Página precedenteIndicePágina siguiente


2. ¿Qué es la biotecnología agrícola?

En general, se entiende por biotecnología toda técnica que utiliza organismos vivos o sustancias obtenidas de esos organismos para crear o modificar un producto con fines prácticos (Recuadro 2). La biotecnología puede aplicarse a todo tipo de organismos, desde los virus y las bacterias a los animales y las plantas, y se está convirtiendo en un elemento importante de la medicina, la agricultura y la industria modernas. La biotecnología agrícola moderna comprende una variedad de instrumentos que emplean los científicos para comprender y manipular la estructura genética de organismos que han de ser utilizados en la producción o elaboración de productos agrícolas.

Algunas aplicaciones de la biotecnología, como la fermentación y el malteado, se han utilizado durante milenios. Otras son más recientes, pero están igualmente consolidadas. Por ejemplo, durante decenios se han utilizado microorganismos como fábricas vivas para la producción de antibióticos destinados a salvar vidas humanas, entre ellos la penicilina, obtenida a partir del hongo Penicillium, y la estreptomicina, obtenida a partir de la bacteria Streptomyces. Los detergentes modernos se basan en enzimas producidas por medios biotecnológicos, la producción de queso de pasta dura se basa en gran medida en cuajo producido mediante levaduras biotecnológicas y la insulina humana para los diabéticos se produce actualmente gracias a la biotecnología.

La biotecnología se utiliza para resolver problemas en todos los aspectos de la producción y elaboración agrícolas, incluido el fitomejoramiento para elevar y estabilizar el rendimiento, mejorar la resistencia a plagas, animales y condiciones abióticas adversas como la sequía y el frío, y aumentar el contenido nutricional de los alimentos. Se utiliza con el fin de crear material de plantación de bajo costo y libre de enfermedades para cultivos como la yuca, el banano y las papas y está proporcionando nuevos instrumentos para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de las plantas y los animales y para la medición y conservación de los recursos genéticos. Se utiliza para acelerar los programas de mejoramiento de plantas, ganado y peces y para ampliar la variedad de características que pueden tratarse. La biotecnología está cambiando los piensos y las prácticas de alimentación de los animales para mejorar la nutrición de éstos y reducir los desechos. La biotecnología se utiliza para diagnosticar enfermedades y producir vacunas contra enfermedades de los animales.

Es evidente que el concepto de biotecnología es más amplio que el de ingeniería genética. De hecho, algunos de los aspectos menos controvertidos de la biotecnología agrícola son en potencia los más importantes y beneficiosos para los pobres. La genómica, por ejemplo, está revolucionando nuestro conocimiento de la forma en que funcionan los genes, las células, los organismos y los ecosistemas, y está abriendo nuevos horizontes para la selección con ayuda de marcadores y la ordenación de los recursos genéticos. Al mismo tiempo, la ingeniería genética es un instrumento muy eficaz cuyo papel debería ser evaluado cuidadosamente. Si se quiere tomar decisiones sensatas sobre su utilización, es importante comprender en qué modo la biotecnología -y en particular la ingeniería genética- complementa y amplía otros métodos.

En este capítulo se describen brevemente las aplicaciones actuales e incipientes de la biotecnología a la agricultura, la ganadería, la pesca y la silvicultura, con el fin de comprender las propias tecnologías y el modo en que complementan y amplían otros métodos. Hay que subrayar que los instrumentos de la biotecnología son sólo eso: instrumentos, y no fines en sí mismos. Como todo instrumento, han de ser evaluados en el contexto en que se utilizan.

Recuadro 2
Definición de la biotecnología agrícola

El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) define la biotecnología como «toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos» (Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, 1992). Esta definición incluye las aplicaciones médicas e industriales, así como muchos de los instrumentos y técnicas habituales en la agricultura y la producción de alimentos.

El Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre la Diversidad Biológica define de manera más estricta la «biotecnología moderna» como la aplicación de:

a) Técnicas in vitro de ácido nucleico, incluidos el ácido desoxirribonucleico (ADN) recombinante y la inyección directa de ácido nucleico en células u orgánulos, o

b) La fusión de células más allá de la familia taxonómica que superan las barreras fisiológicas naturales de la reproducción o de la recombinación y que no son técnicas utilizadas en la reproducción y selección tradicional.

(Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, 2000)

El glosario de biotecnología de la FAO define la biotecnología en sentido amplio del mismo modo que el CDB y en sentido estricto como «una variedad de tecnologías moleculares como la manipulación de genes, la transferencia de genes, la tipificación del ADN y la clonación de plantas y animales» (FAO, 2001a).

Las técnicas de recombinación del ADN, también denominadas ingeniería genética o (de manera más corriente, pero menos exacta) modificación genética, consisten en la modificación de la estructura genética de un organismo mediante transgénesis, por la que se transfiere ADN de un organismo o célula (el transgén) a otro sin que haya reproducción sexual. Los organismos modificados genéticamente (OMG) se modifican mediante la aplicación de la transgénesis o de una tecnología de recombinación del ADN por la que se incorpora un transgén en el genoma hospedante o se modifica un gen del hospedante con el fin de cambiar su nivel de expresión. A menudo se utilizan de forma intercambiable los términos «OMG», «organismo transgénico» y «organismo obtenido mediante ingeniería genética», aunque técnicamente no son idénticos. Para los fines del presente informe se utilizan como sinónimos.

Comprensión, caracterización y ordenación de los recursos genéticos

Agricultores y pastores han manipulado la estructura genética de las plantas y los animales desde que se inició la agricultura, hace más de 10 000 años. Los agricultores manejaron durante milenios el proceso de domesticación a través de numerosos ciclos de selección de los individuos mejor adaptados. Esta explotación de la diversidad natural en los organismos biológicos ha proporcionado los cultivos, árboles de plantación, animales de granja y peces cultivados actualmente existentes, que a menudo difieren radicalmente de sus antepasados más lejanos (véase el Cuadro 1).

El objetivo de los genetistas modernos es el mismo que el de los primeros agricultores: producir cultivos o animales superiores. El mejoramiento convencional, basado en la aplicación de los principios genéticos clásicos relativos al fenotipo o características físicas del organismo en cuestión, ha logrado introducir en cultivares o razas de animales características procedentes de variedades domesticadas o silvestres afines o de mutantes (Recuadro 3). En un cruzamiento convencional, en el que cada progenitor lega a los descendientes la mitad de su estructura genética, se pueden transmitir características no deseadas junto con las deseadas, y puede que esas características no deseadas hayan de ser eliminadas a través de sucesivas generaciones de mejoramiento. En cada generación, los descendientes deben ser sometidos a pruebas para determinar tanto sus rasgos de crecimiento como sus características nutricionales y de elaboración. Puede que sean necesarias muchas generaciones antes de encontrar la combinación deseada de características, y que los intervalos sean muy largos, especialmente en el caso de cultivos de plantas perennes como los árboles y algunas especies de animales. Esa selección basada en el fenotipo es por consiguiente un proceso lento y difícil que requiere mucho tiempo y dinero. La biotecnología puede lograr que la aplicación de métodos convencionales de mejoramiento sea más eficaz.

cuadro 1
Cronología de la tecnología agrícola

Tecnología

Era

Intervenciones genéticas

Tradicional

Unos 10 000 años a.C.

Las civilizaciones aprovechan la diversidad biológica natural, domestican plantas y animales, comienzan a seleccionar material vegetal para su propagación y animales para su mejoramiento.

Unos 3 000 años a.C.

Se fabrica cerveza y queso, se fermenta vino.

Convencional

Final del siglo XIX

Gregor Mendel identifica en 1865 los principios de la herencia, sentando las bases para los métodos clásicos de mejoramiento.

Decenio de 1930

Se obtienen cultivos híbridos comerciales.

Decenio de 1940 a decenio de 1960

Se aplica la mutagénesis, el cultivo de tejidos y la regeneración de plantas. Se descubre la transformación y la transducción. Watson y Crick descubren en 1953 la estructura del ADN. Se identifican los transposones (genes que se separan y se mueven).

