCERT de Francia
[199] Skal de los Países Bajos
[200] FVO: Granja verificada como orgánica en los EE.UU
[201] AAO: Asociación de Agricultura Orgánica
[202] CEPAGRI: Centro de Consulta y Apoyo de los Trabajadores Rurales

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