La eliminación de plaguicidas caducados es un proceso complicado, costoso y potencialmente peligroso, y la adopción de medidas preventivas exige grandes recursos y conocimientos especializados. No obstante, muchos países y organizaciones ya han llevado a cabo buena parte del trabajo necesario y, por lo tanto, existe ya una experiencia en que basarse. Ningún país deberá empezar desde el principio elaborando proyectos nuevos o pasando por todas las fases necesarias para la ejecución de un proyecto. A continuación se indican algunas fuentes esenciales de información y referencia, que a su vez pueden proporcionar otros recursos. Es importante usar plenamente estos recursos con el fin de evitar errores, esfuerzos innecesarios y ahorrar tiempo y dinero.
Las representaciones de la FAO en los países deberían ser el primer punto de consulta de cualquier gobierno u organismo que desee hacer frente al problema de los plaguicidas caducados. Se considera que el Programa para la prevención y eliminación de plaguicidas caducados de la FAO, con sede en Roma, es el órgano rector en las cuestiones relacionadas con la prevención y la eliminación de existencias de plaguicidas caducados en los países en desarrollo. Las actividades dirigidas por la FAO en materia de plaguicidas caducados son las siguientes:
Organización y dirección de talleres y de reuniones consultivas para potenciar el conocimiento y las medidas para hacer frente al problema en los países y regiones afectados.
Publicación de directrices para la prevención y el manejo de los plaguicidas caducados (Anexo 1).
Iniciación y coordinación de los inventarios nacionales de existencias de plaguicidas caducados.
Iniciación y formulación de proyectos de eliminación para los países miembros de la FAO.
Supervisión, vigilancia y seguimiento de las operaciones de eliminación y prevención sobre el terreno.
Relación con los donantes y la industria a fin de conseguir apoyo para las operaciones de eliminación y prevención.
Actividades de divulgación de los problemas de los plaguicidas caducados a nivel mundial.
El Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR)apoya la realización de perfiles por países para evaluar la infraestructura nacional necesaria para manejar sustancias químicas. Estos perfiles se preparan mediante un proceso participatorio que incluye a todas las partes interesadas de un país. El UNITAR ha elaborado directrices para la preparación de perfiles nacionales (véase el Anexo 1) y puede prestar asistencia en este proceso. También el Foro Intergubernamental sobre Seguridad Química (FISQ) promueve la elaboración de este tipo de perfiles.
La importancia de estos perfiles estriba en que abarcan todos los aspectos relacionados con el manejo de los productos químicos, poniendo de relieve las lagunas y medidas que deben ser prioritarias. En ciertos casos los plaguicidas caducados reciben una atención prioritaria, pero en muchos países se da precedencia a otros aspectos del manejo de las sustancias químicas. Las decisiones sobre las prioridades son de competencia de los propios países.
Los perfiles nacionales son el punto de partida de todas las medidas concernientes el manejo de los productos químicos, y a partir de ellos los países pueden elaborar planes de acción. Estos planes deben ser transparentes, con objetivos perfectamente determinados, y pueden usarse para movilizar recursos. El UNITAR puede prestar asistencia en este proceso y está elaborando directrices con ese propósito.
El objetivo central de las actividades de la Dependencia de Productos Químicos del PNUMA, relacionadas con los plaguicidas caducados, se refiere al cumplimiento de las disposiciones del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP).El 75 por ciento de los COP son plaguicidas, y cerca del 20 ó 30 por ciento de las existencias cuantificadas de plaguicidas caducados son COP, razón por la cual hay una importante superposición de intereses.
Cabe esperar que los países que tratan de obtener el apoyo de donantes y de organismos intergubernamentales para hacer frente a los COP ratifiquen el Convenio de Estocolmo.
Las principales actividades de la Dependencia de Productos Químicos del PNUMA relacionadas con los plaguicidas caducados son las siguientes:
apoyo económico del trabajo realizado por la FAO en América Latina;
realización de inventarios de conformidad con el modelo definido por la FAO en la Federación de Rusia;
sensibilización en lo que respecta a los plaguicidas caducados en el marco del proceso de negociación de los COP;
asociación con la Secretaría del Convenio de Rotterdam;
participación en el grupo de coordinación sobre plaguicidas caducados del Programa interinstitucional de gestión racional de los productos químicos (IOMC).
