Características de los bosques mediterráneos
La forêt circumméditerranéenne et ses problèmes. A. Seigue. París, Editions Maisonneuve et Larose y Agente de coopération culturelle et technique. 1985. 502 págs.
ANTIGUA PRENSA DE ACEITE ROMANA EN AFRICA DEL NORTE prueba do un pasado con árboles abundantes
En su prefacio a esta importante obra, la quinta de la serie Techniques agricoles et productions méditerranéennes, R.G. Fontaine (antiguo Director de Recursos Forestales de la FAO) ofrece algunas reflexiones personales sobre los bosques mediterráneos. Poniendo de relieve su carácter original, bien formen «paisajes naturales» o «paisajes humanizados», Fontaine recuerda cómo en 1911 el Congreso Forestal de Madrid recomendó el establecimiento de una organización que colaborara en el estudio de los problemas y de las posibles soluciones. Ello dio lugar al nacimiento en 1922 de Silva mediterránea, cuyas actividades reactivó la FAO en 1948.
Es el característico ecosistema mediterráneo el que da al paisaje su aspecto típico: plantaciones de frutales en terrazas separadas por muros bajos, plantaciones de álamos combinadas con viñas, o la agricultura mixta que los italianos denominan promiscua, practicada en zonas de colinas. Esta integración de las actividades agrícolas, forestales y ganaderas hace, según Fontaine, que sea difícil resolver los problemas de los bosques sin abordar también los problemas humanos de las poblaciones que viven en ellos.
Seigue dedica gran parte de su obra a explicar los problemas indicados. Estos, según afirma, no tienen una «solución radical»pero no son «totalmente insolubles».
A modo de introducción autor plantea cuatro cuestiones: ¿Hay una unidad y unas características únicas que permitan hablar con propiedad del bosque mediterráneo? ¿Cuáles son las condiciones climáticas y edáficas que lo caracterizan? ¿Cuál es el lugar del bosque mediterráneo en la prehistoria y en la historia? ¿Cuáles son los límites del bosque mediterráneo?
Para responder a esas preguntas, Seigue acompaña al lector en un recorrido del maquis y la garrigue en Provenza, del matorral en España, del xeronuvi en Grecia, del ahrachd en los países de lengua árabe, y de la macchia en Italia, paisajes tan característicos que «en cada país los nativos del Mediterráneo se sienten en casa cuando los ven».
La vegetación forestal está estrechamente vinculada con el complejo clima mediterráneo, lo cual explica su gran variedad. El autor señala influencias tropicales en el verano, influencias templadas y húmedas en el invierno, la alta presión del Atlántico que refuerza los vientos fríos lluviosos, la circulación bastante frecuente de aire polar y, en breve, un clima no muy favorable para los bosques.
Pero aunque la flora depende mucho del clima, también depende del suelo que es «la cara oculta»del bosque mediterráneo.
Un breve estudio histérico data la primera aparición de los agricultores - y por lo tanto del elemento perturbador del bosque mediterráneo - hace 10000 años en el Cercano Oriente. No sólo la población rural, sino también los navegantes atacaron los bosques. Cretenses, fenicios, griegos - todos productores de madera - dominaron la cuenca del Mediterráneo con sus inmensas flotas, mientras que pueblos con recursos forestales escasos o nulos, como los egipcios, dependían de los anteriores. El autor traza las principales rutas marítimas seguidas por el suministro de madera de los países exportadores - el Maghreb, España y Sicilia - hasta los astilleros en el sur de Siria, en Africa del Norte y en Egipto.
Por último, Seigue define los límites y la distribución territorial del bosque mediterráneo, delimitación que puede ser geográfica, bioclimática y fitogeográfica.
Una parte importante de la obra está dedicada a la flora mediterránea: un capítulo dedicado exclusivamente al género Quercus; otras especies latifoliadas, como el castaño, el álamo, el sauce, el fresno, el almendro, el olivo y otros muchos; y las coníferas (pino, cedro, abeto, enebro). Las especies originarias de fuera de la región son todavía muy a menudo objeto de controversias, a pesar de que su presencia es ya familiar: eucaliptos con plantaciones que cubren un millón de hectáreas, y acacias australianas que normalmente son el sotobosque de los eucaliptos.
Seigue analiza la función productiva del bosque mediterráneo, tanto para la población que vive en sus bordes como para fines industriales: leña (sobre todo el roble, cuyo valor calorífico es muy elevado, y el olivo); madera (eucaliptos en Marruecos, álamos en el Cercano Oriente e Italia, coníferas en los demás países); pasta de madera, que algunos países (Argelia, Egipto, Israel, Túnez) no producen aunque tienen una industria muy activa de pasta y papel; y, por último, corcho, resina, aceites esenciales (extraídos sobre todo del eucalipto) y productos comestibles entre los que ocupa un lugar privilegiado la trufa, sumamente apreciada.
