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CAPITULO 6

Ordenación de Pesquerías

En el Capitulo anterior se describieron y analizaron los subsistemas del recurso y de sus usuarios directos, los pescadores. El tercer subsistema de una pesqueria lo constituye el manejo de la misma por parte del Estado. Existe abundante literatura que ha abordado el problema de manejo en las pesquerias (Gulland, 1977, 1980; Anderson, 1977, 1981; Larkins, 1980; Kapetsky, 1982; Caddy & Griffiths, 1995; Hilborn et al. 1996, entre otros). De acuerdo con Pearse (1980), el concepto de regulación ha sido utilizado desde el siglo XVII en Francia. Graham en 1938 examinó evidencias empiricas y razones técnicas para regular el esfuerzo pesquero. Gordon (1954) hizo un análisis de acuerdo a la teoria económica, observando que en una pesqueria no desarrollada, inicialmente el pescador obtiene altas capturas por la abundancia del recurso con el consecuente aumento en los ingresos, y la participación de más pescadores que invierten aumentando su esfuerzo pesquero hasta que los ingresos totales igualan a los costos totales y el estimulo para entrar o salir de la pesqueria deja de existir. Si esto ocurre más allá de MRS, como pudiera suceder con el caso de especies de alto valor comercial, la renovabilidad del recurso puede verse amenazada. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha organizado reuniones donde expertos de diferentes naciones se han centrado a tratar aspectos sobre regulación pesquera (FAO, 1994, 1995b) que permitan sostener el rendimiento de los recursos y mitiguen las posibilidades de eliminación de la renta económica que generan.

En este Capitulo se exponen algunos de los criterios que son tomados en consideración en la administración de recursos pesqueros, se presentan las formas de intervención del Estado para promover un uso inteligente de este tipo de recursos renovables y se introduce un algoritmo de optimización no lineal que permite contender con el problema de manejo de recursos con criterios múltiples.

Criterios para la intervención del Estado

Antes de determinar la estrategia de ordenación de una pesquería, la autoridad debe definir claramente sus objetivos, los cuales estarán sustentados con base en uno o varios criterios dependiendo del contexto en el que se ubiquen. Los objetivos precisos pueden variar en el tiempo de un sitio a otro y cambiar bajo circunstancias externas. Sin embargo, se han identificado los siguientes criterios que frecuentemente son considerados en el manejo de pesquerías (Panayotou, 1983; Beddington & Rettig, 1984; Lawson, 1984; Mc Goodwin, 1990): de conservación, económico y de equidad en el uso de recursos.

Criterio de conservación

Una de las razones más comúnmente conocida para la regulación del esfuerzo pesquero es la conservación de los recursos. El problema reside en que generalmente no se dispone, por un lado de una base de datos de calidad que permita hacer una evaluación del estado del recurso, y por otro, de técnicas de evaluación capaces de predecir con certeza el comportamiento futuro del recurso. Pope & Shepherd (1982) plantean que la información acumulada generalmente en una escala de tiempo corta y las técnicas de análisis de población (e.g. Análisis de la Población Virtual), no muestran suficientes evidencias para justificar la reducción del esfuerzo hasta que el proceso está muy avanzado. En situaciones donde se ha mostrado declinación del reclutamiento es poco lo que se conoce sobre los procesos involucrados para predecir la tasa de recuperación de la población una vez que la pesca se reduce o se detiene. Ha habido una tendencia a explotar las poblaciones hasta que éstas muestran signos de sobreexplotación y en consecuencia es necesaria una gran reducción del esfuerzo pesquero o cierre de la pesqueria con grandes implicaciones sociales y económicas.

Hay un número de problemas interrelacionados con el establecimiento de criterios de conservación de stocks. La mayoria parecen depender de la disponibilidad del recurso para proveer rendimientos. Sin embargo, esto depende del tipo de pesqueria que se trate y de los recursos involucrados. Asi, en una pesqueria de arrastre la regulación del esfuerzo se aplica con un criterio multiespecifico, de tal manera que no necesariamente ocurre un cambio en la composición de las especies. En este caso se podria buscar el máximo rendimiento sostenido de las especies más grandes y de mayor valor (Beddington & Rettig, 1984).

Los criterios biológicos de conservación pueden ser encapsulados en la simple idea que una vez que se regula el esfuerzo pesquero, los cambios en la comunidad o abundancia de las especies objetivo podrian ser reversibles sobre un periodo de tiempo razonable.

Criterio económico

Otro criterio para la regulación de las pesquerias está relacionado con el incremento de la renta económica. Sin embargo, en pesquerias no reguladas la aproximación al equilibrio bioeconómico puede ser acompañada por incremento en la ineficiencia económica (Beddington & Rettig, 1984; Lawson, 1984; Munro & Scott, 1985). En una pesquería en desarrollo puede haber una tendencia inicial en la declinación de costos (debido a una aumento en el conocimiento en la localización de los recursos más abundantes y/o mejoras en la eficiencia). Sin embargo, conforme se introduce mayor esfuerzo pesquero la población tiende a reducirse, los costos a aumentar y los ingresos netos por unidad de esfuerzo a bajar. Estos cambios pueden ocurrir de manera tal que las áreas de pesca más cercanas son sobreexplotadas y las áreas que previamente eran menos atractivas tenderán a ser gradualmente utilizadas. Asi, el equilibrio bioeconómico se alcanzará en teoría cuando la falta de ganancias desanime la entrada de nuevas embarcaciones a la pesquería.

