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Editorial

LA GENETICA y los bosques del futuro

Una consecuencia grave de la deforestación y de la degradación de los ecosistemas, que a menudo no se tiene en cuenta, es la pérdida de recursos genéticos de especies vegetales y animales.

Los bosques tropicales, que tienen los ecosistemas más complejos y más ricos en especies del mundo, se están destruyendo o alterando rápidamente, lo que da lugar a un empobrecimiento genético sin precedentes. La influencia de la contaminación atmosférica y de los incendios en la estructura y en la riqueza de los ecosistemas de los climas templados y del Mediterráneo han creado una amenaza similar para los recursos genéticos de una gran variedad de especies, especialmente en Europa y América del Norte. Al mismo tiempo, la domesticación y la selección y mejora genética intensivas de plantas económicamente valiosas están homogeneizando las poblaciones, sin que se preste la debida atención a la conservación de las valiosas variaciones que la naturaleza ha desarrollado a lo largo de. milenios.

La variación genética dentro de las especies y entre ellas desempeña varias funciones de importancia fundamental: representa un factor de protección contra cambios en el medio (incluidos los producidos por plagas y enfermedades) y en el clima; también aporta los elementos fundamentales que el hombre usa en la selección y la mejora genética para lograr la adaptabilidad a una serie de medios y usos finales.

Las tierras y las cuencas fluviales degradadas pueden rehabilitarse y las colinas desnudas reforestarse; pero cuando una especie vegetal o animal se extingue o una variación genética se agota, la pérdida es irreversible. Si el hombre causa grandes perturbaciones al medio natural, como ocurre ahora, no puede dejar ya la conservación de la diversidad genética a la naturaleza; debe tomar medidas activas para conservarla él mismo.

Un desarrollo sostenido depende en gran parte de la conservación y utilización prudente de los recursos genéticos vegetales y animales. La necesidad de dar a la conservación una base planificada, coordinada y científica es ahora urgente.

Reconociendo esos principios y teniendo en cuenta las recomendaciones de la Comisión de Recursos Fitogenéticos de la FAO y del Cuadro de expertos en recursos genéticos forestales, el Departamento de Montes de la FAO ha aumentado mucho últimamente sus actividades en relación con los recursos genéticos. Los programas se centran sobre todo en la exploración, recogida de semillas, evaluación y mejora de especies leñosas; en estudios sobre metodologías y actividades de campo para la conservación in situ y ex situ; en la difusión de informaciones mediante manuales prácticos y boletines, y en los contactos directos y la cooperación con institutos de los países en desarrollo activos o interesados en la salvaguardia y promoción de sus recursos naturales para el uso actual y futuro.

El principal articulo de este número de Unasylva, que es del Profesor Gene Namkoong, se basa en la ponencia que presentó a los debates sobre recursos genéticos en el Noveno Congreso Forestal Mundial, celebrado en México, D.F., en julio de 1985. Considerando problemas de naturaleza tanto técnica como ética, el Dr. Namkoong esboza varias estrategias alternativas para la ordenación de los recursos genéticos de las plantas leñosas y examina su aplicación a una serie de condiciones socioeconómicas, niveles de tecnología y objetivos biológicos.

La conservación de los recursos genéticos es un medio indispensable para el bienestar, y en algunos casos para la misma supervivencia de las poblaciones. Los recursos genéticos son patrimonio común de la humanidad; su disponibilidad es necesaria para el progreso de las generaciones actuales, y al mismo tiempo debe asegurarse para las generaciones futuras. Es preciso, pues, dar la máxima prioridad a la ordenación de esos recursos.


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