Moderna

Decenio de 1970

Se inicia la transferencia de genes mediante técnicas de recombinación de ADN. Se recurre al aislamiento y cultivo de embriones y a la fusión protoplasmática en la fitogenética y a la inseminación artificial en la reproducción animal.

Decenio de 1980

La insulina es el primer producto comercial obtenido mediante transferencia de genes. Se recurre al cultivo de tejidos para la propagación en gran escala de plantas y al trasplante de embriones para la producción animal.

Decenio de 1990

Se aplica la caracterización genética a una gran variedad de organismos. En 1990 se realizan los primeros ensayos de campo de variedades de plantas obtenidas mediante ingeniería genética, que se distribuyen comercialmente en 1992. Se obtienen vacunas y hormonas mediante ingeniería genética y se clonan animales.

Decenio de 2000

Aparecen la bioinformática, la genómica, la proteómica y la metabolómica.

Fuente: Adaptación de datos tomados de van der Walt (2000) y FAO (2002a).

RECUADRO 3
Mejoramiento con ayuda de mutaciones inducidas

Las mutaciones espontáneas son el motor «natural» de la evolución y el medio de que se valen los genetistas para domesticar cultivos y «crear» variedades mejores. Sin mutaciones no habría arroz, maíz o cualquier otro cultivo.

A partir del decenio de 1970, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la FAO patrocinaron investigaciones sobre la inducción de mutaciones para impulsar el mejoramiento genético de cultivos alimentarios e industriales con el fin de obtener nuevas variedades mejoradas. Las mutaciones inducidas se producen tratando partes de la planta con mutágenos químicos o físicos y seleccionando a continuación los cambios deseados, con lo que se imitan de hecho las mutaciones espontáneas y se amplía artificialmente la diversidad genética. Por lo general, la naturaleza exacta de las mutaciones inducidas no ha sido motivo de preocupación, independientemente de si las líneas mutantes se utilizaban directamente o como fuente de nuevas variaciones en programas de cruzamiento.

La mutación inducida como ayuda del mejoramiento ha dado lugar a la introducción de nuevas variedades de muchos cultivos como el arroz, el trigo, la cebada, las manzanas, los cítricos, la caña de azúcar y el banano (la base de datos sobre variedades mutantes de la FAO/OIEA contiene más de 2 300 variedades distribuidas oficialmente1). La aplicación de la mutación inducida al mejoramiento de cultivos ha tenido enormes consecuencias económicas en la agricultura y la producción de alimentos, actualmente valoradas en miles de millones de dólares EE.UU., y se ha traducido en millones de hectáreas de tierra cultivada. Recientemente se ha observado un resurgimiento de las técnicas de mutación, que han trascendido de su utilización directa en el mejoramiento para ser aplicadas en nuevos campos, como el descubrimiento de genes y la genética de reversión.

1 Puede consultarse en: http://www-infocris.iaea.org/MVD/

Genómica

Los avances más importantes en la biotecnología agrícola se han realizado en el ámbito de las investigaciones sobre la estructura de los genomas y los mecanismos genéticos en que se basan diversas características de importancia económica (Recuadro 4). La disciplina de la genómica, en rápido progreso, está proporcionando información sobre la identidad, la localización, los efectos y las funciones de los genes que afectan a esas características, y estos conocimientos impulsarán cada vez más la aplicación de la biotecnología en todos los sectores de la agricultura. La genómica sienta las bases para actividades posteriores, incluidas nuevas disciplinas como la proteómica y la metabolómica, destinadas a generar conocimientos sobre la estructura de los genes y las proteínas, así como sobre sus funciones y su interacción. Estas disciplinas intentan comprender de forma sistemática la biología molecular de los organismos con fines prácticos.

También ha progresado rápidamente la elaboración de una gran variedad de tecnologías y equipos para generar y procesar información sobre la estructura y el funcionamiento de los sistemas biológicos. El uso y organización de esa información se denomina bioinformática. Los avances en la bioinformática permiten predecir el funcionamiento de un gen basándose en datos sobre su secuencia: a partir de una lista de los genes de un organismo será posible construir el marco teórico de su biología. La comparación entre mapas físicos y genéticos y secuencias del ADN de distintos organismos reducirá considerablemente el tiempo necesario para identificar y seleccionar genes potencialmente útiles.

La elaboración de mapas genéticos que indican la localización exacta y las secuencias de los genes ha puesto de manifiesto que incluso genomas relativamente distantes comparten rasgos comunes (Recuadro 5). La genómica comparada ayuda a comprender muchos genomas tomando como base el estudio intensivo de unos pocos de ellos. Por ejemplo, la secuencia del genoma del arroz es útil para estudiar los genomas de otros cereales con los que comparte rasgos en función de su grado de afinidad, y los genomas del ratón y del paludismo proporcionan modelos para otros animales y algunas de las enfermedades que les afectan. Ahora se dispone de modelos para especies de casi todos los tipos de cultivos, animales y enfermedades, y el conocimiento de sus genomas está aumentando rápidamente.

RECUADRO 4
El ADN desde el comienzo

Todos los seres vivos están constituidos por células que son programadas por un material genético denominado ácido desoxirribonucleico (ADN). Sólo una pequeña fracción de la cadena del ADN constituye realmente los genes, que a su vez codifican las proteínas, mientras que la porción restante del ADN está formada por secuencias no codificadoras cuyo papel no se conoce aún con exactitud. El material genético se organiza en pares de cromosomas. Por ejemplo, hay cinco pares de cromosomas en la especie de mostaza Arabidopsis thaliana, que ha sido objeto de numerosos estudios. El conjunto completo de cromosomas de un organismo se denomina genoma. El Proyecto de secuenciación del genoma humano ha proporcionado a la comunidad de investigadores agrícolas no sólo muchas tecnologías conexas que pueden ser aplicadas a todos los organismos vivos, sino también un modelo de colaboración internacional para emprender grandes proyectos de secuenciación del genoma de plantas como Arabidopsis y el arroz.

Para actualizar los conocimientos sobre el ADN, la genética y la herencia, véase el sitio Web interactivo www.dnafromthebeginning.org, creado por el Laboratorio de Cold Spring Harbor, en los Estados Unidos, donde se ha realizado gran parte de la labor más avanzada en los ámbitos de la genética y la ingeniería genética.

RECUADRO 5
La importancia de la sintenia

Mike Gale1

La sintenia es la conservación o coherencia del contenido de genes y su orden en los cromosomas de diferentes genomas de plantas. Hasta bien entrado el decenio de 1980, los científicos suponían que cada planta tenía su propio mapa genético. Sólo cuando estuvieron en condiciones de elaborar los primeros mapas moleculares, utilizando una técnica denominada «polimorfismo de longitud de los fragmentos de restricción» (PLFR), empezaron a percatarse de que las especies afines tenían mapas genéticos notablemente similares. Los primeros experimentos demostraron la conservación, durante millones de años de evolución, de las relaciones de sintenia entre la papa y el tomate por lo que respecta a las plantas latifoliadas y entre los tres genomas del trigo planificable por lo que respecta a las gramíneas. Más tarde los científicos pudieron demostrar la existencia de las mismas similitudes en los genomas del arroz, el trigo y el maíz, que estaban separados por unos 60 millones de años de evolución. El diagrama resume esta investigación y muestra que el 70 por ciento de los alimentos del mundo están vinculados en un único mapa. Los 12 cromosomas del arroz pueden ser alineados con los diez cromosomas del maíz y los siete cromosomas básicos del trigo y la cebada de manera que todo radio que se trace en torno a los círculos pase por diferentes versiones, conocidas como alelos, de los mismos genes.

