El cálculo del consumo alimentario de grasas en el mundo se realiza básicamente a partir de las hojas de balance de alimentos que publica la FAO, y se corrobora con los resultados de las encuestas de consumo alimentario. Las disparidades entre las distintas regiones y países del mundo son grandes: el 63 por ciento de la población mundial dispone de menos de 60 g de grasas por persona y día, mientras que el 11,5 por ciento dispone de más de 120g. Esta diferencia se debe en gran medida a las condiciones económicas de los países y a las desigualdades en las disponibilidades alimentarias de grasas entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Así, en 1990, un habitante de los países desarrollados disponía en promedio de 135 g de grasas, de las cuales 65 g en forma visible y casi 80 g de origen animal, mientras que un habitante de un pais en desarrollo sólo disponía de 50 g de grasas, de las cuales, 23 g en forma visible y apenas 20 g de origen animal. Sin embargo, a partir de 1960, el crecimiento relativo del consumo de grasas ha sido mayor en los países en desarrollo que en los países desarrollados, por lo que, si continúa la actual tendencia, las diferencias entre estos dos grupos de países disminuirán. Todo parece indicar que el consumo medio de grasas en los países más desarrollados ha alcanzado un nivel máximo y tiende incluso a disminuir. En este grupo de países puede observarse también una tendencia al aumento de la calidad nutricional de las grasas comestibles. El principal factor económico que influye en el nivel de consumo de grasas es la renta: puede comprobarse que cuando el PNB por habitante pasa de 150 a 6 000 dólares EE.UU., las disponibilidades de grasas por persona y día pasan de 35 a 130 g. Otros factores que influyen en el nivel y la calidad del consumo de grasas comestibles son el medio ambiente, los hábitos alimentarios, el nivel de educación y el grado de urbanización. Así, cuanto más urbana es una población, mayor es la proporción de grasas en la ración alimentaria. Las grasas visibles representan, en general, la mitad de las grasas comestibles. Hoy en día, las más importantes de éstas son los aceites vegetales; su consumo mundial ha aumentado enormemente desde 1961, pasando a ser más del doble en la mayoría de las regiones.