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El hecho de que la teoría y la práctica del desarrollo se hayan orientado a programas centrados en los individuos y a la participación de éstos y de las comunidades en las decisiones que afectan a sus propias vidas está creando nuevas oportunidades para el cambio social y la habilitación de las mujeres y los hombres en las zonas rurales. Sin embargo, es fundamental fomentar su sensibilización, su participación y sus capacidades, y los procesos de comunicación son decisivos para esa tarea. Distintos métodos y medios de comunicación pueden facilitar el desarrollo estimulando el diálogo y el debate. Además, pueden hacer que las mujeres rurales tengan voz para definir sus propios programas de desarrollo. Análogamente, al fomentar el intercambio de conocimientos y de información, la comunicación puede estimular la conciencia y la motivación de las mujeres, lo cual les permitirá adoptar decisiones fundamentadas sobre las cuestiones críticas que afectan a sus vidas.
La comunicación puede propiciar cambios de actitudes y comportamientos sociales y ayudar a las comunidades a determinar oportunidades y soluciones de desarrollo sostenibles que estén a su alcance. Además de poner a los encargados de la planificación del desarrollo en situación de respetar las necesidades y los conocimientos tradicionales de las mujeres, los procesos de comunicación pueden mejorar la gestión y la eficacia de nuevas organizaciones e instituciones sociales, velando por que presten servicios a las mujeres de manera participativa y democrática.
Si se utiliza con eficacia, la comunicación actúa como instrumento de mediación entre los planificadores y las comunidades rurales, contribuyendo a resolver los conflictos, a lograr el consenso y a encontrar un terreno común para las políticas y medidas que habrá que adoptar. Las tecnologías y los medios de comunicación también pueden ayudar a las mujeres rurales a intercambiar experiencias y a aprender las unas de las otras. También pueden resultar ser instrumentos poderosos para asesorar a las mujeres acerca de nuevas ideas y prácticas y mejorar la capacitación. La mayoría de mujeres rurales son analfabetas y viven en zonas remotas y aisladas donde el acceso a la información, la falta de medios de transporte, la escasez de instructores y las diferencias culturales e idiomáticas son problemas comunes; no obstante, esos problemas pueden superarse con la utilización de las tecnologías de comunicación apropiadas.
LA COMUNICACIÓN Y LOS CONOCIMIENTOS AUTÓCTONOS DE LAS MUJERESUn proyecto de la FAO que abarca varios países del África meridional se dedica a estudiar la cuestión de los conocimientos relacionados con la conservación de la diversidad biológica y a considerar la forma en que esos conocimientos pueden utilizarse para promover la seguridad alimentaria. El objeto del proyecto es prestar apoyo a organizaciones que ya están trabajando con comunidades rurales para documentar los conocimientos autóctonos. La cuestión es la siguiente: ¿cómo pueden reunirse, conservarse y comunicarse estos conocimientos de manera que produzcan beneficios concretos para las mujeres y los hombres que los poseen? Por este motivo la comunicación tiene una importancia decisiva para la estrategia del proyecto. Los trabajadores de campo reciben adiestramiento para trabajar con mujeres y hombres de comunidades rurales a fin de ayudarles a reconocer y documentar el valor de sus conocimientos, recurriendo a medios que se puedan comprender y utilizar con facilidad. Ello puede entrañar la utilización de medios de comunicación populares para fines de sensibilización, por ejemplo, o la introducción de nuevos medios de comunicación, como el vídeo participativo, que abren nuevos horizontes e intereses. A continuación el proyecto transmitirá los conocimientos obtenidos en el trabajo con una determinada comunidad a otras comunidades rurales, organizaciones no gubernamentales, instituciones gubernamentales, los encargados de la adopción de decisiones y los medios de comunicación. La comunicación es clave para fomentar la conciencia, intercambiar los conocimientos y promover un debate más amplio sobre los conocimientos autóctonos y la diversidad biológica, todo lo cual permitirá crear políticas y programas de acción más eficaces. |
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Los conocimientos y las tecnologías de comunicación ya existen. El desafío que se plantea ahora es el de utilizarlas de manera apropiada y eficaz para dar voz a las mujeres rurales, promover la transformación social y la agricultura sostenible y hacer realidad el desarrollo rural tanto para los hombres como para las mujeres.
La comunicación ha dejado de considerarse una transferencia unidireccional y jerarquizada de mensajes e información a través de determinados medios. La comunicación para el desarrollo promueve un proceso de intercambio y participación en ambas direcciones.
