por
Kevern L. Cochrane
Departamento de Pesca de la FAO
Un ecosistema marino típico es una red dinámica y complicada de poblaciones naturales, a veces disperso a lo largo de decenas de miles de kilómetros cuadrados, que cambia y se mueve continuamente, influenciado por ambientes meteorológicos y marinos variables y usualmente impredecibles. Las pesquerías que explotan estas poblaciones naturales son parte del ecosistema y también son complejas y dinámicas, usan tipos de artes, estrategias de pesca y conocimientos expertos que difieren de pescador a pescador o de barco a barco y que también están sujetas a la posibilidad de cambio con el tiempo. Para complicar más las cosas, las poblaciones de peces e invertebrados por lo general están muy dispersas, ocultas de nuestra vista y por lo tanto es muy difícil su seguimiento. Sus tasas de crecimiento y de mortalidad a menudo cambian considerablemente con la edad y en el tiempo, y el reclutamiento de los peces jóvenes a cada población es altamente variable. Con todas estas complejidades e incertidumbres juntas, el administrador pesquero opera en un ambiente complejo y confuso. Sin embargo, el sustento y el ingreso dependen de decisiones sabias tomadas por el administrador pesquero, y las decisiones sabias sólo son posibles si el administrador tiene un conocimiento adecuado del ecosistema y de la pesquería que le permita entender las causas de la situación actual de la pesquería y poder pronosticar cómo va a reaccionar el recurso y la pesquería en respuesta a las acciones de ordenación. El propósito de este capítulo es examinar los asuntos que debe considerar el administrador en la aplicación efectiva de las estrategias de ordenación, la información que el administrador debería tener disponible para guiar estas decisiones y cómo se debería usar la información para tomar las decisiones.
Es probable que el administrador pesquero esté involucrado en establecer la política y las metas de las pesquerías (Pasos 1. y 2., Cuadro 1), y así debería ser. La política y las metas son parte de la planificación estratégica de la pesquería, y generalmente son instrumentadas y luego modificadas infrecuentemente, ya que por lo general sólo se revisan cada cinco años o más (ver también el Capítulo 9). Establecen el marco de referencia para la pesquería durante este período, y deberían establecerse con cuidadosa consideración de los mejores conocimientos disponibles acerca de los recursos y de la pesquería. En su trabajo diario, sin embargo, el administrador pesquero podría estar más involucrado con las decisiones tácticas a corto plazo de la ordenación, traduciendo las metas en objetivos operacionales y asegurando que la estrategia de ordenación que se está usando es el mejor medio de lograr esos objetivos. Estas son las tareas primarias del administrador pesquero, y este capítulo se enfoca en cómo el administrador puede asegurar que se lleven a cabo sobre la base de información confiable y apropiada. El gran reto de la ordenación pesquera es escoger e instrumentar las mejores estrategias de gestión para alcanzar estos objetivos, a pesar del hecho de que siempre habrá vacíos e incertidumbres en el conocimiento requerido para tomar decisiones y ejecutar acciones bien informadas.
CUADRO 1 Los pasos usualmente necesarios para determinar una estrategia de ordenación apropiada para lograr objetivos operacionales especificados
Paso |
Alcance |
Función de la información científica |
1. Determinar la política de pesca |
Se aplica a todo el sector pesquero |
Orientada por amplia información sobre tipos de pesquerías, naturaleza de los recursos y el contexto ecológico, características e importancia social y económica. |
2. Establecer las metas |
Se aplica a la pesquería específica (ej. definida por el recurso objetivo) |
· Aprovecha el desempeño
histórico, incluyendo los rendimientos, el desempeño
económico y la contribución social. |
3. Determinar objetivos operacionales y establecer puntos de referencia |
Se aplica a la pesquería específica. Los objetivos sociales y económicos podrían diferir según el sub-sector de la pesquería (Ej. comercial a gran escala, comercial a pequeña escala, subsistencia, etc.) |
· Análisis y modelos
usados para probar, refinar y cuantificar los objetivos. |
4. Determinar la estrategia de ordenación |
Compuesto de medidas de ordenación, algunas de las cuales podrían ser específicas para cada subsector (ej., restricciones a los artes, áreas de pesca) mientras otras (ej., vedas de áreas y temporadas) podrían aplicarse a la pesquería en su totalidad |
· Usa análisis, modelos,
y conocimientos expertos de las partes interesadas para probar el
desempeño de las medidas de ordenación con relación a los
objetivos operacionales. |
En muchas agencias de ordenación pesquera no se presta suficiente atención a la recolección de datos e información, y los intentos de estas agencias de administrar sus pesquerías tienen en consecuencia defectos desde el principio. Algunas otras agencias invierten esfuerzos y dinero considerables para recolectar información sobre sus pesquerías, pero luego no procesan o almacenan la información correctamente, y no la analizan apropiadamente, o ni la analizan. La recopilación de datos de pesca no es un fin en sí; los datos almacenados en cuadernos de bitácora o registros de datos que reúnen polvo en un archivo representan un desperdicio de recursos. Para que exista una ordenación pesquera responsable, los datos requeridos deben ser recolectados y usados para obtener información que ayude a administrar la pesquería de forma efectiva y por ende a mejorar los beneficios a largo plazo que se deriven de ella. El Cuadro 2 resume los datos que usualmente se requieren para la ordenación. Estos requisitos son determinados por los problemas y los objetivos operacionales que el administrador pesquero debe considerar. Se dividen en las categorías usadas en el Cuadro 2 (biológicos, ecológicos, económicos, sociales e institucionales), y pueden resumirse en las siguientes preguntas simples, que deberían estar en todo momento en la mente del administrador pesquero.
¿Son las capturas actuales de la pesquería sostenibles, y aprovechan apropiadamente el recurso?
¿Están las prácticas de pesca actuales evitando daños o impactos irreversibles sobre especies no objetivo en el ecosistema?
¿Están las actividades de pesca actuales ejerciendo un impacto práctico mínimo sobre el hábitat físico?
¿Están las actividades aparte de la pesca en el caladero y en el ecosistema de apoyo administradas adecuadamente para evitar daños o impactos irreversibles sobre el ecosistema, incluyendo los hábitats críticos?
¿Se está realizando la pesca de manera económicamente responsable y eficaz, compatible con las metas y prioridades económicas del país o el área local?
¿Están las personas que dependen de la pesquería para su ingreso y sustento recibiendo retornos apropiados y beneficiosos de sus actividades relacionadas con la pesca?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es «No», entonces el administrador debe considerar cómo la estrategia de ordenación se puede ajustar, con un cambio en las medidas de gestión, para corregir la situación sin impactos negativos inaceptables sobre las respuestas a las otras preguntas. Si el administrador no puede contestar alguna de estas preguntas, entonces no está adecuadamente informado para poder cumplir debidamente el mandato de su trabajo.
CUADRO 2 Algunos datos básicos necesarios para proveer información al administrador pesquero y a los tomadores de decisiones para ayudarlos en la selección de estrategias de gestión apropiadas. Se puede encontrar información adicional sobre esto en las Guías Técnicas (FAO, 1997)
Objectivo (s) |
Datos requeridos |
Biológico |
· Desembarques totales por especie principal por flota por año · Esfuerzo total por flota por año · Composición por talla y/o por edad de los desembarques por especie principal · Descartes de especies principales por flota por año · Composición por talla y/o por edad de los descartes por especie por flota por año · Áreas de pesca de cada flota |
Ecológico |
· Captura total de especies de captura incidental (incluyendo especies descartadas) o especies indicadoras seleccionadas, por flota por año · Composición por talla y/o por edad de la captura de especies de captura incidental o especies indicadoras seleccionadas · Impacto de los artes y la actividad de pesca sobre el hábitat físico · Cambios en los hábitats críticos causados por actividades diferentes a la pesca |
Económico |
· Ingreso promedio por unidad de pesca por año para todas las flotas · Costos por unidad de pesca por año · Rentabilidad de cada flota (en ausencia de datos económicos detallados, esto se podría basar en entre vistas o información similar) · Destino de las capturas de cada flota y una medición de la dependencia de la pesquería de otros sectores de la comunidad (ej., procesadores, mayoristas, etc.) |
Social |
· Número total de pescadores empleados en cada flota · Número total de personas empleadas en actividades pesqueras o afines en tierra por flota, por género y grupo de edad, si fuera posible · Dependencia del sustento de los pescadores y trabajadores afines en tierra para cada flota |
En las pesquerías modernas no es suficiente intentar contestar estas preguntas por instinto o con base en las opiniones no validadas de otros. Debería ser posible para el administrador contestar todas estas preguntas haciendo uso de información buena, exacta y reciente, incluyendo información verificable de las partes interesadas, que le permitan justificar la respuesta y demostrar el razonamiento para ella. Los datos recolectados de la pesquería usualmente representarán una fuente importante de la información disponible al administrador. Sin embargo, estos datos deben ser organizados y analizados apropiadamente para poder extraer información significativa y pertinente para la ordenación. En la mayoría de las agencias, la división o unidad científica de la agencia sería responsable de procesar los datos científicos básicos.