Como se ha discutido anteriormente, el problema básico de las pesquerias en condiciones de acceso abierto es que nadie es dueño de la población de manera que pueda prohibir a otros el uso de ésta, por tanto los usuarios la utilizarán mientras sus ingresos totales sean mayores a sus costos totales. Los ingresos generados por el pescador individual por unidad de esfuerzo son iguales a los ingresos promedio de la pesqueria, por lo tanto éstos son la consideración importante para el pescador individual, dado que él no reduce su esfuerzo por el estímulo de los ingresos marginales de la pesquería como un todo. Cuando una embarcación adicional entra a la pesqueria, los ingresos de las embarcaciones existentes decrecerán debido a cambios en el rendimiento promedio sostenible causado por el incremento en el esfuerzo.

Los administradores públicos y los politicos raras veces se refieren al concepto de eficiencia económica; por el contrario se expresan en relación a altas tasas de desempleo, quiebras y estancamiento o declinación de los niveles de ingreso (Maiolo & Orbach, 1982). Tales consecuencias económicas frecuentemente resultan de incrementar los costos, tales como el precio del combustible y las tasas de interés. Entre las desventajas del enfoque solamente económico que no considera la dinámica del recurso, es que algunas pesquerias se siguen explotando aún cuando la población se ha reducido substancialmente. En algunos casos la disminución del recurso y el aumento de los costos son compensados con un aumento en el precio resultante de una reducción en la oferta global.

El simple enfoque bioeconómico sin consideraciones ambientales no provee una descripción de los eventos que suceden en la pesqueria, especialmente aquellas que involucran especies altamente sensibles a la variabilidad ambiental como los pelágicos menores (e.g. anchoveta y sardina). Tanto la población como la pesqueria están expuestos a factores exógenos ambientales que pueden cambiar los ingresos y costos totales (IT, CT) por lo que el verdadero equilibrio deterministico no existe (Beddington & Rettig, 1984).

Criterio de equidad en el uso de recursos pesqueros

Cuando existen cambios en la abundancia de un recurso, originados por variabilidad ambiental, intensidad de pesca o ambos, bajo condiciones de acceso abierto, unos pescadores se verán más afectados que otros. Algunos podrán adaptarse a las nuevas circunstancias (generalmente aquellos con mayores ingresos) y podrán intentar incrementar las capturas con un mayor esfuerzo en nuevas áreas. Todo esto tenderá a reducir el recurso y tendrá más impacto en las flotas existentes, el cual puede producir conflictos entre los pescadores o grupos de pescadores. La dificultad en la elección de alternativas de regulación radica en cómo favorecer a un grupo de usuarios sin dañar a otros. En algunas pesquerias se trata de manera distinta a los pescadores de tiempo completo y medio tiempo. Se pueden definir las preferencias por el tamaño de la embarcación, por el tipo de pesqueria (comercial o recreacional) ó por el tipo de flota (artesanal o industrial), dependiendo de las circunstancias.

Mientras la equidad es una importante consideración social para evaluar las estrategias de intervención, no es la única. Es un concepto dificil de llevar a la práctica, ya que la igualdad de oportunidades no garantiza una distribución equitativa de los recursos naturales. Muchos pescadores desearian tener flexibilidad para elegir la especie objetivo, tamaño y tipo de embarcación, artes a usar, tiempo y áreas de pesca. Tal flexibilidad implica libertad para entrada y salida de una pesqueria específica.

El postulado fundamental de la teoria del bienestar económico aplicado a pesquerías (Hannesson, 1978) establece que la maximización del bienestar social es el propósito final de la politica pesquera. El concepto fundamental de la teoria antes mencionada es el de Pareto optimalidad. Se dice que una estrategia de manejo pesquero es Pareto óptima si los cambios generados por los instrumentos de manejo permiten mejorar el bienestar de uno o más pescadores sin empeorar el de otros. Las condiciones necesarias y suficientes para que una estrategia de manejo sea Pareto óptima son las siguientes:

(i) Que la tasa de sustitución técnica entre cualquier par de insumos del esfuerzo de pesca sean iguales para todas la embarcaciones e iguales al cociente de precios de los insumos antes mencionados.

(ii) Que no sea posible incrementar la captura y la renta económica generada por una especie (o grupo de especies) sin disminuir las capturas y rentas económicas que otros pescadores obtendrian de ésta(s) especies u otras ecológica y/o tecnológicamente interdependientes.

(iii) Que no sea posible redistribuir los capturas entre los consumidores de productos del mar de tal forma que el bienestar de un consumidor pueda mejorar sin que el bienestar de otro disminuya.

Al combinar las condiciones (ii) y (iii) es posible derivar la condición general que relaciona la producción y el consumo de recursos pesqueros explotados:

(iv) La tasa de sustitución para cualquier par de recursos pesqueros deberá ser igual para cualquier par de consumidores, y deberá también ser igual a la tasa de transformación de productos del mismo par de bienes para todas la empresas, debiendo asimismo, ser igual al cociente de precios entre los dos bienes.

