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5 CUESTIONES DE INTERÉS EN LA PRÓXIMA RONDA DE LA OMC


La conclusión de las negociaciones comerciales de la RU ha derivado en amplias reducciones arancelarias y en la mitigación de algunos obstáculos no arancelarios importantes. La ronda actual ofrece ulteriores oportunidades a los países en desarrollo para que participen más activamente en la OMC a fin de obtener un mayor reconocimiento de sus intereses. En la presente ronda de negociaciones, Egipto debería interesarse en las siguientes cuestiones: 1) la posibilidad de aumentar las exportaciones agrícolas; 2) los efectos de los aumentos de los precios mundiales y sus posibles consecuencias para las importaciones de alimentos y 3) los efectos generales que pueden derivarse para el desarrollo agropecuario del hecho de que la base de los recursos de tierra y agua sea limitada.

Estas cuestiones deberían añadirse a las que normalmente suelen plantearse en las rondas de negociaciones: el acceso a los mercados, la ayuda interna y las subvenciones a la exportación en los países desarrollados. La próxima ronda de negociaciones tendrá que obtener nuevas disposiciones acerca del acceso a los mercados, ulteriores reducciones de las subvenciones a la exportación, límites a las restricciones cuantitativas, especialmente en el comercio agropecuario, y más disciplinas en el ámbito de las subvenciones internas que distorsionan el comercio. La entrada para los productos agropecuarios y alimentarios no debería ser más restringida que para los productos no agrícolas. Además, Egipto tiene un interés especial en la próxima ronda de negociaciones sobre las políticas relativas al TED, las restricciones a las exportaciones, la estabilidad de los precios, la seguridad alimentaria, la ayuda alimentaria y las existencias.

Partiendo del examen y análisis realizados en la sección anterior, resumimos aquí algunas de las cuestiones principales que pueden ser de interés para Egipto en las nuevas negociaciones sobre la agricultura, señalando los aspectos fundamentales que requerirían ulteriores análisis, estudios y un fortalecimiento institucional, como parte de la preparación para las mismas.

5.1 Los compromisos del AsA

El examen realizado en la Sección 2 mostró que las disposiciones del AsA sobre la ayuda interna y las subvenciones a la exportación no limitaban las actuales políticas egipcias, pero que se habían presentado algunas dificultades en el ámbito del acceso a los mercados.

No fue posible realizar un análisis exhaustivo de las medidas de ayuda interna por falta de información sobre las medidas que comportan efectos de distorsión del comercio (la categoría MGA). Ahora bien, la falta de información en los compromisos de Egipto en la OMC hacen suponer que la MGA se mantuvo dentro de los límites de minimis. Esto fue así (véase el Cuadro 5) en el caso de la MGA no referida a productos específicos, en el que Egipto pudo ofrecer una ayuda de hasta 1 300 millones de dólares EE.UU. sin contravenir las actuales normas del AsA, y los desembolsos reales con cargo al compartimento verde fueron muy inferiores al nivel de minimis. Es probable que en el caso de la MGA referida a productos específicos, por ejemplo el arroz y el algodón, los gastos por concepto de ayuda se hayan mantenido dentro de los límites permitidos. Últimamente el GdE ha eliminado la ayuda tanto para el arroz como para el algodón pero todavía mantiene la ayuda para el trigo por razones de seguridad alimentaria. Sin embargo, los gastos de esta ayuda se redujeron después de la depreciación reciente de la moneda local frente al dólar mientras que se mantuvo el mismo precio administrativo al productor para el trigo comprado (2 millones de los 6 millones de toneladas).

Ello no obstante, en vez de vivir con incertidumbre acerca de su posición, y con la posibilidad de enfrentar una que otra vez interrogatorios de los miembros de la OMC, sería conveniente que Egipto calculara meticulosamente sus niveles de MGA correspondientes a los últimos años y los actualizara periódicamente. Lo cual no solamente sería algo en sí mismo válido, como parte del proceso de análisis de las políticas, sino también útil en el marco de la OMC.

Otro problema que debe ser aclarado y plenamente comprendido es el de las normas del AsA sobre inversiones en materia de riego. Actualmente, pareciera que las subvenciones a las inversiones están eximidas del compromiso de reducción en el caso de los países en desarrollo, aunque en el CdA se han planteado algunas cuestiones a propósito de ese tipo de subvenciones concedidas por otros países. En vista de la importancia que reviste el riego para Egipto, es conveniente que documente meticulosamente las subvenciones que ha destinado al riego y, lo que es más importante, que siga de cerca el debate sobre este tema en la OMC para asegurar que se mantenga el derecho a conceder tales subvenciones.

