Los observadores son reclutados en base a su formación y experiencia y pueden ser contratados directamente por un ministerio de pesca o a traves de un tercero. Viven y trabajan a bordo de buques nacionales y extranjeros que operan dentro de zonas de exclusiva jurisdicción económica o pesquera nacional. Las campañas individuales de observación tienen una duración normalmente de cinco a doce días en arrastreros no congeladores y hasta de treinta días en grandes buques factoría. Se intentan evitar los períodos más largos, aunque ocasionalmente son necesarios debido a demandas operacionales, ya que la experiencia ha demostrado que la calidad del trabajo disminuye y que la efectividad en la vigilancia decrece con una mayor familiaridad entre el observador y la tripulación.
Los objetivos del Programa de Observación son dobles. En primer lugar, controlar el cumplimiento por los arrastreros nacionales y extranjeros de las leyes de pesca tal y como está definido en las diversas Actas y Regulaciones nacionales. En este aspecto, el observador actua como un “perro guardián” en un intento de asegurar que todas las regulaciones se cumplen. Ya que el observador no posee ninguna autoridad para hacer cumplir la ley, cualquier violación real o supuesta requiere contactar con las oficinas centrales mediante el equipo de radio del pesquero para solicitar que un inspector de la pesquería investigue el problema. Con anterioridad a la llegada del buque patrulla, el observador deberá documentar la violación tan completamente como sea posible en su diario de campo e incluir fotografías si la situación lo requiere.
El segundo objetivo del programa consiste en llevar a cabo un amplio muestreo biológico. Aunque la información científica que debe obtener el observador varía en función del momento del año y de la pesquería específica que aquel moment esté llevándose a cabo, la información básica incluye el control de las capturas, mediciones de talla y peso, estudios sobre el sexo y extracción de otolitos.
Las disposiciones logísticas para el embarque y desembarque del observador son realizadas por el coordinador del programa. Normalmente, el observador se reunirá con el buque asignado en un puerto designado o será trasladado a las áreas de pesca por un buque de soporte para su traslado al buque de pesca.
Finalizada la campaña, el observador se reunirá con el “staff” del programa para discutir los problemas hallados (si ha habido alguno) y oir recomendaciones. La reunión conllevará una evaluación del trabajo realizado por el observador y una verificación del cumplimiento de los requerimientos de la campaña. Estas sesiones no deberian durar más de un día.
Se realiza un programa extensivo de adiestramiento dirigido a los observadores en formación recién contratados, de manera que puedan comprender mejor sus deberes y responsabilidades. Se da especial énfasis al dominio de material y conceptos nuevos y no familiares y se espera que cada aprendiz lleve el mismo paso que el resto del grupo. Se espera asimismo que los nuevos observadores adquieran una comprensión de los motivos por los que los recursos pesqueros son administrados y de la manera como las consideraciones cientificas, económicas y políticas poseen un impacto en las decisiones de gestión. Aprenderán que si el fin de la gestión de las pesquerías consiste en el “optimo uso de los recursos de la sociedad”, un programa efectivo consistente en una valoración de los recursos y en el control y vigilancia de la actividad pesquera, debe ser esencial.
A medida que tienen lugar nuevos avances en los requerimientos biológicos y de tipo legal, se desarrollarán sesiones de grupo para mantener en lo posible informado y al día al personal. Cuando la logística no puede hacer factibles las sesiones de grupo, los cambios en las normas serán comunicados a los observadores por escrito, estando prevista una reunión cuando ello sea posible.
Los objetivos del programa son formulados de acuerdo con las condiciones locales, prioridades científicas y legales, y recursos financieros disponibles. Basándose en las necesidades identificadas en la región de Scotia-Fundy, en el Canadá oriental, se desarrollaron los siguientes objetivos:
Objetivos primarios:
(1) Mantener con la presencia de un observador una cobertura de un 50–100% de los buques extranjeros que faenan dentro del área abarcada.
(2) Mantener la presencia de un observador en un 10–15 % de todos los buques nacionales mayores de 30 m.