La teoria neoclásica de bienestar aplicada a recursos naturales (Randall, 1981; Hannesson, 1978; Schmid, 1978, 1989) plantea diferentes criterios de bienestar que tienen diferentes implicaciones distribucionales de los costos y beneficios resultantes de estrategias alternativas de manejo. Debe mencionarse que daño económico es definido como la reducción en el ingreso o satisfacción de un individuo como resultado directo o indirecto de una decisión pública. Una sintesis de dichos criterios se presenta en la Tabla 6.1.

Tabla 6.1 Criterios de bienestar aplicados a pesquerias marinas
Criterio de BienestarCaracteristica DistribucionalImpacto
Pareto EficienciaDaño económico permisibleNeutral para el pescador menos eficiente
Pareto SeguridadNo permite el daño económicoNeutral absoluto entre pescadores
Valor máximo del producto socialDaño económico permisible si la sumatoria del bienestar es máxima y mayor que 0Neutral
Partes proporcionalesNo permite el daño económico absoluto ni relativo entre pescadoresProporcional
Máximo bienestar socialPermite daño económico. Asume la existencia de una curva de indiferencia socialNeutral

Pareto eficiencia. Con este criterio, el propósito de la politica pesquera es eliminar las soluciones ineficientes o que involucran desperdicios. Debe mencionarse sin embargo, que puede existir más de una solución eficiente ya que cualquier punto de la curva de Gran Utilidad o Satisfacción (GUS) involucra eficiencia en la asignación de recursos, eficiencia en la producción, y eficiencia en el consumo (Randall, 1981:111–118). Cada punto de la curva GUS es Pareto Eficiente, ya que: (i) se han eliminado las combinaciones de insumos que no quedan en la curva de posibilidades de producción, (ii) se han eliminado las distribuciones de bienes que no quedan en la curva de eficiencia en el consumo, y finalmente (iii) se han eliminado todos los puntos que no quedan en la curva GUS. El concepto de Pareto Eficiencia es definido por tanto, como una situación en la que es imposible mejorar a un pescador sin simultáneamente perjudicar a otro. Para lograr lo anterior, se habrán agotado ya todas las posibilidades de intercambio voluntario que permitian reasignar recursos o redistribuir bienes de forma más eficiente. Sin embargo, inherente a cada punto de la curva GUS está una distribución inicial de la riqueza. Lo anterior indica que seleccionar politicas pesqueras que resulten en soluciones eficientes involucrarán por consiguiente juicios de valor del responsable de manejar la pesqueria en cuestión ya que se favorecerá o tomará como dada la dotación inicial de riqueza. Asimismo, con el criterio de eficiencia el daño económico es permisible ya que en la medida que se busque la eficiencia global a través del intercambio, se parte de una distribución inicial de derechos que afectará la distribución resultante de beneficios y costos.

Pareto seguridad. Con el criterio de Pareto seguridad, el propósito es lograr mejorias en el sector pesquero que tengan la condición de que el instrumento de politica pesquera utilizado pueda incrementar los ingresos de un pescador o grupo de pescadores sin reducir el ingreso de otros. Lo anterior es denominado en la teoria del bienestar, como un mejoramiento Paretiano, Por lo tanto, con este criterio el daño económico no es permitido. Debe mencionarse, sin embargo, que pudiera existir daño económico relativo, ya que aunque no es permisible la reducción en el ingreso real de algún pescador, los términos de la distribución relativa de la riqueza pudieran cambiar.

Valor máximo del bienestar social. Este criterio de bienestar permite daño económico real, dentro de limites definidos por la curva de indiferencia social, ya que el óptimo se encuentra en su punto de tangencia con la curva GUS. Aunque existe una importante discusión académica respecto a la imposibilidad de estimar una curva de indiferencia social (Arrow, 1976), el concepto general pudiera ser aplicado a pesquerías de manera cualitativa. Es decir, al considerar estrategias de manejo, el daño económico es permitido siempre y cuando exista consenso social de que el nuevo desempeño de la pesqueria representa una mejora en el bienestar social del sector.

Valor máximo del producto social. El criterio de manejo que sustenta al análisis beneficiocosto es el del valor máximo del producto social, es decir, la estrategia de manejo que resulta con el valor presente del producto social de mayor magnitud, es la preferida. Con este criterio el daño económico es permisible siempre y cuando la suma de las rentas económicas obtenidas por los ganadores sea máxima y exceda las pérdidas de los pescadores que no obtuvieron renta económica del recurso. Los principios analiticos son similares a los del criterio previo con la diferencia de que la curva de indiferencia se asume como una linea recta con pendiente -1. La solución óptima, es decir, la estrategia de manejo a seleccionar bajo este criterio involucra la tangencia de la curva de indiferencia antes mencionada con la curva GUS. Utilizando una curva de indiferencia con pendiente -1, el valor de la renta para la sociedad no implica ponderaciones distribucionales.

Partes proporcionales constantes. Este criterio disponible para el manejo de pesquerías define como una mejora en el sector pesquero aquella estrategia de manejo que resulta en incrementos proporcionales en el ingreso de los diferentes tipos de pescadores que participan en la pesqueria. Con este criterio todos los pescadores se benefician de la nueva estrategia de manejo, y cada uno se deberá beneficiar en estricta proporción a su ingreso inicial. Bajo este criterio el daño económico no es permisible. Debe mencionarse, sin embargo, que la distribución de los montos absolutos de la renta generada por la pesquería no es la misma para cada pescador sino en proporción a la renta relativa derivada antes de que la nueva estrategia de manejo sea implementada.