El descubrimiento de la sintenia ha tenido una enorme repercusión en el modo de concebir la fitogenética. Los estudios evolutivos tienen aplicaciones evidentes; por ejemplo, las flechas blancas en los círculos del trigo y el maíz describen traslocaciones evolutivas de los cromosomas de grupos de gramíneas como Pooideae y Panicoideae. Hay muchas posibilidades de predecir la presencia y localización de un gen en una especie partiendo de lo que se sabe de otra. Ahora que se dispone de la secuencia completa del ADN del arroz, será posible identificar y aislar los principales genes de especies cuyo genoma plantea problemas, como el trigo y la cebada, prediciendo que los mismos genes estarán presentes en el mismo orden que en el arroz. Recientemente se han aislado de ese modo los principales genes de la resistencia a enfermedades y la tolerancia a suelos ácidos de la cebada y el centeno. El conocimiento de la sintenia permite a quienes practican el fitomejoramiento acceder, por ejemplo, a todos los alelos de todos los cereales, y no sólo de las especies en las que están trabajando. Un buen ejemplo de ello es la transferencia al arroz de los genes del enanismo del trigo que hizo posible la Revolución Verde. En esos experimentos se localizó el gen en el arroz por sintenia y seguidamente se aisló y se modificó mediante la alteración de la secuencia del ADN que caracterizaba a los genes del trigo antes de sustituir el gen modificado en el arroz. Este método puede aplicarse a cualquier gen de cualquier cereal, incluidos los que, por carecer de interés comercial, no han atraído las mismas inversiones en investigación que se han destinado a los tres principales -el trigo, el arroz y el maíz- en el siglo pasado. Lo más importante es, sin embargo, que actualmente existe la posibilidad de combinar los conocimientos sobre bioquímica, fisiología y genética y transferirlos de un cultivo a otro por medio de la sintenia.

1 Mike Gale es Vicedirector del Centro John Innes de Norwich (Reino Unido).

Marcadores moleculares

Una información fiable sobre la distribución de la variación genética es una condición necesaria para que los programas de selección, mejoramiento y conservación sean eficaces. La variación genética de una especie o población puede ser evaluada sobre el terreno o mediante el estudio de marcadores, moleculares o de otro tipo, en un laboratorio. Si se quiere obtener resultados fiables, hay que combinar los dos métodos. Los marcadores moleculares son secuencias identificables de ADN que se encuentran en determinados lugares del genoma y que están relacionadas con la herencia de una característica o de un gen vinculado a ésta. Se pueden utilizar marcadores moleculares para a) proceder al mejoramiento con ayuda de marcadores, b) conocer y conservar los recursos genéticos y c) verificar genotipos. Estas actividades son fundamentales para el mejoramiento genético de cultivos, especies arbóreas forestales, animales y peces.

Mejoramiento con ayuda de marcadores

Se puede recurrir a mapas de los vínculos genéticos para localizar y seleccionar genes que influyen en características de importancia económica en animales o plantas. Las posibles ventajas de la selección con ayuda de marcadores son mayores en el caso de las características que están controladas por muchos genes, como el rendimiento en frutos, la calidad de la madera, la resistencia a enfermedades, la producción de leche y carne o la grasa corporal, y cuya medición es difícil, requiere mucho tiempo o resulta costosa. También se pueden utilizar marcadores para introducir de manera más rápida o eficaz nuevos genes de una población en otra, por ejemplo cuando se desea introducir en variedades modernas de plantas genes de especies silvestres afines. Cuando la característica deseada se encuentra en la misma especie (como en el caso de dos variedades de mijo; véase el Recuadro 6), es posible transferirla con los métodos tradicionales de mejoramiento, utilizando marcadores moleculares para seguir el rastro del gen deseado.

RECUADRO 6
Los marcadores moleculares y la selección con ayuda de marcadores aplicados al mijo perla en la India

Tom Hash1

El mijo perla es un cereal destinado al consumo humano y a la obtención de paja que se cultiva en las zonas más cálidas y áridas de África y Asia, donde se practica la agricultura de secano. Su comportamiento genético es similar al del maíz. Las variedades de los agricultores tradicionales se polinizan libremente y mediante exogamia, por lo que cambian continuamente. Se han obtenido variedades híbridas genéticamente uniformes que tienen un rendimiento potencial superior pero son más vulnerables a una enfermedad llamada mildiú. En la India, hay unos 9 millones de hectáreas plantados de mijo perla, y más del 70 por ciento de esta superficie está sembrada con esos cultivares híbridos. Desde que llegaron a los campos de la India los primeros híbridos de mijo perla a finales del decenio de 1960, todas las variedades más difundidas entre los agricultores han acabado por sucumbir a las epidemias de mildiú. Lamentablemente, cuando los agricultores más pobres de una región se deciden a adoptar una determinada variedad, los días de ésta suelen estar contados.

El Instituto Internacional de Investigación de Cultivos para las Zonas Tropicales Semiáridas (ICRISAT) deseaba reducir los riesgos que entrañaba la adopción de híbridos de mijo perla de alto rendimiento y prolongar la vida útil de esas variedades, especialmente para los productores más pobres. La biotecnología ayudó a conseguirlo. Gracias a los instrumentos del Centro John Innes y a la ayuda del Programa de investigación sobre ciencias agrícolas del Departamento para el Desarrollo Internacional, se elaboraron y aplicaron instrumentos basados en la genética molecular para el mijo perla. Se levantó un mapa de las regiones genómicas del mijo perla que controlan la resistencia al mildiú, el rendimiento potencial en paja y el rendimiento en grano y paja en condiciones de sequía. Seguidamente los genetistas utilizaron métodos convencionales de mejoramiento y selección con ayuda de marcadores para transferir varias regiones genómicas que confirieron mayor resistencia al mildiú a las dos líneas parentales endógamas seleccionadas del híbrido popular HHB 67. A continuación se recurrió a la selección con ayuda de marcadores para obtener dos nuevas variedades -ICMR 01004 e ICMR 01007- con dos bloques de genes diferentes de resistencia al mildiú.

Esas variedades han dado resultados iguales o superiores a los de sus líneas parentales en cuanto al rendimiento en grano y paja, y mucho mejores en cuanto a la resistencia al mildiú. También conservan varias características favorables, entre ellas la masa de 1 000 granos, la longitud de la panícula, la altura de la planta y la resistencia a la roya. Recientemente se han realizado ensayos con híbridos basados en cruzamientos de ICMR 01004 e ICMR 01007 en los estados de Gujarat, Rajastán y Haryana, en el marco del Proyecto coordinado panindio de mejoramiento del mijo perla. En 2002 se había llevado a cabo, con resultados satisfactorios, una evaluación de estos híbridos que había demostrado su superioridad marginal en cuanto al rendimiento en grano y su resistencia al mildiú considerablemente mayor que la del HHB 67, manteniendo al mismo tiempo la maduración temprana que ha contribuido a su amplia aceptación.

Al menos uno de estos dos híbridos podría ser distribuido para sustituir al HHB 67 antes de que éste sucumba a una epidemia de mildiú (como sin duda sucederá). Dado que el cultivo del HHB 67 está muy extendido entre los agricultores pobres de la India, si mediante su sustitución oportuna pudiera evitarse una de esas epidemias al menos un año, el ahorro en pérdidas superaría al valor total de la ayuda del Departamento para el Desarrollo Internacional para financiar la investigación sobre la elaboración y aplicación de las herramientas de genética molecular para el mijo perla (3,1 millones de libras esterlinas hasta la fecha). Todos los beneficios que se obtengan en el futuro de esta investigación del ICRISAT, de sus asociados del Reino Unido que reciben ayuda del Departamento para el Desarrollo Internacional y de sus asociados de la India que colaboran en los programas nacionales podrán entonces considerarse como ganancias para la sociedad.

1Tom Hash es Científico Superior (genética molecular) del ICRISAT, en Patancheru, Andhra Pradesh (India).

Medición y conservación de la diversidad genética

La utilización de marcadores moleculares para medir la magnitud de la variación a nivel genético, dentro de las poblaciones y entre ellas, es de gran ayuda para orientar las actividades de conservación genética y crear poblaciones útiles para la reproducción de cultivos, animales, árboles y peces. Estudios realizados aplicando estas técnicas a peces y especies arbóreas forestales han revelado altos niveles de variación genética dentro de las poblaciones y entre ellas. Las especies de animales se caracterizan por un alto grado de variación genética dentro de las poblaciones, mientras que los cultivos muestran un mayor grado de variación entre especies. Los datos obtenidos mediante otros métodos, por ejemplo la observación sobre el terreno, no suelen proporcionar esa información o son sumamente difíciles de recopilar.