(3) Recoger información sobre los stocks de peces y técnicas de pesca para mejorar el nivel de conocimiento en las áreas de administración del stock, adopción de TACs, dinámica de poblaciones, comportamiento del arte, etc.
(4) Controlar e informar sobre el cumplimiento de las actas, regulaciones y política de pesca.
(5) Proporcionar a la administración la información pertinente necesaria para la formulación de políticas y regulaciones pesqueras válidas.
(6) Asistir a la industria pesquera cuando y donde sea posible y comunicarle los logros adquiridos gracias al programa de observación.
Objetivos secundarios:
(7) Control de la contaminacion.
(8) Protección de cables de telecomunicación sumergidos.
Estos objetivos responden a intereses regionales y proporcionan una base desde la cual medir el cumplimiento del programa. Los programas de observación que se efectúen en otras áreas deberán necesariamente desarrollar sus propios objetivos.
Durante la asignación a un buque pesquero, período que puede durar de 5 a 30 días, diversas tareas son asignadas al observador, las cuales definen dos responsabilidades básicas:
1. Controlar el cumplimiento por parte del buque pesquero de las regulaciones de la pesquería concernientes a las áreas donde se pesca, artes de pesca utilizados, pesquerias autorizadas, metodología utilizada para cumplimentar el cuaderno de pesca, informe sobre la captura y restricciones de captura adicional, y
2. Obtener y tomar nota de datos biológicos de muestras representativas del pescado, tales como edad y determinaciones de sexo, medidas talla/peso, datos biológicos precisos de determinadas especies, análisis de estómagos, así como datos de captura y esfuerzo.
Las tareas asignadas al observador durante su período a bordo pueden variar de buque a buque, de pesquería a pesquería, y de estación a estación. En la mayoría de casos, no obstante, el observador deberá llevar a cabo algunas o todas las funciones siguientes:
1. mantener una comunicación frecuente con los centros regionales (1–2 veces por semana) usando el sistema de comunicación del buque,
2. obtener especificaciones y esquemas del arte de arrastre para determinar la actuación del arte de pesca,
3. controlar la pauta global de pesca del buque en relación a la topografía del fondo, concentración de la flota, estrategia de pesca que sigue el capitán, restricciones impuestas por las regulaciones, etc.,
4. detallar las operaciones de proceso del pescado que efectua el buque con referencia a los tipos de producto, tiempos de congelación, procedimientos de envase y empaquetado, utilización del potencial humano, mecanización, disposición de la planta de proceso, control de calidad, etc.,
5. realizar verificaciones periódicas de los métodos de registro de la captura del buque, tal y como están definidos por las regulaciones,
6. describir el proceso utilizado por el buque, asociado con las faenas de calada y virada del arte de arrastre, concentrándose en el tiempo necesario y en el potencial humano utilizado,
7. muestrear pescado al azar y tomar nota de observaciones científicas similares a las descritas anteriormente,
8. pesar al azar bloques de pescado y/o cajas de pescado de diferentes series y operaciones de proceso,
9. suministrar un informe de la campaña, detallado y por escrito, cubriendo las actividades de trabajo asignadas.
Un observador lleva a cabo tareas similares a las de los marineros de cubierta y oficiales a bordo de buques de pesca de altura. Puede ayudar a estibar provisiones, tomar parte en ejercicios de seguridad (lucha antiincendios, abandono de buque y hombre al agua), ayudar a miembros de la tripulación asegurando y preparando el buque para el mar y asistir en el manejo de sedales. Una vez ya a bordo el observador suele ayudar a la tripulación en el mantenimiento del arte y de la red, ayudando a enhebraragujas con bramante, sosteniendo y cortando red y ayudando a remarcar cables.
