Previous PageTable Of Contents Next Page

Árboles, bosques, creencias y religiones en el África saheliana occidental

E.H. Sène

El Hadji Sène es Director de Recursos Forestales, Departamento de Montes de la FAO, Roma.

El bosque de Tannourine, Líbano, donde hasta el 80 por ciento de los cedros fueron afectados por una nueva plaga de insectos.

Es bien sabido que muchos grupos humanos consideran los árboles y los bosques como sagrados y misteriosos. Pero sería un error hacer generalizaciones superficiales, porque las creencias acerca de lo sagrado están íntimamente vinculadas a los valores de cualquier grupo étnico particular. Los poderes sagrados y místicos atribuidos a cada especia arbórea tienen siempre su origen en la observación cuidadosa de las especies y en la experiencia personal respecto a cada árbol o grupo de plantas. Las características observadas de las especies, su relación con otros elementos de la naturaleza –agua, viento, animales– y las características y la apariencia de su follaje, sus flores y sus frutos captan la atención y se transforman en las propiedades, fuerzas y energías que se ven como poder, inspiración o fuerzas ocultas.

Por ejemplo, Kigelia africana, un árbol especialmente productivo, ocupa un lugar destacado en muchas creencias religiosas de las regiones áridas del Africa occidental, con sus grandes frutos leñosos, semejantes a enormes bolsas que cuelgan del extremo de largos tallos: constituyen la imagen perfecta de la fertilidad. Las madres con hijos pequeños cuelgan del árbol tiras de tela para pedir protección y una prole numerosa. El subconsciente popular ha traducido la exuberante imagen de fertilidad del lárbol y la apariencia de sus frutos, que parecen órganos masculinos, en facultades sobrenaturales favorecedoras de la procreación.

El tamarindo, Tamarindus indica, con frecuencia próximo a termiteros, está siempre verde. Caracterizado por su madera dura y duradera, sus hojas y frutos ácidos y su aspecto grave e imponente, se lo asocia con la presencia de espíritus y djinns. Respetado y temido, se le han atribuido valores relacionados con la tenacidad. En ciertos casos, su proximidad a las termiteras lo hacen un símbolo de la solidaridad en la adversidad.

Árboles y bosques sagrados existen por todas partes, pero sus significados y orígenes son diferentes. Un árbol o una arboleda pueden tanto marcar el lugar donde se detuvo un antepasado fundador o donde desapareció un patriarca, como ser el hábitat de animales totémicos. Un solo árbol sagrado suele ser un árbol notable, «sobresaliente» en forma o dimensiones, o vinculado a un acontecimiento legendario o histórico. Algunas veces los fundadores o guías de un grupo escogían el emplazamiento de una aldea tras una observación detenida del terreno fijándose en los árboles y en las señales de la presencia de agua y paso de animales. A menudo un árbol o grupo de árboles era elegido como lugar de culto o de acción de gracias a los antepasados.

La elección de especies vegetales para usos medicinales se basa tanto en asociaciones de carácter místico como en una atenta observación. Una planta se toma como medicina no sólo por sus características como amargura, astringencia, gusto u olor, sino también por las fuerzas que parece emitir en relación con su situación, orientación y asociaciones con otras plantas. Se atribuyen entonces a la planta fuerzas benéficas que parecen realzar la efectividad de sus rasgos bioquímicos, siendo estos últimos los únicos valores que los médicos tomarían en consideración.

Los árboles son también significativos en las religiones actuales como el islam y el cristianismo, pero en África occidental su papel a este respecto está más vinculado a reminiscencias históricas y a la veneración: un santo se detuvo bajo tal árbol para descansar y orar, y el árbol se convirtió así en señal de un lugar de peregrinación y meditación.

Ciertos países han reconocido el valor histórico excepcional o las características físicas de árboles y grupos de árboles y han tratado de regular la protección de este patrimonio. En el Senegal, por ejemplo, un decreto ha establecido un procedimiento para identificar y clasificar árboles notables. Convendría fomentar más medidas de este tipo. La Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural se enriquecería con tales iniciativas.

Los largos frutos colgantes de Kigelia africana han hecho que el árbol evoque la fertilidad

DEPARTMENTO DE MONTES DE LA FAO/CFU000269/R. FAIDUTTI

Previous PageTop Of PageNext Page