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Capítulo 6
ENFRENTAR LAS CAUSAS


Prevenir la creación de existencias de plaguicidas caducados es tan importante como la eliminación de las actuales existencias. Los países que buscan apoyo técnico y económico para proceder a la eliminación de los plaguicidas caducados deben poder demostrar también que están adoptando medidas para prevenir en el futuro su ulterior creación y acumulación.

A continuación se ilustran brevemente las soluciones posibles frente a las existencias de plaguicidas caducados. Puede haber otras medidas adoptables por los países, pero éstas deberán hacer frente ante todo a las causas de la existencia de plaguicidas caducados en el país basándose, además, en la experiencia adquirida por otros países para resolver sus problemas en materia de plaguicidas caducados, y previendo asimismo la aplicación de otras medidas de prevención.

Política agrícola (MIP)

Los países deberán adoptar políticas y estrategias de apoyo de la producción agrícola que puedan contribuir, en todo lo posible, a disminuir el uso y la dependencia de los plaguicidas químicos sintéticos.

El manejo integrado de plagas (MIP)se refiere a un sistema de manejo que, en el contexto de las dinámicas asociadas con el ambiente y con las poblaciones de las especies de plagas, utiliza todas las técnicas y métodos adecuados de la manera más compatible posible para mantener a las poblaciones de plagas a niveles inferiores de los que producirían daños o pérdidas inaceptables desde el punto de vista económico.

Cuando se depende de los plaguicidas químicos como medida principal de lucha contra las plagas, debe hacerse todo lo posible para desarrollar sistemas alternativos de manejo, y convencer a los agricultores de su eficacia. Entre las iniciativas que pueden adoptarse al respecto figura la movilización de medios para la investigación, la capacitación, la extensión y la producción en apoyo de una estrategia de MIP. En general, esta movilización de recursos tan diversos en gran escala puede funcionar solamente si se lleva a cabo con la intervención del Estado y, por consiguiente, es esencial el apoyo institucional, parlamentario, ministerial, departamental y de otras instituciones.

Plagas migratorias

Una de las causas principales de la acumulación de existencias de plaguicidas caducados ha sido la constitución de reservas estratégicas de plaguicidas para luchar contra las infestaciones de plagas migratorias. Cuando dichas infestaciones no se producen, la fecha de caducidad de los plaguicidas a la larga se vence y, finalmente, los productos caducan.

En la actualidad existen, o se están elaborando, otras estrategias para luchar contra las plagas migratorias. Entre ellas se cuenta la posibilidad de utilizar agentes de lucha biológica en lugar de plaguicidas; acuerdos con los fabricantes de plaguicidas para la movilización rápida de nuevos plaguicidas en lugar de almacenar productos por largos períodos; la rotación de las reservas para evitar el vencimiento de los productos; y la mejora de la vigilancia para la notificación previa de infestaciones de plagas inminentes.

Los países que en la actualidad mantienen reservas estratégicas de plaguicidas para luchar contra las plagas migratorias deben reconsiderar sus estrategias con la asistencia de la FAO, o de otros organismos pertinentes, con el objeto de eliminar o disminuir la dependencia de las reservas estratégicas.

Vectores de enfermedades

Debe hacerse todo lo posible para luchar contra las enfermedades humanas o del ganado transmitidas por insectos o por otros animales ya que pueden causar estragos en las comunidades de los países en desarrollo. En muchos casos, entre las medidas de lucha existen métodos destinados a matar a los vectores de las enfermedades (los animales que transmiten la enfermedad)que incluyen, comúnmente, la utilización de plaguicidas.

Si bien los plaguicidas químicos pueden ser eficaces contra los vectores de las enfermedad, la dependencia excesiva de los plaguicidas puede entrañar también graves problemas, como la resistencia de las plagas, las repercusiones en organismos no previstos y la contaminación ambiental y, a largo plazo, estas repercusiones inesperadas pueden traducirse en una ineficacia de los plaguicidas.