Los criterios antes mencionados pueden combinarse en el diseño de estrategias de manejo, de tal manera que los objectivos del proceso de manejo sean logrados. De lo anterior se puede concluir que los criterios de manejo que han de ser establecidos por la institución responsable de administrar las pesquerías, deberán hacer explicitos los juicios de valor distribucionales inherentes a cada uno de ellos.

Criterio de equidad intergeneracional

Recientemente se ha incrementado la conciencia de que las tasas actuales de explotación de un recurso renovable como el pesquero determinarán, en mayor o menor grado, la disponibilidad que futuras generaciones tendrán del recurso en cuestión. El concepto de equidad intergeneracional significa que las futuras generaciones tengan, si asi lo desean, las mismas oportunidades de hacer un uso (con o sin consumo) de los recursos pesqueros, que las generaciones actuales. Si este criterio formase parte del conjunto de criterios de manejo del administrador del recurso, entonces se deberán hacer análisis dinámicos de la pesquería que permitan determinar cuál deberá ser la magnitud de la asignación espacial y temporal del esfuerzo pesquero que permita sostener la disponibilidad del recurso en el tiempo.

Otros criterios de manejo de pesquerías

La generación de empleos y divisas asi como la contribución a la seguridad alimentaria de los paises costeros, pudieran constituir criterios relevantes en el manejo de pesquerías marinas. La generación de empleos es uno de los elementos importantes a tener en cuenta cuando se consideran otros criterios sociales. Aunque la generación de empleos puede resultar una medida ineficiente en términos económicos, pudiera ser importante para lograr estabilidad politica y social en una zona costera especifica (Lawson, 1984).

Factibilidad administrativa y politica. Las regulaciones necesitan factibilidad administrativa, en el sentido de que su operación involucra elección sostenible de tiempo, monitoreo y control. Sin embargo, lo más importante está relacionado con los costos y la factibilidad de su ejecución, por lo que es importante el entendimiento de los pescadores hacia las medidas de regulación impuestas y su actitud en relación a éstas. Además es necesario monitorear la actividad de la pesqueria dado que diferentes regulaciones implicarán diferentes tipos de monitoreo y recolección de datos. Por ejemplo, la existencia de cuotas de captura (transferibles o no) requieren de información de la captura por embarcación en tiempo real. La información que se requiere colectar incluye datos biológicos y socioeconómicos, asi como información técnica relacionada con aspectos de mercado, inventarios de las flotas caracterizadas por tamaño, capacidad, poder de pesca, método de captura y artes de pesca.

Cuando se requiere tomar decisiones sobre manejo, los administradores deben considerar la factibilidad politica de las mismas. Esto no solo implica cuestiones financieras, incluye la posible erosión del capital politico. Se puede tener fracasos al tomar acciones de ordenación para enfrentar la declinación de las capturas, los conflictos entre diferentes grupos de pescadores, o bien los conflictos internacionales con Estados contiguos cuando se trata de recursos compartidos.

Ludwig et al. (1993) enfatizan que el manejo de los recursos naturales, más que un problema ambiental, es un problema que involucra al componente humano existente en diferentes lugares y tiempos bajo una variedad de contextos sociales, politicos y económicos. Por tanto, el reconocimiento de estos elementos en la definición de estrategias de manejo es importante.

La definición de estrategias de manejo debe considerar la participación de todos los grupos involucrados en el uso de los recursos. Esta participación puede contribuir al desarrollo de estrategias que puedan ser factibles de aplicar y monitorear (Pinkerton, 1989; McDaniels, et al., 1994). Debe mencionarse también que el costo politico es uno de los factores que pueden influir en la mayoria de los gobernantes para adoptar medidas de manejo de los recursos.

Estrategias de manejo en pesquerías marinas

Existen cuatro formas no excluyentes de implementar tácticas de manejo de una pesquería: la asignación de derechos de propiedad sobre el recurso, la regulación de la composición de la captura, la regulación del tamaño de la captura y el establecimiento de programas de extensionismo pesquero (Anderson, 1977; Pearse, 1980; Seijo, 1986).

Asignación de derechos de propiedad

Los regimenes de propiedad que el Estado tiene a su disposición para orientar el uso de recursos pesqueros y que fueron presentados y definidos en el Capitulo 1 incluyen: acceso abierto (res nullius), propiedad estatal, propiedad común (res comunis) y propiedad privada. Bajo condiciones de acceso abierto la mayoria de la pesquerias desarrolladas del mundo han presentado el sindrome de sobreexplotación, sobrecapitalización y generación de externalidades. Es por ello que los Estados costeros han venido explorando e implementando, por separado o en combinación, las tres formas adicionales de asignación de derechos. Bajo condiciones de propiedad estatal, una institución del Estado, que es responsable y tiene el derecho del manejo de los recursos pesqueros, establece las normas de uso y acceso al recurso. Esta forma de asignación de derechos está íntimamente relacionada con intervenciones que afectan tanto la cantidad capturada como la composición de la captura (en términos de tallas y especies). En el caso de propiedad común, el otorgamiento de derechos exclusivos a grupos de pescadores especificos (teniendo éstos el derecho a excluir a otros pescadores) para la explotación de especies de interés, es un instrumento de manejo que se ha utilizado a través de la asignación de derechos a usuarios del recurso organizados en cooperativas de producción pesquera o bien a comunidades pesqueras (Berkes, 1989; Ostrom, 1990; Seijo, 1993). Finalmente, la asignación de derechos de propiedad privados se ha venido explorando internacionalmente a partir de la década de los 80's a través del establecimiento de cuotas individuales transferibles (CIT's). Cada una de estas formas de asignación de derechos tienen inherentes juicios de valor que el analista deberá hacer explicitos al considerarlas. Asimismo, en el establecimiento de una u otra estructura de derechos se deberán reconocer tanto sus ventajas como sus limitaciones (Pearse, 1980; Young, 1981; Schmid, 1987).