La propia palabra comunicación procede del latín communis facere, que significa participar y «hacer juntos». Una consulta de expertos de la FAO celebrada en 1984 definió la comunicación para el desarrollo como «un proceso social, diseñado para encontrar una comprensión común entre todos los participantes de una incitativa de desarrollo, creando así una base para la acción concertada».
La tecnología y los medios de comunicación son instrumentos útiles para facilitar este proceso, pero no deben considerarse un fin en sí mismos. Lo importante es el proceso, y no el producto ni la tecnología. La comunicación interpersonal, cara a cara, es un elemento esencial de este proceso y tiene una importancia decisiva para transformar las actitudes y la conducta.
RECONOCIMIENTO DEL PAPEL DE LA COMUNICACIÓN POR LAS CONFERENCIAS INTERNACIONALESVarias importantes conferencias internacionales han subrayado el papel destacado de la comunicación para lograr los objetivos de sus planes de acción y conseguir el desarrollo sostenible.
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Los expertos de la consulta de la FAO de 1984 indicaron que «el desarrollo sostenible y orientado a los individuos solamente podrá realizar todo su potencial si la población rural interviene y está motivada y si se comparten la información y los conocimientos. Compartir no supone una transferencia unidireccional de la información; consiste más bien en un intercambio entre iguales. Por una parte, los especialistas técnicos aprenden acerca de las necesidades de las personas y sus técnicas de producción y, por otra parte, las personas aprenden de las técnicas y propuestas de los especialistas». Esto significa que las actividades de comunicación participativa con las mujeres rurales deberían comenzar escuchándolas a ellas. Escuchar significa algo más que limitarse a evaluar las necesidades. Supone escuchar lo que ya saben las mujeres, lo que quieren llegar a ser, lo que consideran posible o conveniente y las actividades sostenibles que están dispuestas a realizar.
Aunque a menudo son analfabetas, las mujeres rurales poseen una sabiduría, unos conocimientos y prácticas basados en normas, tradiciones y valores culturales muy arraigados, así como una experiencia recogida a lo largo de generaciones. Estos conocimientos autóctonos deberían tenerse en cuenta y habría que aprovechar y fortalecer las redes tradicionales de intercambio de información y comunicación. Hay que aprovechar tanto los medios tradicionales como los medios modernos de intercambiar conocimientos, y las estrategias y materiales de comunicación deberían reflejar las percepciones, necesidades y perspectivas de las mujeres. La formulación de métodos de investigación participativa y de buena calidad, como el diagnóstico rural participativo, los debates específicos en grupo, las técnicas de comunicación interpersonal y los medios audiovisuales permiten ahora que los especialistas en comunicación y las comunidades intercambien rápidamente experiencias y aprendan juntos. Si bien antes los métodos principales de investigación y análisis eran el cuestionario y la encuesta, ahora existe una combinación de métodos y medios de comunicación que no dependen de la alfabetización ni de la educación formal para descubrir los problemas y las necesidades de las mujeres rurales, así como las oportunidades y las soluciones que existen en la comunidad.
Una investigación participativa sobre el público es indispensable para la planificación de estrategias de comunicación que puedan tener éxito, para la selección de los medios de comunicación apropiados y para el diseño de mensajes creativos. Las mujeres de las zonas rurales tienen necesidades de comunicación distintas de las de los hombres y las mujeres de los centros urbanos y de los países más desarrollados.
Las mujeres no gozan de igualdad de acceso a la información debido a factores como la restricción de la movilidad fuera del hogar, la falta de educación y, a veces, el control de los hombres sobre la información o los medios de comunicación.
Es posible que los comunicadores del desarrollo tengan que proceder a una nueva presentación de la información en formas que sean comprensibles para las mujeres analfabetas, teniendo en cuenta su comprensión y su percepción de los mensajes.
Hay que prestar especial atención a seleccionar los canales de comunicación más apropiados para las mujeres y a producir materiales en los idiomas locales. Puesto que las mujeres intervienen en muchos aspectos de la vida rural, sus sistemas de conocimiento tradicional son complejos y holísticos. Así, los programas de comunicación deberían referirse a todas las cuestiones económicas y sociales que afectan a las mujeres, como la agricultura, la salud, la vivienda, la nutrición, la planificación de la familia, la alfabetización, el medio ambiente, la población y la educación.
EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO RURAL DE COMUNICACIÓN, Y LAS MUJERES RURALES EN EL DESARROLLOEl Centro de Comunicación para el Desarrollo, de la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), con sede en Harare (Zimbabwe), ha promovido, con la ayuda de un proyecto de la FAO financiado por Italia, otra forma de investigación y análisis sobre la comunicación, denominada diagnóstico participativo rural (PRCA), que hace intervenir a la población rural en el diseño de estrategias de comunicación eficaces. El proyecto se ha utilizado con eficacia para promover la participación de mujeres rurales en la adopción de decisiones que afectan a sus medios de vida. Las percepciones y los conocimientos locales desempeñan un papel fundamental en el desarrollo, de ahí que sea necesaria una estrategia de comunicación que asegure que los distintos grupos de la comunidad (mujeres, hombres, ancianos, jóvenes) y los agentes de desarrollo que trabajan con ellos no tengan percepciones diferentes de los problemas que hay que resolver. No obstante, revelar las percepciones y los conocimientos locales de las mujeres puede ser difícil porque a menudo éstas ocultan a los extraños sus verdaderos sentimientos y la información que poseen. Para superar esos problemas, el diagnóstico recurre a métodos visuales y a técnicas de facilitación grupal para generar, analizar y presentar información que ayude a revelar la «visión y voces» de las mujeres. Gracias al enfoque, las actividades de desarrollo pueden estar firmemente arraigadas en las realidades de las mujeres y responder a sus necesidades, aspiraciones, capacidades y conocimientos.
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La Plataforma de Acción de la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer destacaba la importancia de mejorar las aptitudes y los conocimientos de las mujeres, así como su acceso a la tecnología de la información y de la comunicación.
La capacitación de mujeres como especialistas en comunicación rural a todos los niveles, desde trabajadoras de campo a instructoras o planificadoras de la comunicación, es un requisito esencial para el éxito de las actividades de comunicación dirigidas a las mujeres y realizadas por ellas.
Las mujeres sólo podrán tener acceso a los medios de comunicación si cuentan con las aptitudes y la capacitación necesarias para utilizarlas. No sólo se trata del número de mujeres a las que habrá que impartir capacitación, sino también de la calidad de la capacitación que habrá que facilitar. En el pasado, la capacitación a menudo era teórica y se concentraba principalmente en la tecnología y la producción en los medios de comunicación. Las nuevas estrategias participativas de comunicación requieren unos procesos de aprendizaje innovadores e interactivos, preferiblemente aplicados sobre el terreno. Las mujeres pueden aprender mejor gracias a la experiencia sobre el terreno y la práctica y no sólo mediante la capacitación tradicional en las aulas. Los planes de estudios no deben limitarse a la tecnología y a la producción en los medios de comunicación, sino que deben incluir métodos de investigación participativa, prácticas como la facilitación grupal, la dinámica de grupos, la solución de conflictos y los procesos económicos, políticos, sociales y culturales relacionados con el desarrollo rural y la comunicación. Los aparatos de vídeo, audio y computadoras se han miniaturizado, son menos costosos y ofrecen una mayor facilidad de utilización. Los métodos participativos han abierto oportunidades para que las mujeres de las zonas rurales aprendan técnicas de utilización de los medios, tengan acceso a los instrumentos de generación e intercambio de información y adquieran control sobre esos instrumentos.
LAS MUJERES MAYAS APRENDEN TÉCNICAS DE COMUNICACIÓNEl Centro para Comunicadoras Mayas, situado en el lago Atitlán, en Sololá (Guatemala), es una organización sin fines de lucro que cuenta con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y otros donantes. El centro tiene su propia página Web e imparte a las mujeres indígenas capacitación en producción de vídeo, fotografía, utilización de computadoras y comunicación por Internet. El vídeo y la fotografía se utilizan para la investigación, el diálogo y la organización comunitaria. Entre otras cosas, el Centro está investigando los procesos de comunicación oral en los idiomas mayas y la forma en que los medios visuales pueden superar barreras de idioma y alfabetización. Los vídeos producidos en las comunidades se utilizan para intercambiar información con comunidades vecinas que pueden identificarse con las imágenes locales. Padma Guidi, la asesora del Centro, dice: «al elaborar los planes de estudio, me he guiado por las peticiones de las mujeres que vienen aquí y quieren saber cómo funciona esto. Las cámaras son populares y despiertan un gran interés, son fáciles de utilizar y representan una buena manera de empezar. Mi estrategia consiste en que el aprendizaje sea interactivo... La historia no se repetirá en Guatemala si las mujeres indígenas consiguen que se escuche su voz. Si tienen a su disposición los actuales medios de comunicación, que son fáciles de utilizar, esas mujeres se afianzarán como una fuerza consciente que participará en los acontecimientos mundiales del futuro». |
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