Reconociendo tanto la importancia como las dificultades de utilizar buenos conocimientos, el Código de Conducta (Párrafo 6.4) requiere que «las decisiones sobre conservación y ordenación en materia de pesquerías deberían basarse en los datos científicos más fidedignos disponibles, teniendo en cuenta también los conocimientos tradicionales acerca de los recursos y su hábitat, así como los factores ambientales, económicos y sociales pertinentes». Este requisito involucra tres pasos:
la recolección de datos e información pertinente sobre la pesquería, incluyendo sobre los recursos y los factores ambientales, económicos y sociales;
el análisis apropiado de estos datos e información de tal manera que pueda usarse para las decisiones que debe tomar el administrador pesquero, y
la consideración y el uso en la toma de decisiones de los datos e información analizados.
El primero de estos tópicos, la recolección y el seguimiento de datos, es en sí vasto y ha sido el tema de innumerables publicaciones (ej., ver FAO, 2001), y se discute en detalle en las Orientaciones Técnicas del Código de Conducta: La Ordenación Pesquera (FAO, 1999). Es esencial que la agencia de ordenación haga el mejor uso de los recursos humanos y financieros disponibles para asegurar la recolección continua de la información más apropiada para la ordenación de la pesquería, que ésta sea exacta y veraz, y que se procese y almacene de tal manera que sea fácil usarla.
El segundo tema, la incorporación de análisis sociales y económicos, estadísticos, y de evaluación de poblaciones, ha sido discutido en aún mayor profundidad en la literatura. Los datos recopilados tienen que ser analizados y procesados, típicamente por científicos pesqueros, economistas y científicos sociales, para examinar las características de la pesquería que son de interés para los tomadores de decisiones. De nuevo, esta guía no entra en detalles acerca de los métodos de evaluación de poblaciones y de análisis bioeconómicos, ya que ambas son disciplinas por derecho propio y han sido tema de muchas publicaciones de alta calidad. Para encontrar ayuda con estos tópicos, se refiere al lector a, por ejemplo, Sparre y Venema (1992), Hilborn y Walters (1992) y Seijo, Defeo y Salas (1998), todos incluidos en la lista de lectura recomendada al final del capítulo. Este capítulo considera cómo pueden y deben usarse los resultados de estos análisis, y el tercer paso del proceso, el uso de los resultados obtenidos de los análisis para informar a los tomadores de decisiones, es una parte importante del capítulo.
Recientemente ha crecido la conciencia sobre el valor de los conocimientos y percepciones de los usuarios del recurso, incluyendo conocimientos tradicionales. Esto se reconoce en el Código de Conducta en los Párrafos 6.4 y 12.12, que manifiestan que «los Estados deberían dar prioridad a las actividades de investigación y recolección de datos, teniendo en cuenta también los conocimientos y tecnologías tradicionales, en particular aquellas aplicadas en las pesquerías de pequeña escala, para evaluar su aplicación para la conservación, ordenación y desarrollo de pesquerías sostenibles». Esto se discute más en este capítulo y en el Capítulo 7.
En el Capítulo 1, Sección 7, la estrategia de ordenación se describe como el conjunto general de medidas establecidas por la autoridad de ordenación de pesca para regular la pesquería. Estas medidas pueden incluir: medidas técnicas relacionadas con artes de pesca, que frecuentemente son a largo plazo y sólo se ajustan ocasionalmente; medidas técnicas relacionadas con vedas espaciales y temporales, que pueden establecerse en una amplia gama de escalas de tiempo; y controles de insumos, controles de productos o ambos, que a menudo serán ajustados más frecuentemente, por lo general cada año. Los controles de insumos y productos usualmente son vitales para la estrategia de ordenación, y el valor real del control, es decir, la captura total permisible o el esfuerzo permitido en un año, debe ser determinado cuidadosamente para optimizar los beneficios del recurso de manera sostenible. Al establecer un control, se debe tomar en cuenta la condición y la productividad de los recursos, los objetivos de la pesquería, las necesidades de los grupos de interés y las prácticas de pesca.
La importancia de las metas y objetivos fue enfatizada en la introducción de esta Guía (Sección 6 del Capítulo 1). Como se discutió, las metas de las pesquerías frecuentemente se expresan en términos amplios que típicamente son demasiado vagos para ser particularmente útiles para la ordenación pesquera como metas de la estrategia de ordenación, y a menudo exhiben conflictos entre sus diferentes requisitos. Por lo tanto, deben ser desarrollados más si van a ser útiles en el diseño de estrategias adecuadas de ordenación, y deben traducirse en objetivos operacionales. Los objetivos operacionales siempre deben formar el marco de referencia del administrador, tanto para evaluar el funcionamiento de la estrategia de ordenación como para evaluar el desempeño de la agencia de ordenación. El administrador pesquero y los tomadores de decisiones deberían revisar regularmente la estrategia de ordenación y ajustarla según sea necesario para asegurar que sea el mejor enfoque para lograr los objetivos. Por lo tanto, los objetivos operacionales deben ser:
relacionados con un marco temporal.
En una pesquería particular, por ejemplo, podría encontrarse que la mejor forma de lograr las metas amplias presentadas como ejemplo en el Capítulo 1 sería a través de los siguientes objetivos operacionales:
mantener la población por encima del 50 por ciento de su nivel medio sin explotar en todo momento (biológico);
mantener todas las especies no objetivo, asociadas y dependientes por encima del 50 por ciento de sus niveles medios de biomasa en ausencia de actividades de pesca (ecológico);
estabilizar el ingreso neto por pescador a un nivel por encima del ingreso mínimo nacional deseado (económico); y
incluir tantos participantes existentes en la pesquería como sea posible, dados los objetivos biológicos, ecológicos y económicos enumerados arriba.
En esta forma, estos objetivos operacionales son mucho más específicos que las metas y, si la información es suficientemente exacta y la toma de decisiones buena, habrán sido seleccionados para que se puedan lograr simultáneamente si se desarrolla una estrategia de ordenación adecuada, es decir, no deberían existir conflictos sin reconciliar entre ellos. En el ejemplo hipotético, para lidiar con un conflicto potencial entre mantener el ingreso neto por pescador y mantener el nivel de empleo, se acordó que el ingreso neto para los pescadores debe mantenerse por encima del llamado ingreso mínimo nacional deseado, pero que esto podría requerir de una reducción en el número de pescadores. Por lo tanto, se decidió (hipotéticamente) no establecer un nivel mínimo de empleo, sino que éste se iba a mantener tan alto como fuera posible sin reducir el ingreso por debajo del umbral de aquéllos con permiso de acceso a la pesquería.
Estos objetivos operacionales incluyen puntos de referencia tales como mantener la población por encima del 50 por ciento del nivel sin explotar y el ingreso mínimo nacional deseado. Los puntos de referencia por lo general se usan para orientar al administrador pesquero en el establecimiento y ajuste de medidas de ordenación y como lineamiento del estado deseado del recurso o la pesquería (punto de referencia meta) o un estado a evitarse (punto de referencia límite). En el ejemplo anterior, se usan tanto el 50 por ciento del nivel sin explotar como el ingreso mínimo nacional deseado como puntos de referencia límite. Aunque se usan puntos de referencia similares en muchas pesquerías (ej., F0,1 o BRMS), el valor real de cualquier punto de referencia será específico para un recurso o una pesquería dada, y deberá ser estimado para cada caso y revisado periódicamente
Los puntos de referencia meta y límite sirven como señal para la ordenación pesquera:«aquí las cosas van bien» (meta) o «si se sigue por esta ruta habrá problemas» (límite). Al administrador pesquero también debe conocer la condición del recurso y de la pesquería en relación a estas señales, y esto requiere el seguimiento constante de ambos. Las características específicas a recibir seguimiento se conocen como indicadores (o criterios) de desempeño y se relacionan directamente con los puntos de referencia: los puntos de referencia son valores específicos de los indicadores de desempeño. Por ejemplo, el indicador de desarrollo para el punto de referencia límite del 50 por ciento de la biomasa sin explotar sería la biomasa actual o pronosticada expresada como porcentaje de la biomasa sin explotar. El ingreso neto por pescador sería el indicador de desempeño para comparar con el ingreso mínimo nacional deseado.
Una vez acordados los objetivos operacionales, sus puntos de referencia asociados y los indicadores de desempeño, se debe desarrollar una estrategia de ordenación que logre estos objetivos (Cuadro 1). Identificar y seleccionar la mejor estrategia de ordenación requiere de información y datos científicos adecuados y apropiados para la cobertura de todos los objetivos. En la práctica, la elaboración de los objetivos operacionales y de la estrategia de ordenación que los logrará se llevan a cabo simultáneamente y de manera interactiva, ya que están muy íntimamente relacionados y requieren de información y métodos similares.
