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II. Asia y el Pacífico

PANORAMA REGIONAL

Resultados económicos generales

El crecimiento económico en las economías de Asia se redujo algo en 2001.

Los resultados económicos recientes de los países en desarrollo de Asia confirman la integración de éstos en la economía mundial, su fortalecimiento después de la crisis y su heterogeneidad. En 2000, los resultados económicos eran buenos, pero empeoraron después de la mitad del año como consecuencia de la desaceleración económica mundial. La continuación de la débil demanda exterior, especialmente de artículos electrónicos, contribuyó a la reducción general del crecimiento a un 5,6 por ciento en 200136.

Como consecuencia de los acontecimientos del 11 de septiembre, se revisó el crecimiento del PIB proyectado para 2002 y se redujo para la mayoría de los países de la zona. Según las proyecciones, el crecimiento en el conjunto de la región sería del 5,6 por ciento, pero los efectos de los ataques y sus consecuencias, trasmitidos a través de distintos canales, se sentirán en los distintos países con distinta intensidad.

En el Asia sudoriental, Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Viet Nam tuvieron tasas elevadas de crecimiento en 2000, registrándose en Malasia resultados especialmente buenos. Sin embargo, se preveían tasas inferiores de crecimiento para 2001 en todos los principales países de la subregión, en particular en Malasia y Tailandia.

Cuadro 9
ASAS DE CRECIMIENTO ANUAL DEL PIB REAL EN ALGUNOS PAÍSES EN DESARROLLO DE ASI

País/región

1996

1997

1998

1999

2000

20011

20021

 

(Porcentaje)

China2

9,6

8,8

7,8

7,1

8

7,3

6,8

India

7,3

4,9

5,8

6,8

6

4,4

5,2

Bangladesh

5

5,3

5

5,4

6

4,7

3,2

Pakistán

2,9

1,8

3,1

4,1

3,9

3,7

4,4

Indonesia

8

4,5

-13,1

0,8

4,8

3,2

3,5

Malasia

10

7,3

-7,4

6,1

8,3

0,3

2,5

Filipinas

5,7

5,2

-0,6

3,4

4

2,9

3,2

Tailandia

5,9

-1,5

-10,8

4,3

4,4

1,5

2

Viet Nam

9,3

8,2

3,5

4,2

5,5

4,7

4,8

Asia en desarrollo

8,3

6,5

4

6,2

6,8

5,6

5,6

1 Proyecciones.
2 China, con exclusión de la Región Administrativa Especial de Hong Kong y Taiwan Provincia de China.
Fuente: FMI. 2001. Perspectivas de la economía mundial, diciembre. Washington, D.C.

En 2000, el crecimiento económico llegó a ser del 8 por ciento en China, donde se siguieron obteniendo los excelentes resultados de los años anteriores. En 2001, el notable descenso de las exportaciones provocó una reducción moderada de la tasa de crecimiento. Se prevé que la fuerte demanda interna y la inversión externa contribuirán a conseguir un sólido crecimiento en 2002.

Cuadro 10
TASAS DE CRECIMIENTO NETO DE LA PRODUCCIÓN EN ASIA Y EL PACÍFICO EN DESARROLLO

Año

Agropecuaria

Agrícola

Cereales

Ganadera

Alimentaria

No alimentaria

 

(Porcentaje)

1992-96

4,9

4,1

2,5

7,3

5,3

0,0

1997

4,0

1,6

0,2

7,4

4,0

4,4

1998

2,6

1,5

1,9

5,7

3,3

-8,1

1999

3,3

3,4

3,1

2,1

3,5

-0,1

2000

1,7

0,3

-3,6

4,6

1,7

2,6

20011

1,1

-0,7

-2,3

3,8

0,9

3,6

1 Cifras preliminares.
Fuente: FAO.

En Asia meridional, se han obtenido en conjunto tasas medias de crecimiento inferiores a las del Asia sudoriental, si bien han sido bastante considerables -del 5 por ciento o más- en los últimos años, sobre todo las alcanzadas en la India y Bangladesh. La región está menos expuesta que la mayoría de los países asiáticos menores a los efectos de la desaceleración del comercio y la actividad económica mundiales, aunque no es completamente inmune a ellos. Para 2001 se pronosticaba un crecimiento económico inferior en la India, Bangladesh y Pakistán.

Resultados de la agricultura

El crecimiento relativamente bajo de la producción agropecuaria registrado en 2000 parece haberse reducido aún más en 2001.

En 2000 el crecimiento de la producción agropecuaria total de la región disminuyó al 1,7 por ciento, lo que significó la continuación de la tendencia a un descenso gradual registrada en los últimos años. El empeoramiento de los resultados se debió en su totalidad al menor crecimiento de la producción agrícola, que disminuyó al 0,3 por ciento, frente al 3,4 por ciento en 1999. La producción de cereales disminuyó un 3,6 por ciento en 2000, lo que se debió totalmente al descenso de las cosechas de cereales de China. En cambio, la producción ganadera de la región aumentó un 4,6 por ciento, frente al 2,1 por ciento en el año anterior.

Según estimaciones preliminares para 2001, se habría reducido ulteriormente el crecimiento de la producción agropecuaria de la región descendiendo al 1 por ciento aproximadamente, ya que la producción agrícola habría disminuido casi el 1 por ciento, mientras que la ganadera habría aumentado algo menos del 4 por ciento. Se pronosticaba que la producción de cereales bajaría un 2,3 por ciento, debido a las condiciones meteorológicas adversas padecidas en los principales países productores de cereales de la región.

El empeoramiento de los resultados de 2000 se debió en gran medida al Asia meridional, donde la producción agropecuaria disminuyó el 0,3 por ciento después del notable crecimiento del 4-5 por ciento alcanzado el año anterior. La producción agrícola disminuyó el 1,2 por ciento, mientras que la ganadera aumentó el 2,8 por ciento, en consonancia con sus resultados en 1999. En la India, la producción agropecuaria total disminuyó el 1,1 por ciento, después de la expansión de casi el 5 por ciento registrada el año precedente. Dicho descenso fue el resultado neto de la reducción del 2,1 por ciento en la producción agrícola que contrarrestó el incremento del 3 por ciento en la ganadera. En Bangladesh y Nepal, el crecimiento de la producción fue relativamente fuerte, ya que se alcanzaron las tasas del 6,5 y 3,7 por ciento, respectivamente. En cambio, fue menor del 1,6 y 0,8 por ciento, respectivamente, en Pakistán y Sri Lanka.

Para 2001, las proyecciones indican un descenso ulterior de la producción agropecuaria total del 1,5 por ciento aproximadamente, que se debería a la reducción estimada de las cosechas en los tres países mayores de la subregión, a saber, India, Pakistán y Bangladesh, donde el tiempo desfavorable perjudicó a las cosechas en las principales zonas productoras.