Los marcadores moleculares se utilizan cada vez más para estudiar la distribución y las pautas de la diversidad genética. Por ejemplo, encuestas mundiales indican que el 40 por ciento de las razas de animales domésticos restantes están amenazadas de extinción. La mayoría de esas razas están presentes únicamente en países en desarrollo, y con frecuencia se sabe poco de ellas o de las posibilidades de mejorarlas. Tal vez contengan genes valiosos que confieran capacidad de adaptación o de recuperación frente a condiciones desfavorables, como tolerancia al calor o resistencia a enfermedades, y que puedan ser útiles para las generaciones futuras. Las biotecnologías modernas pueden ayudar a contrarrestar las tendencias a la erosión genética en todos los sectores de la agricultura y la alimentación.

Verificación de genotipos

Los marcadores moleculares han sido ampliamente utilizados para la identificación de genotipos y la caracterización genética de organismos. Se ha recurrido a la caracterización genética en proyectos avanzados de mejoramiento de árboles en los que era esencial la identificación correcta de los clones para programas de propagación en gran escala. Se ha recurrido a los marcadores moleculares para identificar especies marinas amenazadas que son capturadas inadvertidamente durante la pesca o intencionadamente de manera ilegal. La verificación de genotipos es ampliamente utilizada para realizar pruebas de parentesco de animales domésticos y seguir el rastro de productos animales en la cadena alimentaria remontándose hasta la explotación y el animal de origen.

Mejoramiento y reproducción de cultivos y árboles

Además de la selección con ayuda de marcadores, descrita anteriormente, se han utilizado diversas biotecnologías para mejorar y reproducir cultivos y árboles. A menudo estas tecnologías se combinan entre sí y con métodos convencionales de mejoramiento.

Cultivo de células y tejidos y micropropagación

La micropropagación consiste en tomar pequeñas secciones del tejido de una planta o estructuras enteras, como yemas, y cultivarlas en condiciones artificiales para regenerar plantas completas. La micropropagación es especialmente útil para conservar plantas valiosas, mejorar especies en aquellos casos en que es difícil hacerlo por otros medios (como sucede con muchos árboles), acelerar el mejoramiento de plantas y obtener abundante material vegetal para la investigación. Por lo que respecta a los cultivos y especies hortícolas, la micropropagación es actualmente la base de una amplia industria comercial en la que participan cientos de laboratorios en todo el mundo. Además de sus ventajas en cuanto a la rapidez de la multiplicación, la micropropagación puede utilizarse para generar material de plantación libre de enfermedades (Recuadro 7), especialmente si se combina con equipo de diagnóstico para la detección de enfermedades. Ha habido intentos de utilizar más ampliamente la micropropagación en la silvicultura. En comparación con la propagación vegetativa por estacas, la micropropagación ofrece tasas superiores de multiplicación que permiten una difusión más rápida del material de plantación, aunque los costos más altos y la disponibilidad limitada de los clones deseados impiden que se adopte más ampliamente.

RECUADRO 7
Micropropagación de bananos libres de enfermedades en Kenya

El banano se cultiva por lo general en países en desarrollo, donde es una fuente de empleo, ingresos y alimentos. La producción de banano está disminuyendo en muchas regiones debido a problemas de plagas y enfermedades que no pueden resolverse satisfactoriamente mediante la lucha agroquímica en razón de su costo y de sus efectos negativos en el medio ambiente. Estos problemas se agravan porque el banano se reproduce por clonación, de manera que el uso de plantas madre enfermas produce vástagos enfermos.

La micropropagación constituye un medio para regenerar plantones de banano libres de enfermedades a partir de tejidos sanos. En Kenya, se ha logrado cultivar tejido de yemas terminales. La yema terminal original se somete a un tratamiento térmico para destruir los organismos infecciosos y seguidamente se utiliza a lo largo de muchos ciclos de regeneración para producir plantas hija. Con una sola sección de tejido se pueden producir hasta 1 500 nuevas plantas a lo largo de diez ciclos de regeneración.

La micropropagación del banano ha tenido una enorme repercusión en Kenya y otros muchos países, al contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y la generación de ingresos. Tiene la ventaja de ser una tecnología relativamente barata y fácil de aplicar y también la de reportar importantes beneficios para el medio ambiente.

Selección in vitro

La selección in vitro entraña la selección de germoplasma mediante la aplicación de una presión selectiva específica al cultivo de tejidos en condiciones de laboratorio. Muchas publicaciones recientes han dado a conocer la provechosa correlación existente entre las respuestas in vitro y la expresión sobre el terreno de las características deseadas, en la mayoría de los casos resistencia a enfermedades, en plantas cultivadas. También se han obtenido resultados satisfactorios por lo que respecta a la tolerancia a herbicidas, metales, salinidad y bajas temperaturas. En cuanto a los criterios de selección más importantes para las especies arbóreas forestales (en particular vigor, forma del tronco y calidad de la madera), la escasa correlación con las respuestas obtenidas sobre el terreno sigue limitando la utilidad de la selección in vitro. Sin embargo, este método puede ser de interés en programas forestales de selección previa en función de la resistencia a las enfermedades y la tolerancia a la salinidad, las heladas y la sequía.

RECUADRO 8
Agricultura en suelos ácidos: mejora de la tolerancia al aluminio en cereales

Miftahudin,1,2 M.A. Rodriguez Milla,2 K. Ross3 y J.P. Gustafson3

El aluminio presente en suelos ácidos limita el crecimiento de las plantas en más del 30 por ciento de todas las tierras de cultivo, principalmente en los países en desarrollo. Hay dos métodos para aumentar la producción agrícola en suelos ácidos. Se puede añadir cal al suelo para aumentar el pH, pero ésta es una medida costosa y temporal. Otra solución es crear cultivares mejorados genéticamente que sean tolerantes al aluminio. Los cultivares de trigo existentes no contienen una variación genética significativa en lo que respecta a la tolerancia al aluminio. Habrá que mejorar la tolerancia del trigo recurriendo al acervo genético de especies afines más tolerantes. Se ha elaborado un mapa de los vínculos genéticos del trigo utilizando los marcadores disponibles para el gen de la tolerancia al aluminio.

El centeno tiene una tolerancia al aluminio cuatro veces superior a la del trigo. Por consiguiente se caracterizó un gen del centeno que controla la tolerancia al aluminio y se utilizaron marcadores del trigo, la cebada y el arroz para establecer una estrecha vinculación, paralela a la del gen del centeno, y para construir un mapa genético de alta resolución. Se realizaron estudios de la expresión génica de las raíces en el curso del tiempo que únicamente mostraron esa expresión en las raíces del centeno en presencia de aluminio.

Los estudios centrados en el gen de la tolerancia al aluminio son un buen ejemplo de utilización de métodos basados en problemas para integrar instrumentos de genética molecular y mejoramiento con el fin de aumentar la producción de trigo. La utilización de la relación genética (sintenia) entre cereales para obtener marcadores que permitan identificar y caracterizar rasgos con valor ha dado lugar a la aparición de métodos complementarios para aumentar la producción de trigo. Los genetistas pueden utilizar los marcadores para el gen del centeno en programas de mejoramiento con ayuda de marcadores en zonas donde no se pueden cultivar OMG o donde sólo se dispone de instrumentos convencionales de mejoramiento. Además, los métodos transgénicos de mejoramiento del trigo pueden utilizar esos marcadores en clonaciones basadas en mapas para aislar el gen en cuestión. Por último, la utilización de las relaciones sinténicas es una tecnología que permite manipular muchas características con valor añadido para mejorar cultivos de otras especies.

1 Departamento de Agronomía, Universidad de Misuri, Columbia (Estados Unidos).
2 Departamento de Biología, Universidad Agrícola de Bogor, Bogor (Indonesia).
3 Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Dependencia de Investigación Fitogenética, y Departamento de Agronomía, Universidad de Misuri, Columbia (Estados Unidos).