Los controles de insumos y productos por lo general se establecen de acuerdo a una de tres estrategias básicas de aprovechamiento (que no deben ser confundidas con estrategias de ordenación: la estrategia de aprovechamiento es un componente de la estrategia de ordenación). Las tres estrategias básicas de aprovechamiento son: captura constante; proporción constante o tasa de aprovechamiento constante (equivalente a esfuerzo constante si la capturabilidad del recurso permanece igual); y escape constante (Figura 1). Por definición, una estrategia de captura constante no provocará cambios en la captura de año a año. Sin embargo, para que el administrador utilice una estrategia de captura constante, se debe fijar esta captura en un nivel suficientemente bajo para que sea aplicable tanto a años malos como a años buenos sin dañar la productividad futura de la población, y por lo tanto se debe establecer en un nivel relativamente bajo. Por consiguiente, el pescador paga un precio por la ausencia de una variabilidad interanual en la captura en la estrategia de captura constante al sacrificar la captura potencial en los años buenos. En una estrategia de proporción constante, el esfuerzo permanece en un nivel constante y por lo tanto se verán cambios en la captura en los diferentes años, ya que el recurso varía en años buenos, malos e intermedios. Esta variabilidad resulta en cierta incertidumbre sobre las capturas futuras si se compara con la estrategia de captura constante. No obstante, también tiene beneficios para el pescador, ya que, a diferencia de la estrategia de captura constante, permite que la captura sea mayor en años buenos, resultando generalmente en una mayor captura promedio anual. La estrategia de escape constante (o estrategia de tamaño constante de la población) trataría de asegurar que permaneciera una biomasa constante, suficiente para mantener el reclutamiento, al fin de cada temporada de pesca. Este tipo de estrategia suele lograr la captura promedio anual más alta de las tres categorías, pero con la mayor variabilidad, en muchos casos incluyendo captura cero en algunos años.
FIGURA 1 |
La decisión sobre el tipo de estrategia de aprovechamiento a usar se debería tomar con base en un conocimiento de los requisitos de la pesquería y en consulta con los grupos de interés sobre el balance que desean lograr entre aumentar al máximo la captura y reducir al mínimo la variabilidad. La pregunta mucho más difícil es, dada una estrategia, ¿cómo decide el administrador pesquero cuál será la captura, el esfuerzo, o escape que se debería establecer bajo esa estrategia? Esto se discute en secciones posteriores de este capítulo. También se debe notar que estas estrategias de aprovechamiento deberían instrumentarse a través de un control de productos (fijar una CTP), control de insumos (fijar el esfuerzo que se puede ejercer en un año), o hasta con el uso de temporadas de veda (que pueden ser una forma de control de productos - ver los Capítulos 3 y 4).
En los años 1960 y 1970, el rendimiento máximo sostenible (RMS) se consideraba la meta ideal a buscar en la ordenación de pesquerías, y los administradores procuraban lograr el RMS mediante intentos de fijar el RMS como nivel objetivo de captura o de determinar la tasa de mortalidad por pesca que generaría el RMS (FRMS). El concepto de rendimiento máximo sostenible se basa en un modelo, conocido como modelo de exceso de producción o modelo de dinámica de biomasa (Figura 2), que asume que el crecimiento anual neto en la abundancia y la biomasa de una población aumenta conforme la biomasa de la población aumenta, hasta llegar a una cierta biomasa en la cual este crecimiento neto, o exceso de producción, alcanza un máximo (el RMS). Esta biomasa se conoce como BRMS, y la tasa de mortalidad por pesca que lograría el RMS se denomina FRMS. Cuando la biomasa aumenta por encima de la BRMS, factores dependientes de la densidad tales como la competencia por el alimento y el canibalismo de individuos pequeños empiezan a reducir el crecimiento neto de la población, que en consecuencia disminuye hasta que, en un punto dado, la capacidad de carga media de la población, el crecimiento neto de la población llega a cero. En realidad, una población sin explotar tenderá a fluctuar cerca de esta biomasa debido a la variabilidad ambiental.
FIGURA 2 |
El RMS fue un objetivo tan bien establecido para la ordenación pesquera que está incluido en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (CONVEMAR), que dice que las agencias de ordenación costera deberían «... preservar o restablecer las poblaciones de las especies capturadas a niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible con arreglo a los factores ambientales y económicos pertinentes».
Este requisito de la CONVEMAR es equivalente a especificar el punto de referencia límite como BRMS. Sin embargo, esto no es lo mismo que establecer el RMS como punto de referencia meta para la captura, y se ha encontrado que usar RMS como punto de referencia meta puede ser peligroso. Esto se debe a que es imposible estimar con precisión el RMS para cualquier población. Si se sobre-estima el RMS, la pesquería podría extraer más que la producción máxima de la población, causando una reducción en la biomasa cada año. En una pesquería nueva esto podría reducir la biomasa al nivel en el que se produce el RMS (BRMS), pero si continúa pasado este punto, la biomasa se reducirá aún más, la producción anual será cada vez menor, empeorando la situación. Aún si el RMS promedio pudiera ser determinado con exactitud, la productividad de una población varía de año a año bajo la influencia de la variabilidad ambiental. Por lo tanto, si la población se encuentra en BRMS, en algunos años la producción podría ser menos del RMS y, si se extrae el RMS como captura, la biomasa será reducida a un nivel menor a BRMS, posiblemente llevando a la población a una espiral descendente. Por lo tanto, el RMS ya no es considerado el punto de referencia meta que debe buscar el administrador pesquero, aunque todavía se puede usar como punto de referencia límite, es decir, como límite superior de la captura anual, lo que se debería evitar.
Un supuesto fundamental en la evaluación de poblaciones es que:
captura = (esfuerzo de pesca) x (capturabilidad por unidad de esfuerzo) x (abundancia de la población)
Se puede ver de esto que si la capturabilidad permanece constante cada año, la tasa de mortalidad por pesca (la captura como fracción de la abundancia) está directamente relacionada con el esfuerzo: a mayor esfuerzo, mayor tasa de mortalidad por pesca, es decir:
captura/(abundancia de la población) = (esfuerzo de pesca) x una constante
Entonces, una estrategia que intente mantener una tasa específica de mortalidad por pesca es igual a una estrategia de esfuerzo constante, siempre que la capturabilidad permanezca constante. La tasa de mortalidad por pesca deseable (meta) se debe determinar del examen de la productividad de la población (a través de una evaluación de población), y se podría basar en, por ejemplo, consideraciones de rendimiento y biomasa por recluta o, al igual que con el RMS, en consideraciones de exceso de producción.
Los métodos de rendimiento y biomasa por recluta examinan las tasas de crecimiento y mortalidad individuales de una especie o población, y las usan para modelar la proporción de cada recluta (tal vez es más fácil pensarlo como un porcentaje de 100 reclutas) que sería capturada por una pesquería con una tasa dada de mortalidad por pesca. Al igual que con el modelo de exceso de producción, usualmente se encuentra que este rendimiento por recluta aumenta con el incremento de la mortalidad por pesca (o esfuerzo) hasta un máximo, y luego comienza a disminuir conforme el esfuerzo aumenta por encima del máximo (Figura 3). El esfuerzo de pesca que produce el rendimiento por recluta máximo se conoce como Fmax, y puede usarse como punto de referencia meta. Sin embargo, antes de seleccionarlo como punto de referencia, se debe verificar el efecto de Fmax sobre la biomasa de los reproductores. Como se muestra en la Figura 3, la biomasa de los reproductores sobrevivientes disminuye continuamente conforme F aumenta, y se debe seleccionar una tasa de mortalidad por pesca que no sólo logre un buen rendimiento por recluta, sino que además permita una biomasa de reproductores lo suficientemente alta (indicada por la biomasa por recluta de los reproductores) en el agua para asegurar que se mantenga un buen reclutamiento. Es comúnmente aceptado que, para muchas poblaciones, la biomasa de reproductores mínima deseable es entre 30 y 40 por ciento de la biomasa reproductora en ausencia de pesca. La Figura 3 muestra la mortalidad por pesca que resultaría de la reducción de la biomasa reproductora a un 40 por ciento (conocido como FSB40). En este ejemplo, FSB40 es considerablemente menor que Fmax, así que se requeriría cierta reducción en el rendimiento máximo a corto plazo para asegurar que la biomasa reproductora se mantenga lo suficientemente alta para asegurar un reclutamiento sostenido.