Diagramas, mapas, cuadros y una bibliografía muy abundante completan el estudio. No obstante, si hay una reserva que hacer, ésta se refiere a la presentación del gran número de fotografías que ilustran el libro, cuya reproducción deja mucho que desear; es una lástima, si se considera la gran variedad dé temas representados. Pese a ello, este detalle no impedirá que el trabajo interese a todos - lectores profanos, especialistas o simplemente «mediterráneos» - que deseen saber algo más sobre esos bosques.
Los bosques y el derecho
L'environnement et la forêt. Estrasburgo. Société française pour le droit et l'environnement (SFDE). 1984. 307 págs.
Este volumen está formado por ponencias presentadas en el simposio organizado conjuntamente por el SFDE y la Association internationale des entretiens écologiques, celebrado en Dijon del 13 al 15 de marzo de 1984. Los participantes estudiaron el tema desde varios ángulos, que pueden dividirse en dos categorías: la función protectora, económica y social del bosque, y el bosque y el derecho. La primera parte del libro se dedica sobre todo al estudio de la madera como materia prima y fuente de energía, así como a la ordenación de los bosques, concepto que rebasa la noción simplista de «corta controlada»para incluir la «necesidad» y la obligación de proceder a esa ordenación. También se estudia la agricultura y la ganadería en relación con el bosque y la cuestión de los derechos consuetudinarios y las costumbres locales heredadas del pasado, que ahora están desapareciendo gradualmente. Un análisis sociológico de la utilización de los bosques prevé dos conceptos de los recursos naturales: uno «esencialista», que propugna su conservación, y el otro «instrumental», que defiende la idea de transformarlo en un lugar de recreo.
En relación con la segunda categoría, hay un estudio de instituciones y su función en la protección de las tierras arboladas, y un documento sobre la evolución de las estructuras que relacionan las tierras forestales y el derecho, y sobre la ambigüedad de la relación bosque-suelo. Otros autores estudian el abuso de los bosques contra el que «se unen el derecho penal general y el derecho penal forestal» para asegurar la protección del patrimonio forestal mediante disposiciones fiscales encaminadas a la conservación de las tierras arboladas. Otros temas tratados son los sistemas especiales de protección, en particular contra la explotación en gran escala, los incendios y los desastres naturales.
El simposio de que trata este volumen es otro ejemplo loable del intento de fomentar en el público una mayor conciencia de los bosques, no sólo para su propio esparcimiento, sino también y sobre todo para mantener los grandes equilibrios biológicos.
Centro de atención: Zaire
Premier Symposium sur la Forêt: richesse nationale à préserver. Departamento del Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Turismo (DECNT), República del Zaire. 1984. 439 págs.
«Explotando sólo un diez por ciento de nuestro potencial, podríamos llegar a ser un gigante entre los productores de madera africanos.» Con esta declaración, que refleja la preocupación del Zaire por sus recursos naturales, tan poco utilizados en comparación con las minas (sólo el 1,15 por ciento de los ingresos totales de exportación del país proceden de la madera, frente al 83,2 por ciento del sector minero) se abrió en Kinshasa el primer simposio sobre los bosques del Zaire el 15 de abril de 1984.
Esta publicación, que contiene 31 contribuciones de participantes zairenses y extranjeros, da al lector una idea muy clara tanto de la extensión de los recursos forestales del Zaire - casi la mitad de la superficie total del país - como de los enormes problemas que entraña su desarrollo. Los documentos presentados al simposio tratan de temas que van del desarrollo de la industria maderera en el Zaire a los problemas de la utilización de los bosques; del concepto de renovabilidad y pervivencia de los bosques al de su vulnerabilidad (por ejemplo, el bosque de Mayombe); de la crisis energética en el Zaire a los medios para superarla aprovechando los residuos de la madera.
La primera parte del libro se refiere a la función económica del bosque. Comienza con una exposición de la situación actual y las perspectivas futuras de la industria forestal del Zaire, cuyo autor es el Secretario General del DECNT, el cual describe la situación pasada que culminó en el período entre 1960 y 1973, cuando la principal preocupación de la explotación maderera era exportar trozas en detrimento de la elaboración de los productos forestales. Esa tendencia contribuyó a una baja espectacular en el valor añadido de los productos madereros. Las restricciones a la exportación de trozas que se impusieron luego, junto con la «zairización» de la industria - un intento de remediar la situación transfiriendo la mayoría de las empresas forestales al patrimonio nacional - encontró graves obstáculos: capital insuficiente; falta de experiencia empresarial; fuerza de trabajo no capacitada, y por tanto no productiva, etc. Sólo en 1978 pudo finalmente el sector forestal iniciar el camino hacia el desarrollo.