Ingeniería genética

Cuando la característica deseada está presente en un organismo que no es sexualmente compatible con el hospedante, puede ser transferida mediante ingeniería genética. Para las plantas, el método al que se recurre con más frecuencia en la ingeniería genética es el que utiliza como vector la bacteria del suelo Agrobacterium tumefasciens. Los investigadores insertan el gen o genes deseados en la bacteria y seguidamente infectan a la planta hospedante. Los genes deseados se transmiten a ésta junto con la infección. Este método se utiliza principalmente con especies dicotiledóneas como el tomate y la papa. Algunos cultivos, en particular las especies monocotiledóneas como el trigo y el centeno, no son naturalmente susceptibles de transformación por medio de A. tumefasciens, aunque recientemente se ha utilizado con éxito el método para transformar trigo y otros cereales. La técnica aplicada con más frecuencia a esos cultivos consiste en revestir el gen deseado con partículas de oro o tungsteno y utilizar un «lanzagenes» para conseguir que el gen penetre a gran velocidad en el organismo hospedante.

Existen tres formas de obtener cultivos modificados genéticamente: a) mediante «transferencia entre organismos distantes», en que se transfieren genes entre organismos pertenecientes a diferentes reinos (por ejemplo, de bacterias a plantas); b) mediante «transferencia entre organismos cercanos», en que se transfieren genes de una especie a otra del mismo reino (por ejemplo, de una planta a otra); y c) mediante un «retoque», en que se manipulan genes ya presentes en el genoma del organismo para modificar el nivel o la modalidad de expresión. Una vez transferido el gen, el cultivo debe ser sometido a una prueba para cerciorarse de que el gen se expresa debidamente y se mantiene estable a lo largo de varias generaciones de mejoramiento. Los resultados de esta selección previa suelen ser más satisfactorios que los del cruzamiento convencional, porque se conoce la naturaleza del gen, se dispone de métodos moleculares para determinar su localización en el genoma y se necesitan menos cambios genéticos.

La mayoría de los cultivos transgénicos plantados hasta la fecha sólo incorporan un número muy limitado de genes destinados a conferir resistencia a insectos o tolerancia a herbicidas (para más información sobre los cultivos transgénicos que actualmente son objeto de investigación y de producción comercial, véase el Capítulo 3). Se han obtenido algunos cultivos transgénicos y algunas características de mayor interés potencial para los países en desarrollo, pero todavía no se han distribuido comercialmente. En el Recuadro 8 se describe un proyecto de investigación para mejorar la tolerancia del trigo al aluminio, problema que afecta a los suelos ácidos de gran parte de América Latina y África. Se están realizando actividades similares para mejorar la tolerancia de las plantas a otras condiciones desfavorables, como la sequía, la salinidad del suelo y las temperaturas extremas.

La mejora nutricional de los cultivos puede contribuir de manera significativa a reducir la malnutrición por carencia de micronutrientes en los países en desarrollo. La aplicación conjunta de diversas biotecnologías puede impulsar el bioenriquecimiento, es decir la obtención de alimentos con un contenido nutricional mejorado. Son necesarios análisis genómicos y mapas de los vínculos genéticos para identificar los genes responsables de la variación natural del nivel de nutrientes en alimentos comunes (Cuadro 2). Esos genes pueden ser transferidos seguidamente a cultivares conocidos por medio de técnicas convencionales de mejoramiento y de la selección con ayuda de marcadores o, si no hay suficiente variación natural dentro de una sola especie, por medio de la ingeniería genética. Por ejemplo, se están utilizando métodos no transgénicos para aumentar el contenido de proteínas en el maíz, de hierro en el arroz y de carotenos en la batata y la yuca.

Se puede recurrir a la ingeniería genética cuando dentro de una especie no existe suficiente variación natural del nutriente deseado. En el Recuadro 9 se describe el debate suscitado por un proyecto para mejorar el contenido de proteína de la papa mediante ingeniería genética. El famoso arroz dorado transgénico contiene tres genes exógenos -dos del narciso y uno de una bacteria- que producen provitamina A (véase el Recuadro 13, pág. 46). Los científicos han avanzado mucho en su intento de obtener arroz transgénico nutricionalmente mejorado que contenga genes productores de provitamina A, hierro y más proteína (Potrykus, 2003). Se están produciendo otros alimentos nutricionalmente mejorados, como aceites con un contenido menor de ácidos grasos perjudiciales. Además, se están modificando alimentos que con frecuencia producen alergias (camarones, maní, soja, arroz, etc.) para reducir su contenido de compuestos alergénicos.

Un importante factor técnico que limita la aplicación de la ingeniería genética a las especies arbóreas forestales es el bajo grado de conocimiento que existe actualmente acerca del control molecular de las características más interesantes. Uno de los primeros ensayos con especies arbóreas forestales modificadas genéticamente de que se tienen noticias se inició en Bélgica en 1988 utilizando álamos. Desde entonces, se han notificado más de 100 ensayos relativos a al menos 24 especies de árboles, principalmente especies de las que se obtiene madera. Las características para las que se ha contemplado la modificación genética han sido la resistencia a insectos y virus, la tolerancia a herbicidas y el contenido de lignina. La reducción de la lignina es un valioso objetivo en el caso de las especies de las que se obtiene pasta para la industria papelera, porque permite disminuir la utilización de sustancias químicas en el proceso.

Cuadro 2
Variación genética de las concentraciones de hierro, cinc, beta-caroteno y ácido ascórbico presentes en el germoplasma de cinco alimentos básicos (peso en seco)

 

(mg/kg)

Hierro

Cinc

Beta-caroteno1

Ácido ascórbico

ARROZ

 

Pardo

6-25

14-59

0-1

-

Elaborado

1-14

14-38

0

-

YUCA

 

Raíz

4-76

3-38

1-242

0-3802

Hojas

39-236

15-109

180-9602

17-42002

FRIJOLES

34-1111

21-54

0

-

MAíZ

10-63

12-58

0-10

-

TRIGO

10-993

8-1772

0-20

-

1 La variación es mucho mayor en el caso de los carotenoides totales.
2 Peso en fresco.
3 Incluidas las variedades silvestres afines.


Fuente: Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), 2002.

RECUADRO 9
El «protato»: ¿ayuda para los pobres o caballo de Troya?

Los investigadores de la Universidad Jawaharlal Nehru de la India han obtenido mediante ingeniería genética una papa con un contenido de proteína entre un 33 y un 50 por ciento superior al habitual, incluidas cantidades considerables de todos los aminoácidos esenciales como la lisina y la metionina. La carencia de proteína está muy extendida en la India y la papa es el alimento básico de las personas más pobres.

Esta papa, conocida como «protato», fue creada por un grupo de instituciones benéficas, científicos, organismos públicos y empresas privadas de la India como parte de una campaña de 15 años de duración contra la mortalidad infantil. El objetivo que persigue la campaña es eliminar la mortalidad infantil proporcionando a los niños agua limpia, vacunas y una alimentación mejor.

El protato incluye un gen del amaranto, gramínea con alto contenido de proteínas que es originaria de América del Sur y que se vende mucho en las tiendas occidentales de alimentos. El protato ha sido sometido a ensayos de campo y pruebas para detectar la presencia de alérgenos y toxinas. Faltan probablemente al menos cinco años para su aprobación definitiva por el Gobierno de la India.

Sus defensores, como Govindarajan Padmanaban, bioquímico del Instituto de Ciencias de la India, argumentan que el protato puede dar un fuerte impulso a la nutrición infantil sin peligro de alergia porque tanto la papa como el amaranto son ya alimentos de amplio consumo. Tampoco representa una amenaza para el medio ambiente, porque en la India no hay variedades silvestres afines de la papa ni del amaranto, y el protato no entraña cambios en las prácticas habituales de producción de la papa. Por otra parte, no hay que preocuparse de que la tecnología sea controlada por empresas extranjeras, porque el protato ha sido creado por científicos de centros públicos de la India. Teniendo en cuenta esas ventajas, Padmanaban observaba: «A mi juicio sería moralmente indefendible oponerse a él.» (Coghlan, 2003).