Además, la Dependencia ha recibido instrucciones del IOMC/FISQ para que se ocupe de las existencias de productos químicos que no son plaguicidas ni bifenilos policlorados (BPC). Se trata de existencias que pueden no figurar entre los desechos peligrosos, pero que pueden ser subproductos industriales, productos químicos prohibidos o sustancias químicas en estado puro utilizadas en procesos industriales, y cuya gestión puede tener repercusiones en el manejo de los plaguicidas caducados.
En lo que respecta a los COP, y al manejo de otros productos químicos, el PNUMA está examinando posibles fuentes de financiación que puedan también apoyar el manejo de los plaguicidas caducados.
Desde un punto de vista técnico, el PNUMA se ocupa de tecnologías de destrucción de productos químicos y ha preparado una lista de las instalaciones de destrucción de BPC existentes. También está recopilando información sobre posibles productos alternativos a los COP y, cuando se trata de plaguicidas, ayuda en su trabajo a las principales organizaciones del sector: la FAO, en lo que respecta a los plaguicidas en la agricultura, y la OMS respecto al uso en la esfera de la salud.
El PNUMA reconoce que el Convenio de Estocolmo conllevará una carga para los países en lo que se refiere a hacer frente a las existencias y fuentes de COP, y a encontrar productos sucedáneos para sus actuales usos, pero el Convenio generará también recursos para apoyar estas actividades. Asimismo, la Organización reconoce que si bien estas áreas de actividad son prioritarias para su Dependencia de Productos Químicos, no puede imponer sus propias prioridades a los países, que son los que deben decidir acerca del orden de prioridad de sus intervenciones. Esta posición refleja en gran parte la del UNITAR (véase supra).
El sector sanitario es uno de los principales usuarios de plaguicidas, pero a menudo no se le presta la debida atención en los procesos destinados a mejorar el manejo de los plaguicidas. La OMS tiene un interés particular al respecto, y propone que se incluya siempre a las autoridades sanitarias nacionales en las actividades de capacitación y sensibilización en materia de plaguicidas caducados.
El diclorodifenilotricloroetano (DDT), uno de los plaguicidas COP que se encuentra también comúnmente en las existencias de plaguicidas caducados, aún sigue usándose en muchos países en desarrollo en la lucha contra el mosquito vector del paludismo. La OMS está al corriente de este hecho y se esfuerza en buscar productos que representen una alternativa al DDT, por medio de su grupo de trabajo sobre DDT, y en el ámbito del Programa de reducción del paludismo está llevando a cabo una eficaz lucha. Actualmente existe la preocupación de que las fuentes de nuevo DDT sean limitadas y a menudo no hay información alguna sobre su conformidad, o no conformidad, con las normas de la OMS. No obstante, la OMS también desea prevenir la posibilidad de que el DDT presente entre las existencias de plaguicidas se use en el sector de la salud sin que se efectúen controles muy estrictos, y de que el sector dependa a largo plazo del DDT. Se ha aconsejado al grupo de trabajo sobre DDT que establezca relaciones con la industria de plaguicidas, y con las organizaciones que la representan, en lo que respecta al mantenimiento de los actuales suministros de DDT de alta calidad por el tiempo que sigan siendo necesarios.
Las tecnologías de destrucción de plaguicidas caducados, COP, y de otros materiales peligrosos también son motivo de preocupación para la OMS, en parte porque los incineradores producen dioxinas y furanos que son perjudiciales para la salud, y en parte porque también el sector de la salud produce desechos clínicos peligrosos que deben ser eliminados. Según la OMS, actualmente en ciertas regiones en desarrollo como, por ejemplo, en Africa, los niveles de dioxina son bajos, y se espera que sigan siéndolo, razón por la cual la OMS no propugna la instalación difundida de incineradores que podrían producir más dioxinas.
Si bien es preferible que los desechos sean tratados en lugares cercanos a sus mismas fuentes, la OMS reconoce que la falta de instalaciones adecuadas en los países en desarrollo entraña la necesidad de que los desechos se exporten para ser destruidos en los países industrializados.
Debería consultarse a la OMS para recibir asesoramiento sobre:
sustitución del DDT en la lucha contra los vectores de las enfermedades;
estrategias de lucha antivectorial integrada para reducir al máximo la dependencia de los plaguicidas químicos;
tecnología de destrucción de desechos clínicos, plaguicidas, y otros materiales peligrosos.