Los países deberán estudiar la posibilidad de disminuir su dependencia de los plaguicidas químicos para luchar contra los vectores de las enfermedades, mediante la elaboración de sistemas de lucha integrada contra los vectores, como los promovidos por la OMS, dando así lugar a una disminución de las cantidades de plaguicidas necesarios y al fomento de la utilización de plaguicidas menos peligrosos que los utilizados en el pasado.

Control de las importaciones

La mayor parte de los plaguicidas son importados por casi todos los países en desarrollo. Debe exigirse que los plaguicidas importados cumplan con todos los requisitos de las leyes nacionales de control de plaguicidas y de los controles internacionales, como el Código de Conducta sobre la Distribución y Uso de Plaguicidas; los Convenios de Rotterdam, de Basilea y de Estocolmo; y los códigos de buenas prácticas de la industria.

Una fuente común de plaguicidas caducados son los productos importados ilegalmente, cuyo uso puede no estar aprobado en el país importador, que pueden llevar etiquetas en lengua extranjera, pueden estar prohibidos o haber sufrido daños, o pueden no respetar las normas nacionales o internacionales por otras razones.

Las autoridades nacionales deben hacer todo lo posible para detener las importaciones ilegales de plaguicidas. Para tener mayor éxito en este intento conviene adoptar mejores medidas de control en la frontera o proceder a la armonización de los planes de control del registro de plaguicidas con los países vecinos. El personal de aduanas deberá estar capacitado adecuadamente para controlar las importaciones de plaguicidas.

Fabricación de plaguicidas

Cuando en un país hay fábricas de plaguicidas, ello puede acarrear beneficios para la economía local pero también puede entrañar desventajas para la salud y el medio ambiente y, por consiguiente, debe hacerse una evaluación objetiva de los beneficios y de los costos. En algunos casos, los gobiernos, la industria y los organismos internacionales han fomentado el establecimiento de fábricas locales de producción de plaguicidas para acabar comprendiendo que no eran viables económicamente, o que fabricaban productos en condiciones inferiores a la norma, poniendo en peligro la salud de los trabajadores.

A los fabricantes locales de plaguicidas debe imponerse todos los controles pertinentes para asegurar que sus productos cumplan con los requisitos reglamentarios, y que las instalaciones sean conformes a las normas nacionales e internacionales de protección de la salud, la seguridad y el ambiente.

Cuando estas fábricas se ajustan a las normas correspondientes, se pueden establecer estrategias de colaboración para ayudar a los países a elaborar sistemas más eficaces de lucha contra las plagas migratorias o contra los vectores de las enfermedades, que pueden incluir la fabricación de determinados plaguicidas que sean compatibles con los sistemas de lucha integrada, o el mantenimiento de reservas de principios activos de rápida preparación y movilización en el caso de infestaciones de plagas migratorias.

Reglamentación

Los plaguicidas son productos químicos potencialmente peligrosos utilizados por un número considerable de personas que a menudo carecen de capacitación. Además los plaguicidas se dispersan intencionalmente en el medio ambiente. Por consiguiente, es sumamente importante establecer controles sobre la manera en que los plaguicidas se suministran y se usan.

La mayoría de los países cuentan con alguna forma de reglamentación de los plaguicidas. Los países que busquen apoyo para operaciones de eliminación deberán garantizar la existencia de reglamentos de control de todos los aspectos relativos al suministro y a la utilización de los plaguicidas. También es importante el cumplimiento de los reglamentos, pero puede entrañar fuertes exigencias en materia de recursos. Los países deben exigir hacer cumplir sus reglamentos sobre plaguicidas en la medida de lo posible, pero si por falta de recursos ello resulta difícil, debe tomarse nota de este hecho y tener en cuenta las medidas de prevención que acompañen los proyectos de eliminación.

Control de calidad

Los plaguicidas cuyas condiciones son inferiores a la norma entrañan un gravísimo peligro para la salud y el medio ambiente, y tienen mayores posibilidades de deteriorarse antes que los productos de alta calidad. Además, los productos más baratos pueden tener envases de mala calidad, que son más susceptibles de daños durante el almacenamiento y el transporte. Otros factores, como el etiquetado y la administración deficiente de los productos también pueden contribuir a la rápida caducidad de los productos inferiores a la norma.