Sus detractores, como Charlie Kronick, de Greenpeace, sostienen que el contenido de proteínas de las papas es muy bajo por naturaleza (un 2 por ciento aproximadamente), por lo que, incluso si se duplicara, sólo contribuiría en ínfima medida a resolver el problema de la malnutrición. Afirma que el esfuerzo realizado para obtener el protato ha estado más orientado a lograr la aceptación de la ingeniería genética por la opinión pública que a solucionar el problema de la malnutrición: «La causa del hambre no es la falta de alimentos. Es la falta de dinero efectivo y de acceso a los alimentos. Esos cultivos modificados genéticamente han sido creados para hacerlos más atractivos cuando de hecho la utilidad de su consumo es muy, muy escasa. Resulta muy difícil comprender en qué modo cambiará esto, por sí solo, la situación de la pobreza.» (Charles, 2003).

Mejoramiento y reproducción de ganado y peces

La biotecnología es desde hace tiempo una fuente de innovación para la producción y elaboración en los sectores de la ganadería y la acuicultura, y ha tenido profundos efectos en ambos. Los rápidos avances en la biotecnología molecular y la evolución ulterior de la biología reproductiva han proporcionado nuevos y eficaces instrumentos para seguir innovando. Tecnologías como la genómica y los marcadores moleculares, anteriormente descritas, son útiles para comprender, caracterizar y ordenar los recursos genéticos tanto en la ganadería y la pesca como en la agricultura y la silvicultura (Recuadro 10). La ingeniería genética es también importante en la ganadería y la pesca, aunque las técnicas difieren y en estos sectores se dispone de otras tecnologías reproductivas. En la presente sección se describen las biotecnologías reproductivas que son específicas de los sectores ganadero y pesquero.

El objetivo principal de las biotecnologías reproductivas aplicadas a la ganadería es aumentar la eficiencia reproductiva y las tasas de mejoramiento zoogenético. El mejoramiento genético de las razas adaptadas a las condiciones locales es importante para asegurar sistemas sostenibles de producción en la gran variedad de entornos de producción de los países en desarrollo, y esto se conseguirá probablemente mejor mediante una utilización estratégica de intervenciones genéticas y no genéticas. La biotecnología reproductiva aplicada al sector pesquero ofrece la oportunidad de aumentar las tasas de crecimiento de las especies cultivadas, mejorando su ordenación, y limitar el potencial reproductivo de las especies obtenidas mediante ingeniería genética.

RECUADRO 10
La situación de los recursos zoogenéticos mundiales

La FAO ha recibido de sus Estados Miembros el encargo de elaborar y aplicar la Estrategia Mundial para la Gestión de los Recursos Genéticos de los Animales de Granja. Como parte de esta estrategia impulsada por los países, la FAO invitó a 188 países a participar en la preparación del primer informe sobre la situación de los recursos zoogenéticos mundiales, que habrá de concluirse antes de 2006. Hasta la fecha, 145 países han convenido en presentar informes nacionales, de los que se han recibido y analizado 30 (Cardellino, Hoffmann y Templeman, 2003). Estos informes ponen de manifiesto que la inseminación artificial es la biotecnología más utilizada por los países en desarrollo en el sector ganadero. Muchos países solicitan capacitación para ampliar el recurso a esta tecnología, al tiempo que expresan preocupación por el hecho de que a menudo se introduce sin una debida planificación, por lo que podría representar una amenaza para la conservación de las razas locales. Aunque se menciona la utilización de la técnica de ovulación múltiple seguida del trasplante de embriones (OMTE) y se expresa el deseo de introducirla o ampliarla, no se tienen claros sus objetivos. Todos los países manifiestan el deseo de introducir y promover técnicas moleculares, a menudo como complemento de la caracterización fenotípica. También consideran prioritaria la crioconservación y recomiendan la creación de bancos de genes, aunque la financiación sigue siendo una limitación importante. Cuando se mencionan los OMG de origen animal, suele ser para indicar la falta de reglamentos y directrices adecuados para su producción, utilización e intercambio en su día. Algunos países expresan su preocupación porque las biotecnologías del sector ganadero deberían ser aplicadas, pero no siempre lo son, como parte integrante de una estrategia global de mejoramiento genético.

Inseminación artificial y ovulación múltiple/trasplante de embriones

Los avances en la inseminación artificial y la ovulación múltiple seguida del trasplante de embriones (OMTE) han tenido ya una notable repercusión en los programas zoogenéticos de los países desarrollados y de muchos países en desarrollo porque aceleran el proceso de mejoramiento genético, reducen el riesgo de transmisión de enfermedades y aumentan el número de animales que pueden obtenerse de un progenitor superior, que es el macho en el caso de la inseminación artificial y la hembra en el de la OMTE. También ofrecen más incentivos para la investigación privada en materia de zoogenética y amplían considerablemente el mercado de estirpes progenitoras mejoradas.

En 1998 se realizaron en todo el mundo más de 100 millones de operaciones de inseminación artificial en bovinos (sobre todo ganado lechero, incluidos búfalos), 40 millones en cerdos, 3,3 millones en ovejas y 500 000 en cabras. Estas cifras ponen de manifiesto tanto el mayor rendimiento económico del ganado bovino lechero como el hecho de que el semen de bovinos es mucho más fácil de congelar que el de otros animales. Mientras que en el Asia meridional y sudoriental se efectuaron más de 60 millones de operaciones de inseminación artificial en bovinos, en África se realizaron menos de un millón.

La inseminación artificial sólo es eficaz si las explotaciones agropecuarias tienen acceso a una capacidad técnica, institucional y logística que debe ser mucho mayor que en el caso de que los machos se utilicen directamente con fines reproductivos. Un factor positivo es que los ganaderos que recurren a la inseminación artificial no deben hacer frente a los costos o los peligros de criar machos reproductores y pueden tener acceso a semen procedente de cualquier lugar del mundo.

A pesar de su uso generalizado en los países desarrollados y en muchos países en desarrollo, inclusive en el marco de los regímenes más avanzados de pequeña propiedad, la inseminación artificial sólo se aplica en las explotaciones que practican la cría intensiva de animales de gran valor. Evidentemente, esto no se debe a problemas técnicos relacionados con la producción y almacenamiento de semen, ya que la mayoría de los procedimientos están en la actualidad plenamente normalizados y son de eficacia comprobada incluso en las condiciones reinantes en los países en desarrollo tropicales. Se debe más bien a las muchas limitaciones en cuanto a la organización, la logística y la capacitación de los ganaderos, que influyen en la calidad y la eficacia de la tecnología.

La OMTE representa un adelanto con respecto a la inseminación artificial, tanto en lo que concierne a los posibles beneficios genéticos como al grado de capacidad técnica y de organización que se necesitan. La OMTE es una de las tecnologías básicas para la aplicación de biotecnologías reproductivas más avanzadas, como la clonación y la transgénica. En 2001 se realizaron en todo el mundo 450 000 trasplantes de embriones de ganado bovino lechero, de los que el 62 por ciento correspondió a América del Norte y Europa, seguidas de América del Sur (16 por ciento) y Asia (11 por ciento). Cerca del 80 por ciento de los toros utilizados en la inseminación artificial se habían obtenido mediante la OMTE. La principal ventaja de la OMTE para los países en desarrollo reside en la posibilidad de importar embriones congelados en lugar de animales vivos, por ejemplo para el establecimiento de un núcleo de animales reproductores con recursos genéticos adaptados a las condiciones locales que entrañan un riesgo sanitario menor.

Manipulación de juegos de cromosomas y reversión sexual en peces

El control de la capacidad sexual y reproductiva de los peces puede ser importante por razones comerciales y ambientales. A menudo uno de los sexos es objeto de una preferencia mayor que el otro. Por ejemplo, sólo la hembra del esturión produce caviar y el macho de la tilapia crece más deprisa que la hembra. La esterilidad puede ser deseable cuando la reproducción afecta al sabor del producto (como en el caso de las ostras) o cuando las especies cultivadas (sean o no transgénicas) pueden cruzarse con poblaciones que viven en libertad. La manipulación de juegos de cromosomas y la reversión sexual son técnicas bien consolidadas para controlar estos factores. En la manipulación de juegos de cromosomas, se pueden aplicar choques térmicos, químicos y de presión a huevos de peces para obtener individuos con tres juegos de cromosomas en lugar de los dos habituales. Estos organismos triploides no suelen canalizar la energía hacia la reproducción, por lo que son funcionalmente estériles. La reversión sexual puede efectuarse por diversos métodos, incluido el consistente en administrar las hormonas apropiadas. Por ejemplo, las tilapias genéticamente machos pueden convertirse en hembras mediante tratamientos con estrógenos. Cuando estos machos genéticos se aparean con machos normales producen un grupo de tilapias machos en su totalidad.