En lo que se refiere al comercio de productos madereros, uno de los autores señala que, mientras las exportaciones de Costa de Marfil son de 3 millones de m3 al año, las de Zaire llegan apenas a los 120000 m3, cifra ridícula si se recuerda que el 60% de los bosques tropicales de Africa están dentro de las fronteras del Zaire. Las razones de las bajas cifras de exportación son las deficiencias en la infraestructura (capacidad portuaria, medios de transporte) y la falta de instalaciones grandes con tecnología avanzada.
Un participante señala que otra limitación es el precio excesivo de las maderas aserradas valiosas, único producto competitivo en los mercados mundiales. Las compañías de construcción muestran ahora una tendencia cada vez mayor a usar productos sustitutivos, como el aluminio. Por lo tanto - añade - sería aconsejable alentar a las industrias de la chapa y la madera contrachapada a que usaran especies menos conocidas cuyos productos, más baratos, podrían venderse mejor en el mercado local.
Varios autores tratan de la crisis energética. En el Zaire, como en la mayoría de los países en desarrollo, la madera es la única fuente de energía para el 80% de la población. Una mera estimación del consumo es sorprendente: 20 millones de m3 al año equivalente a 20 veces la producción anual de las industrias forestales del Zaire. Pero existen soluciones: la recuperación de los residuos de las serrerías y de la tala para la producción de energía; la tala selectiva y el establecimiento de plantaciones para leña. Además, pueden usarse a escala industrial tanto la combustión como la gasificación de esa biomasa.
La segunda parte de la publicación se dedica sobre todo a la función ecológica de los bosques, incluyendo la deforestación y los efectos que tiene sobre el medio la supresión de algunos ecosistemas forestales como, por ejemplo, la destrucción progresiva del bosque de Mayombe. Esos efectos explican en parte las perturbaciones climáticas observadas en la subregión de Bas-Fleuve, un bosque «mantenido delicadamente por las nieblas marinas». En virtud del programa de la Unesco El Hombre y la Biosfera, Zaire ha establecido dos reservas de biosfera en Yangambia y Luki para proteger sus recursos forestales y animales.
Mejoramiento genético de los bosques tropicales
Provenance and genetic improvement strategies in tropical forest trees. R.D. Barnes y G.L. Gibson, eds. Actas de una conferencia conjunta de trabajo sobre proveniencias y estrategias de mejoramiento genético de árboles tropicales Matare, Zimbabwe, 9-14 de abril de 1984. Commonwealth Forestry Institute Oxford/Zimbabwe Forestry Commission. 1984. 662 págs. Precio: 15 libras esterlinas.
Las actas de esa conferencia contienen los trabajos presentados en una reunión conjunta de los grupos de trabajo de la IUFRO sobre especies tropicales y proveniencias (52.02.08); sobre mejoramiento genético de especies tropicales (52.03.01), y sobre mejoramiento genético de los pinos rígidos (52.03.13), celebrada con la colaboración de la Comisión Forestal de Zimbabwe. Además de 86 trabajos voluntarios sobre especies/ensayos de proveniencia y programas de mejora forestal en varios países tropicales, las actas contienen siete trabajos cuya preparación se había solicitado.
Figuran asimismo cuatro trabajos preparados como resultado de los debates celebrados durante la propia conferencia y del curso de capacitación previo a ella.
Las actas ofrecen un resumen útil de los conocimientos actuales y la situación relativa a la utilización racional de los recursos genéticos forestales. Se reservó tiempo durante la conferencia para examinar, en pequeños grupos, algunos de los problemas y cuestiones planteados en los trabajos solicitados, a lo que siguió un debate general en sesión plenaria.
Se consideró fructífero y estimulante este método de trabajo, que permitió la intervención plena y activa de los 60 participantes (que representaban a 28 países).
Se prevé que la próxima reunión de estos activos grupos de trabajo se celebrará en 1987, en un lugar todavía por decidir.
Pueden obtenerse ejemplares de las actas dirigiéndose a: Commonwealth Forestry Institute, South Parks Road, Oxford OK1 3RB, Reino Unido.
Christel Palmberg
FAO, Roma