Durante la calada y manejo del arte, el puesto del observador está en el puente. Debe tomar nota de la hora, situación y profundidad de las posiciones de inicio y fin de cada calada. Ello precisa una profunda comprensión de las prácticas básicas de navegación por utilización de los instrumentos del puente (Loran C., Navegación por Satélite, Omega, sondas de profundidad y registradores, etc.). También es preciso que el observador anote los tipos de fondo, temperatura del agua y área de pesca. Esta información, sobre una base seriada, es almacenada conjuntamente con los correspondientes datos de captura. En su conjunto, esta información representa un registro amplio y preciso de las actividades de pesca del buque.
El observador muestrea dos veces al día, trabajando al lado de la tripulación, mientras los marineros cortan y evisceran la captura. Finalizados los muestreos biológicos, el observador que se halla a bordo de un buque nacional ayuda invariablemente en el procesado de la captura, actividad que le proporciona más oportunidades para realizar observaciones sobre la captura. Puede también colaborar en la selección de las especies adicionales y en el manejo de las cintas transportadoras. La participación en la refrigeración y congelación del pescado es otra actividad que le puede ser de utilidad, ya que le permite controlar la capacidad de almacenaje. Finalmente, es usual que el observador colabore en la limpieza del parque de pesca. Todas estas actividades contribuyen a promover una buena relación de trabajo con la tripulación.
En contraste con las compañas nacionales, las cuales se inician y finalizan en puerto, los despliegues extranjeros normalmente suelen implicar la realización de uno o más transbordos en el mar, los cuales se efectuan mediante la utilización de pequeños botes salvavidas manejados por miembros de la tripulación. El capitán del buque receptor posicionará su buque de manera que se forme una zona de sotavento que permita el uso de una escala piloto. El observador tiene siempre la palabra final respecto a la tarea de llevar a término los transbordos; su valoración de las condiciones del mar y del tiempo determina si un transbordo puede tener lugar.
El mandato referente a las acciones de control e información precisa que el observador examine la licencia de pesca del buque, sus certificados y las especificaciones del arte. La licencia debe ser examinda para asegurar su validez y para identificar las condiciones referentes a la pesquería bajo control. A partir de los certificados del buque, el observador debe obtener información referente al peso muerto, capacidad de carga, tonelaje de registro bruto, eslora, tipo de buque y disposición y diseño del área de proceso y equipamientos. Los planos del arte de pesca deben ser también estudiados y verificados mediante un examen físico del mismo para verificar su actuación así como su adecuación a las regulaciones de la pesquería. Los datos sobre el buque y sobre los artes obtenidos de esta manera forman posteriormente parte integral del informe de la campaña.
El observador debe poseer unos buenos conocimientos de los métodos básicos de navegación, lo cual es de importancia primaria a bordo de buques de pesca, ya que estos buques están obligados a restringir sus operaciones a determinadas áreas específicas. Es preciso que el observador determine y anote las posiciones exactas y obtenga otro conjunto de datos (independientemente del capitán del buque) al menos varias veces por día de pesca. Al poseer esta información, el observador puede controlar el cumplimiento del buque con respecto a las regulaciones concernientes a tránsitos entre zonas de pesca, zonas de entrada/salida, evitación de áreas cerradas a la pesca y zonas de exclusión (oleoductos, pozos petrolíferos), y artes de pesca fijos. A bordo de buques extranjeros, el observador participa rutinariamente en el control de los transbordos de carga de pescado. Puede ser requerido para registerar las esligas de la carga, verificar los tipos y pesos de productos y examinar el manifiesto del buque y las facturas de embarque. En el transcurso de la mayor parte de campañas efectuadas a bordo de buques extranjeros, el observador debe colaborar con el capitán en lo concerniente a:
(1) interpretación de teletipos, documentos oficiales, condiciones de la licencia de pesca, cuadernos de bitácora, etc.,
(2) comunicación por radio con buques patrulla, estaciones de guardacosta y barca del práctico, y
(3) derrota del barco y esquemas de tráfico de buques.
Puede ser también requerido para proporcionar un servicio de enlace con agentes de aduanas e inspectores de la pesquería.