Ingeniería genética en ganado y peces

Se puede utilizar la ingeniería genética en animales bien para introducir genes exógenos en el genoma animal, bien para «vaciar» los genes seleccionados. El método más utilizado en la actualidad es la microinyección directa de ADN en los protonúcleos de huevos fertilizados, pero se están logrando avances en nuevos métodos como el trasplante nuclear y la utilización de lentivirus como vectores de ADN. En los primeros experimentos de ingeniería genética con animales de granja, se introdujeron en cerdos genes responsables del crecimiento para aumentar éste y mejorar la calidad de la canal. Las investigaciones actuales se centran, entre otras cosas, en la resistencia a enfermedades de los animales como la parálisis aviar, la tembladera de los ovinos y la mastitis de las vacas, y a enfermedades que afectan a la salud humana como la salmonelosis en las aves de corral. Otros aspectos investigados son el aumento del contenido de caseína de la leche y la inducción de la producción de sustancias farmacéuticas o industriales en la leche o el semen de animales. Aunque son sencillos en su concepción, los métodos utilizados para modificar genéticamente el ganado requieren un equipo especial y una considerable destreza, y las aplicaciones agrícolas no han dado hasta ahora resultados comerciales satisfactorios. Por consiguiente, es probable que estas aplicaciones se limiten en un futuro próximo a la creación de animales transgénicos destinados a la obtención de productos industriales o farmacéuticos.

En el sector de la acuicultura se están llevando a cabo intensas actividades de investigación y desarrollo relacionadas con la ingeniería genética. Las grandes dimensiones de muchos huevos de peces y su dureza permiten manipularlos con bastante comodidad y facilitan la transferencia de genes por inyección directa de un gen exógeno o mediante electroporación, en la que se transfieren genes con ayuda de un campo eléctrico. Los genes transferidos en los peces suelen ser los que producen la hormona del crecimiento, habiéndose observado que esa transferencia aumenta espectacularmente las tasas de crecimiento en las carpas, los salmones, las tilapias y otras especies. Además, se introdujo en el salmón un gen procedente de la solla roja que produce una proteína anticongelante, con la esperanza de ampliar la zona de distribución de ese pez. El gen no produjo la proteína suficiente para ampliar la zona de distribución del salmón a aguas más frías, pero sí permitió que el salmón siguiera creciendo durante los meses fríos en que el salmón no transgénico no crece. Estas aplicaciones se encuentran todavía en fase de investigación y desarrollo, y actualmente no hay animales acuáticos transgénicos a disposición de los consumidores.

Otras biotecnologías

Diagnóstico y epidemiología

Las enfermedades de las plantas y los animales son difíciles de diagnosticar porque los síntomas pueden inducir a error o estar incluso totalmente ausentes hasta que se producen daños importantes. Pruebas de diagnóstico basadas en biotecnologías avanzadas permiten identificar a los agentes causantes de la enfermedad y vigilar los efectos de los programas para combatirla con un grado de precisión antes inconcebible. La  epidemiología molecular caracteriza los patógenos (virus, bacterias, parásitos y hongos) mediante una secuenciación de los nucleótidos que permite rastrear su origen. Esto es especialmente importante en el caso de las enfermedades epidémicas, en las que la posibilidad de localizar la fuente de infección puede contribuir de manera significativa a mejorar la lucha contra ellas. Por ejemplo, el análisis molecular de los virus de la peste bovina ha sido fundamental para determinar los linajes que circulan por el mundo y ha sido de ayuda en el Programa mundial de erradicación de la peste bovina (Recuadro 11, pág. 22). Los ensayos de inmunoabsorción enzimática (ELISA) son actualmente el método habitual de diagnóstico y vigilancia de muchas enfermedades del ganado y de los peces en el mundo, mientras que la técnica de la reacción en cadena de la polimerasa es especialmente útil para diagnosticar enfermedades de las plantas y lo está resultando cada vez más para diagnosticar enfermedades del ganado y los peces. El perfeccionamiento de sondas genéticas que permiten distinguir y detectar determinados patógenos en tejidos, animales enteros e incluso muestras de agua y suelo está aumentando también considerablemente la eficacia de los programas de sanidad vegetal y animal.

RECUADRO 11
La biotecnología puede librar al mundo de la peste bovina

La peste bovina, que es una de las enfermedades de los animales más devastadoras del mundo, representa una grave amenaza para millones de pequeños ganaderos y pastores que dependen de su ganado para obtener alimentos y medios de subsistencia. Esta enfermedad vírica, que afecta al ganado bovino, incluidos los búfalos, los yaks y las especies silvestres afines, acabó con cerca del 90 por ciento de todos los bovinos del África subsahariana en el decenio de 1890. Entre 1979 y 1983, una epidemia causó la muerte de más de 100 millones de cabezas de ganado en África, más de 500 000 sólo en Nigeria, ocasionando pérdidas estimadas en 1 900 millones de dólares EE.UU. Asia y el Cercano Oriente se han visto también muy afectados por esta enfermedad.

Actualmente, el mundo está prácticamente libre de la peste bovina: se considera que Asia y el Cercano Oriente están libres del virus y se están haciendo denodados esfuerzos para asegurar que no rebrote en su último posible foco: el ecosistema pastoral somalí, que abarca el nordeste de Kenya y el sur de Somalia. El objetivo de un mundo totalmente libre de la peste bovina está a nuestro alcance. La peste bovina sería la segunda enfermedad erradicada en todo el mundo, después de la viruela.

Los avances realizados hasta ahora han supuesto un notable triunfo de la ciencia veterinaria y constituyen un buen ejemplo de lo que puede lograrse cuando la comunidad internacional y los distintos países, sus servicios veterinarios y sus agricultores cooperan para elaborar y aplicar políticas basadas en resultados y estrategias para sacarlas adelante. La Campaña panafricana contra la peste bovina supervisada por la Unión Africana, y el Programa mundial de erradicación de la peste bovina (PMEPB), supervisado por la FAO, son los principales medios para coordinar la lucha contra esta enfermedad.

La biotecnología ha ocupado un lugar central en este esfuerzo. En primer lugar, permitió elaborar y producir en gran escala las vacunas utilizadas para proteger a muchos millones de animales mediante campañas nacionales de vacunación masiva. La vacuna inicial, creada en Kenya por el Dr. Walter Plowright y sus colegas con apoyo del Reino Unido, se basaba en un virus atenuado mediante sucesivos pasajes por cultivos de tejidos. El Dr. Plowright fue galardonado en 1999 con el Premio mundial de la alimentación por esa labor. Aunque esa vacuna era muy eficaz e inocua, perdía parte de su potencial al ser expuesta al calor. Por ello se realizaron nuevas investigaciones orientadas a crear una vacuna termoestable que pudiera utilizarse en zonas remotas. Ello se consiguió gracias a las investigaciones realizadas en Etiopía por el Dr. Jeffery Mariner con apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

En segundo lugar, la biotecnología ofreció una plataforma tecnológica (ELISA, sistemas cromatográficos y pruebas moleculares) para detectar e identificar virus y vigilar la eficacia de las campañas de vacunación. Antes de que la FAO y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), con ayuda de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), elaborasen estas técnicas y las estrategias de muestreo y ensayo necesarias, no era posible distinguir los animales vacunados de los infectados, por lo que los países no podían demostrar que estaban libres de la peste bovina. Como resultado de ello, tenían que realizar indefinidamente costosos programas anuales de vacunación, al tiempo que seguían sufriendo las consecuencias de las restricciones impuestas a los desplazamientos de los animales y al comercio para evitar la propagación de la enfermedad.