El tercer punto de referencia mostrado en la Figura 3 es F0,1, ampliamente usado como punto de referencia meta. Aunque la definición de F0,1 podría parecer confusa, se calcula con relativa facilidad de una curva de rendimiento por recluta usando, por ejemplo, una hoja de cálculo y una rutina de minimización (ej., Solver en Excel). F0,1 se define como el valor F en el punto donde la pendiente de la curva de rendimiento por recluta es 10 por ciento (0,1) de la pendiente en el punto donde F es 0 (la pendiente inicial). No existe una justificación teórica para usar el punto de referencia F0,1 excepto que siempre será menor que Fmax y por consiguiente resultará en una mayor biomasa de reproductores después de la pesca (ej., Figura 3), y en general se ha encontrado que es bastante robusto a incertidumbres importantes. En el ejemplo mostrado, para escoger entre una estrategia de F0.1 y de FSB40, los científicos y tomadores de decisiones necesitarían considerar la exactitud de sus datos y resultados por recluta, así como aspectos de la biología de las especies tales como la variabilidad en reclutamiento promedio y la tasa de mortalidad natural de las especies.
FIGURA 3 |
En muchas pesquerías hay poca información disponible sobre la biomasa de la población, y las estimaciones de F y M, aún si existen, podrían ser poco confiables. Este es frecuentemente el caso en las pesquerías de pequeña escala, especialmente (pero no exclusivamente) en los países en desarrollo. En estos casos, un enfoque precautorio mínimo podría asegurar que no se capturen peces inmaduros en la pesquería y que una proporción razonable de peces de la población tenga la oportunidad de reproducirse. Esto requiere especificar el tamaño mínimo (típicamente expresado como medida de longitud, o talla) de los peces que se pueden capturar. La talla mínima sería entonces el punto de referencia límite para la pesquería. Claramente, esto sólo se podría considerar cuando el arte o el método de pesca usado es suficientemente selectivo para que los pescadores puedan dirigir sus esfuerzos a grupos de tallas específicos y cuando se puede aplicar el reglamento. Los puntos de referencia basados en talla pueden instrumentarse a través de restricciones a los artes de pesca (Capítulo 2), posiblemente complementados por vedas espaciales y temporales (Capítulo 3). La talla mínima apropiada para establecer como punto de referencia podría identificarse mediante un examen de la relación entre el tamaño de la especie y el porcentaje que ha llegado a la madurez, o de las curvas de biomasa por recluta de reproductores con diferentes edades de primera captura. Los puntos de referencia basados en tamaño para establecer límites sobre la talla mínima de primera captura se han aplicado ampliamente en las pesquerías de invertebrados y, con tallas mínimas apropiadas y buena aplicación, frecuentemente han tenido éxito. Al igual que con todas las medidas de ordenación, sin embargo, normalmente no son adecuadas como medidas únicas, y se instrumentarían en combinación con otras para lograr la gama completa de objetivos.
Los anteriores son puntos de referencia correspondientes a una sola especie, y asumen que se pesca y se administra una sola especie. En la práctica, pocas pesquerías son verdaderamente monoespecíficas, y van desde pesquerías con poca captura incidental de otras especies hasta aquéllas con gran diversidad de especies en la captura, tal vez sin que una sea dominante. El Código de Conducta requiere que «...se reduzcan al mínimo las capturas de especies que no son objeto de la pesca, tanto de peces como de otras especies y los efectos sobre las especies asociadas o dependientes» y que «se preserve la biodiversidad de los hábitat y ecosistemas acuáticos y se protejan las especies en peligro» (Párrafo 7.2.2). Estas disposiciones requieren que los impactos al ecosistema y a múltiples especies también sean tomados en cuenta al determinar estrategias de ordenación, y por lo tanto deberían ser considerados al momento de seleccionar los puntos de referencia apropiados para orientar la ordenación de la pesquería.
Para lograr una ordenación pesquera responsable basada en el ecosistema, el administrador debería identificar y aplicar puntos de referencia para el ecosistema y luego establecer la estrategia de ordenación de acuerdo a dichos puntos de referencia. Sin embargo, los puntos de referencia verdaderamente asociados con el ecosistema son usados rara vez, o nunca, y el mejor enfoque actualmente es desarrollar un conjunto de índices para especies o factores individuales y administrar con base a éstos. Con este enfoque, no sólo se elaborarían y aplicarían puntos de referencia para las especies principales objeto de la pesca, sino también para especies clave de captura incidental, especies indicadoras y especies identificadas como vulnerables o reducidas. La estrategia sería elaborada en relación con todo el conjunto de puntos de referencia, y utilizaría regulaciones de los artes de pesca, áreas de veda y/o temporadas de veda para reducir al mínimo los impactos no deseados sobre las especies no objeto de la pesca. Además, si la captura sostenible de especies vulnerables capturadas incidentalmente requiriera de una menor cantidad de esfuerzo en una pesquería que el esfuerzo meta deseable para la especie objetivo principal, el esfuerzo se establecería a ese nivel menor para asegurar la pesca sostenible de la especie vulnerable. En la práctica, este enfoque bien podría llevar a la necesidad de pescar más conservadoramente, y por lo tanto a la reducción a corto plazo de los beneficios sociales y económicos. A más largo plazo, sin embargo, la aplicación de dicho enfoque de ecosistema a muchas pesquerías existentes debería llevar a un aumento en la calidad, y por lo tanto el valor, de la captura, ya que permitiría la recuperación de la especie agotada por décadas de sobreexplotación. En muchos casos de sobreexplotación severa y sostenida, también podría llevar a un aumento en la cantidad, ya que muchas especies sobreexplotadas se recuperan hasta tener biomasas más productivas.
Algunos indicadores alternativos o adicionales podrían ser, por ejemplo, el seguimiento a lo largo del tiempo de la contribución porcentual de las especies a las capturas, el seguimiento de los índices de diversidad de especies en la captura o la población, y el seguimiento de frecuencias de tallas de especies o grupos taxonómicos indicadores, buscando señales de sobrepesca de crecimiento.
Otros puntos de referencia consideran el rendimiento económico de la pesquería, e incluyen el rendimiento económico máximo (REM), y la tasa de mortalidad por pesca (FREM) y el esfuerzo (fREM) que logran el rendimiento económico máximo. Éstos se pueden estimar de, por ejemplo, el modelo Gordon-Schaefer (Figura 4), que combina una curva de exceso de producción para la población en cuestión con la relación entre el costo de la pesca y el esfuerzo de pesca. El modelo Gordon-Schaefer también se puede usar para estimar el equilibrio bioeconómico teórico (EB) en una pesquería de acceso abierto, el punto en el cual los costos y los ingresos son iguales, de tal manera que no existe incentivo para que nuevos actores participen en la pesquería (Figura 4).
FIGURA 4 |
Los puntos de referencia también se pueden designar con base en otros indicadores de desempeño económico o social, y deberían establecerse de los objetivos operacionales de la pesquería y de la consideración de la capacidad de seguimiento de la agencia de ordenación y de los grupos pesqueros. Podrían incluir índices de empleo, ingreso por persona o por unidad de pesca, composición de edad de los pescadores, niveles de satisfacción o cualquier otra medición de los beneficios, o la inversa, que genera la pesquería o pesquerías.
En el caso de, por ejemplo, una compañía farmacéutica que trata de desarrollar un nuevo medicamento, la mejor medicina (estrategia de ordenación) para curar una enfermedad (el objetivo operacional) será determinado después de llevar a cabo una intensa serie de pruebas de laboratorio. Los resultados de estos exámenes brindarán información a la compañía sobre si alguno de los medicamentos que han estado desarrollando ofrece una cura, y si se debería producir comercialmente. Desafortunadamente, las pruebas controladas de esta naturaleza no son posibles en la ordenación pesquera pero, si existen suficientes datos sobre los peces y la pesquería, se pueden usar cálculos y proyecciones matemáticas, desde las más simples hasta las más complejas, como una suerte de prueba de laboratorio, para asesorar a los tomadores de decisiones sobre el estado de la pesquería y si es necesario hacer ajustes a las estrategias de ordenación existentes. Éste es precisamente uno de los propósitos principales de la recolección de datos por parte de la agencia de ordenación pesquera.
Uno de los mensajes enfatizados en esta Guía es que la ciencia pesquera continúa siendo una ciencia imprecisa, y existen límites a nuestro conocimiento de la dinámica y del comportamiento de las poblaciones individuales y, aún más, de las comunidades y ecosistemas. En muchos casos, lo que sabemos es mucho menos de lo que no sabemos. Sin embargo, el seguimiento de las tendencias de las poblaciones y las comunidades, observando sus respuestas a la pesca y a los factores ambientales, nos puede aportar información valiosa sobre cómo probablemente vayan a responder en el futuro, incluyendo su respuesta a cambios en la estrategia de ordenación. De acuerdo con muchos otros aspectos del conocimiento humano, entre más se parezca la situación pronosticada a circunstancias vividas anteriormente, más confiable el resultado probable. Dicho de otra manera, se debe ser muy cuidadoso con los pronósticos a largo plazo y las predicciones que van mucho más allá de las condiciones vividas anteriormente.
Así como las pruebas de laboratorio pueden salir bien o mal, las pruebas y modelos matemáticos también. El personal científico de la agencia de ordenación es responsable de tratar de desarrollar los mejores métodos matemáticos con los recursos y los datos a su disposición para:
reducir la incertidumbre restante en las respuestas a un nivel lo suficientemente bajo para que los tomadores de decisiones tengan una certeza razonable que la estrategia seleccionada va a funcionar.