La ONUDI ayuda a los países en desarrollo a establecer la infraestructura necesaria para el manejo de los desechos peligrosos. El propósito principal del enfoque que utiliza es de reducir al mínimo la producción de desechos mediante la aplicación de métodos limpios de producción y de mejores controles. Cuando hay desechos, o cuando se siguen produciendo, se promueve la reutilización y el reciclaje. La Organización recomienda que siempre que sea posible el tratamiento de los desechos se efectúe cerca de las fuentes que los producen.
La ONUDI no recomienda ninguna tecnología específica para la destrucción de los desechos. La mayoría de las tecnologías existentes, como la incineración o la eliminación en vertederos, son consideradas como potencialmente contaminantes o como soluciones temporales. Por consiguiente, sus programas se basan en la reducción al mínimo de los desechos, en la esperanza de que las tecnologías no combustivas puedan ser una solución.
La ONUDI será el organismo de ejecución de un programa financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM)para la experimentación de tecnologías no combustivas de destrucción de COP en países en desarrollo. El proyecto se ha elaborado en colaboración con varias ONG y representará un importante impulso tecnológico que podría constituir una solución para la destrucción de plaguicidas caducados y COP en los países en desarrollo.
Por tratarse de un organismo de carácter técnico, la ONUDI no financia programas pero puede ayudar a los países que dan prioridad a las cuestiones ambientales y de manejo de desechos a preparar propuestas de conjuntos de medidas integradas que puedan usarse para obtener fondos de donantes. Los programas de lucha integrada contra la contaminación elaborados por la ONUDI y los inventarios de fuentes de desechos se han traducido en un manual de mejores prácticas y de organismos de capacitación. Estos programas se ocupan principalmente de efluentes de desechos industriales, pero no excluyen necesariamente a los plaguicidas.
La ONUDI promueve la fabricación de plaguicidas más limpios y más seguros y también está apoyando la producción de plaguicidas botánicos, como la margosa, que entraña la posibilidad de generar ingresos y de reemplazar en las zonas marginales a los plaguicidas químicos importados. También se promueve el Bacillus thuringiensis (Bt) y la fabricación de otros bioplaguicidas, lo mismo que la elaboración y el uso de técnicas más seguras de aplicación de plaguicidas.
La ONUDI, en colaboración con el PNUMA, ha creado una red de Centros de Producción Limpia en 19 países del mundo que ofrecen asesoramiento técnico local sobre cuestiones relacionadas con la producción limpia. Debería consultarse a estos centros para recibir asesoramiento en materia de manejo de desechos peligrosos, fabricación de plaguicidas y técnicas de destrucción de desechos peligrosos.
La Secretaría del Convenio de Basilea ha establecido centros regionales para prestar apoyo a las partes del Convenio en su aplicación. Estos centros dan orientación y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con el manejo de los desechos peligrosos, y también dirigen a las partes a otras fuentes de asesoramiento e información, como la FAO, en lo que respecta a los plaguicidas, o la ONUDI, en lo que atañe a los procesos industriales.
Algunos donantes bilaterales y multilaterales destinan fondos para financiar iniciativas específicas que pueden ser importantes para ciertos aspectos de la prevención y la eliminación de plaguicidas caducados. La existencia de este tipo de iniciativas debe establecerse desde la fase inicial de un proyecto para incluirlas, o basarse en ellas, según sea necesario. A modo de ejemplo, pueden mencionarse proyectos regionales de eliminación de plaguicidas caducados, programas regionales de manejo integrado de plagas (MIP) en cultivos específicos, o programas regionales de protección de la biodiversidad. Estos proyectos y donantes pueden consultarse con fines de financiación, pero aun cuando se trate de iniciativas que no son de próxima realización, éstas deberán mencionarse y señalarse en las propuestas de proyectos indicando, de tal modo, el conocimiento de cuestiones pertinentes y de mayor envergadura.
Es posible que a nivel nacional se adopten iniciativas para abordar problemas que están relacionados directamente con la prevención y la eliminación de los plaguicidas caducados. Aunque, en general, los asuntos atinentes a los plaguicidas son de competencia del ministerio de agricultura de un país, también otros ministerios pueden ocuparse de problemas relacionados con el manejo de las sustancias químicas y los desechos peligrosos, la protección de la salud, o la protección del medio ambiente. El comité de coordinación nacional deberá tener en cuenta todas estas iniciativas, y éstas deberán incluirse en la elaboración y ejecución del proyecto de prevención y eliminación de los plaguicidas caducados.