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Los animales viven en comunidades y en el medio ambiente al que se han adaptado. Entre las distintas especies de animales y plantas existe una compleja red de relaciones. Cualquier variación que sufra una especie romperá el equilibrio ecológico y repercutirá inmediatamente en el resto de los animales y vegetales de su ambiente.
Los invertebrados son animales sin espina dorsal. Existen veinte veces más especies de invertebrados que de vertebrados y su número es mucho mayor. Están presentes en todos los ecosistemas, como herbívoros, carnívoros, parásitos y carroñeros.
Intervienen en el ciclo de los nutrientes porque se alimentan de tejidos animales o vegetales, vivos o muertos. Son fundamentales en la cadena alimentaria, ya que son consumidos por otros animales. Los insectos (abejas, mariposas) son responsables de la polinización de gran parte de las plantas.
Los invertebrados también son aprovechados directamente por los seres humanos. Nos brindan alimentos (miel), tejidos (seda), colorantes (cochinilla) y alimentos (mariscos).
Otros invertebrados causan daños a los cultivos y provocan o transmiten enfermedades a los seres humanos y al ganado. Pero entre ellos mismos existen algunos especialmente benéficos para la agricultura porque destruyen otros que son perjudiciales. El control biológico de plagas consiste en el uso de especies competidoras o depredadoras que reducen las plagas sin los peligrosos efectos ecológicos de los plaguicidas.
Una actividad muy importante es la que realizan las lombrices, ciempiés, caracoles, insectos y sus larvas, que fragmentan la materia orgánica presente en el suelo. Son labradores y desmenuzadores. Perforan el suelo aireando la tierra y mejorando su estructura. Abren surcos y poros que retienen agua y aire y alojan a las raíces. Además, despedazan y transforman la materia orgánica, preparándola para su descomposición por parte de los hongos y bacterias.
Las lombrices son invertebrados indispensables para la agricultura, porque mantienen la fertilidad del suelo y facilitan la infiltración. Abren túneles al tragarse la tierra junto a los residuos orgánicos que contiene. Luego expulsan por el otro extremo de su cuerpo la tierra finamente fragmentada y la materia orgánica digerida.
Las lombrices que viven en una hectárea de terreno sacan a la superficie o desplazan depositándola en los túneles que cavan, toneladas de tierra por año.
Además, cuando la tierra pasa a través del tubo digestivo de la lombriz, gana calidad como medio de cultivo. Retiene mejor la humedad y contiene nutrientes como el fósforo, potasio y magnesio, en una forma fácilmente utilizable por las plantas.
En la agricultura sostenible se usa composte y estiércol para fertilizar el suelo. Estos contienen abundante materia orgánica que sirve de alimento a las lombrices. Por el contrario, los abonos químicos reducen el número de lombrices.
Los vertebrados son muchos menos, pero están distribuidos en todos los ecosistemas. Los grupos más conocidos son los mamíferos, las aves, los reptiles, los anfibios y los peces.
La cadena alimentaria comienza con las plantas que poseen clorofila. Estas plantas son capaces de producir su propio alimento a partir del agua, los nutrientes y el dióxido de carbono. Para producir sustancia orgánica y liberar oxígeno, utilizan la energía de la luz solar.
De las plantas se alimentan los animales que comen vegetales (hojas, frutos, semillas, raíces, néctar o polen), llamados herbívoros. Parte de la sustancia orgánica almacenada por los vegetales verdes se transforma en carne de los herbívoros. Esta carne, a su vez, satisface las necesidades de los animales que los devoran.
También se encargan de diseminar las semillas de las plantas. Insectos y pequeños pájaros que se alimentan de néctar intervienen en la polinización. Ardillas, topos y vizcachas favorecen la vegetación al enriquecer el suelo con sus excrementos y mantenerlo aireado al cavar cuevas y túneles.
Son herbívoros los rumiantes (llama, alpaca, vicuña, guanaco, ovejas) y gran parte de las aves, peces, roedores (ratones, topos) e insectos. Los herbívoros superan en número a los niveles superiores, que se alimentan de ellos.
Los carnívoros primarios se nutren principalmente de herbívoros e insectos. Entre ellos hay anfibios (ranas y sapos), pájaros, arañas, ciertos peces y mamíferos (comadrejas, murciélagos, zorros). Los carnívoros primarios son más numerosos que sus depredadores.
Los grandes carnívoros, como las serpientes, halcones, lobos, pumas, comen carnívoros primarios. Pero también devoran herbívoros e insectos. Por ejemplo, las lechuzas se alimentan de sapos, ranas, lagartijas, pájaros pequeños y escarabajos. Los grandes carnívoros están en lo alto de la cadena alimentaria. Como sus presas suelen ser los animales más débiles o enfermos, realizan un control biológico al evitar que se difundan enfermedades entre ellas.
Al suprimirse una especie de los grandes carnívoros, prolifera la población de sus presas. Pronto se agota la existencia de comida y después mueren de hambre.