La asignación de derechos se puede hacer en términos de especies (e.g.especies reservadas), las cuales sólo pueden ser explotadas por grupos de pescadores organizados en cooperativas pesqueras, o en términos de áreas como es el uso comunitario de bahias y lagunas costeras (Seijo, 1993; Castilla, 1994).

Al asignar derechos de propiedad, los individuos que adquieren los derechos toman sus propias decisiones. Esto implica que algún grupo al que se asignan los derechos puede excluir a otros y definir el acceso a los recursos. De esta manera, los individuos u organizaciones a las que se les asigna el derecho de propiedad adquirieren responsabilidad sobre las tasas de explotación del recurso, definiendo sus propias normas de uso (Acheson & Reidman, 1982; Seijo & Fuentes, 1989; McDaniels et al., 1994).

Pueden existir diferencias en el concepto de utilización comunitaria de los recursos respecto a la entrada de nuevas embarcaciones a la pesqueria: (1) libre acceso si se permite entrada permanente y (2) conservación si se limita la entrada de nuevas embarcaciones para maximizar la obtención y distribución de los beneficios para sus miembros. Por lo tanto, el número de embarcaciones y socios debe ser fijado no sólo en función de los beneficios económicos deseados, sino tomando en cuenta los niveles deseados de producción y biomasa previamente establecidos. Esta medida de manejo presenta la desventaja de que sólo puede ser eficazmente aplicada a especies con poca movilidad en un contexto regional.

Regulación de la composición de la captura

La regulación con respecto a la composición de la captura generalmente se da en términos de la talla de los organismos con miras a la protección de una parte del estadio de vida de la especie (estructura poblacional), y sexo, por ejemplo con el objeto de proteger a las hembras grávidas. Entre los principales instrumentos que se emplean para regular la composición de la captura se encuentran:

a. Vedas estacionales, las cuales generalmente cubren los períodos de mayor reproducción de las especies permitiendo un desove ininterrumpido. Para ello es necesario contar con elementos cientificos sobre el comportamiento reproductivo de las especies con el propósito de identificar de manera precisa dichos periodos. Esta medida puede ser respetada principalmente por aquellos pescadores que tienen cierta movilidad para dirigirse a recursos alternativos. Sin embargo, si el pescador se dedica de manera exclusiva a ese recurso debe contar con actividades alternativas que le permitan ocupar su capital humano y fisico durante el periodo de veda. En caso de no ser asi se puede incidir en una alta explotación en la estación de pesca o incurrir en la pesca ilegal durante la veda.

b. Cierre de áreas de crianza y reservas marinas para proteger a la población desovante, o zonas de ocurrencia de juveniles (lagunas costeras, bahias, etc.) En este sentido se presenta el problema de que en algunos casos la pesca en aguas interiores o de pequeña escala realizada por pescadores que la tienen como única actividad se verán afectados con este tipo de medidas, favoreciendo a los de mediana altura que explotan el recurso una vez que se desplaza de dichas áreas. Aunque potencialmente útil, con esta medida se tiende a reasignar los recursos cuando dos tipos de flota inciden sobre diferentes fracciones de la estructura de la población (pesquerías secuenciales). Desde los años 1970's las reservas marinas han sido establecidas con una variedad de funciones, y es partir de los años 1990's que se ha dado el enfoque con fines de manejo. Estas han sido consideradas como una opción para incrementar las capturas locales como resultado del aumento en el reclutamiento (Rowley, 1994; Clark et al., 1995). Sin embargo, la utilidad de las reservas marinas con fines de manejo es difícil de definir, dado que se necesitan múltiples replicas dentro de las reservas y sitios control fuera de ellas (Rowley, 1994)

c. Control de la selectividad del arte, permitiendo el escape de juveniles para que crezcan y posteriormente se incorporen a la biomasa explotable. La velocidad con la que los beneficios de la regulación de la malla ocurren, dependerá de las caracteristicas biológicas de la población.

d. Restricciones en el uso de ciertos equipos como redes de arrastre en zonas arrecifales para proteger a las comunidades que dependen de éstas, o el uso de explosivos y venenos con la finalidad de proteger los recursos y su productividad. Las restricciones también pueden consistir en limitar el esfuerzo de redes, lineas, trampas, etc., más que eliminar el uso del arte por sí mismo.

e. Establecimiento de tallas minimas de captura, permitiendo a los organismos contribuir a la biomasa de la población al menos en un período de reproducción; además al dejarlos crecer se puede obtener mayor biomasa en periodos posteriores. En este caso el mercado también puede repercutir en la talla de los organismos capturados. El comprador puede definir las tallas de los organismos que está dispuesto a comprar, por lo tanto el pescador tendrá que capturar organismos de acuerdo a las caracteristicas demandadas.