En China, la producción agropecuaria aumentó en 2000 un 2,6 por ciento, lo que representa sólo una mejora modesta con respecto al 2,1 por ciento conseguido en 1999. Aunque son todavía notables, estas tasas de crecimiento son bastante inferiores a las del 4,2 y 6,4 por ciento alcanzadas en 1998 y 1997, respectivamente, así como al promedio del 6,6 por ciento del período 1992-96. El empeoramiento de los resultados en 2000 se debió al casi estancamiento de la producción agrícola, que aumentó sólo el 0,3 por ciento, mientras que la ganadera obtuvo mejores resultados, ya que se incrementó en un 5,8 por ciento. La producción de cereales disminuyó casi el 10 por ciento, debido principalmente a los cambios en las políticas estatales de sostenimiento de los precios, que provocaron una reducción de la superficie cosechada (véase más adelante el examen de la agricultura china y las repercusiones de su adhesión a la Organización Mundial del Comercio).

Las previsiones preliminares para 2001 indican que la producción agropecuaria de China habrá crecido a la misma tasa que en 2000, es decir, un 2,5 por ciento aproximadamente. También en este año, la producción pecuaria, con un crecimiento del 4-5 por ciento, habría crecido más que la agrícola, cuyo aumento sería sólo del 0,5 por ciento. Se preveía un nuevo descenso de la producción de cereales debido a la reducción ulterior de la superficie cosechada y al tiempo desfavorable. Según los pronósticos, el crecimiento de la producción tanto agrícola como ganadera habría sido notablemente inferior al predominante antes de 1997.

En Asia oriental y sudoriental, la producción agropecuaria total registró una ligera desaceleración en 2000, ya que se estima que creció un 2,9 por ciento, frente a la elevada tasa del 4,8 por ciento alcanzada en 1999, que fue un año de recuperación tras los malos resultados de 1997 y 1998. En Indonesia el crecimiento fue solamente modesto, del 1,5 por ciento, debido a que el escaso aumento del 0,8 por ciento en la producción agrícola contrarrestó el crecimiento de la ganadera del 5,9 por ciento. En Camboya, la República de Corea, Malasia y Filipinas se obtuvieron incrementos de producción de niveles entre el 2 y el 3 por ciento. En la República Popular Democrática de Corea, la grave sequía padecida en 2000, seguida del invierno más frío de los últimos decenios, causaron una reducción de la producción del 3,8 por ciento, siendo especialmente pronunciada la disminución de la producción de cereales que se padeció por segundo año consecutivo. En cambio, la agricultura de Viet Nam continuó ofreciendo los buenos resultados de los años anteriores, con un crecimiento del orden del 4-5 por ciento.

Estimaciones preliminares relativas a 2001 indican una desaceleración del crecimiento de la producción agropecuaria en la subregión a algo menos del 1 por ciento, con un estancamiento de la producción agrícola y un aumento del 4 por ciento aproximadamente en la ganadera. Se prevé que la mayoría de los países de la región seguirán estas pautas. Según las previsiones, la producción habrá disminuido notablemente en Camboya, donde extensas inundaciones causaron graves daños a los cultivos de arroz, y algo menos en Filipinas y Viet Nam. En la República Democrática de Corea, la producción de cereales se habrá recuperado mucho en 2001 con respecto a los bajísimos niveles del año anterior.

En los países en desarrollo del Pacífico, la producción agropecuaria aumentó el 1,6 por ciento en 2000, tras el crecimiento del 3,7 por ciento de 1999, y las estimaciones preliminares para 2001 indican los mismos niveles de producción. Esto refleja en gran medida los resultados del mayor productor agrícola de la subregión, Papua Nueva Guinea, donde la producción agropecuaria aumentó el 1 por ciento en 2000, tras el incremento del 5,7 por ciento logrado en 1999, pero se estima que se ha estancado en 2001.

LA ADHESIÓN DE CHINA A LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO Y SUS REPERCUSIONES EN LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE CHINA

En enero de 2002 China entró como miembro en la Organización Mundial del Comercio.

El 10 de noviembre de 2001, la Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, celebrada en Doha, aprobó el acuerdo para la entrada de China en la OMC. La agricultura ocupó un lugar central en las negociaciones y el acuerdo de adhesión incluye numerosos compromisos relacionados con ella. Sin embargo, difieren las opiniones sobre las posibles consecuencias de la adhesión. Algunos estiman que las repercusiones en la agricultura de China serán considerables37, mientras que otros opinan que serán en general reducidas38. Esta diversidad de opiniones puede atribuirse en parte a la incertidumbre general sobre los probables cambios de política que puedan inducirse tras la adhesión a la OMC39. A continuación se examinarán las actuales políticas agrarias de China y los resultados del sector en el pasado; las características principales del acuerdo de adhesión en relación con la agricultura, y varias formas posibles en que los responsables de las políticas podrían responder.

Distinta función de la agricultura en la economía de China

La liberalización económica de China procede desde hace más de dos decenios. Desde las reformas económicas emprendidas en 1978, la economía del país ha crecido notablemente. La tasa de crecimiento anual del PIB fue del 8,5 por ciento en 1979-84 y del 9,7 por ciento en 1985-95 (Cuadro 11). A pesar de la crisis financiera de Asia, el PIB de China siguió creciendo un 8,2 por ciento al año entre 1996 y 2000. El comercio exterior ha crecido con una rapidez aún mayor. La relación del comercio al PIB aumentó del 13 por ciento en 1980 al 44 por ciento en 200040.

La economía y la agricultura de China han crecido rápidamente desde el comienzo de las reformas económicas a fines de los años setenta.

Aunque la reforma ha afectado a toda la economía desde comienzos de los años ochenta, las transformaciones de mayor éxito comenzaron con el crecimiento del sector agrario y en cierto modo dependieron de él41. La descolectivización, las subidas de precios y la liberalización de las restricciones comerciales locales aceleraron el despegue de la economía agraria de China después de 1978. La producción de cereales aumentó un 4,7 por ciento al año en 1978-84 y se obtuvieron incrementos aún mayores en la horticultura, la ganadería y los productos acuáticos (Cuadro 11). Aunque el crecimiento de la agricultura se desaceleró después que se agotaron los efectos excepcionales de la descolectivización, el país siguió consiguiendo tasas de crecimiento agrícola superiores a los del demográfico (Cuadro 11). Como consecuencia de ello, se registró un crecimiento aún más rápido de los sectores de la industria y los servicios, lo que provocó una reducción de la cuota de la agricultura en el PIB, de más del 30 por ciento antes de 1980 al 16 por ciento en 2000 (Cuadro 12). Al mismo tiempo, la parte de la agricultura en el empleo total disminuyó del 81 por ciento en 1970 a sólo el 50 por ciento en 2000.

Cuadro 11
TASAS DE CRECIMIENTO ANUAL DE LA ECONOMÍA DE CHINA, 1970-2000

 

Antes de la reforma, 1970-78

Período de reforma

   

1979-84

1985-95

1996-00

 

(Porcentaje)

Producto interno bruto

4,9

8,5

9,7

8,2

Agricultura

2,7

7,1

4,0

3,4

Industria

6,8

8,2

12,8

9,6

Servicios

n.d.

11,6

9,7

8,2

Comercio exterior

20,5

14,3

15,2

9,8

Importaciones

21,7

12,7

13,4

9,5

Exportaciones

19,4

15,9

17,2

10,0

Producción de cereales

2,8

4,7

1,7

0,03

Cultivos oleaginosos

2,1

14,9

4,4

5,6

Frutas

6,6

7,2

12,7

8,6

Carnes rojas

4,4

9,1

8,8

6,5

Pescado

5,0

7,9

13,7

10,2

Valor del producto de empresas rurales

n.d.

