El comercio internacional de biocombustibles A. Faaij André Faaij es profesor asociado en el Instituto Copérnico para el Desarrollo Sostenible, Universidad de Utrecht, Utrecht, Países Bajos, donde coordina la investigación sobre el suministro sostenible de energía y estudios de sistema. Se prevé que en los países desarrollados, especialmente en la Unión Europea, tendrá lugar un crecimiento constante del consumo de combustible de madera como consecuencia de las nuevas políticas energéticas y ambientales encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En varios países industrializados como Suecia, los Países Bajos y Finlandia, así como en algunos países en desarrollo, particularmente en el Cercano Oriente, ya se utiliza la mayor parte de los residuos leñosos disponibles (procedentes de los bosques y de las industrias forestales) y se está comenzando a estudiar la posibilidad de obtener combustible de madera a bajo precio procedente de otros países. Existe, por tanto, un comercio internacional incipiente de combustibles de madera, especialmente en y hacia el norte de Europa (Hillring, 2002; Vesterinen y Alakangas, 2002). Algunas regiones, particularmente América Latina, algunas zonas de América del Norte, determinadas partes de África subsahariana, Europa oriental y Australia, cuentan con un potencial de producción de biomasa suficiente como para tener un excedente neto de biocombustible producido de manera sostenible. En los casos en que el precio es competitivo con otros usos de la madera, esos países y regiones pueden convertirse en proveedores netos de bioenergía renovable a países que son importadores netos de energía. Estructura del comercio internacional de bioenergía Los biocombustibles objeto de comercio internacional pueden ser la biomasa sólida, por ejemplo, en forma de pastillas, trozas, balas y carbón vegetal, así como transportadores de bioenergía tales como el bioaceite, el etanol, el metanol, el hidrógeno o incluso la electricidad (Suurs, 2002). En el funcionamiento de la cadena comercial influyen muchas variables como la distancia de transporte, los precios del combustible y el funcionamiento del equipo. También son importantes el método de producción de la biomasa, el tipo de transporte y la selección y el orden de las operaciones de tratamiento previo. Varios estudios (Suurs, 2002; Agterberg et al., 1998) han puesto de manifiesto que el comercio intercontinental de biocombustibles o incluso el transporte de madera a granel podría ser viable económicamente y no supone una gran pérdida de energía. Actualmente ya tiene lugar un comercio internacional de biomasa sólida para la producción de energía, especialmente leña y carbón vegetal, aunque a escala modesta. He aquí algunos ejemplos.
El futuro del comercio del combustible de madera El comercio de combustible de madera puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante la sustitución de los combustibles fósiles, y a propiciar el desarrollo sostenible movilizando inversiones para la producción de combustible de madera. Sin embargo, esta contribución no está ni mucho menos garantizada y dependerá de factores tales como (Hoogwijk et al., 2002):
La demanda de alimentos, bioenergía y biomateriales está estrechamente relacionada. Sin embargo, no se han estudiado bien todavía las fuerzas económicas y no se sabe con certeza hasta qué punto es viable la transición necesaria para explotar el potencial de bioenergía a escala mundial. Para conseguir el apoyo público necesario para la aplicación en gran escala de planes de comercio de bioenergía es necesario analizar una serie de cuestiones ambientales, sociales y económicas.
En el peor de los casos, una gran demanda de bioenergía, impulsada por ejemplo por los impuestos sobre el carbono y el Mecanismo para un desarrollo limpio en los países industrializados, podría competir con la producción de alimentos por suelos y un abastecimiento de agua de mayor calidad, lo que obligaría a los campesinos pobres a abandonar sus tierras. Ello podría poner en peligro la seguridad alimentaria de los sectores más pobres de la población y desencadenar una deforestación en gran escala y unas prácticas agrícolas insostenibles. Sin embargo, en el mejor de los casos, la bioenergía podría convertirse en un motor importante del desarrollo económico local y podría llevar a un uso mejor y más sostenible de la tierra. La integración de la producción de bioenergía con el desarrollo local podría traducirse también en una mayor variedad de sistemas productivos, como los métodos agroforestales, de los que se obtiene una multiplicidad de productos, entre ellos energía. Esos beneficios adicionales podrían ser un incentivo para impulsar proyectos de bioenergía orientados a la exportación.
Bibliografía Agterberg, A., Faaij, A., Hektor, B. y Forsber, G. 1998. Bioenergy trade: possibilities and contraints on short and longer term. Karlstad, Suecia, Bio-energy Vast/Utrecht, Países Bajos, Utrecht University/Uppsala, Suecia, Swedish University for Agricultural Sciences. FAO. 2002. Anuario de productos forestales 2000. Colección FAO: Estadísticas No 158. Roma. Hillring, B. 2002. European wood energy markets. Documento preparado para la 60a reunión del Comité de la Madera, CEE-ONU, Ginebra, Suiza, 24-27 de septiembre. Hoogwijk, M., Faaij, A. van den Broek, R., Berndes, G., Gielen, D. y Turkenburg, W. 2002. Exploration of the ranges of the global potential of biomass for energy. Biomass and Bioenergy (inédito). Suurs, R. 2002. Long distance bioenergy logistics. Utrecht, Países Bajos, Copernicus Institute, Utrecht University. Vesterinen, P. y Alakangas, E. 2002. Report on a workshop on biomass trade in Europe, Skelleftea, Suecia, 5 de noviembre (borrador). |