La biotecnología ofrece grandes esperanzas de poder mejorar la situación alimentaria mundial interviniendo en todas las etapas de la producción animal y vegetal. La biotecnología puede aplicarse a los sectores de la reproducción, selección y cría del ganado.
Aunque la ingeniería fitogenética todavía no se aplica en escala comercial, el empleo del cultivo de tejidos ha tenido ciertas repercusiones. En el sector de la fitogenética, la biotecnología desempeñará una función importante en la rápida reproducción y multiplicación de cultivares sanos, libres de virus y agentes patógenos, resistentes a los factores de estrés, y disponibles durante todo el año.
El empleo de la biotecnología puede reducir la necesidad de productos agroquímicos, identificando bacterias que sustituyan los fertilizantes químicos y manipulando genéticamente las plantas para hacerlas más resistentes, lo que reducirá la necesidad de plaguicidas y herbicidas. Mediante la biotecnología, pueden aumentarse el contenido de nutrientes de las plantas y el rendimiento de los cultivos.
Es posible que no se consiga aprovechar plenamente todo el potencial de la biotecnología para mejorar la situación alimentaria mundial. También en el camino de las aplicaciones de la biotecnología se encuentran los mismos obstáculos que han impedido aplicar, en los países en desarrollo, muchas de las primeras conquistas tecnológicas (la falta de acceso a la información, de materiales, recursos y mercados). Los países en desarrollo que estén en condiciones de adoptar rápidamente la nueva tecnología podrán beneficiarse del incremento de la producción, la introducción de nuevos productos y el ahorro de recursos. Otros podrán verse afectados negativamente por el desplazamiento de los mercados agrícolas derivado de las aplicaciones biotecnológicas. En cuanto a los ingresos de la población rural, es posible que los efectos positivos del incremento de la producción sean contrarrestados por los efectos negativos del proceso de sustitución comercial. Esto podrá verificarse en particular en los países más pobres, que dependen en medida determinante de la exportación de productos agrícolas para obtener ingresos en divisas. En estos países, la pérdida de ingresos podrá repercutir negativamente en el consumo alimentario.