12,3

24,1

14,0

Población

1,80

1,40

1,37

0,90

PIB per cápita

3,1

7,1

8,3

7,1

Nota: La cifra del PIB en 1970-78 es la tasa de crecimiento de la renta nacional en términos reales. Las tasas de crecimiento se calculan utilizando el método de regresión. Las tasas de crecimiento relativas a productos y grupos de productos se basan en datos sobre producción; las tasas de crecimiento sectorial se refieren al valor añadido en términos reales.
Fuente: Oficina Nacional de Estadística de China. China Statistical Yearbook, varios números. Beijing, China Statistical Publishing House; Ministry of Agriculture. Agricultural Yearbook of China, varios números. Beijing.

El rápido crecimiento de la economía, la urbanización y los mercados de alimentos han fomentado la demanda de carne, fruta y otros alimentos que no son de primera necesidad, lo que ha provocado cambios notables en la estructura de la producción agrícola42. Por ejemplo, la parte de la ganadería en el valor de la producción agropecuaria se duplicó con creces, del 14 al 30 por ciento, entre 1970 y 2000 (Cuadro 12). Una de las señales más significativas del cambio estructural es la gran reducción de la parte correspondiente a la producción de cultivos (del 82 al 56 por ciento), en particular, la de los cereales.

También se han producido cambios importantes en el comercio exterior. La parte correspondiente a los productos primarios (principalmente agrícolas) en el total de las exportaciones, que era superior al 50 por ciento en 1980, disminuyó a sólo el 10 por ciento en 2000 (Cuadro 12). En el mismo período, la proporción de alimentos en el total de exportaciones disminuyó del 17 al 5 por ciento, mientras que, en las importaciones, se redujo del 15 al 2 por ciento. La composición del comercio agropecuario refleja cada vez más las ventajas comparativas de China (Cuadro 12 y Figura 23). En efecto, las exportaciones netas de productos a granel para cuya producción se necesita mucha superficie de tierra, como los cereales, semillas oleaginosas y azúcar, han disminuido, mientras que se han incrementado las de productos de más valor y que requieren más mano de obra, como los hortícolas y pecuarios (incluidos los de acuicultura). La proporción de cereales en el total de las exportaciones durante los años noventa (20 por ciento aproximadamente) es menor de la mitad de la predominante en los ochenta. A fines de los años noventa, los productos hortícolas, pecuarios y acuáticos representaban un 80 por ciento de las exportaciones agropecuarias43.

Estas tendencias parecen indicar que China está avanzando ya hacia un sistema de producción y comercio más coherente con sus recursos y ventajas comparativas: utilizando más productos con alto coeficiente de uso de tierra en el mercado interno y estimulando los productos con alto coeficiente de mano de obra para la exportación. El efecto principal de su entrada en la OMC será el de proseguir en las tendencias que ya se estaban registrando.

Cuadro 12
CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DE LA ECONOMÍA DE CHINA, 1970-2000

 

1970

1980

1985

1990

1995

2000

(Porcentaje)

Parte en el PIB

           

Agricultura

40

30

28

27

20

16

Industria

46

49

43

42

49

51

Servicios

13

21

29

31

31

33

Parte en el empleo

           

Agricultura

81

69

62

60

52

50

Industria

10

18

21

21

23

22,5

Servicios

9

13

17

19

25

27,5

Parte en las exportaciones

           

Productos primarios

...

50

51

26

14

10

Alimentos

...

17

14

11

7

5

Parte en las importaciones

           

Productos primarios

...

35

13

19

18

21

Alimentos

...

15

4

6

5

2

Parte en la producción agropecuaria

           

Agrícola

82

76

69

65

58

56

Ganadera

14

18

22

26

30

30

Pesquera

2

2

3

5

8

11

Forestal

2

4

5

4

3

4

Parte de la población rural

83

81

76

74

71

64

Fuente: Oficina Nacional de Estadística de China. China Statistical Yearbook, varios números; China Rural Statistical Yearbook, varios números. Beijing, China Statistical Publishing House.

Durante los veinte a treinta últimos años se han introducido importantes reformas de política que afectan a la agricultura.

Política agraria en el período de reforma

Pese a estas tendencias del pasado, es indiscutible que la adhesión de China a la OMC plantea nuevos desafíos al sector agropecuario. Sin embargo, la naturaleza y profundidad del impacto dependerán de la forma en que los responsables de las políticas agrarias de China gestionen el sector agrícola a medida que entren en vigor los nuevos reglamentos comerciales. Para examinar esto más en detalle, en primer lugar se analizarán las políticas agrarias aplicadas en la época de la reforma.

Políticas fiscales y financieras. Aunque el gasto gubernamental en la mayoría de los sectores de la agricultura ha aumentado gradualmente durante el período de reforma, la proporción entre la inversión agraria y el PIB agrícola ha disminuido desde fines de los años setenta. En 1978, el sector gubernamental invirtió un 7,6 por ciento del PIB agrícola44. En 1995, este porcentaje había disminuido al 3,6 por ciento. Además, se registraron importantes salidas de capital de la agricultura a la industria y de las zonas rurales a las urbanas durante los dos últimos decenios, por medio del sistema financiero y de compras agrícolas del Gobierno45.

Políticas de divisas y comercio. Las políticas económicas exteriores de China han desempeñado una función importante para configurar el crecimiento y la estructura de la agricultura durante muchos decenios. A lo largo de todo el período de reforma (1950-78), las políticas centradas en el propio país y la sobrevaloración de la moneda de China desalentaban las exportaciones46. Desde que se emprendieron las reformas, se dejó que el tipo de cambio real llegara a depreciarse hasta un 400 por ciento entre 1978 y 1994. Los ajustes de los tipos de cambio realizados durante todo el período de reforma han incrementado la competitividad de las exportaciones y han contribuido al crecimiento récord de las exportaciones de China.

Políticas de desarrollo rural y mercado del trabajo. El traspaso de fuerza de trabajo fuera de las explotaciones agrícolas ha sido fundamental para la modernización del país. Se ha conseguido esto mediante la absorción de mano de obra por empresas rurales y la emigración masiva a las ciudades. La industrialización rural ha sido decisiva para crear empleo para la fuerza de trabajo rural, elevar la productividad agrícola y mejorar los ingresos de los agricultores. La parte del PIB correspondiente a empresas rurales aumentó de menos del 4 por ciento en los años setenta a más del 30 por ciento en 1999. Tales empresas han dominado el sector de la exportación durante todos los años noventa47 y, lo que es más importante, emplean al 35 por ciento de la mano de obra rural que trabaja fuera de la explotación. Además, una parte creciente de la fuerza de trabajo rural (que aumentó del 8 por ciento en 1990 al 13 por ciento en 2000)48 trabaja también por cuenta propia. Una encuesta reciente indica que más de 100 millones de trabajadores rurales encontraron también empleo en el sector urbano a fines de los años noventa49.