También deben asegurar que los tomadores de decisiones estén conscientes de la incertidumbre y los errores potenciales en las estimaciones y los pronósticos. Los administradores de pesquerías y los grupos de interés por lo general están interesados en la producción neta del recurso y cuánto de éste puede ser extraído por la pesquería. La producción neta se compone de tres procesos básicos: el reclutamiento de nuevos individuos a una población a través de la reproducción; la suma del crecimiento individual de todos los miembros de una población; y la mortalidad total, que se puede dividir en los individuos capturados y muertos o extraídos por la pesquería (mortalidad por pesca) y los miembros muertos por otras causas (mortalidad natural). Todos los métodos de evaluación de poblaciones tratan de determinar estas tasas directa o indirectamente, y de considerar cómo podrían cambiar con diferentes tamaños de población, bajo diferentes estrategias de ordenación y, cuando es del caso, bajo diferentes condiciones ambientales y ecológicas.
Los métodos monoespecíficos de evaluación de poblaciones, como lo implica su nombre, consideran sólo la población de una especie o grupo de especies a la vez, y por lo general asumen que la dinámica de la población (reclutamiento, crecimiento, mortalidad) es afectada únicamente por la abundancia o la biomasa de esa población y el efecto de la pesca sobre la misma. Este supuesto obviamente deja de lado los efectos sobre la población del medio ambiente y de otras poblaciones, tales como la abundancia de depredadores y de presas. La razón por la cual los métodos monoespecíficos utilizan estos supuestos tan ostensiblemente incorrectos es porque existe un efecto subyacente de la población que es importante entender en la ordenación de pesquerías, y porque las interacciones entre el medio ambiente, la comunidad y la población de interés frecuentemente son tan complejas y tan poco entendidas que a menudo es imposible construir modelos que reflejen una comprensión verificable de esta realidad. El efecto subyacente de la población es lo suficientemente importante que, en la mayoría de los casos donde existen buenas evaluaciones monoespecíficas usando datos confiables, éstas brindan información invaluable para la ordenación de dicha población. A pesar de sus limitaciones, no deberían descartarse, sino que se deberían hacer todos los esfuerzos para asegurar que el método sea apropiado para el recurso y para las preguntas que se formulan, y que los datos lo más confiables y completos posible. Los resultados de estos modelos también deberían ser complementados por información sobre la pesquería y el ecosistema de otras fuentes, incluyendo las partes interesadas, estudios socioeconómicos y el uso de indicadores y modelos del ecosistema.
Los métodos monoespecíficos han sido estudiados o aplicados intensamente por décadas, y actualmente existen muchos diferentes enfoques para las diferentes circunstancias y los diferentes tipos de peces. Estos se resumen en el Cuadro 3. Aunque existen diferentes maneras de clasificar los métodos, en este cuadro se utilizan tres categorías: modelos de exceso de producción o de dinámica de biomasa, modelos basados en talla/edad y modelos población/recluta. Cada uno tiene requisitos diferentes de datos, usa diferentes supuestos y permite tratar diferentes preguntas y escenarios. Ninguno de los métodos de evaluación de poblaciones es perfecto y, como se discute en la Sección 9, los resultados de todos serán afectados por incertidumbres de proceso, observación y estimación. El administrador debe estar informado de esta incertidumbre y de cómo podría afectar los resultados de la evaluación. Las incertidumbres conocidas deben ser consideradas cuando se escogen medidas y estrategias de ordenación, tomando en cuenta los errores potenciales de la evaluación y la toma de decisiones, y seleccionando acciones que sean robustas a los errores más probables. Este es un ejemplo importante de dónde es esencial la aplicación inteligente del criterio de precaución.
Las especies y poblaciones únicas pueden ser afectadas por otras especies del ecosistema de dos maneras, a través de interacciones biológicas y de interacciones tecnológicas. Las interacciones biológicas directas ocurren cuando una especie es depredadora, presa o competencia de otra, en cuyo caso cualquier cambio en la abundancia y la distribución de alguna de las dos afectarán la dinámica de la otra especie. Estos efectos son ignorados en los modelos monoespecíficos. Las interacciones biológicas indirectas también ocurren, por ejemplo, cuando una tercera especie, que no interactúa directamente con la primera, es afectada por cambios en la abundancia de la primera a través de su impacto sobre la segunda especie, que interactúa directamente con ambas.
Las interacciones tecnológicas ocurren cuando una especie es afectada por la actividad pesquera sobre otra especie, por ejemplo, si es capturada incidentalmente, sea desembarcada o descartada. En general, las interacciones tecnológicas son más fáciles de cuantificar, y por lo tanto de considerar en la ordenación pesquera, que las interacciones biológicas, que son más complejas y dinámicas. Los modelos multiespecíficos por recluta son particularmente útiles para la consideración de interacciones técnicas, y no son especialmente exigentes en cuanto a datos y experiencia.
En resumen, todas estas interacciones llevan a un principio fundamental de la ordenación pesquera: el rendimiento de una pesquería multiespecífica siempre será menor que la suma de los rendimientos sostenibles potenciales de todas las especies separadas (ver Cuadro 1, Capítulo 1). En reconocimiento de este principio, los administradores pesqueros deberían complementar la información de los enfoques monoespecíficos con herramientas multiespecíficas y de ecosistema, permitiéndoles considerar las implicaciones de este principio sobre los objetivos generales e identificar estrategias para optimizar los rendimientos que razonablemente se pueden obtener del ecosistema como un todo.
CUADRO 3 Categorías principales de métodos monoespecíficos de evaluación de poblaciones y sus características
Método |
Información principal requerida |
Comentarios |
A. Modelos de producción |
· Captura anua · Índice de abundancia anual, ej., cpue o estimación de abundancia |
· No considera la estructura de edad de la captura o de la población · Estima parámetros y variables tales como RMS, esfuerzo en RMS, tamaño medio de la población no explotada, series de tiempo de biomasa, etc. · Se aplica muy ampliamente, ej., comisiones atuneras, Atlántico sureste · Se debe tener cautela, especialmente cuando se ajustan con métodos de equilibrio · Las buenas estimaciones requieren de buenos contrastes de datos sobre esfuerzo y biomasa |
B. Modelos basados en tallas y edades |
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B1. Rendimiento y biomasa por recluta |
· Tasa de crecimiento
somático · Edad/talla de reclutamiento a la pesquería · Selectividad de los artes para las diferentes clases de edad/talla · Talla media de madurez sexual |
· Los modelos por recluta de Beverton y Holt asumen una selectividad muy bien definida y mortalidad por pesca y natural constantes para todas las edades. Son preferibles los modelos generales que evitan estos supuestos. · Asumen que la población está en equilibrio, es decir, que la estructura de edad y de biomasa son constantes año tras año. · Asumen que el reclutamiento es constante año tras año, lo cual probablemente es falso con altas tasas de mortalidad por pesca cuando una baja biomasa reproductora podría reducir el reclutamiento. |
B3. Análisis de poblaciones virtuales (VPA) y análisis de cohortes |
· Número de peces capturados por clase de edad |
· Uno de los métodos de evaluación más potentes que existen. · Provee estimaciones de abundancia de poblaciones pasadas, selectividad de tallas en la pesquería y estimaciones de reclutamiento a la pesquería. · Precisa estimaciones independientes de F para las cohortes todavía presentes en la pesquería (F terminal), sea de supuestos o por estimaciones directas de censos o marca-recaptura. · Supuestos sobre F terminal y M son probablemente la mayor fuente de errores en losVPA. |
C. Modelos población-recluta |
· Estimaciones separadas de población y reclutamiento a lo largo de varios años |
· El reclutamiento casi ciertamente disminuirá si el tamaño de la población se reduce lo suficiente y el administrador debe tomar esto en cuenta · El tamaño de la población es el único determinante del reclutamiento y el reclutamiento variará sustancialmente alrededor de la relación media población-recluta, es decir, la incertidumbre en el pronóstico de reclutamiento será alta aún cuando se ha determinado una buena relación |
Por lo consiguiente, cada día crece el reconocimiento de que la ordenación pesquera debe pasar de considerar las pesquerías como concernientes a una sola especie para considerarlas como las actividades multiespecíficas basadas en el ecosistema que invariablemente son. Sin embargo, la incertidumbre por lo general es mucho más alta cuando se intenta incluir más factores en un problema, y esto ciertamente se aplica a las pesquerías. Además, conforme se consideran más y más asuntos y objetivos, consecuencia inevitable de incluir todo el ecosistema, el número de conflictos y restricciones potenciales aumenta de manera dramática. Por estas razones, el paso necesario de una ordenación monoespecífica a una ordenación basada en el ecosistema apenas ha comenzado en la mayoría de los países y de las pesquerías. Sin embargo, hay varias herramientas importantes para considerar estas interacciones y deberían usarse para ayudar a informar a los administradores en la toma de decisiones, con la misma consideración cuidadosa y precautoria de las probables incertidumbres y errores que se discutieron para los métodos monoespecíficos.