Algunas especies de vertebrados se nutren de vegetales, como raíces y semillas, pero también comen gusanos, insectos, huevos, presas vivas y carroña. No corresponden a una sola de las clasificaciones mencionadas, y se los llama omnívoros.
Los descomponedores se nutren de sustancia orgánica muerta. Por ejemplo, las bacterias que devuelven al suelo los nutrientes.
La desigual distribución de la temperatura y la humedad ha obligado a algunas plantas y animales a adaptarse para sobrevivir.
Cuando las condiciones del medio dejan de ser favorables, vegetales y animales adoptan estrategias para defenderse. Las plantas pueden perder sus hojas o la totalidad de su parte aérea, y esperan en forma de yemas, tubérculos o semillas a que cambie el clima.
Algunos animales sobreviven con los escasos recursos disponibles. Se refugian durante los períodos más fríos o disminuyen su temperatura corporal para consumir el mínimo de sus reservas de energía. Otros emigran a zonas más propicias.
Aves y mamíferos han desarrollado la capacidad de mantener estable su temperatura corporal. Esto les permite vivir en zonas de grandes variaciones climáticas, siempre que cuenten con el alimento necesario.
Muchos animales se protegen con un grueso pelaje o poseen reservas de grasa corporal. Así pueden resistir a las temperaturas especialmente bajas. Otros construyen y se refugian en cuevas y madrigueras en las que acumulan alimentos para el invierno. Algunos tienen períodos de hibernación, en los que su metabolismo y su temperatura descienden para utilizar el mínimo de calorías. Estos mecanismos les ayudan a permanecer en regiones que se cubren de una gruesa capa de nieve.
Existen especies de insectos que se han adaptado a desiertos o a zonas polares. Los que viven en regiones cálidas reflejan y rechazan el excesivo calor del sol con sus colores claros y brillantes. Los que habitan zonas muy frías son de color oscuro. Así absorben mejor las radiaciones. Estos insectos mueren en invierno, pero su descendencia sobrevive en forma de huevos, larvas o pupas, que son menos sensibles al frío. Otros insectos, como las mariquitas, pasan los fríos escondidos entre restos vegetales o bajo las piedras.
Las ranas, sapos, serpientes y lagartos buscan protección en los huecos de los árboles, entre las piedras o se entierran en el suelo. Como no son capaces de regular su temperatura corporal, ésta desciende con la temperatura del refugio.
Diversas especies de aves, mamíferos y peces recorren anualmente grandes distancias, en busca de climas más propicios y alimentos.
La migración es el desplazamiento periódico de grandes grupos de animales. Viajan hacia un ecosistema distinto para vivir en él durante alguna estación del año.
Es diferente a otros desplazamientos masivos que ocurren cuando hay cambios súbitos en el medio, como sequía, falta de alimentos o superpoblación.
Grandes bandadas de aves migran entre un área de cría y otra de invernada. Multitud de insectos realizan desplazamientos para fundar una nueva colonia. Los bancos de peces realizan dos tipos de migraciones: para buscar alimento y para reproducirse. Manadas de herbívoros migran en busca de condiciones más favorables, especialmente aquellos que viven en zonas de inviernos muy fríos. Detrás de ellos van sus depredadores.
Las principales causas de la desaparición de la fauna silvestre son la destrucción de su hábitat natural y su caza indiscriminada.
El desequilibrio ecológico, con el daño para el hábitat de los animales y vegetales, no sólo se produce por degradación del ecosistema. También se produce cuando se introduce en él una especie que no estaba presente.
Cualquier especie nueva -una planta, un animal o un microbio- afecta a las especies residentes. La presencia o desaparición de un depredador, de animales que compiten por los alimentos, de una enfermedad, pueden traer consecuencias graves, que se notan especialmente en los vertebrados.
La cría de ganado cambia las interrelaciones dentro de un ecosistema, porque compite con los animales nativos por los pastos y el agua. La tala de un bosque para dedicar las tierras a la agricultura hace desaparecer a los animales que lo habitan.
Se cazan muchas especies porque su carne sirve de alimento o porque su piel, plumas o cuernos se venden caros. Otros animales son buscados por los coleccionistas y zoológicos. Los grandes carnívoros son exterminados porque se piensa que son una amenaza para el ganado.
Muchos animales silvestres son víctimas de la contaminación del suelo y del agua por pesticidas.
Es posible conservar la fauna silvestre, si se toman algunas medidas:
FICHA DE ACTIVIDADES Tema: los animales OBJETIVOS:
ACTIVIDADES
EVALUACION Contestar a las siguientes preguntas:
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PARA REFLEXIONAR - LOS ANIMALES Los animales viven en comunidades, en el medio ambiente al que se han adaptado (hábitat). Entre las distintas especies de animales existe una compleja red de relaciones. Cualquier variación que sufra una especie romperá el equilibrio ecológico y repercutirá en el resto de los vegetales y animales de su ambiente. Además de brindarnos alimentos, pieles, cueros, plumas y productos medicinales, nos otorgan otros beneficios muy importantes.
ADAPTACIONES PARA SOBREVIVIR
DESTRUCCION DE LA FAUNA SILVESTRE
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