Políticas de precios y comercialización de los alimentos. Las reformas de los precios y mercados fueron componentes fundamentales del cambio de las políticas de planificación centralizada a una economía de mercado. Sin embargo, tales reformas comenzaron lentamente y han procedido gradualmente. La liberalización del mercado empezó con productos básicos considerados no estratégicos, como hortalizas, frutas, pescado, productos pecuarios y azúcar y aceite, mientras que se centraron poco los esfuerzos en los cultivos principales. La mayor parte de las primeras reformas importantes se hicieron mediante medidas administrativas50. Sin embargo, al ampliarse el derecho al comercio privado a comienzos de los años ochenta, en que se permitió comprar y vender los excedentes de casi todos los tipos de productos agropecuarios, comenzaron a socavarse los fundamentos del sistema de comercialización estatal.

Los mercados agrícolas de China se parecen cada vez más a los de las economías más orientadas al mercado.

Desde mediados de los años ochenta, han continuado las reformas del mercado de forma intermitente. Pese a las oscilaciones periódicas realizadas en el proceso de reforma, han ido surgiendo gradualmente mercados en las zonas rurales de China. Ha seguido aumentando la proporción de productos al por menor que se venden a precios de mercado. La proporción de productos agrícolas en tales ventas era de sólo el 6 por ciento en 1978, pero aumentó al 40 por ciento en 1985, al 79 por ciento en 1995 y al 83 por ciento en 199951. Asimismo, la intervención estatal no fue capaz de detener el flujo de cereales a través de las fronteras provinciales. Un estudio reciente determinó que los precios de casi todos los principales productos agrícolas, como el arroz, el trigo y, especialmente, el maíz y la soja, habían seguido las mismas trayectorias en lugares del país muy lejanos entre sí52. Los mercados de China son cada vez más integrados y eficientes y se parecen más a los de las economías más orientadas al mercado.

¿Qué han significado estas políticas en el contexto internacional? Los Cuadros 13 y 14 muestran los índices estimados de protección nominal para los principales productos agropecuarios desde 1985. Mediante los índices se calcula el porcentaje en que los precios internos de los productos agrícolas difieren de los precios en frontera de los mismos productos. Un índice positivo indica que los precios internos son superiores a los precios en frontera (y los productores internos reciben una subvención), mientras que un índice negativo indica que son inferiores al precio en frontera (y que los productores internos están sujetos a una imposición implícita). Aunque es posible que se necesite un ajuste ulterior para tener en cuenta los factores de calidad y de otro tipo, estos índices indican aproximadamente el carácter básico de los cambios de política introducidos en el pasado.

En el acuerdo para su adhesión a la OMC China se ha comprometido a liberalizar más el comercio agrario.

La exigencia de que los agricultores entreguen un contingente obligatorio a precios inferiores a los del mercado ha representado un impuesto implícito para los agricultores y una subvención para los consumidores urbanos, los cuales obtenían productos a precios inferiores a los del mercado53. Entre 1990 y 1997, el precio medio recibido por los agricultores por los cereales y la soja del contingente de entrega obligatoria era entre un octavo y un tercio inferior al precio en frontera. Sólo en los últimos años tales precios han sido superiores a los precios en frontera. Hay que señalar que el índice de protección nominal para el arroz ha sido en general negativo durante todo este período y en lo que respecta a las tres series de precios. Por otra parte, el trigo y el algodón, que son los principales productos agrícolas de importación en el país, recibieron un trato favorable en comparación con el arroz. Esta diferencia es aún más sensible si se considera que es mayor la proporción de la producción de arroz comprada al precio bajo de entrega obligatoria. En cambio, los productores de carne siguen recibiendo menos de lo que obtendrían si pudieran vender sus productos a los precios internacionales (Cuadro 14).

Un agricultor vende coliflores y espinacas
Hoy en día, en China se comercializa la mayor parte de la producción agrícola en mercados privados.

FAO/22265/A. PROTO

Compromisos y disposiciones en relación con la agricultura derivados de la adhesión de China a la OMC

Los compromisos de China que afectan al sector agrario pueden clasificarse en tres categorías principales: acceso al mercado, ayudas internas y subvenciones a la exportación. En cuanto al acceso al mercado, China se comprometió a reducir los aranceles de todos los productos agropecuarios, a incrementar el acceso de productores extranjeros de algunos productos básicos mediante contingentes arancelarios y a eliminar las restricciones cuantitativas aplicadas a otros productos (véase el Recuadro 2).

Cuadro 13
TASAS DE PROTECCIÓN NOMINAL DE LOS CEREALES, CHINA, 1978 A COMIENZOS DE 2000

Año

Precio de compra contingentario

Precio de compra negociado

Precio de mercado mayorista

Arroz

Trigo

Maíz

Soja

Arroz

Trigo

Maíz

Soja

Arroz

Trigo

Maíz

Soja

(Porcentaje)

1978-79

-42

15

12

2

-6

72

65

22

10

89

92

40

1980-84

-43

-3

-15

13

2

50

28

25

9

58

46

44

1985-89

-30

4

-13

-13

-5

34

17

15

-4

52

37

39

1990-94

-37

-14

-35

-32

-16

14

-7

7

-7

30

12

26

1995-97

-23

-12

-14

-22

-4

6

3

8

-1

19

20

19

1998-00

-3

10

22

33

-16

9

19

39

-6

26

32

49

1998

2

16

33

8

-16

5

26

37

-6

22

40

37

1999

-6

22

30

53

-19

12

20

59

-9

30

33

67

2000

-4

-7

2

38

-13

9

11

21

-2

26

23

44

Nota: Los precios en frontera son precios medios de las exportaciones (arroz y a veces maíz) o de las importaciones (trigo, soja y a veces maíz) de las variedades que son comparables con los cereales nacionales. Los datos para 2000 son de comienzos de ese año. Se utilizan tipos de cambio oficiales para convertir los precios en frontera.
Fuente: J. Huang y S. Rozelle. 2001. The nature and extent of current distortions to agricultural incentives in China. Documento presentado a la segunda reunión del proyecto de Adhesión de China a la OMC y de reforma de política y reducción de la pobreza en China, Misión residente del Banco Mundial, Beijing, 26-27 de octubre de 2001

Cuadro 14
ÍNDICES DE PROTECCIÓN NOMINAL PARA EL ALGODÓN Y LOS PRODUCTOS PECUARIOS, CHINA, 1997-99

Año

Algodón

Porcino

Vacuno

Pollos

(Porcentaje)

1997

20

-19

-2

-34

1998

11

-25

-10

-37

1999

4

-17

24

-30

1997-99

12

-20

4

-33

Nota: Los precios de exportación del porcino, vacuno y los pollos, y los precios de importación del algodón se utilizan como precios en frontera. Los precios internos son precios en los mercados urbanos al por mayor. El precio del algodón al por mayor se calcula como el precio de compra estatal multiplicado por 1,25. Se utilizan tipos de cambio oficiales para convertir los precios en frontera.
Fuente: J. Huang y S. Rozelle. 2001. The nature and extent of current distortions to agricultural incentives in China. Documento presentado a la segunda reunión del proyecto de Adhesión de China a la OMC y de reforma de política y reducción de la pobreza en China, Misión residente del Banco Mundial, Beijing, 26-27 de octubre de 2001.

Los compromisos de acceso al mercado de importación contraídos por China son notables (Cuadros 15 y 16). Los aranceles generales aplicados a las importaciones agrícolas (en promedio simple) se reducirán de un 21 por ciento en 2001 a un 17 por ciento para 2004 (habían disminuido ya del 42,2 por ciento en 1992 al 23,6 por ciento en 1998). Se ampliarán los contingentes a los que se aplican aranceles bajos y se reducirá notablemente la proporción de la comercialización estatal.