Con respecto al acceso a los mercados, el único compromiso de Egipto era el de los aranceles consolidados. Como ya se ha visto, sus tipos consolidados eran en general más bajos que los de muchos países en desarrollo, incluida la mayoría de los países de la región. No resulta claro si los aranceles se consolidaron en base a algunos análisis, por ejemplo el examen de las tendencias e inestabilidades de los mercados mundiales y su posible efecto en los sectores que compiten con las importaciones. Como la próxima ronda de negociaciones podría determinar una ulterior reducción de los tipos consolidados, Egipto tiene que analizar atentamente su situación arancelaria, aprovechando su experiencia con los aranceles aplicados en los últimos cinco años y teniendo en cuenta las perspectivas de las tendencias e inestabilidades de los mercados mundiales. También necesita formular su posición con respecto al acceso a las SGE para la agricultura, que son particularmente útiles cuando los aranceles consolidados son bajos. Debido al nivel relativamente bajo de sus consolidaciones arancelarias, es también difícil que Egipto pueda incluir muchos de sus productos agrícolas en un acuerdo comercial regional con países que tienen consolidaciones arancelarias más elevadas.

5.2 Propuestas de Egipto en la actual ronda de negociaciones

Egipto está de acuerdo con el objetivo global de la nueva ronda de negociaciones sobre agricultura. Pero destaca la importancia del pleno cumplimiento de los compromisos incluidos en el actual AsA. En particular, Egipto tiene un interés real en que los otros países liberalicen el comercio de los productos agropecuarios y en tener un mayor acceso a los mercados para las exportaciones agrícolas a esos países.

Acceso a los mercados

Ayuda interna

Subvenciones a la exportación

Egipto pide una reducción sustancial de las subvenciones a la exportación que distorsionan el comercio y debilitan los compromisos relativos al acceso a los mercados. Las exportaciones egipcias de algunos productos, tales como el algodón y el arroz, han sufrido pérdidas considerables debidas a la ayuda interna que prestan actualmente los países desarrollados.

Medidas MSF/OTC

De la experiencia de los últimos cinco años, resumida anteriormente, resulta claro que las medidas MSF/OTC serán cada vez más importantes para sostener las exportaciones de Egipto. Se deben redoblar los esfuerzos destinados a documentar y compartir dichas experiencias, ya que los comerciantes internos son los que conocen mejor la situación. Se necesita un esfuerzo concertado por el gobierno para encuestarlos, analizar sus últimas experiencias y perseguir los casos desleales en el foro apropiado de la OMC, especialmente en relación con los principales productos de exportación de Egipto, tales como las frutas y las hortalizas, tanto frescas como elaboradas.

Seguridad alimentaria

Para Egipto sigue siendo siempre decisivo examinar las consecuencias de las políticas en la seguridad alimentaria, incluso de aquéllas que se aplican en el marco del AsA. Los aumentos de los precios mundiales de los alimentos que derivan de la reducción o eliminación de las intervenciones que distorsionan el comercio agropecuario tienen efectos variados en el bienestar de la población y en la economía de Egipto. Los agricultores serán los principales beneficiarios, siempre que los aumentos de los precios mundiales se reflejen en los precios agrícolas internos. Sin embargo, los grandes agricultores con mayores excedentes comercializables obtienen ventajas mucho mayores que los pequeños agricultores, que destinan la mayor parte de su producción al consumo familiar, quedándoles muy poco o nada de excedentes. Los trabajadores agrícolas sin tierra pueden también beneficiarse del aumento de los precios agrícolas, que muy probablemente dan lugar a un aumento de los salarios agrícolas. El aumento de los precios alentaría la producción de alimentos, que crecería a un ritmo más rápido, mejorando el nivel de autosuficiencia y reduciendo la dependencia respecto de los alimentos. Además, no será necesario que el gobierno proporcione ayuda interna. Puede reducirse también la diferencia de los ingresos tradicionales de la población agrícola y no agrícola, o al menos impedir que aumente, según la tasa de aumento de los precios agrícolas comparada con la tasa de variación de los precios de los productos industriales. En este caso, la distribución de los ingresos puede alcanzar una mayor igualdad entre los dos sectores.

Entre los que perderán a causa de los aumentos de los precios mundiales de los alimentos figura el gobierno, que tendrá que dedicar una parte mayor del presupuesto público a la compra de alimentos. Se perjudicarán también los consumidores de los sectores tanto urbano como rural no agrícola, que tendrán que invertir una cantidad mayor de sus ingresos para adquirir la misma cantidad de alimentos. Además, los consumidores de bajos y medianos ingresos se perjudicarán mucho más que los consumidores de altos ingresos, dado que la primera categoría dedica una proporción mayor de sus ingresos a la compra de alimentos que la segunda.

Por último, el efecto global que tiene en la seguridad alimentaria el hecho de permitir en el país el libre juego de precios agrícolas no distorsionados está determinado en gran medida por la eficacia de las políticas comerciales y macroeconómicas nacionales e internacionales. Es improbable que las reformas de la agricultura sean eficaces si el gobierno no se compromete a lograr una estabilidad macroeconómica a largo plazo. Por ejemplo, los tipos de cambio sobre-valorados y la protección dada a la industria pueden tener un efecto mayor en la reducción de los incentivos dados a los agricultores para que aumenten la producción que la disminución de los precios agrícolas. En lo que se refiere al comercio internacional, Egipto y otros países en desarrollo deberán participar eficazmente en la actual ronda de negociaciones sobre el comercio agrícola mundial y tratar de conseguir un acceso mayor a los mercados de los países industrializados. Entre tanto, estos países deberán reducir, y a la postre eliminar, las subvenciones agrícolas que distorsionan el comercio.