Los enfoques mejor desarrollados y más comúnmente aplicados se muestran en el Cuadro 4. De éstos, el análisis de poblaciones virtuales multiespecífico requerirá de demasiados datos para ser aplicado en la mayoría de las pesquerías, y los enfoques multiespecíficos de exceso de producción probablemente serán igualmente imprácticos. Los modelos de producción agregados, los modelos por recluta multiespecíficos y los modelos dinámicos de niveles tróficos han sido aplicados, y se ha encontrado que proveen información pertinente y útil para los objetivos y estrategias de ordenación pesquera.
Las pesquerías existen para beneficiar a la gente, y la ordenación pesquera debería tratar de optimizar esos beneficios dentro de sus objetivos. Los métodos monoespecíficos y multiespecíficos descritos en las dos secciones anteriores se enfocan sobre los recursos, y los beneficios de los métodos allí descritos se reducen a una única medición: la captura o rendimiento. En una pesquería simple de una sola especie, con una sola flota, donde todas las partes interesadas tienen los mismos objetivos, esto podría ser una medición adecuada de los beneficios. Aún así, sin embargo, los costos de la pesca, y por lo tanto las ganancias netas, probablemente cambiarán con la abundancia de la población, y el esfuerzo de pesca debería considerarse explícitamente. En los casos más complejos, tales como cuando diferentes grupos que pescan con diferentes métodos están explotando los mismos recursos, o cuando se están explotando múltiples especies, es poco probable que aumentar al máximo el rendimiento de manera sostenible sea un objetivo socioeconómico total o adecuado, e información sobre los beneficios económicos y sociales que se pueden esperar para los diferentes grupos bajo diversas estrategias de ordenación también será importante para la toma de decisiones.
Así como se han desarrollado muchas herramientas de evaluación de poblaciones para tratar los diferentes tipos de datos y las diferentes cuestiones, también se han desarrollado varios modelos para extender dichas evaluaciones para que incluyan, en particular, el rendimiento económico. Un modelo bioeconómico que se aplica comúnmente es el modelo Gordon-Schaefer que, como su nombre lo indica, usa el modelo Schaefer de exceso de producción mostrado en la Figura 2 como modelo biológico subyacente. El modelo Gordon-Schaefer se discutió anteriormente y se ilustra en la Figura 4.
También se han desarrollado modelos bioeconómicos estructurados por edad, algunos de los cuales incluyen la distribución espacial del recurso y de la flotas, permitiendo la investigación de estrategias de ordenación que explotan diferentes clases de talla o edad de los recursos y donde los patrones espaciales son importantes. Se pueden encontrar buenos ejemplos de dichos modelos en Seijo et al. 1998 y Sparre y Willmann 1993, ambos incluidos en la lista de lectura recomendada al final de este capítulo.
Así como se pueden desarrollar modelos bioeconómicos de modelos estándar de evaluación de poblaciones, también se pueden adaptar para incluir factores sociales. Por ejemplo, podría ser útil considerar el esfuerzo en el modelo Gordon-Schaefer en términos de número de pescadores, ofreciendo así una medición de empleo y de ingresos. De manera similar, si existe una relación entre el rendimiento de una pesquería y el número de trabajos en la pesca y en la costa, estos modelos pueden usarse para investigar cómo las diferentes estrategias de ordenación afectarán el empleo. Ecopath con Ecosim puede incluir las características sociales y económicas básicas de las diferentes flotas de un ecosistema. y por lo tanto se puede usar para investigar los impactos biológicos, ecológicos, económicos y sociales de las diferentes estrategias de aprovechamiento dentro del ecosistema como un todo. Esta capacidad tiene el potencial de proveer información útil para complementar la obtenida de los modelos monoespecíficos, que típicamente contienen información más detallada sobre ese recurso específico.
CUADRO 4 Categorías principales de métodos de evaluación multiespecíficos y basados en ecosistemas
Método |
Información principal requerida |
Comentarios |
A. Extensiones multiespecíficas de modelos monoespecíficos |
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A1. Modelos multiespecíficos de exceso de producción |
La misma que para una sola especie +índices de abundancia+, preferiblemente, abundancia de todas las especies con interacciones importantes con las especies «dependientes». |
En teoría, permiten la consideración de las interacciones biológicas, pero son de poco valor práctico porque:
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A2. Modelos de producción agregados |
· Captura anual agregada en grupos apropiados de especies · Índice anual de abundancia, ej., cpue o estimación de biomasa para los mismos grupos agregados |
· Han sido informativos en algunos casos en que se han usado · Ofrecen una fuente de información factible para los ecosistemas con alta diversidad de especies · Se requiere cautela, ya que el punto de referencia seleccionado para la agregación podría llevar al agotamiento de algunas especies vulnerables al tiempo que produce un rendimiento sostenible para la agregación como un todo |
A3. Modelos por recluta multiespecíficos |
· La misma que para los análisis por recluta monoespecíficos. · La capturabilidad relativa de cada especie para una unidad de esfuerzo de pesca · Los reclutamientos relativos de las diferentes especies |
· Se pueden usar para más de una pesquería al mismo tiempo, así como para más de una especie · Consideran las interacciones técnicas, pero no las interacciones biológicas · Involucran los mismos supuestos y limitaciones que los métodos por recluta monoespecíficos · Una herramienta útil para ayudar a establecer puntos de referencia en pesquerías multiespecíficas |
A4. Modelos poblaciónrecluta multiespecíficos |
· La misma que para el método monoespecifico · Estimaciones de abundancia de otros depredadores y competidores de las especies de interés. |
· Extienden los modelos población-recluta monoespecíficos para considerar el efecto de otras especies sobre una especie dada |
B. VPA multiespecífico |
· La misma que para el método monoespecífico · Estimaciones del número de individuos por edad de la especie de interés consumidos por todas las otras especies |
· Tienen el potencial de proveer información muy útil tomando en consideración algunas interacciones biológicas · Requieren de gran cantidad de datos, y por lo tanto probablemente no son aplicables en la mayoría de las circunstancia |
C. Modelos de red de alimentación y de nivel trófico |
· Estimaciones de la biomasa de todas las especies o grupos de especies principales · producción por unidad de biomasa para cada grupo · Consumo por unidad de biomasa por grupo · Composición de la dieta promedio por grupos de especies |
· Los requisitos enumerados aquí son para el tipo de modelo de red de alimentación simple; los modelos que incorporan, por ejemplo, factores físicos requieren más · En su forma de equilibrio, son útiles para mejorar conocimientos de las relaciones tróficas y las interacciones directas e indirectas · En su forma dinámica (ej., Ecopath con Ecosim) se pueden usar para explorar las implicaciones multiespecíficas de las políticas de aprovechamiento · Invariablemente incluyen una incertidumbre sustancial que debe ser explorada, reportada y considerada rigurosamente |
Una consideración principal para seleccionar una estrategia de ordenación es el impacto de cada estrategia sobre la condición de la población, las poblaciones o la comunidad de peces. En los casos en que se dispone de series de tiempo de información sobre capturas y esfuerzo, podría ser posible analizar tendencias en la captura por unidad de esfuerzo, que a través de una cuidadosa interpretación podría brindar una indicación de las tendencias de abundancia del recurso. Dichas tendencias pueden indicar cuándo se requieren ajustes en la estrategia de ordenación, por ejemplo, para prevenir la continuación de una disminución. Los datos de captura y esfuerzo también podrían permitir análisis más sofisticados, tales como la aplicación de modelos dinámicos de biomasa (exceso de producción) y, con información adicional sobre la estructura por talla y edad de la captura, análisis de poblaciones virtuales (VPA). Los análisis más sofisticados permiten la determinación de puntos de referencia biológicos más sofisticados, permitiendo a la agencia de ordenación tratar de obtener, por ejemplo, la máxima captura promedio sostenible, en vez de simplemente intentar evitar que las poblaciones continúen disminuyendo. La Figura 5 muestra la biomasa estimada obtenida de ajustar un modelo dinámico de biomasa con información de captura y esfuerzo de la pesquería de sardinela en Angola. Con esta información, el administrador pudo observar que la población de sardinela se había estado recuperando de un periodo de sobreexplotación desde que las capturas habían disminuido, y los puntos de referencia estimados mostraban que había espacio para aumentar las capturas anuales de sus niveles en años recientes.
FIGURA 5 |
Los datos de captura y esfuerzo de una pesquería por lo general son los más baratos y fáciles de obtener, y recolectar (¡y usar!) buenas estimaciones de captura y esfuerzo anuales debería ser una tarea fundamental de la rama científica de la agencia de ordenación.