Con pocas excepciones (por ejemplo, algunos productos considerados «productos estratégicos nacionales»), la mayoría de los productos agropecuarios entrarán en un régimen solo arancelario. Para tales productos básicos se eliminarán todos los obstáculos no arancelarios y los procedimientos de concesión de licencias y contingentes, y su protección efectiva se rebajará substancialmente para enero de 2002 y disminuirá ulteriormente para 2004 (Cuadro 15). Sin embargo, las importaciones no crecerán necesariamente en igual medida. En efecto, China tiene ventajas comparativas en muchos de los productos presentados en el Cuadro 15.

Cuadro 15
ARANCELES DE IMPORTACIÓN DE LOS PRINCIPALES PRODUCTOS AGRÍCOLAS SUJETOS A PROTECCIÓN ÚNICAMENTE ARANCELARIA EN CHINA

 

Aranceles efectivos en 2001

Efectivos al 1º de enero

2002

2004

(Porcentaje)

Cebada

114 (3)1

3

3

Soja

32

3

3

Cítricos

40

20

12

Otras frutas

30-40

13-20

10-13

Hortalizas

30-50

13-29

10-15

Vacuno

45

23,2

12

Porcino

20

18,4

12

Carne de aves

20

18,4

10

Productos lácteos

50

20-37

10-12

Vino

65

45

14

Tabaco

34

28

10

1 La cebada estaba sujeta a licencias y contingentes de importación; el arancel era del 3 por ciento para la importación dentro del contingente y en 2001 no se importó cebada fuera del contingente con un arancel del 114 por ciento.
2 El arancel era del 114 por ciento antes de 2000 y se redujo al 3 por ciento a comienzos de 2000.
Fuente: Protocolo de Adhesión de China a la OMC, noviembre de 2001.

Entre los productos agropecuarios con protección únicamente arancelaria el desafío real será para cultivos como la cebada, y el vino y los productos lácteos. El caso de la soja, producto en el que China tiene poca ventaja comparativa, podrá ser también instructivo. Antes de 2000, el arancel de importación de la soja era de hasta un 114 por ciento; los importadores necesitaban licencias; y los agricultores de China satisfacían la mayor parte de la demanda nacional de este producto. Sin embargo, en previsión de la adhesión de China a la OMC, se rebajaron los aranceles al 3 por ciento en 2000 y posteriormente se eliminaron los contingentes de importación. Como consecuencia de ello, los precios cayeron y los índices de protección nominal disminuyeron del 44 por ciento a comienzos de 2000 (Cuadro 13) a menos de 15 por en octubre de 2001. Por consiguiente, las importaciones crecieron de 4,32 millones de toneladas en 1999 a 10,42 en 2000 y es probable que se superen los 14 millones en 2001.

Cuadro 16
COMPROMISOS DE ACCESO AL MERCADO DE CHINA RELATIVOS A PRODUCTOS AGRÍCOLAS SUJETOS A CONTINGENTES ARANCELARIOS

 

Volumen de importaciones (Millones de toneladas)
(Parte del comercio estatal [porcentaje])

Aumento del
contingente

Arancel dentro
del contingente

Arancel fuera
del contingente

 

 

 

 

 

 

2002

2003

2004

 

Efectivo 2000

Contingente 2002

Contingente 2004

 

 

 

 

 

       

(Porcentaje)

(Porcentaje)

Arroz

0,24 (100)1

3,76 (50)

5,32 (50)

19

1

74

71

65

Trigo

0,87 (100)

8,45 (90)

9,64 (90)

8

1

71

68

65

Maíz

0,00 (100)

5,70 (67)

7,20 (60)

13

1

71

68

65

Algodón

0,05 (100)

0,82 (33)

0,89 (33)

5

1

54,4

47,2

40

Lana2

0,30

0,34

0,37

5

1

38

38

38

Aceites comestibles3

1,79 (100)

5,69 (40)

6,81 (10)

15

9

75

71,7

68,3

Azúcar4

0,64

1,68

1,95

8

20

90

72

50

1 Las cifras entre paréntesis son la parte (en porcentaje) del comercio no estatal en el contingente de importación.
2 Comercialización autorizada en 2002-04 y eliminada posteriormente.
3 El régimen de contingentes arancelarios se eliminará en 2006. En 2005, el contingente de importación será de 7,27 millones de toneladas, con un arancel del 9 por ciento dentro del contingente y del 65 por ciento fuera del contingente.
4 Contingente eliminado para el comercio estatal.
Fuente: Protocolo de Adhesión de China a la OMC, noviembre 2001; Oficina Nacional de Estadística. 2001. China Statistical Yearbook. Beijing, China Statistical Publishing House.

Sin embargo, estas variaciones tan espectaculares se limitarán probablemente a los productos considerados «productos estratégicos nacionales». En realidad, el acuerdo de adhesión de China a la OMC permite al Gobierno la gestión del comercio de arroz, trigo, maíz, aceites comestibles, azúcar, algodón y lana, con contingentes arancelarios54. Como se muestra en el Cuadro 16, aunque el contingente arancelario es del 20 por ciento para el azúcar y 9 por ciento para los aceites comestibles, es de sólo del 1 por ciento para el arroz, trigo, maíz y lana, si bien se limita la cantidad incluida en estos contingentes arancelarios. Sin embargo, se han establecido tales contingentes de forma que aumenten durante un período de tres años (2002-04)a tasas anuales que varían del 4 al 19 por ciento. Los aranceles aplicables a las ventas fuera del contingente disminuirán notablemente en el primer año de la adhesión y seguirán bajando entre 2002 y 2005.

China tendrá que eliminar progresivamente la mayoría de los monopolios de comercio estatal.

Una vez transcurridos cuatro o cinco años después de la adhesión, se introducirán varios otros cambios. Por ejemplo, China ha acordado eliminar progresivamente su contingente arancelario para los aceites comestibles después de 2006. Se eliminarán también progresivamente los monopolios de comercio estatal de la lana después de 2004 y desaparecerán gradualmente los relativos a otros productos agropecuarios (Cuadro 16). Aunque la compañía nacional China de exportación e importación de cereales, aceites y alimentos seguirá desempeñando una función importante en el comercio de arroz, trigo y maíz, habrá un grado creciente de competencia de empresas privadas en la importación y exportación de cereales en el futuro.

El acuerdo de adhesión de China a la OMC contiene también varios otros compromisos, algunos de los cuales son específicos para ese país. En primer lugar, a diferencia de otros países, China deberá eliminar progresivamente todas las subvenciones a la exportación55. En segundo lugar, pese a su condición de país en desarrollo, la exención de minimis de China (véase el Recuadro 2) es equivalente a sólo el 8,5 por ciento del valor de producción de un producto agropecuario básico en lo que respecta a la ayuda específica al producto, y al mismo porcentaje del valor de la producción agropecuaria total en lo que respecta a la ayuda no específica para el producto (en comparación con el 10 por ciento para otros países en desarrollo y el 5 por ciento para los desarrollados). En tercer lugar, las subvenciones a la inversión y a los insumos en favor de agricultores de bajos ingresos y con pocos recursos, que no están sujetas a los compromisos de reducción, deberán incluirse como parte de su medida global de la ayuda (véase el Recuadro 2, pág. 44).

