No pensamos en que la iniciación de los primeros proyectos piloto deba aguardar a la terminación de la campaña de investigación y capacitación. Dada la enorme presión que grava sobre muchas pesquerías (incluidos tantos los pescadores como las poblaciones de peces) y en vista de la creciente importancia que se atribuye a los conceptos de acceso vinculados a la participación local, proponemos que con el ámbito de algunos proyectos ya en marcha se inicien ahora un pequeño número de proyectos experimentales. Con estos proyectos se trataría de aplicar nuevas estrategias de gestión basadas en un acceso limitado, en una participación comunitaria y en otros métodos apropiados de gestión. Comprenderían naturalmente la investigación (para identificar sistemas apropiados dentro de las circunstancias del lugar) y elementos de capacitación (de funcionarios y pescadores).
No estamos suficientemente familiarizados con los proyectos en curso o previstos de país huésped/ FAO para poder hacer aquí recomendaciones concretas sobre proyectos experimentales. Por otro lado, el Proyecto de pesquerías del Sudd en el Sudán meridional, parecería ser el tipo de proyectos en el que podría introducirse un componente de ordenación experimental. Entre sus características interesantes figuran las de tratarse de pesquerías localizadas dominadas por un único grupo étnico y una organización tribal muy fuerte que ya se ha adaptado a otras operaciones comerciales (pequeños negocios, comercio ganadero, etc.) y por lo cual podría también adaptarse a la ordenación de las pesquerías de acceso limitado.
Aunque los temas que se sugieren para estudio comprenden situaciones de fase cuatro, a nuestro juicio los proyectos piloto deben incorporarse en proyectos con probabilidades razonables de éxito. Aunque los temas de investigación de la fase cuatro se ocupan de dar soluciones a situaciones que se salen de todo control, el objeto de los proyectos piloto es formular y aplicar buenas estrategias de ordenación. Por ese motivo deben centrarse más en pesquerías relativamente sencillas en fase dos y fase tres, en las que pueden ensayarse y desarrollarse nuevas estrategias para luego aplicarlas a situaciones más complejas.
Además de un pequeño número de proyectos piloto que se pueden llevar a cabo dentro de los proyectos actuales, podrían proponerse algunos otros para determinadas pesquerías que parecen tener interesantes características locales de carácter participativo. Entre los ejemplos figuran posibles equivalentes continentales de las pesquerías ghanesas descritas por Lawson, donde se están reforzando instituciones locales como la de pescadores principales y sus jefes de tribu, los gremios pesqueros del lago Victoria (si todavía existen) descritos por Cory y Hartnoll (1970) para los Haya de Tanzanía, las charcas naturales de llanuras anegadizas de Nigeria (Awachie, 1979), Zaire (Leynseele, 1979) y de otras partes, los parqueros de Africa occidental (Welcomme, 1980) y las pesquerías arrendadas y subastadas a cooperativas y otras asociaciones locales como en Tamilnadu, India (Srinivasan y Sreenivasan, 1977).
Por último, la creación de nuevos embalses artificiales detrás de las presas ofrecen la oportunidad de poner en marcha sistemas iniciadores de ordenación partiendo del propio comienzo por lo que respecta a “nuevas” pesquerías. Ofrece también la oportunidad de ayudar a las poblaciones traumatizadas de desalojados de cuencas de laguna para reconstruir sus economías dedicando para ello algunas zonas pesqueras a su uso exclusivo. La oportunidad en este caso de crear casi desde cero un nuevo sistema de ordenación que comprenda el acceso limitado y la participación local es enorme, dado el gran número de presas que se están construyendo a todo lo largo de los trópicos.