Los cálculos de rendimiento y biomasa por recluta también se pueden usar para ofrecer información sobre la condición de las poblaciones, el impacto de la pesca sobre ellas, y cómo ajustar la mortalidad por pesca para lograr los objetivos operacionales mediante estrategias de ordenación apropiadas. Los métodos por recluta requieren estimaciones de la tasa de crecimiento de la especie que se está evaluando, su tasa de mortalidad natural (que se puede aproximar a partir de la tasa de crecimiento) y la selectividad de los artes de pesca para los diferentes grupos de talla o, por lo menos, la talla a la cual las especies se vuelven vulnerables a la captura (Cuadro 3). Aunque podría parecer que esta información es más difícil de adquirir que simples series de tiempo de captura y esfuerzo, se puede obtener de buenas series de tiempo de las frecuencias de talla de la captura, y en algunos países éstas se han recolectado, aunque el seguimiento de captura y esfuerzo desafortunadamente no ha continuado.
Considerar las curvas de rendimiento y biomasa de reproductores por recluta para una especie y un arte de pesca en particular (Figura 3) permite al administrador determinar qué nivel de mortalidad por pesca logrará un buen rendimiento por recluta a la vez que permitirá una biomasa de reproductores por recluta suficientemente alta para mantener el reclutamiento. Además de estimaciones de puntos de referencia apropiados, también es necesario considerar el nivel actual de mortalidad por pesca en relación a la mortalidad por pesca requerida para lograr la meta. Con los mismos datos, se puede obtener una estimación inicial de la mortalidad por pesca a través de un análisis de curva de capturas de buenas estimaciones o muestras de la frecuencia de talla de la población (ver, por ejemplo, Sparre y Venema, 1992). Sin embargo, a igual que con todos los métodos de evaluación de poblaciones, las estimaciones más exactas y precisas se obtienen del uso de series de tiempo (mínimo 3-5 años, dependiendo de la aplicación y los datos) de buena información sobre por lo menos captura y esfuerzo.
El rendimiento potencial de una población depende de la talla y edad promedio de los peces capturados por la pesquería, y por lo general existe una talla promedio óptima, por debajo de la cual existe un riesgo considerable de sobreexplotar la población y por encima de la cual se pierde el rendimiento potencial del recurso. La selectividad de talla de los artes que se usan en la pesquería es entonces importante para la ordenación de la pesquería, como se discutió en el Capítulo 2. Los análisis por recluta pueden brindar información útil sobre cómo los cambios en la selectividad de los artes pueden influenciar el rendimiento potencial del recurso y la supervivencia probable por recluta, ayudando en la selección del arte apropiado. La Figura 6 muestra la biomasa por recluta para un pargo del Atlántico occidental capturado por dos diferentes flotas: como captura incidental en una pesquería de arrastre en alta mar cuya especie objetivo es el camarón, y en una pesquería de redes agalleras de nylon que busca capturar peces. La primera, diseñada para capturar una especie más pequeña como el camarón, captura los peces a una talla más pequeña que las redes agalleras, y por lo tanto tiene un impacto considerablemente mayor sobre la biomasa reproductora del pargo a una mortalidad por pesca más baja. Los análisis por recluta de las dos especies indicaron que, con un esfuerzo de pesca apropiado para el aprovechamiento sostenible del camarón, el pargo y otras especies de peces se verían severamente sobreexplotados. Usando dichos enfoques es posible considerar los ajustes requeridos, por ejemplo, en reducir el rendimiento de la pesquería de camarón para asegurar el uso sostenible del recurso de pargo.
FIGURA 6 |
Todos los métodos de evaluación de poblaciones requieren de ciertos supuestos sobre los datos y la dinámica del recurso. Dos supuestos comunes e importantes son que la captura por unidad de esfuerzo (CPUE) es proporcional a la abundancia o biomasa del recurso, y que la tasa de mortalidad natural, M, es constante para todas las edades de peces y para todos los años. Los supuestos contenidos en cualquier evaluación de población, de hecho cualquier fuente de información y decisión, son importantes y deberían considerarse cuando se usa información y se toman decisiones. El uso de análisis por recluta (y la mayoría de los análisis de frecuencia de talla que se usan a menudo para estimar parámetros tales como tasas de crecimiento y la tasa de mortalidad total para análisis por recluta) asumen que el reclutamiento permanecerá constante. En la práctica, una de las mayores fuentes de incertidumbre en la dinámica del recurso, y por lo tanto en la ordenación pesquera, es la altísima variabilidad interanual en el reclutamiento de animales jóvenes a una población, que puede variar en un orden de magnitud o más entre un año y el siguiente (Figura 7). Cuando ofrecen asesoría sobre el efecto de las medidas de ordenación, los científicos deberían considerar también el impacto de la variabilidad en el reclutamiento sobre sus resultados y sobre el logro de los objetivos operacionales.
FIGURA 7 |
También se puede obtener información útil sobre la condición de las poblaciones del examen de su estructura de tallas, para determinar si han ocurrido cambios significativos a lo largo del tiempo. Una reducción importante en la talla promedio (normalmente indicada como longitud) de una población podría indicar sobrepesca de crecimiento, sugiriendo que los individuos más grandes están siendo extraídos a una tasa demasiado alta para una utilización sostenible. O, por el contrario, la reducción podría ser el resultado de buen reclutamiento en años recientes. Los dos diferentes escenarios requerirían de respuesta de ordenación muy diferentes, y los científicos deben asegurarse de obtener los datos y llevar a cabo los análisis necesarios para determinar la causa del cambio. De manera similar, un aumento en la talla promedio podría indicar reclutamiento pobre en años recientes que ha resultado en la extracción de animales de mayor tamaño y edad con tasas de mortalidad por pesca proporcionalmente mayores, o una disminución en la tasa efectiva de mortalidad por pesca que posiblemente cause que más peces sobrevivan para alcanzar tallas más grandes. De nuevo, se debe investigar la causa subyacente de este cambio y considerar la respuesta de ordenación adecuada. Cuando se están considerando especies relativamente sedentarias y cuando existen áreas de veda, comparar la frecuencia de talla de la porción explotada de la población con la de la sub-población en un área de veda podría también dar una indicación de los efectos de la explotación (ver Capítulo 3).
Los ejemplos anteriores no discuten a profundidad cómo tomar la incertidumbre en cuenta en los análisis, pero este tópico se introduce en el Apéndice de este capítulo. A continuación algunos métodos para incluir la incertidumbre en las evaluaciones.
análisis de sensibilidad de los datos y de los supuestos, en los que se explora el impacto de cambiar un parámetro o supuesto sobre el producto de un modelo.
análisis Monte Carlo, en los cuales, en vez de hacer un análisis una vez con valores fijos de todos los parámetros y variables «conocidos», el análisis se hace una gran número de veces, seleccionando cada vez un valor diferente de los parámetros de una distribución pre-especificada. Estos análisis generarán un gran número de estimaciones de las variables y parámetros desconocidos, brindando una indicación del rango y distribución de posibles valores para cada uno.
los enfoques Bayesianos son esencialmente extensiones de métodos determinísticos existentes, al igual que los enfoques de Monte Carlo, con la importante ventaja de que pueden utilizar, de manera estadística formal, otras fuentes de información además de los datos disponibles sobre la población bajo consideración. Por ejemplo, los enfoques Bayesianos podrían utilizar estimaciones de parámetros clave de otras poblaciones, u opiniones expertas sobre posibles valores de parámetros en el ajuste de un modelo dinámico de biomasa a datos de pesca, para ayudar a «informar» al procedimiento de estimación de los valores probables de estos parámetros en un caso particular. Por lo tanto, tienen un valor potencial particular en las pesquerías donde sólo se dispone de datos limitados de la pesquería misma.
El Cuadro 2 mostró que incluir consideraciones ecológicas en la ordenación pesquera aumenta los requisitos de recolección y análisis de datos de la agencia responsable, aumentando el número de especies a las que se debe dar seguimiento así como requiriendo información sobre las interacciones del ecosistema y la condición de los diferentes hábitats que ocurren en el ecosistema. Esto podría ser considerado un lujo, pero se ha reconocido como esencial para el uso sostenible y eficiente de los recursos. Las especies objetivo de la pesca dependen para su supervivencia y productividad del ecosistema en el que viven, y cambios en dicho ecosistema afectarán los recursos. El administrador necesita estar conciente de cualquier cambio, sea éste natural o causado por la pesca u otra actividad humana. Esto no sólo permite hacer una evaluación de los impactos probables de los cambios, y adaptar la estrategia de ordenación apropiadamente, sino que permite la adopción de estrategias de ordenación que reduzcan al mínimo cualquier daño al ecosistema. Reducir un daño al mínimo requerirá del desarrollo de puntos de referencia para los componentes del ecosistema identificados como de particular importancia o como particularmente útiles como indicadores de alguna propiedad del ecosistema (FAO, 2000). La condición del ecosistema se puede entonces comparar con dichos puntos de referencia.