Regulación de la cantidad capturada

Este tipo de regulación está fundamentalmente orientado a controlar el nivel de esfuerzo pesquero, el cual está en función de las siguientes variables (Anderson, 1977; Hilborn & Walters, 1992):

a) El número de embarcaciones pesqueras.

b) El poder de pesca por tipo de embarcación.

c) La distribución espacial de la intensidad de pesca.

d) El tiempo efectivo de pesca.

Los principales instrumentos de regulación de la cantidad capturada son los siguientes: (1) cuotas de embarcaciones tipificadas por arte de pesca para limitar la entrada de barcos a la pesqueria; (2) cuotas de captura por temporada y por localidad; (3) impuestos y subsidios; (4) establecimiento de zonas de captura; (5) cambios en la duración de la veda; y (6) restricciones en el uso de artes de pesca que capturan masivamente al recurso en épocas de agregación.

El procedimiento estándar en la mayoria de los paises desarrollados ha sido definir límites en la cantidad capturada, estableciendo cuotas de captura en base a la captura total permisible (CTP) de acuerdo a estimaciones de la abundancia del recurso. Este procedimiento presenta desventajas en el sentido que sólo resuelve el problema de conservación del recurso; además, los métodos directos para estimar abundancia resultan costosos y es necesario llevar un monitoreo permanente de las capturas en tiempo real. Las cuotas de embarcaciones deben ser por tanto tipificadas por arte de pesca y localidad, asi como por temporada con base al monitoreo que se haga de las capturas. El establecimiento de cuotas puede resultar dificil de llevar a la práctica dadas las fluctuaciones naturales de las poblaciones, la fluidez de las capturas y la dispersión de la flota especialmente en el caso de pesquerias de pequeña escala.

Un problema que se presenta es definir cómo asignar las capturas, sobre todo cuando se trata de recursos compartidos a nivel internacional o estatal. En el caso del nivel regional puede ser cuando están involucrados pescadores por ejemplo de flota artesanal e industrial. Lawson (1984) plantea algunas vias que podrian ser útiles para definir los mecanismos de asignación.

La asignación de cuotas por tipo de embarcación también se ha considerado como una medida para regular la cantidad capturada. Sin embargo, el problema se presenta cuando se trata de flotas muy heterogéneas. Para mitigar esta situación se requiere conocer el poder de pesca de las embarcaciones, la distribución de frecuencias de los dias de pesca asignados estacionalmente a la pesqueria, el tiempo efectivo de pesca por dia y tipos de arte de pesca utilizados. Lo anterior involucra un proceso complejo, ya que por un lado se requiere un amplio conocimiento de estos elementos y por otro un continuo monitoreo para asegurarse que la magnitud del esfuerzo de pesca real no se incremente al sustituirse las embarcaciones o los artes con otras con mayor poder de pesca. Otro problema es la estandarización del esfuerzo en el caso donde son empleados diferentes métodos de pesca o tipos de embarcaciones para explotar un mismo recurso, lo que se complica aún más cuando se trata de pesquerias de especies múltiples, donde es dificil diferenciar el efecto de éste sobre las diferentes especies involucradas.

La restricción de licencias limitará el ingreso a la pesqueria, permitiendo conocer el número de embarcaciones y pescadores que operan en el área sobre los diferentes recursos. Al igual que en el caso anterior, se presenta el problema de definir a quienes se les otorgan las licencias y cuántos tipos de licencias se necesitan manejar sobre todo cuando existen diferentes tipos de embarcaciones con un desarrollo tecnológico distinto; asimismo, definir el limite de licencias a expedir, dado que para ello se debe tener un monitoreo continuo de las capturas y del estado del recurso, lo cual implica altos costos de información. Adicionalmente, se tienden a incrementar los costos de vigilancia, ya que los pescadores a quienes no se les otorgaron las licencias podrian intentar realizar sus actividades de manera ilegal.

Otra forma de incidir en el esfuerzo pesquero es a través de impuestos y subsidios, lo cual afectará los costos (fijos y variables) con la consecuente modificación en el esfuerzo.

Los subsidios pueden ser empleados en comunidades de bajos ingresos, pero esto tiene un efecto de incrementos en el esfuerzo (Ludwig et al., 1993). Por su parte los impuestos pueden desmotivar a los usuarios a introducir embarcaciones con una consecuente reducción en el esfuerzo pesquero, esto en el caso de que no haya evasión de impuestos, dado que en ocasiones resulta más costoso la recolección de impuestos que los beneficios obtenidos de ellos. Con el uso de subsidios un problema dificil de superar es que los beneficiarios se acostumbran a ellos y no están preparados para competir en la creciente apertura comercial global. Los subsidios estimulan la participación en la actividad pesquera y su supresión puede implicar reducción del esfuerzo y aún del empleo, lo cual no es deseable desde un punto de vista normativo. Esto obviamente tiene repercusiones politicas y sociales, por lo que es necesario tenerlo en consideración cuandó se plantee esta opción como alternativa (Panayotou, 1983).