Cada observador posee una licencia de operador de radio marítima que le cualifica para usar la radio del barco. Más a menudo, son requeridos a enviar informes codificados de la situación, normalmente sobre una base semanal o bisemanal, proporcionando así al departamento de pesquerías un resumen de la actividad del buque. Adicionalmente, puede ser necesario que el observador utilize las radios del barco durante períodos prolongados bajo especiales circunstancias, p.e. durante inspecciones o situaciones de violación de la ley, para mantener contacto con buques patrulla, con otros observadores o con el departamento de pesca.
El observador de la pesqueria no posee poderes de tipo legal tales como el poder de búsqueda y captura, arresto toma de declaraciones, o lectura de advertencias establecidas por la ley. Ello significa que el observador no puede ordenar al capitán del buque que lleve a cabo un requisito particular de la pesquería ni tampoco puede poner en duda el mando supremo del capitán sobre el buque y la tripulación.
El observador se encuentra condicionado a observar, tomar nota e informar sobre lo que ve. Su misión consiste en permanecer neutral pudiendo dar su consejo cuando éste haya sido solicitado por parte del personal del buque. Los deberes, responsabilidades y nivel de autoridad asociados con el observador han sido diseñados de manera que no interfieran con ninguna operación del buque de pesca.
Es importante reconocer que, debido al conocimiento que posee sobre las regulaciones departamentales y política pesquera, el observador se encuentra a menudo situado en una posición precaria en el desarrollo de sus responsabilidades para controlar el cumplimiento del buque con las leyes de pesca. Para asistirle en este respecto, y de acuerdo con los procedimientos del departamento, el observador puede solicitar una inspección a bordo por parte de un buque patrulla. Una tal petición es llevada a término de inmediato en el caso de una violación persistente de la ley o de amenazas a la seguridad del observador. Aquellas infracciones que en el momento parezcan ser de naturaleza seria, serán examinadas en detalle mediante la revisión de las evidencias presentadas por el observador y por el inspector de la pesquería y de la acción legal apropiada tomada al respecto.
El observador es considerado un representante del gobierno nacional a bordo de buques pesqueros nacionales y extranjeros y debe por lo tanto comportarse con prudencia y honradez. Ningún observador debe aceptar ninguna gratificación de ninguna clase, tal como viajes gratis, bebidas alcohólicas, o ningún otro objeto o gratificación que le puedan colocar en una situación comprometida. Auditorías internas regulares aseguran este cumplimiento y cualquier sospecha de delito es investigada por autoridades policiales.
Un observador es contratado para observar, tomar nota e informar. Al observar las capturas, tomar nota de la composición de la captura e informar al final de la campaña, el observador está proporcioñando una información valiosa sobre la actuación y aptitudes del buque. En ocasiones, determinados buques pueden ser de interés especial debido a factores inusuales en su pauta de pesca. Sea cual sea el caso, el observador puede no ser siempre consciente de cualquier situación especial que se pueda presentar en su campaña mientras aún esté a bordo del buque. Incluso si la serie de datos obtenida no se transforma en única, constituye de todas maneras una adición bienvenida y necesaria a la base de datos. El observador debe tratarla como tal.
El observador debe siempre entregar un conjunto completo de datos después de cada campaña. Para que ello pueda llevarse a término, deben ser tomadas determinadas precauciones. Deben guardarse los datos en un lugar único y seguro. Dejar unas cuantas hojas de datos en un cajón olvidado puede posteriormente ser enojoso. El observador debería siempre recoger los datos cuando abandona el buque, incluso en los casos en los que espera regresar posteriormente. Ha habido casos en los que un observador, habiendo dejado los datos a bordo esperando regresar más tarde, ha recibido una fuerte impresión cuando se le ha dicho que no regresaría al mismo barco. Al hacer transbordos en el mar, el observador deberia tratar la caja o bolsa que contenga los datos de la misma manera que trataría las posesiones personales. Ha habido buques en los que sus tripulaciones han sido incompetentes al descender equipo por la borda del buque. El observador deberia controlar que se toman todas las precauciones debidas en tales situaciones. La responsabilidad por la salvaguarda del conjunto de datos corresponde únicamente al observador.