Además de las disposiciones generales del AsA, la aplicación de la Decisión Ministerial de Marrakesh es otro asunto que reviste un interés considerable para Egipto, habida cuenta del tiempo y de los recursos dedicados hasta ahora a los debates correspondientes. Se ha propuesto la creación de un fondo de ayuda a los PEDINA financiado con cargo a algunas organizaciones financieras internacionales, a organismos especiales de las Naciones Unidas, a los donantes de los países desarrollados y a los grandes exportadores. La nueva ronda de negociaciones ofrece otra oportunidad para elaborar una Decisión eficaz.

En el último estudio sobre las políticas comerciales, Egipto manifestó su preocupación por el no cumplimiento de la decisión relativa a los países importadores netos de alimentos, que acordó el establecimiento de mecanismos apropiados para asegurar que los efectos de la RU en el comercio agrícola no perjudicaran la disponibilidad suficiente de alimentos básicos en los países en desarrollo. Los volúmenes de ayuda alimentaria destinada a los países en desarrollo importadores netos de alimentos ha disminuido a un ritmo alarmante entre 1978 y 1997, y no se han satisfecho las expectativas de los países afectados en esferas tales como el financiamiento en condiciones de favor, el crédito a las exportaciones y la asistencia técnica.

Siendo uno de los países importadores netos de alimentos, en Egipto la inseguridad alimentaria tendrá que abordarse de manera más sistemática que a través de la ayuda alimentaria y de las subvenciones a los alimentos. Hay preocupación acerca de los aumentos de los precios mundiales de los alimentos derivados de la respuesta del mercado a la reducción de las subvenciones y de las distorsiones en los sectores de los cereales, el azúcar, las semillas oleaginosas y los productos pecuarios de los países desarrollados.

Egipto debería proponer planes para atenuar los efectos de la inestabilidad de los precios de los alimentos en la seguridad alimentaria, la balanza comercial y el presupuesto del gobierno. A este respecto, deberían desplegarse esfuerzos para incluir en la próxima ronda de negociaciones mecanismos relacionados con la seguridad alimentaria que no distorsionan el comercio para evitar que los instrumentos que estabilizan el mercado sean objetos de pleito. El FMI y la FAO tienen programas y servicios adecuados para abordar situaciones excepcionales que pudieran comprometer la situación alimentaria en los países MA así como en los PEDINA. También debería examinarse la posibilidad de añadir alguna otra estructura multilateral para tener asistencia en materia de importación de alimentos (Chaherli y Moataz, 2000).

En síntesis, la propuesta de negociación de Egipto exige la supresión de todas las formas de subvención a las exportaciones dentro de un plazo determinado. También exige el fortalecimiento de las normas y disciplinas para evitar la elusión de las subvenciones a la exportación. Con respecto a la ayuda interna, la propuesta exige reducciones en toda la gama de los compartimentos. Los países deberían reducir la ayuda interna que distorsiona la producción, y esta ayuda debería cuantificarse de forma desglosada. En cuanto al acceso a los mercados, Egipto busca la eliminación de todos los aranceles y de todas las medidas que distorsionan el comercio, y concuerda en que deberían fortalecerse las disciplinas que regulan la administración de los contingentes arancelarios.

Egipto ha presentado una propuesta constructiva sobre cómo abordar las necesidades de los PEDINA. Por lo que se refiere a las disposiciones del TED para los países en desarrollo, la opinión de Egipto es que debería fortalecerse y ampliarse. Lo cual debería hacerse de manera tal que tuviera los menos efectos de distorsión que sea posible, concediendo al mismo tiempo a los países en desarrollo mayor flexibilidad para ayudar a los sectores agropecuarios a competir activamente en una economía mundial globalizada.

5.3 Investigación y capacidad institucional

Aunque Egipto cuenta con un personal aceptablemente capacitado y con recursos para evaluar las distintas alternativas con respecto a las negociaciones en la OMC, debería estudiar la posibilidad de establecer una dependencia oficial y permanente de investigación que pudiera evaluar los efectos de determinados compromisos en la OMC y vigilar también sobre los acontecimientos futuros relacionados con los compromisos acordados. Debería crearse una “Dependencia de Evaluación y Seguimiento del Comercio Internacional” con representantes de los distintos ministerios y organismos, con cuatro objetivos 1) evaluar los derechos y responsabilidades relacionados con las políticas comerciales en el marco de acuerdos bilaterales y multilaterales con respecto a las consecuencias jurídicas, económicas y financieras; 2) facilitar información actualizada sobre la seguridad alimentaria, sobre todo con respecto a los déficit alimentarios estacionales y estructurales y a recomendaciones sobre políticas compatibles con las normas de la OMC; 3) coordinar los esfuerzos de los organismos internos e internacionales involucrados en el comercio de productos agropecuarios y alimentarios; y 4) estudiar los efectos de la liberalización del comercio en el plano interno y en la estabilidad de los mercados agropecuarios mundiales.


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