La introducción de nuevas tecnologias incidirá en el poder de pesca. La competencia por el recurso puede causar que los dueños de los barcos o el gobierno en el caso de apoyar el impulso de una pesqueria introduzcan tecnologia que les permita mayor eficiencia en las capturas. Es importante que esta mejora sea eficiente pero que no llegue a representar un riesgo para la sobreexplotación del recurso; algunos esquemas de regulación prohiben tecnologia que tenga fuerte impacto sobre los recursos (Anderson, 1980). Por tanto la innovación debe ser adecuada e introducida en el momento oportuno. Actualmente, dadas las preferencias generales de conservación de recursos naturales, los desarrollos tecnológicos en caso de pesquerías marinas se orientan cada vez más al diseño de equipo con más eficiente selectividad tanto de especies (e.g. incorporación de dispositivos excluidores de tortugas en la pesqueria de arrastre de camarón), como de tallas.

Cuotas individuales transferibles

A mediados de la década de los 80, se inicia la utilización de esquemas de manejo de pesquerías marinas orientados a la privatización del recurso. Con el objeto de promover un uso óptimo de los recursos marinos, algunos paises costeros como Nueva Zelanda, Islandia, Estados Unidos y Chile han procedido al otorgamiento de derechos de propiedad a pescadores individuales, a través de la asignación de cuotas individuales transferibles (CIT's). A continuación se presenta una sintesis del esquema operativo de las CIT's, los supuestos sobre los que son diseñados y las principales ventajas y limitaciones observadas en las pesquerias en las que han sido establecidas.

Bajo un sistema de CIT's, se le asigna a pescadores individuales (pero pudiera ser también a empresas pesqueras y plantas de procesamiento) derechos exclusivos sobre un porcentaje de la cuota de captura global anual. Los propietarios de estas cuotas realizan transacciones comerciales con ellas, ajustan sus flujos de producción para satisfacer la cuota global, se generan rentas y precios de equilibrio para las CIT's y se disfrutan los beneficios del intercambio. Como resultado, la industria pesquera se reorganiza sobre la base de eficiencia, teniendo a las firmas más eficientes comprando CIT's a firmas con costos mayores, reduciendo o cancelando estas últimas su esfuerzo de pesca. Sin embargo, se han identificado algunas consideraciones respecto a este tipo de esquema de manejo de pesquerías; entre ellas, Squires et al. (1995) identifican que: (i) las rentas totales potenciales y las mejoras en eficiencia de vigilancia deben ser suficientes para garantizar un programa de CIT's, y (ii) las administraciones pesqueras tienen preocupación acerca de las posibilidades de concentración de la estructura pesquera, es decir, de los efectos distribucionales y de la formación de monopolios. Anderson (1994, 1995) identifica un conjunto de ventajas y desventajas del manejo de pesquerias basado en un esquema de CIT's. Hannesson (1993) identifica implicaciones distribucionales a dos niveles: (a) al asignarse las cuotas individuales cuando se establece el sistema de CIT's; y (b) en la operación del sistema como resultado del intercambio de CIT's.

Programas de extensionismo y educación ambiental

Todas las medidas antes mencionadas necesitan de manera complementaria programas de extensionismo pesquero donde se sensibilice a los pescadores con respecto al aprovechamiento racional de los recursos renovables. Para ello es necesario que los resultados de investigación sean traducidos en programas de educación a través de boletines técnicos y material audiovisual que pueda ser presentado en las comunidades pesqueras, no sólo a los pescadores activos, sino también a los usuarios potenciales (jóvenes y niños).

Manejo de pesquerias con criterios múltiples

El manejo de pesquerias es significativamente más complicado por el hecho de que usualmente existe más de un criterio de relevancia para evaluar el desempeño de una pesqueria. El problema no solamente consiste en maximizar la renta económica neta generada por la pesqueria (dadas ciertas preferencias intertemporales en el uso del recurso), sino también sostener la biomasa de especies objetivo e incidentales, algunas veces amenazadas o percibidas como amenazadas por la sociedad (e.g. tortugas marinas), por encima de cierto nivel, y quizá también maximizar la contribución a la producción alimentaria doméstica, generar divisas para aliviar deudas externas y generar empleos. En este tipo de problema los decisores tienen que sopesar los diferentes criterios, sacrificando empeoramiento en algún criterio con el afán de lograr mejoras sustantivas en algún otro que se considere critico en el momento de tomar la decisión de manejo del recurso. Esto significa buscar una solución Pareto óptima al problema de manejo con vriterios múltiples y conflictos entre si. Una solución Pareto óptima tiene la propiedad, en este contexto, de que un criterio de manejo de la pesqueria no puede ser mejorado por una decisión, sin hacer que el desempeño de la pesqueria empeore con respecto a algún otro criterio de interés (Hannesson, 1978; Mendelssohn, 1979).

La teoria de control óptimo ha sido aplicada a pesquerías para identificar el nivel de esfuerzo que maximiza el valor presente de la renta económica en una variedad de contextos pesqueros (Hilborn & Walters, 1987; Clark, 1985; Cohen, 1987). Los modelos de optimización con criterios múltiples han sido poco utilizados en el manejo de pesquerias (Garrod & Shepherd, 1981; Kennedy & Watkins, 1986; Onal et al., 1991). Recientemente, se han desarrollado modelos hibridos de simulación-optimización para pesquerias secuenciales y pesquerias con interdependencias tecnológicas y ecológicas respectivamente (Diaz de León & Seijo, 1992; Seijo et al., 1994a).