Sólo en circunstancias excepcionales un observador debería mostrar sus datos al capitán o a la tripulación. Ocasionalmente un observador puede ser destinado a un buque implicado en una pesquería difícil o controvertida. Es comprensible que la tripulación desee conocer lo que el observador anota en sus hojas de datos. En una situación tal, lo óptimo para el observador sería aparentar no dar mucha atención e importancia a sus datos y así evitarse inconvenientes innecesarios.
Incluido bajo el título de “datos”, se encuentra todo lo obtenido durante una campaña, el informe sobre la campaña, estadillos, cuadernos, etc. Cuando una persona está de acuerdo en ser contratado como observador, reconoce que toda la información relacionada con la pesqueria es propiedad del departamento de pesca. Se tomarán medidas disciplinarias si el observador no llega a tratar los datos con la estricta confidencialidad. Ello implica que el observador deba mantener todos los datos de una manera confidencial y presentarlos sólo a las autoridades adecuadas.
En las seccioñes 2.3 a 2.5 se detallaron los deberes y responsabilidades del observador y se dió también una visión global de las actividades que el trabajo lleva consigo. La combinación de todos estos elementos implica el desarrollo de toda una serie de actividades específicas que conllevan para el observador la realización de una jornada laboral muy completa.
La primera tarea del observador consiste en familiarizarse con el buque. Encontrarse sólo a bordo de un gigantesco buque factoria tripulado por noventa o más marineros puede ser una experiencia desconcertante para el observador novel. Incluso observadores experimentados tienen que hacer frente a nuevos tipos de buque, nuevas nacionalidades y nuevas pesquerias, todo ello unido al conjunto de problemas único que estos factores crean. A continuación se presentan algunos consejos prácticos para establecerse a gusto a bordo de un buque.
El primer paso que un observador debe realizar, inmediatamente después de embarcarse en el buque, consiste en la obvia formalidad de presentarse al capitán del barco. Este momento debe ser utilizado para exponerle y explicarle la mision que el observador va a desarrollar, especialmente cuando se halle en una situación en la que el capitán no ha tenido nunca experiencia previa con observadores. Debe especificarle que necesitará estar frecuentemente en el puente para tomar nota de los datos, y precisará tener acceso a la cubierta de arrastre después de la virada para observar la captura descartada, asi como usar ocasionalmente los transmisores de radio de VHF y onda media para contactar con otros compañeros observadores y con las autoridades costeras. En esta reunión inicial, puede ser de utilidad que pida ayuda y colaboración al capitán para tomar nota de las posiciones, profundidades y horas de aquellas caladas que no hayan podido ser anotadas. Sería asimismo un gesto adecuado el preguntar al capitán sobre las normas de seguridad a bordo del buque. Una vez concluida la reunión con el capitán, en la mayoría de buques extranjeros un miembro de la tripulación será requerido para mostrar al observador su camarote, dar una breve vuelta por el barco y determinar las horas de comida. Después de haberse tomado el tiempo necesario para ordenar el camarote, el observador debería visitar el parque de pesca para localizar un lugar adecuado para muestrear y, si fuera preciso, encontrar canastos para transportar las muestras. Los lugares adecuados para muestrear serán discutidos más adelante en este manual. Otra prioridad durante los primeros días de la campaña consiste en estudiar el arte de arrastre y en obtener del patrón de pesca o del contramaestre la información precisa para rellenar la hoja de datos del arte.
Ante todo, el observador deberia considerarse un invitado a bordo del buque, y es muy conveniente, para que la estancia se convierta en una experiencia positiva, exponer al capitán que puede contar con su ayuda y colaboración en todo momento.