Los efectos económicos de esos esfuerzos son ya visibles. Aunque el costo de la vacunación y de las muestras y análisis de sangre ha sido alto para los países desarrollados y en desarrollo, la eficacia de las campañas nacionales y regionales y de la coordinación mundial queda demostrada por el hecho de que los brotes de la enfermedad que se siguen produciendo en el mundo proceden de un único pequeño foco. En cambio, en 1987 la enfermedad estaba presente en 14 países africanos, así como en el Pakistán y en algunos países del Cercano Oriente.

Aunque los costos y beneficios varían considerablemente de un país a otro, las cifras correspondientes a África revelan la eficacia de la Campaña panafricana contra la peste bovina y del PMEPB. Los brotes más importantes de peste bovina suelen durar cinco años y causar una mortalidad total del 30 por ciento de los animales afectados. Dado que la cabaña de bovinos del África subsahariana es de 120 millones de animales, esa cifra representa unos 8 millones de cabezas al año. Si el valor de cada animal se estima en 120 dólares EE.UU., el costo de otro brote importante de peste bovina sería de unos 960 millones de dólares. En el marco de la Campaña, se vacunaron unos 45 millones de cabezas al año con un costo de 36 millones de dólares, al que hay que añadir unos 2 millones de gastos en vigilancia serológica y supervisión. Esto representa un coeficiente de rentabilidad de 22:1 aproximadamente y un beneficio económico neto para la región de 920 millones de dólares al año como mínimo.

La Campaña panafricana contra la peste bovina y el PMEPB han reportado también otros beneficios importantes. Uno de ellos es que, gracias a las políticas, estrategias y disposiciones institucionales adoptadas para luchar contra la peste bovina, que han permitido establecer estrechas relaciones entre los agricultores, el personal de campo y de laboratorio y las autoridades nacionales, los países han tenido la oportunidad de seguir avanzando y hacer frente al desafío de combatir o erradicar otras enfermedades que afectan al ganado y a la seguridad alimentaria mundial.

Elaboración de vacunas

Gracias a la ingeniería genética se están elaborando vacunas para proteger a los peces y al ganado contra patógenos y parásitos. Aunque las vacunas elaboradas por métodos tradicionales han tenido una gran repercusión en la lucha contra la fiebre aftosa y las enfermedades transmitidas por garrapatas, la peste bovina y otras enfermedades del ganado, las vacunas recombinantes ofrecen diversas ventajas respecto de las convencionales en cuanto a seguridad, especificidad y estabilidad. Hay que destacar que esas vacunas, acompañadas de las pruebas de diagnóstico adecuadas, permiten distinguir entre animales vacunados e infectados por causas naturales. Esto es importante en los programas de lucha contra enfermedades, porque permite realizar una vacunación continua aun en el momento de pasar de la fase de lucha a la de erradicación. En la actualidad existen por ejemplo vacunas mejoradas para la enfermedad de Newcastle, la fiebre porcina clásica y la peste bovina. Además de las mejoras técnicas, los avances en la biotecnología permitirán producir vacunas más baratas y mejorar por lo tanto su suministro y la disponibilidad para los pequeños productores.

Nutrición animal

Las biotecnologías han producido ya medios auxiliares para la nutrición animal, como enzimas, probióticos, proteínas unicelulares y aditivos antibióticos para piensos que se utilizan ampliamente en sistemas de producción intensiva de todo el mundo para mejorar la disponibilidad de nutrientes en los piensos y aumentar la productividad de la ganadería y la acuicultura. Las tecnologías genéticas son cada vez más utilizadas para mejorar la nutrición animal, modificando o bien los piensos para hacerlos más digeribles o bien los sistemas digestivo y metabólico de los animales para que puedan aprovechar mejor los piensos disponibles. Aunque es probable que este último método avance lentamente, debido a las lagunas existentes en el conocimiento actual de la genética, la fisiología y la bioquímica en que se sustenta, la utilización de somatotropina recombinante, hormona que da lugar a un aumento de la producción de leche en las vacas lecheras y a un crecimiento acelerado y canales más magras en los animales para carne, es un ejemplo de éxito comercial en sistemas con alto coeficiente de insumos y explotación intensiva.

Conclusiones

La biotecnología es un complemento, y no un sustituto, en muchas esferas de la investigación agrícola convencional. Ofrece una variedad de instrumentos para mejorar nuestra comprensión y ordenación de los recursos genéticos para la agricultura y la alimentación. Esos instrumentos están contribuyendo ya a los programas de mejoramiento y conservación y facilitando el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades de las plantas y los animales. La aplicación de la biotecnología proporciona al investigador nuevos conocimientos e instrumentos que aumentan la eficacia de su trabajo. De este modo, los programas de investigación basados en la biotecnología pueden ser considerados como una prolongación más precisa de los métodos convencionales (Dreher et al., 2000). Al mismo tiempo, la ingeniería genética puede ser considerada como una desviación radical de las técnicas convencionales de mejoramiento porque confiere a los científicos la capacidad de transferir material genético entre organismos que no podrían obtenerse por los medios clásicos.

La biotecnología agrícola es intersectorial e interdisciplinaria. La mayoría de las técnicas moleculares y sus aplicaciones son comunes a todos los sectores de la agricultura y la alimentación, pero la biotecnología no puede valerse por sí misma. Por ejemplo, la ingeniería genética aplicada a los cultivos no puede avanzar sin los conocimientos derivados de la genómica y es de poca utilidad práctica si no hay un programa eficaz de fitogenética. Todo objetivo de investigación requiere el dominio de una multitud de elementos tecnológicos. La biotecnología debe formar parte de un programa amplio e integrado de investigación agrícola que aproveche la labor realizada en otros programas sectoriales, disciplinarios y nacionales. Esto tiene amplias consecuencias para los países en desarrollo y sus asociados en el desarrollo a la hora de elaborar y aplicar políticas, instituciones y programas nacionales de creación de capacidad en relación con la investigación (véase el Capítulo 8).

La biotecnología agrícola es internacional. Aunque en su mayor parte se están realizando en países desarrollados (véase el Capítulo 3), las investigaciones básicas sobre biología molecular pueden ser beneficiosas para los países en desarrollo en la medida en que permiten conocer mejor la fisiología de todos los vegetales y animales. Los descubrimientos de los proyectos sobre el genoma humano y el genoma del ratón benefician directamente a los animales de granja, y viceversa, mientras que los estudios sobre el maíz y el arroz presentan paralelismos que pueden aplicarse a cultivos de subsistencia como el sorgo y el tef. Sin embargo, es necesaria una labor específica sobre las razas y especies de importancia para los países en desarrollo. Es en éstos donde se encuentra la mayor biodiversidad agrícola mundial, pero se ha hecho poco por caracterizar esas especies vegetales y animales a nivel molecular con el fin de evaluar su potencial de producción y su capacidad para resistir a las enfermedades y a las condiciones ambientales desfavorables o de garantizar su conservación a largo plazo.

Es probable que la aplicación de las nuevas biotecnologías moleculares y de las nuevas estrategias de mejoramiento a cultivos y razas de especial interés para los pequeños productores de los países en desarrollo sea limitada en un futuro próximo por diversas razones (véanse los Capítulos 3 y 7), tales como la falta de fondos seguros a más largo plazo para la investigación, la insuficiencia de la capacidad técnica y operativa, el escaso valor comercial de los cultivos y razas, la ausencia de programas adecuados de mejoramiento convencional y la necesidad de elegir entre los entornos de producción pertinentes. Sin embargo, los países en desarrollo se enfrentan ya con la necesidad de evaluar cultivos modificados genéticamente (véanse los Capítulos 4 a 6) y en su momento tendrán también que evaluar la posible utilización de árboles, ganado y peces modificados genéticamente. Esas innovaciones podrían ofrecer una oportunidad para aumentar la producción, la productividad, la calidad de los productos y la aptitud para la adaptación, pero sin duda plantearán desafíos a la capacidad de investigación y reglamentación de los países en desarrollo.


Página precedenteInicio de páginaPágina siguiente