En estos últimos dos trabajos, el enfoque analitico utilizado es la estrategia de optimización “min-max” discutida por Osyczka (1984) y Manetsch (1985). La estrategia involucra minimizar una función con respecto a un criterio único: la máxima desviación de todas las variables de desempeño de la pesqueria con respecto a objetivos especificos para cada uno de ellos. El método trabaja inicialmente con el criterio que tiene la más grande desviación con respecto a los objetivos deseados, hasta que deje de constituir la máxima desviación. Después procede a mejorar el siguiente criterio de manejo que en ese momento experimenta la desviación mayor con respecto a los objetivos. El método se detiene cuando todas las variables de desempeño experimentan esencialmente la mismas desviaciones con respecto a sus valores objetivo.

El paquete de optimización recomendado es M-OPTSIM (Manetsch, 1986) que emplea el método de optimización no-lineal COMPLEX de Box (1965). En problemas de optimización altamente complejos (e.g. optimización de estrategias de manejo en pesquerias de especies múltiples), es dificil encontrar soluciones óptimas globales. El método de Box ha probado ser un medio efectivo para encontrar el vecindario del óptimo global.

Función objetivo con criterios múltiples

Dado un modelo construido para la pesqueria de interés (como el descrito en el Capitulo 5), el diagrama de bloques para el problema de optimización con criterios múltiples, es presentado en la ecuación (6.1) como sigue:

donde:

Yμ (T) = vector de valores de la función con criterios múltiples correspondiente a la opción de
manejo μ, evaluado en el horizonte de tiempo (O,T).
υμ = vector de parámetros de decisión correspondiente a la opción de manejo μ.
(O,T) = horizonte de tiempo relevante para el manejo de la pesqueria de interés.

El modelo dinámico es entonces operado en modo de optimización tal y como se presenta en la

Figura 6.1

Figura 6.1 Diagrama de bloques conceptual para el problema de optimización de pesquerias con criterios múltiples.

Ωμφ puede ser expresado como sigue:

Ahora bien, Ωμφ es la desviación normalizada del valor del criterio β con respecto a la opción de manejo μ y al conjunto de objetivos φ. Lo anterior puede expresarse de la forma siguiente:

donde:

gβφ = objetivo para el criterio β del conjunto de objetivos φ.

Yβμ = valor del criterio β de la estrategia de manejo μ.

bβ = valor de la corrida base para el criterio β.

Finalmente, υμ* es el vector de parámetros de control óptimo de la pesquería, es decir, el vector que especifica la combinación óptima de instrumentos de manejo de la pesquería de interés. Yμ es el vector de valores óptimos de la función de criterios múltiples, utilizada para evaluar el desempeño de dicha pesquería.

La función sgn() cambia el signo de Ωβμφ para aquellos objetivos menores que los valores “base”. Esta es la forma como los valores de Ωβμφ relacionados con las diferentes variables, diferentes estrategias y diferentes conjuntos de objetivos pueden ser comparados.

El procedimiento iterativo antes descrito, encuentra la desviación más grande, operando con todos los criterios hasta que no se puedan lograr mejoras significativas en el criterio con la más grande desviación. Por esta razón, el método “min-max” tiende a encontrar soluciones Pareto óptimas al problema de optimización con criterios múltiples.

El problema con este enfoque es la posibilidad de obtener soluciones múltiples, algunas Pareto inferiores a las otras. Para resolver este problema se sugiere la utilización de un procedimiento de búsqueda aleatoria, como el empleado por el método “Complex” de Box (1965), que permite encontrar el óptimo global.

El método “Complex” para optimizar funciones no-lineales con criterios múltiples

Este método fue desarrollado por Box (1965) y aplicado a problemas de optimización con criterios múltiples por Manetsch (1985, 1986). Su propósito es el encontrar el máximo o el minimo de una función multivariada no-lineal sujeta a restricciones no-lineales. Lo anterior puede representarse de la forma siguiente:

Max f(X1, X2, X3,…, Xn) (6.4)

Sujeto a:

LLi ≤ Xi ≤ ULi para i= 1,2,3,…,n…,k (6.5)

Las variables implicitas Xn+1, …, Xn son funciones dependientes de las variables explícitas independientes X1, X2, X3, …, Xn, y las restricciones superiores e inferiores LLi, y ULi, pudieran ser constantes o funciones de variables independientes. El método involucra un procedimiento de búsqueda secuencial orientado a encontrar el óptimo global (mínimo o máximo) partiendo de un conjunto de puntos iniciales aleatoriamente distribuidos dentro de la región factible. Cada uno de estos conjuntos de datos corresponden al vértice de una figura geométrica o “Complex” generada en un espacio de búsqueda de n dimensiones. Asociado a cada vértice existe un valor de la función de optimización (calculada a partir del modelo de simulación). El procedimiento converge hacia un óptimo global, restringiendo la búsqueda alrededor de este punto (Manetsch, 1985).

Este enfoque ha sido aplicado en pesquerías marinas para contender con problemas de manejo en los que la dinámica resultante de las interdependencias tecnológicas y ecológicas hacen que la consideración de criterios múltiples en el proceso de ordenación sea una tarea altamente compleja (Díaz de León & Seijo, 1992; Seijo et al., 1994b).


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