En el caso de los impactos de una estrategia de ordenación sobre especies no objetivo, asociadas y dependientes, los indicadores de desempeño serán probablemente similares a los de la especie objetivo de la pesca. Sin embargo, podría haber menos información y datos disponibles para las primeras con los cuales estimar el desempeño de la estrategia, y los tipos de puntos de referencia podrían necesitar modificarse de los que típicamente se usan para la especie objetivo, para que requieran información menos precisa. Además, el impacto de las diferentes artes de pesca sobre el hábitat físico podría ser imposible de estimar cuantitativamente, y los tipos de artes o estrategias podrían necesitar ser clasificados de acuerdo a estos criterios como, por ejemplo, buenos, neutros, o dañinos. El Cuadro 1 del Capítulo 2 ofrece un enfoque útil para clasificar el impacto ecológico de los diferentes métodos de pesca. Una vez establecidas las clasificaciones, la información debe suministrarse a los tomadores de decisiones. En los casos en que no hay información disponible para establecer puntos de referencia o para evaluar el ecosistema con respecto a puntos de referencia importantes, esto deberá ser muy claramente expresado por los científicos, para asegurar que los tomadores de decisiones estén conscientes de las incertidumbres y la falta de información sobre estos temas.
Nuestros conocimientos de la dinámica del ecosistema es notoriamente incompleto, pero modelos adecuados que representan nuestra mejor comprensión pueden aún así ser informativos. La Figura 8 muestra una simulación del modelo Ecopath con Ecosim[6] del ecosistema del sur de Benguela bajo dos diferentes estrategias de ordenación, en este caso ambas con una simple modificación de la mortalidad por pesca sobre las principales especies comerciales de pelágicos pequeños: sardinas, anchoas y arenques. La simulación estimó que, además de las especies objeto de la pesca, una gran cantidad de otras especies también se verían afectadas por los cambios en la mortalidad por pesca. Por ejemplo, se estima que la biomasa del estornino aumentaría hasta 6 veces su biomasa inicial, mientras que la de pelágicos grandes se reduciría en un tercio de su biomasa inicial cuando se mantiene el aumento en mortalidad por pesca (Figura 8a). Los conocimientos científicos de las interacciones y la dinámica del ecosistema son todavía muy limitados, y por lo tanto hay un alto grado de incertidumbre en las predicciones acerca del comportamiento del ecosistema, pero los científicos deberían considerar las implicaciones para el ecosistema de las diferentes estrategias de ordenación, y los modelos pueden ser útiles para esto, como lo pueden ser para los casos donde se analiza una sola especie.
FIGURA 8 a) b) |
Las pesquerías existen para producir beneficios sociales o económicos para la sociedad, y es tarea del administrador asegurar que estos beneficios se obtengan de manera apropiada y sostenible, compatible con la política nacional pesquera y las metas de esa pesquería en particular. Las acciones de ordenación casi siempre involucran al pescador, y por consiguiente le afectan directamente. También tienen influencia sobre la abundancia, y por lo tanto la disponibilidad, y la estructura por tallas de la población afectada por la pesquería. Estos cambios afectarán al pescador y a los otros usuarios. Se deberá por ende elaborar objetivos operacionales para el desempeño económico y social deseado de cualquier estrategia de ordenación, y las estrategias alternativas se deberán evaluar con respecto a estos objetivos. Los resultados de los análisis sociales y económicos deberían ser presentados a los tomadores de decisiones para que puedan considerarlos al tomar la decisión, al igual que la información biológica y ecológica.
En casi todos los casos, la cifra de mayor interés para el pescador es la magnitud de la captura que pueden esperar en el futuro cercano, ya que esto se traduce directamente en ingresos para él. Por lo tanto, los científicos deberían tratar de estimar cómo los cambios en las medidas o la estrategia de ordenación podrían afectar las capturas futuras de los pescadores. Los pescadores posiblemente también se interesen en los cambios probables de año a año de la captura futura, la composición por especies y tallas de las capturas y, cuando sea pertinente, en la distribución de los peces. Estas características de las capturas futuras esperadas pueden traducirse en ingreso bruto probable para los pescadores, un dato importante para ellos y para los administradores.
El ingreso bruto no es la única variable económica que afecta el bienestar de los pescadores, y los costos asociados con sus actividades de pesca son tan importantes para ellos como sus ingresos. Las diferentes estrategias de ordenación podrían afectar tanto los costos fijos como los variables, y por lo tanto el costo total y la rentabilidad de la pesca. Los tomadores de decisiones debe estar concientes de las implicaciones económicas y sociales de las estrategias alternativas de ordenación, y los científicos deberían incluir criterios que reflejen estas consecuencias y estimen el desempeño de las diferentes estrategias con respecto a las mismas. Los pescadores mismos serán fuentes esenciales de esta información, y deberían ser participantes clave en el proceso de evaluación. Sin embargo, al igual que con toda la información, es importante verificar la información obtenida de los pescadores. En algunos casos sus percepciones podrían ser equivocadas, mientras que en otros podrían creer ventajoso suministrar información incorrecta. En consecuencia, su información debería ser complementada con fuentes alternativas en todo caso posible.
La Figura 9 muestra dos ejemplos de información económica que podría ser útil al administrador para establecer los objetivos generales y operacionales para una pesquería. La Figura 9 a) muestra una estimación del valor presente neto combinado de las flotas de arrastre de camarón de Trinidad y Tabago y de Venezuela, que pescan la misma población. Los resultados indican que, desde la perspectiva económica, existe un exceso de capacidad en estas dos pesquerías, y que se debería reducir el esfuerzo de ambas flotas nacionales si un objetivo importante es aumentar al máximo el valor presente neto. Sin embargo, también podrían existir objetivos sociales que deben considerarse, por ejemplo, mantener el empleo y las ganancias por pescador y por trabajador en tierra. El impacto de una reducción en el esfuerzo sobre éstos también debe ser examinado, y luego se debe tomar una decisión que resulte en el equilibrio deseado entre las metas sociales y las económicas. En el estudio del cual fue tomada esta figura, los autores brindan esta información y algunas mediciones de la incertidumbre, suministrando al administrador información muy valiosa para la identificación o búsqueda de los objetivos operacionales óptimos.
FIGURA 9 a) b) |
Las implicaciones de tener una pesquería de acceso abierto se reflejan en la Figura 9 b), en términos del cambio estimado en la renta (ganancias brutas) por día de la pesquería demersal en Trinidad. La figura demuestra que si no se limita el acceso, las ganancias brutas por unidad de esfuerzo se reducen con el tiempo conforme más pescadores entran a la pesquería, compitiendo por los mismos recursos y reduciendo su abundancia y rendimiento cada vez más. Dicha información económica y social es esencial para informar al administrador sobre los impactos a las partes interesadas de las diferentes decisiones de ordenación, incluyendo (Figura 9b), la decisión de dejar las cosas como están.
Las diferentes estrategias también podrían tener otras implicaciones sociales. Por ejemplo, en muchas pesquerías artesanales, las mujeres y los niños están involucrados en procesar o vender los desembarques, y cambios en las estrategias de ordenación que influencian los desembarques de las flotas podrían tener consecuencias sociales más amplias que los impactos directos sobre los pescadores mismos. Las acciones de ordenación podrían también tener el efecto de aumentar o reducir los conflictos entre los diferentes usuarios y los administradores deberían «regular la pesca de forma que se evite el riesgo de conflictos entre los pescadores que utilicen distintos tipos de embarcaciones, artes y métodos de pesca» (Código de Conducta, Párrafo 7.6.5). Se deberían establecer puntos de referencia meta y límite para los criterios sociales como éstos para permitir su consideración en la selección de estrategias de ordenación. En cuanto a otros criterios, no siempre podrá ser posible obtener estimaciones cuantitativas del desempeño de las estrategias en relación con algunos de estos criterios, y en estos casos, la mejor estimación cualitativa disponible podría ofrecer información valiosa. Como se discutió en el Capítulo 7, los usuarios mismos representan una fuente esencial de dicha información.
[5] De FAO. 1999. Technical
reports on shrimp and fish prepared at the second CFRAMP/FAO/DANIDA Stock
Assessment Workshop on the Shrimp and Groundfish Fishery on the Brazil-Guianas
Shelf. Georgetown, Guyana, 18-29 mayo 1998. Rome, FAO. 167pp. [6] Para más detalles sobre Ecosim, ver Walters, C.W., V. Christensen y D. Pauly. 1997. Structuring dynamic models of exploited ecosystems from trophic mass-balance assessments. Rev.Fish Biol.Fish. 7:139-172 or http://www.ecopath.org/ [7] 3 Ferreira, L. y Soomai, S. Trinidad and Tobago - Shrimp and groundfish fisheries. In FAO/Western Central Atlantic Fishery Commission. Regional reviews and national management reports. Fourth Workshop on the Assessment and Management of Shrimp and Groundfish Fisheries on the Brazil-Guianas Shelf. Cumaná, Venezuela, 2-13 October 2000. FAO Fisheries Report. No. 651. Rome, FAO. 2001. 152p |