China aceptó también una serie de condiciones específicas sobre antidumping y derechos compensatorios. Durante un período de 15 años, China estará sujeta a una serie diferente de normas que facilitarán a los países señalar, demostrar y aplicar casos de dumping contra China. Sin embargo, por reciprocidad, se beneficiará de los mismos derechos al tratar con otros países.

Los compromisos y privilegios de China en la OMC derivados de otros sectores del acuerdo afectarán también directa o indirectamente a su agricultura. Por ejemplo, en lo relativo a productos químicos agrícolas, China se ha comprometido a sustituir con contingentes arancelarios las restricciones cuantitativas a la importación de tres tipos de fertilizantes (DAP, NPK y urea). Además, en el momento de la adhesión se reducirán, y se irán reduciendo gradualmente hasta 2005, los aranceles para casi todos los productos industriales (por ejemplo, tractores y plaguicidas).

Asimismo, China reducirá notablemente sus medidas no arancelarias y eliminará, no más tarde de 2005, todos los contingentes, las licitaciones y las licencias de importación para los productos no agrícolas. Sin embargo, para los productos textiles y la ropa, las actuales limitaciones «voluntarias» a la exportación no se eliminarán completamente hasta el final de 2008, lo que significa que las exportaciones no podrán crecer como lo harían con un régimen menos restrictivo. Se han contraído también compromisos sustanciales para abrir mercados de servicios en China.

Recientes orientaciones y probables cambios de política como consecuencia de la adhesión a la OMC

Aunque las reformas agrícolas aplicadas en China desde fines de los años setenta permitirán al sector resolver mejor los problemas que se plantearán después de su adhesión, el país tendrá que afrontar todavía muchos desafíos para cumplir sus compromisos con la OMC56. Sin embargo, tales desafíos pueden considerarse al mismo tiempo como oportunidades para impulsar las reformas de política interna y comercial que se hallan en curso. Se prevé que las respuestas de política a la adhesión a la OMC adoptarán dos formas: una serán las encaminadas a cumplir los compromisos de la OMC, y la otra está representada por reformas de política orientadas a impulsar la economía y reducir al mínimo los efectos adversos de la adhesión.

China está introduciendo importantes cambios legislativos para adaptarse a las normas de la OMC.

Cambios legislativos

Podrán producirse muchos cambios importantes en la esfera de la legislación. Se ha dado a China un año de plazo desde la fecha de la adhesión para poner sus instituciones, reglamentos y legislación de política económica en consonancia con el espíritu de no discriminación y transparencia de la OMC. Los preparativos para ello habían empezado ya a fines de los años noventa.

Con el fin de ofrecer orientaciones generales a los ministerios y autoridades locales para enmendar o revocar reglamentos, leyes y políticas pertinentes, en enero de 2002 se promulgaron dos importantes series de reglamentos: los Reglamentos sobre el proceso de formulación de leyes y los Reglamentos sobre el proceso de formulación de normas administrativas. Estos reglamentos, que son fundamentalmente una guía para los ministerios y gobiernos locales, se promulgaron con el fin de garantizar la transferencia de muchas de las funciones del Gobierno al mercado y hacer que el Gobierno adopte una función más reglamentaria e indirecta en el comercio.

Se están realizando amplios esfuerzos para crear y aplicar este nuevo marco reglamentario. Por ejemplo, durante la última etapa de la negociación con la OMC, cada ministerio constituyó un comité con el fin de examinar todas las leyes y reglamentos de su jurisdicción para ponerlos en consonancia con las normas de la OMC y los compromisos de China en su adhesión. Los gobiernos locales constituyeron comités análogos. Varias experiencias recientes en relación con la enmienda de leyes y reglamentos y la creación de nuevas instituciones relacionadas con la agricultura demuestran la eficacia de tales comités y el compromiso general de China en sus obligaciones para con la OMC. Por ejemplo, la Ley de Patentes de China (que había sido promulgada en 1984 y enmendada en 1992) volvió a ser enmendada el 1º de julio de 2001. Además, se puso en vigor una nueva serie de reglamentos sobre protección de variedades de plantas en 1999 cuando China entró a formar parte como el 39º miembro de la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales.

El Ministerio de Agricultura ha revocado también desde 2000 varios reglamentos que subvencionaban algunos tipos de empresas o hacían discriminaciones entre distintos factores económicos en las industrias de insumos agrícolas. Se han eliminado también los reglamentos sobre el desarrollo de empresas agrícolas, industriales y comerciales integradas dentro de las haciendas estatales (promulgados en 1983 para contribuir al desarrollo de las explotaciones de propiedad estatal) y los reglamentos sobre el desarrollo de empresas rurales de propiedad de las aldeas y ciudades (promulgados en 1979 para ayudar a las empresas de propiedad colectiva). Se han suprimido igualmente los reglamentos sobre la gestión de las semillas que daban poderes de monopolio a empresas locales de semillas y las normas sobre ensayos de campo de plaguicidas que discriminaban a las empresas extranjeras.

A pesar de tales esfuerzos sustanciales, China tiene que aplicar aún una notable reforma institucional. Hay todavía una serie de leyes y reglamentos que introducen discriminaciones entre empresas e individuos internos y externos, que es preciso modificar para que China pueda cumplir las obligaciones legales a las que se ha comprometido en su Protocolo de Adhesión a la OMC.

Habrá que liberalizar más el comercio agrícola.

Reformas del comercio agrícola

Las reformas y la liberalización de las leyes y reglamentos comerciales de China son quizás las más adelantadas. A lo largo de casi 20 años de reforma, el régimen de comercio exterior de China ha cambiado gradualmente, pasando de un régimen centralmente planificado y de sustitución de las importaciones a un sistema más descentralizado y orientado al mercado centrado en el fomento de las exportaciones57. Estos cambios en las políticas comerciales y de otra índole han transformado progresivamente la estructura del comercio de China en favor de productos en los que el país tiene ventajas comparativas. Por otra parte, el comercio de muchos bienes agrícolas seguirá funcionando con arreglo a disposiciones de comercio estatal relativamente poco transparentes58. Los próximos años serán decisivos para el avance de China en su reforma del comercio del sector agrícola, incluyendo las medidas tanto arancelarias como no arancelarias.

Los cambios en las políticas arancelarias son más directos y sencillos que las reformas de las políticas no arancelarias. China aplicó su plan de reducción de aranceles especificado en el Protocolo. El primer día de 2002, el arancel medio se redujo del 15,3 por ciento en 2001 al 12 por ciento. Para los productos agrícolas la reducción arancelaria fue del 21 al 15,8 por ciento. Las subvenciones a la exportación se eliminaron también completamente el primer día de 2002.

Teniendo en cuenta la tendencia del pasado decenio hacia una reducción arancelaria, los cambios en los aranceles derivados de la adhesión de China a la OMC deberán presentar relativamente pocos problemas. Sin embargo, se necesitarán reformas significativas en el sector de las medidas no arancelarias. La comercialización estatal es un sector que merece especial consideración al reformar la política de comercio agrícola de China. El país ha acordado eliminar las restricciones sobre derechos de comercialización para todos los productos, excepto los sometidos al régimen de contingentes arancelarios, para los que se aplicará un enfoque más gradual en la eliminación del régimen de comercialización estatal (Cuadro 16). Tres años después de la adhesión a la OMC, se supone que el sector privado dominará el comercio de casi todos los productos agropecuarios. Sin embargo, existen disposiciones que permiten al Estado seguir participando en el comercio de tres productos: trigo, maíz y tabaco.