Una vez establecido a bordo del buque, el observador puede empezar a seguir su esquema diario de trabajo. En función de las instrucciones que se le hayan dado, del tipo de buque y de la pesquería, puede trabajar rutinariamente de once a quince horas por día. Ello representa una fuerte carga de trabajo y se espera del observador que evalue y relaje alguno de los trabajos cuando el agotamiento devenga importante. A pesar de estas consideraciones, los observadores en conjunto llegan a controlar más del 90 % de todas las caladas en buques que faenan durante todo el dia. Las tareas del observador, desglosadas en actividades de tipo biológico y en actividades relacionadas con el cumplimiento de la ley, se presenta de la siguiente manera:
Actividades biologicas
1. frecuencia de tallas de las especies objetivo - cada dia
2. frecuencia de tallas de captura acompañante - cada dia
3. frecuencia de tallas de la captura descartada - una cada dos a tres días
4. muestra de otoptos - cada semana
5. muestra de estómagos - una por campaña
6. rellenado de las hojas de datos - cada día
7. muestras congeladas - dos veces por campaña
8. especificaciones del arte - una vez por campaña
9. observaciones de rutina - cada día - a medida que tengan lugar
Basándose en las actividades anteriores, el observador puede pasar de 7 a 9 horas al día realizando este trabajo.
Actividades de tipo legal
1. anápsis del peso del producto - tres veces por semana
2. informes de situación - una o dos veces por semana
3. comprobación del cuaderno de bitácora - diariamente
4. avistamientos de buques - diariamente
5. comprobación de la bodega - tres o cuatro veces por semana
6. comprobación de la cámara de pescado - tres o cuatro veces por semana
7. peso de la captura acompañante y total en las notas de a bordo
8. observaciones de rutina en el parque de pesca y en el puente - a diario
9. informe de la campaña - a diario y al fin de la campaña.
Basándose en las actividades anteriores, el observador puede pasar de 4 a 6 horas al día realizando este tipo de trabajo.
Debería tenerse en cuenta que el conjunto de observaciones de rutina y el informe de la campaña pertenecen a ambos grupos de actividades. Para buques de arrastre no congeladores, los apartados 3 y 7 de las actividades biologicas y los apartados 1, 5 y 6 de las actividades de tipo legal no son aplicables.
Como se indica en las “Regulaciones sobre la Protección de las Pesquerías Costeras” canadienses (véase sección 6.7), debe proporcionarse a los observadores alojamiento y comida adecuados, en la medida en que ello sea posible, mientras éstos se encuentren a bordo de buques de pesca extranjeros. Un alojamiento ideal consistiría en un camarote privado provisto de mesa para escribir los informes, etc. Se puede aceptar un camarote compartido con otras personas siempre y cuando èl observador sea libre de ir y venir sin molestar a los demás ocupantes. Alojamientos inadecuados incluyen cualquier espacio que no haya sido construido específicamente para alojar personas, tal como la lavandería.
Una declaración de principios, de conformidad con las Regulaciones sobre la Protección de las Pesquerías Costeras, clarifica más las responsabilidades del capitán hacia el observador:
“El propietario, representante o capitán de cualquier buque de pesca deberá, cuando sea solicitado por un Director General Regional o por un empleado del Departamento de Pesca actuando en nombre del Director General Regional, permitir a un observador embarcarse y permanecer a bordo del buque durante el período de tiempo especificado en la solicitud, con la finalidad de obtener y registrar datos científicos, recoger muestras científicas y controlar todos los aspectos de las actividades de pesca del buque.