El control de calidad de los plaguicidas debe ser parte integrante de los controles de registro y de las importaciones. Los países deben desarrollar la posibilidad de que los análisis de los plaguicidas corran por cuenta de los fabricantes o los importadores, y no permitir que los productos inferiores a la norma entren en la cadena de suministros.

Donaciones

Las donaciones de plaguicidas no solicitados en cantidades excesivas, o la carencia de coordinación, dan lugar con frecuencia, a la creación de existencias caducadas. Además, a veces las contribuciones financieras están vinculadas a la adquisición de insumos agrícolas, con inclusión de plaguicidas, y esta práctica también ha contribuido al exceso de suministros y, por tanto, al aumento de existencias caducadas.

Los países deben asegurarse de que las donaciones de plaguicidas incluyan exclusivamente productos cuya utilización haya sido aprobada para combinaciones pertinentes de plagas agrícolas; que las cantidades suministradas no sean superiores al uso previsto para una temporada al año; y que los plaguicidas donados no provoquen distorsiones del mercado y no conduzcan a una excesiva utilización y a la creación de existencias excedentarias. La ayuda condicionada debería destinarse a la adquisición de equipos y de insumos que no sean plaguicidas. Los países en desarrollo no deben aceptar donaciones de plaguicidas que no correspondan a sus necesidades.

Almacenamiento

El almacenamiento inadecuado de los plaguicidas puede dar lugar al deterioro acelerado de los productos y a la creación de existencias caducadas. Es esencial que los plaguicidas se conserven en almacenes que se ajusten estrictamente a los requisitos establecidos por la FAO (FAO, 1996a, véase Anexo 1)o a otras directrices apropiadas. Debe controlarse la conformidad de los almacenes de plaguicidas de propiedad del gobierno, modificándolos según sea necesario. Deberá considerarse la oportunidad de establecer reglamentos para determinar las condiciones de almacenamiento de los plaguicidas y la concesión de licencias para almacenes privados para plaguicidas, los cuales deberán también inspeccionarse y modificarse.

Una buena administración de las existencias es un importante factor para prevenir la creación de existencias de plaguicidas caducados. El principio de salida en orden de entrada debe aplicarse en todos los almacenes de plaguicidas de modo que se usen primero los productos más antiguos, dejando la utilización de los productos más recientes para cuando se hayan acabado los más antiguos.

Capacitación

La capacitación es necesaria para todas las tareas relacionadas con el manejo de los plaguicidas. Los gobiernos deben aportar fondos para dar capacitación al personal del sector público encargado de la aplicación de los reglamentos, del almacenamiento y el manejo de las existencias, del control de las importaciones y del control de la calidad. El sector privado también debe sufragar de manera adecuada actividades de capacitación.

La capacitación no debe considerarse como una actividad que se realiza una sola vez, sino que debe examinarse y actualizarse de manera regular.

Envases y plaguicidas sin usar

Los envases vacíos de plaguicidas y pequeñas cantidades de plaguicidas sin usar o indeseados son desechos peligrosos para cuyo manejo adecuado debe contarse con los mecanismos necesarios. Estos mecanismos deberán ser conformes a las directrices de la FAO (FAO, 1999a, véase Anexo 1), que se basan en el principio de la eliminación de los desechos peligrosos que están en poder de los usuarios finales -quienes carecen de los recursos y los conocimientos necesarios para manejarlos de manera adecuada- y de su devolución a los proveedores. Enterrar y quemar los envases vacíos de plaguicidas son prácticas comunes muy difundidas.

Se trata de prácticas inadmisibles frente a las cuales deben adoptarse estrategias alternativas, según propone la FAO en sus directrices, y este aspecto del problema debe recibir una atención permanente a fin de prevenir la acumulación de desechos peligrosos.


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