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CRITERIOS PARA LA REGULACION (Documentos 1, 2, 3 y 4)

4.   Una de las razones de pedir un reexamen profundo del Derecho del Mar hace unos diez años fue la preocupación existente a causa del agotamiento de muchas poblaciones ícticas y las difficultades para ocuparse de ellas de acuerdo con el régimen internacional vigente. El nuevo Convenio da oportunidades a los países y también responsabilidades para ordenar sus pesquerías, especialmente en las zonas económicas nacionales ampliadas. Sin ordenación, los recursos pueden verse amenazados reduciéndose la cantidad y estabilidad del abastecimiento íctico y también los países puede que no logren los considerables beneficios económicos y sociales que pueden obtenerse cuando hay unas comunidades e industrias pesqueras prósperas. Al mismo tiempo, toda la ordenación, en el sentido de una u otra forma de intervención estatal, tiene algunos costos que aumentan según la intensidad y complejidad de la intervención. Por lo tanto, debe existir un equilibrio favorable entre los gastos y los ingresos de cualquier ordenación propuesta. Este equilibrio variará con el estado de desarrollo del país y de la pesca en cuestión. Incluso habrá algunos casos en que la situación especial de la pesca, a causa de su escasa importancia y las dificultades de intervención, justifique que el Gobierno no tome decisiones de ordenación para intentar regular el esfuerzo de pesca.

5.   Los participantes en la Consulta han sido elegidos teniendo en cuenta su experiencia y los éxitos y fracasos en lo relativo a regulación del esfuerzo. Estas experiencias se han producido predominantemente en los países desarrollados del Atlántico norte y Pacífico norte, en donde la supercapacidad ha constituido el problema crucial durante los últimos 20 años aproximadamente. Se admitió que una vez identificados los factores del éxito y fracaso en los países desarrollados eran necesarios más estudios y consultas para evaluar la posibilidad de transferir estas experiencias en términos de asesoramiento específico a determinados países en desarrollo. Sin embargo, entre los países las situaciones son muy diversas y se estimó que los debates se efectuarían mejor a nivel regional (por ejemplo, sudeste de Asia, América Latina) como ya se había previsto, por ejemplo, en el Comité de Pesca para el Atlántico centro-oriental (CPACO) en 1983.

6.   La Consulta examinó los objetivos generales de la ordenación pesquera y los criterios que podrían utilizarse al evaluar distintos sistemas. Se puso de relieve que debe existir un entendimiento de los objetivos antes de comenzar la ordenación sin que ello requiera una específicación explícita y detallada de los objetivos. Incialmente se podrían obtener ventajas si la declaración de objetivos se hiciera en términos generales. Hay una variedad de objetivos que deben ser examinados y éstos no siempre pueden lograrse simultáneamente siendo conveniente que las decisiones sobre objetivos se tomen gradualmente como parte del proceso regular de ordenación.

7.   Se convino en que los objetivos podrían resumirse en tres grupos - mantenimiento de los recursos, rendimiento económico y equidad (o necesidades sociales). Se podrían utilizar como criterios para juzgar el rendimiento de distintos planes de ordenación y además también se deberían tener en cuenta los costos de transacción (los costos de la investigación, administración y aplicación coercitiva). Es decir, el costo de lograr una serie de objetivos (costos/beneficios) es una parte integral del proceso iterativo de establecer y perfeccionar los objetivos. Se admite que la cuantificación de beneficios es algunas veces difícil pero es esencial para tomar decisiones sobre cantidad, métodos y complejidad de regulación.

8.   La Consulta admitió que la consecución de la renta máxima normalmente no es el principal objetivo de la ordenación pesquera. Aun cuando se acepte esto, convendría poner de manifiesto que los objetivos relativos a la eficacia económica no deben ser omitidos. Si si ignoraran, el efecto a largo plazo sería que el sector pesquero se convierta en un obstáculo para la sociedad en vez de una fuente de abastecimiento alimentario y de empleo seguro. Los criterios utilizados para determinar la eficacia económica variarán evidentemente de un país a otro como consecuencia de las necesidades de empleo, escasez de combustible y otras condiciones especiales.

9.   Todas las medidas de ordenación afectan a los pescadores. Por lo tanto, deben tenerse en cuenta los intereses y puntos de vista de los pescadores. La abrumadora mayoría de los pescadores se dedican a la pesca en pequeña escala, a la cual corresponde un gran porcentaje de toda la producción pesquera mundial. La mayor parte de estos pescadores viven en comunidades que tienen una gran tradición pesquera. Estas comunidades han dado lugar a características complejas de competencia y cooperación que deben ser tenidas en cuenta en cualquier plan de ordenación. Si los pescadores están convencidos de que las reglamentaciones son necesarias y convenientes, estarán más dispuestos a cumplir con ellas. Por otra parte, los pescadores no obedecerán aquellas leyes que no respetan y si se intentara ponerlas en ejecución afrontarían enormes dificultades.

10.   Se indicó que las pesquerías artesanales en pequeña escala son una amenaza mucho menor para los recursos que las modernas pesquerías industriales, lo cual es cierto cuando se refiere a las pesquerías tradicionales que pueden haber alcanzado un equilibrio entre el hombre y los recursos durante un largo período. Sin embargo, con el crecimiento demográfico, mejor comercialización y la difusión de la nueva tecnología (motores fuera de borda, redes sintéticas), muchas pesquerías artesanales están explotando excesivamente los recursos. Sería injusto echar la culpa a las pesquerías artesanales en lo relativo al agotamiento de los recursos pero también sería igualmente equivocado pensar que estas pesquerías no tienen los problemas de ordenación que afrontan muchas pesquerías industriales del mundo.

11.   El sector de la elaboración y comercialización desempeña una función vital en todas las pesquerías, aunque con frecuencia haya sido olvidada al examinar la ordenación pesquera. Por regla general, la ordenación siempre se centra en el aspecto de las capturas. En consecuencia, las necesidades de los elaboradores - para un suministro de pescado previsible y uniforme, con mejor calidad y capturado en el momento y lugar en que la calidad es mejor - han sido olvidadas. En consecuencia, las regulaciones pueden dar lugar a que el valor de las capturas - bien en la primera venta o a los consumidores finales - sea muy inferior a lo que debería haber sido.


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