El Capitán del buque de pesca deberá:
(a) embarcar o desembarcar al observador en el momento y lugar especificados en la solicitud,
(b) tomar todas las precauciones razonables para asegurar la seguridad del observador durante el embarque, mientras el mismo se halle a bordo del buque y durante el desembarque; deberá asimismo aplicar al observador durante el proceso de embarque y desembarque las disposiciones de las Regulaciones de la Escala Piloto, realizadas bajo el Acta de Embarque, de la misma manera que cuando se refieren a un piloto,
(c) proporcionar al observador comida y alojamiento adecuados; tales comida y alojamiento deben estar al nivel de los recibidos por los oficiales del buque,
(d) proporcionar al observador un área de trabajo adecuada incluyendo una mesa e iluminación suficiente para llevar a cabo su trabajo,
(e) proporcionar acceso a las anotaciones y diario de a bordo del buque relacionados con las operaciones de pesca,
(f) proporcionar al observador, a petición suya, las posiciones del buque en latitud y longitud,
(g) tomar las medidas adecuadas para que el observador pueda enviar y recibir mensajes a través del equipo de comunicaciones del buque,
(h) proporcionar acceso al observador a todas las zonas del buque involucradas en las operaciones de pesca, proceso y almacenaje,
(i) permitir al observador tomar muestras y proporcionarle toda la ayuda razonable para llevar a cabo esta operación,
(j) proporcionar al observador los medios adecuados para almacenar sus muestras,
(k) permitir al observador examinar y medir cualquier arte de pesca que se halle a bordo del buque y proporcionarle toda la ayuda razonable para llevar a cabo esta operación,
(l) permitir al observador tomar fotografías de las operaciones de pesca, incluyendo el arte y los equipos de pesca,
(m) permitir al observador llevarse del buque las muestras, notas, fotografías o película tomadas o hechas durante su estancia a bordo del buque,
(n) proporcionar toda la ayuda razonable en base a su poder para permitir al observador llevar a cabo sus deberes y funciones.”
Deberian tomarse obvias medidas de cortesía mientras se esté viviendo a bordo de un buque de pesca. Se debe ser consciente que el capitán es el patrón absoluto del buque y es el responsable del mismo y de cualquier persona a bordo. Deberia ser tratado con el respeto debido a su posición, incluyendo un preliminar golpe a la puerta antes de entrar en su camarote, etc.
En algunos buques pueden haber determinadas áreas o espacios en los que se solicite al observador que no entre en ellos, a no ser que vaya acompañado, tales como la cabina de radio. Ello es razonable y debería ser tenido en cuenta y obedecido. A bordo de buques extranjeros el acceso a la radio se garantiza en las regulaciones, si no personalmente, a través del oficial de radio del barco. A bordo de buques nacionales, se sobreentiende que el observador tiene libre acceso a la radio. El observador debería mantener un comportamiento amistoso respecto al personal del buque, pero no hasta un grado tal que la tripulación espere que el observador pase por alto infracciones de las normas. Es importante recordar también que el observador es un representante del gobierno nacional, y, como tal, debería ser intachable en su conducta. Antes de actuar en cualquier situación dada, debería ser consciente de la naturaleza diplomática y de la sensibilidad de su posición.
Mientras el observador se encuentre a bordo de un pesquero de arrastre, debe salvaguardar todas aquellas posesiones personales y material del programa que no deben ser vistos por ningún miembro de la tripulación, tales cómo el código de llamada a un buque patrulla.
El trabajo a bordo de buques de pesca tiene sus riesgos y dificultades, especialmente para el inexperto e imprudente. El mejor seguro contra accidentes es el conocimiento y la experiencia. Pero incluso con años de experiencia, recuérdese que la familiaridad con un barco puede a menudo conducir al descuido y de aquí al accidente.
Hay dos causas de accidentes básicas:
(1) realización de acciones peligrosas por parte de miembros de la tripulación y observadores, y
(2) condiciones inseguras del buque, equipo, arte de pesca o área de trabajo.
Los riesgos a bordo de pesqueros de arrastre aumentan notablemente cuando se realizan las operaciones de pesca. Puesto que el observador no forma parte de la tripulación, ello significa que debe permanecer apartado de los miembros de la tripulación cuando éstos se hallan ocupados en las faenas de largado y virado de la red, indudablemente las operaciones más peligrosas a bordo de pesqueros de arrastre.
Las siguientes normas de seguridad son de obligado cumplimiento para todos los observadores:
(1) Permanezca apartado de todas las operaciones cuando la tripulación está largando o virando la red. Observe las operaciones desde una buena y segura posición en cubierta o desde el puente, pero permaneciendo siempre apartado y sin inmiscuirse.