Los obstáculos técnicos al comercio, las medidas sanitarias y fitosanitarias y las disposiciones institucionales para cumplir el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) son otras cuestiones importantes que deberá plantearse China.

Es preciso reformar también aún más los mercados agrícolas internos.

Reforma del mercado interno y desarrollo de infraestructura

Tras 20 años de reforma, la agricultura de China se ha orientado más hacia el mercado59. Los comerciantes distribuyen productos en el país con una regularidad cada vez mayor. A fines de los años noventa, sólo los cereales, el algodón y, en cierta medida, los capullos de gusanos de seda y el tabaco estaban sujetos a intervenciones en los precios. Incluso en esos casos, sus mercados, especialmente los de cereales, han llegado con el tiempo a ser cada vez más competitivos, integrados y eficientes60.

A pesar de estos progresos, China tiene mucho que hacer para continuar la reforma del mercado con arreglo al régimen de la OMC. Lo principal será mejorar la eficiencia de los mercados internos reduciendo a la vez al mínimo los efectos perjudiciales de la liberalización del comercio. El caso de los cereales puede considerarse indicativo de la dirección de las reformas del mercado. Durante los dos últimos decenios, la comercialización de cereales de propiedad estatal ha obtenido crónicamente malos resultados como consecuencia de la falta de incentivos y de una serie de cargas de política fiscal. Pese a los esfuerzos de reforma, muchas empresas de cereales de propiedad estatal seguían perdiendo dinero a fines de los años noventa. Se han criticado también en el ámbito internacional las prácticas de comercialización de China. Los negociadores de la OMC señalaron en muchos casos que los sistemas tradicionales de China para el establecimiento de los precios de los alimentos ejercían efectos de distorsión del mercado. Otros adujeron que el trato preferencial de las empresas estatales de comercialización de cereales violaba los principios de la OMC.

Frente a estas presiones y preocupaciones, China emprendió una nueva serie de reformas en 2000. Como primer paso, se eliminó progresivamente el control gubernamental de la comercialización de cereales de calidad inferior (por ejemplo, arroz indica y maíz tempranos en el sur, trigo de primavera en el norte y todo el trigo en el sur). Casi inmediatamente, esta política provocó un ajuste de las pautas de uso de las variedades de cultivos en algunas regiones. Los productores han comenzado a sembrar variedades mejores para mejorar la calidad del grano. Dado el éxito de esta reforma de las variedades de cereales en 2000, el Gobierno está liberalizando ahora oficialmente los mercados de los cereales. Se hizo esto en primer lugar en una subserie de provincias costeras deficitarias en cereales: Zhejiang, Jiangsu, Shanghai, Fujian, Guangdong y Hainan, pero se espera que se haga lo mismo en 2002 en todas las provincias con déficit de cereales.

En respuesta a la adhesión a la OMC, el Gobierno ha previsto también planes ambiciosos encaminados a incrementar la inversión en infraestructura de mercado. Se reconoce la necesidad de establecer una red nacional eficaz de información sobre comercialización. El Ministerio de Agricultura está tratando de normalizar la calidad de los productos agrícolas y promover la comercialización por los agricultores. Se está estudiando la creación de asociaciones de tecnología agrícola. Todas estas tendencias forman parte de un esfuerzo para encauzar recursos fiscales -que se habían utilizado en apoyo de los costosos planes de sostenimiento de los precios- hacia inversiones que intensifiquen la productividad y la mejora de la estructura de comercialización. Una medida de la magnitud de este cambio es el hecho de que las subvenciones totales para intervenciones de precios y mercado ascendieron a 40 300 millones de yuan renminbi en 2000, lo que representa un 4 por ciento del presupuesto nacional.

Mujeres chinas trasplantan el arroz
Las recientes reformas de política en el sector de los cereales han inducido a los agricultores a reducir la superficie dedicada a los cereales y adoptar variedades mejores.

FAO/22495/M. TRAMAGNINI

Política de uso de la tierra, organización de la explotación y empresas agrícolas

Las repercusiones de la adhesión de China a la OMC en el uso de la tierra y la organización de la explotación agrícola son también objeto de considerables debates. Muchas de las preocupaciones se centran en la capacidad de las pequeñas explotaciones de China para competir después de la liberalización del comercio. Cada hogar agrícola de China posee tierra pero el tamaño medio es muy pequeño y está disminuyendo (de 0,56 ha en 1980 a 0,45 en 2000)61. Aunque esta estructura puede considerarse positiva en lo que se refiere a la equidad social y estabilidad, la fragmentación de la tierra limitará también el crecimiento de la productividad de la mano de obra y los ingresos de la explotación. Algunos defienden que se podría incrementar el tamaño y la productividad de las explotaciones con sistemas más seguros de tenencia de la tierra. Otros exigen la continuación de las políticas en virtud de las cuales las autoridades locales reasignaban periódicamente la tierra a los agricultores para mantenerla en manos de todos los residentes rurales.

El tamaño pequeño de las explotaciones agrícolas de China podría limitar los aumentos de productividad.

Aunque parece actualmente que muchos responsables de las políticas son partidarios de basarse en derechos de tenencia más seguros, siguen buscando medidas complementarias que no eliminen todos los beneficios de equidad del actual sistema de gestión de la tierra. En las zonas rurales la tierra es por ley de propiedad colectiva de la aldea (unos 300 hogares por término medio) o de un pequeño grupo (cunmin xiaozu, que normalmente abarca 15-30 hogares) y se cede por contrato a los hogares62. Uno de los cambios más importantes de los últimos años es la ampliación de la duración de los contratos de uso de 15 a 30 años. En 2000, alrededor del 98 por ciento de las aldeas habían enmendado sus contratos con los agricultores para conceder una duración mayor de los derechos de uso63.

El Gobierno está buscando ahora algún mecanismo que permita a quienes siguen practicando la agricultura a jornada completa tener acceso a más tierras de cultivo e incrementar así sus ingresos y competitividad. Recientemente se ha preparado a tal efecto una nueva ley de contratos de las tierras rurales. Aunque la propiedad de la tierra sigue siendo de la colectividad, la ley confiere a los detentores de un contrato casi todos los demás derechos que tendrían en un sistema de propiedad privada. En particular, la ley define claramente los derechos a transferir e intercambiar la tierra contratada. Se trata, pues, de un reconocimiento de los cambios en curso: de hecho, se alquilan ahora en China cada vez más tierras64. La nueva legislación permite también a los agricultores utilizar las tierras contratadas con garantía para conseguir préstamos comerciales y a los miembros de la familia, heredar los derechos a la tierra durante el período contratado.

Se están fomentando también grandes empresas agrícolas con el fin de incrementar la productividad agrícola de China, si bien ésta sigue siendo una cuestión controvertida. Se han apoyado las grandes explotaciones con incentivos como reducciones fiscales para inversión en infraestructura, créditos subvencionados para insumos y financiación de instalaciones de elaboración de alimentos.