(2) No intente cruzar por encima de los cables de arrastre cuando éstos estén en movimiento. Siempre que sea posible, los observadores deberían permanecer apartados de los cables de arrastre. Si el cable se engancha en cualquier obstrucción, éste podria partirse.
(3) Evite permanecer debajo de cualquier bloque o aparato que sea izado.
(4) No pise o ponga el pie dentro de cabos, cables o redes mientras el arte es largado o subido.
(5) Tenga siempre cuidado con el equilibrio. Los informes muestran que más de un tercio de todos los accidentes que tienen lugar a bordo de buques de pesca son causados por caídas, ya sea en cubierta, en el parque de pesca o al embarcar o desembarcar.
(6) No corra nunca en cubierta. Si un hombre cae por la borda, lance inmediatamente el salvavidas al agua, tanto si el hombre está en la superficie como si no lo está. Al realizar esta acción, el punto en el que se hundió habrá quedado marcado y ayudará a localizarle.
(7) En mal tiempo o cuando el buque se mueva mucho, debe irse con un cuidado extremo cuando se esté en cubierta. Debe intentarse siempre estar en compañí a de otra persona al ir por cubierta de noche.
(8) Mantenga la ropa libre de apéndices sueltos o colgantes. La costumbre de amarrar los guantes de trabajo a maquinaria de engrase puede ser desastrosa si se entra en contacto con un arte de pesca en movimiento.
(9) Cuide siempre su salud cuando se esté en el mar. Mantenga sus manos limpias y no deje que el fango o la porquería se seque en ellas, ya que ello puede causar el desarrollo de pequeñas heridas. Después de lavarse las manos al final de una larga jornada de trabajo, utilice una buena loción para las manos, dejando que penetre bien en la piel.
(10) Familiarícese con la manera adecuada de manejar las diferentes especies de peces para evitar heridas causadas por sus dientes o espinas. Si se pincha, vaya a la cocina tan rápidamente como sea posible, llene un cubo con agua caliente, añada un agente desinfectante como las sales de Epsom (sulfato magnésico) y deje la herida en remojo durante un mínimo de dos horas. No dé poca importancia a un pequeño pinchazo en su piel. La mayoría de infecciones se originan en un pequeño e insignificante rasguño o llaga. Use guantes de protección al manejar peces.
Cuando un buque nacional o extranjero que lleva a bordo un observador es abordado por un inspector de la pesquería en el mar o en puerto, el grupo que sube a bordo debe ser recibido en la escala o rampa por el observador y llevado a presencia del capitán o del representante que éste haya designado, para ser presentados. Con el fin de obtener la máxima información de la experiencia del observador a bordo de aquel buque particular, el inspector solicitará muy probablemente detalles sobre la actividad de pesca del buque, mantenimiento del registro, etc. El observador debería estar presente durante la inspección, ya sea en la cabina del capitán con el papeleo, en la bodega o sala de proceso o en la cubierta de pesca observando una virada del arte con miembros del grupo embarcado.
Sobre cuestiones legales o relacionadas con el cumplimiento del buque con la ley, el observador debe responder a cualquier pregunta tan ampliamente como sea posible, pero sin interferir en las decisiones del inspector de la pesquería en cualquier asunto relacionado con el cumplimiento de la ley. Debe ser colaborador y objetivo en este proceder, pero de ninguna manera obstructivo. Si el observador no está de acuerdo con alguna de las decisiones basadas en sus observaciones sobre la actividad del barco, el asunto debería ser discutido en privado con el inspector. Un observador puede a veces encontrarse a sí mismo en un dilema referente a cuestiones sobre el cumplimiento de la ley frente al punto de vista de un grupo inspector, pero debe hacer un esfuerzo para permanecer objetivo e impasible incluso a la vista de cualquier casi-amistad que pueda haber hecho entre el personal del buque al convivir con ellos durante un prolongado período de tiempo. Finalmente, el episodio debe ser documentado para una posterior discusión en una reunión una vez la campaña haya finalizado.