El otro medio principal para incrementar la productividad agrícola es la promoción de organizaciones de agricultores. Los responsables de las políticas reconocen ahora que, dada la pequeña escala de las explotaciones de China, la creación de organizaciones rurales eficaces podría resultar una de las opciones más prometedoras para elevar la productividad y los ingresos. Es esta la razón por la que se ha permitido a 240 millones de explotaciones formar organizaciones de agricultores, a las que se estimula a trabajar en colaboración con el Gobierno en los sectores de la extensión de tecnología, información sobre mercadeo y control de calidad65.

Reformas financieras

En el sector financiero el proceso de reforma ha sido más lento que en otros sectores y el Gobierno mantiene en él un fuerte control66. Los compromisos de China con la OMC le exigen abrir gradualmente los mercados financieros del país. Tras un período de transición de cuatro años, se eliminarán todas las restricciones regionales y los bancos extranjeros recibirán un trato nacional no discriminitario. Las consecuencias para la agricultura no son claras, ya que ésta podría resultar afectada negativamente, sobre todo en las regiones pobres, pero no es seguro que la situación vaya a ser peor que antes de las reformas. El sector financiero ha desviado sistemáticamente fondos fuera de la agricultura67, ya que durante todo el período de reforma se registró una salida neta de capital de ella. Sin embargo, la experiencia de otros países indica que, a corto plazo, los agricultores pobres recibirán cada vez menos créditos de los mercados financieros68.

Inversión agraria y políticas de sostenimiento

Una de sus concesiones más fundamentales es aquella por la que China conviene en eliminar progresivamente sus subvenciones a la exportación en el primer año de adhesión a la OMC. Estas subvenciones han fomentado frecuentemente las exportaciones de maíz, algodón y otros productos agrícolas y sostenido así indirectamente los precios internos.

La OMC ejerce también un control estricto de los tipos y cantidades de determinadas subvenciones que los Estados miembros pueden proporcionar. Como ocurre con otros miembros de la OMC, China tiene que circunscribir atentamente las normas relativas a la cantidad que puede clasificarse como política del «compartimento ámbar» (véase el Recuadro 2). El protocolo de adhesión de China establece el nivel de minimis de subvenciones en el 8,5 por ciento del valor del producto agrícola bruto. Un estudio sobre la inversión realizada en estos sectores en el pasado indica que no es probable que el límite de minimis sea vinculante por el momento69. El efecto real podría comenzar sólo en algún momento del futuro, cuando las limitaciones presupuestarias sean menos estrictas después de años de ulterior crecimiento económico.

En el entorno posterior a su adhesión a la OMC, es posible que China preste más atención a la forma en que puede utilizar mejor sus condiciones de minimis. Un estudio reciente ha demostrado que, aunque los sectores donde hay coeficiente intensivo de mano de obra (como la ganadería y la horticultura) registraron índices de protección nominal negativos a fines de 2001, muchos productos de uso intensivo de tierra (como maíz, trigo, semillas oleaginosas y azúcar) los tuvieron positivos, entre el 5 y el 40 por ciento70. Los cultivos con índices positivos se administran en su mayoría con arreglo a cuotas arancelarias, dato que tiene importantes repercusiones sobre la forma en que China podría facilitar el apoyo más eficaz a su sector agrícola. En lugar de continuar sosteniendo o subvencionando el mercado, China podría promover medidas de intensificación de la productividad tales como las inversiones en investigación agraria y transporte y comunicación.

China está cambiando su ayuda a la agricultura, del sostenimiento de los precios a la inversión para intensificar la productividad.

El efecto de la OMC será distinto no sólo en los diferentes cultivos, sino también entre las regiones, según las ventajas comparativas de éstas en la producción agrícola y las políticas gubernamentales. Al reorientar el apoyo al sector, se podría prestar atención especial a estos efectos regionales diferenciados. Es posible que se deba dedicar atención prioritaria a las repercusiones en las zonas rurales más pobres.

La reciente orientación de la ayuda gubernamental hacia la intensificación de la productividad agrícola parece indicar que han empezado ya los cambios de política. Por ejemplo, el gasto estatal real en investigación agraria aumento un 10 por ciento aproximadamente al año a fines de los años noventa, y la inversión pública en biotecnología vegetal creció incluso más rápidamente71.

Los ajustes estructurales en la agricultura son una prioridad de política.

Ajuste estructural y macropolíticas en la agricultura

Los ajustes estructurales en la agricultura se consideraron una meta central de la política del Gobierno en 2000 y se hizo aún mayor hincapié en ellos en 2001. Tales ajustes incluyen cambios estructurales entre los productos básicos agrícolas, la mejora de la calidad de los principales productos y el fomento de la especialización regional. Estas nuevas orientaciones de política, que son en parte consecuencia de los esfuerzos de China por preparar su adhesión a la OMC, se denominan «ajuste estratégico de la estructura agraria»72. Entre las políticas y medidas fundamentales para apoyar estos ajustes figuran muchas de las que se han señalado anteriormente.

La orientación de las políticas es hacia una reiniciación de reformas de la comercialización de los cereales y hacia una reorientación de parte de la asignación de los recursos gubernamentales, del algodón y los alimentos básicos cereales, a productos en los que China tiene una ventaja comparativa, como los cultivos hortícolas, así como a la promoción de la especialización regional. Se trata de basarse más en medidas indirectas que son compatibles con la OMC: mejora de la tecnología, inversiones en infraestructura y la creación de un entorno institucional y económico favorable.

Varias políticas pueden complementar la transformación estructural de la agricultura y contribuir a que China sea más competitiva en el marco normativo posterior a su adhesión a la OMC, si bien tales políticas no dependen exclusivamente de quienes se encargan directamente de la agricultura. Los productores agrícolas deberán incrementar la escala de sus operaciones, lo que exige el desplazamiento de cantidades masivas de mano de obra al sector extraagrícola, en general, y a las zonas urbanas, en particular. Por ello, las políticas que fomenten el movimiento de la fuerza de trabajo serán también buenas para los ingresos y la producción agrícolas. Esto implica el fomento de políticas de empleo que conduzcan a una mayor organización, al desarrollo de ciudades rurales y al fomento del mercado del trabajo (eliminando las limitaciones a la expansión de pequeñas empresas en las zonas rurales). También estaría justificado a este respecto que se hiciera especial hincapié en las zonas rurales más pobres.

Conclusiones

China ha comenzado ya a prepararse para ajustarse al entorno de un régimen posterior a su adhesión a la OMC. Se han reducido los aranceles; se han enmendado muchas leyes y reglamentos; se han desviado las prioridades de la inversión; y se han cambiado las estrategias de política. El Gobierno dispone de muchas opciones. Considerando que el protocolo de la OMC, que China ha aceptado, impone restricciones a la acción de sus autoridades, éstas pueden seguir desempeñando una función activa ayudando al sector agrario. Algunas de las actividades más evidentes e importantes serán las encaminadas a incrementar el apoyo mediante inversiones que intensifiquen la productividad y no están limitadas por la OMC, tales como el gasto en investigación agraria, construcción de carreteras y creación de redes nacionales de información, así como el fortalecimiento de la capacidad de China para aplicar las disposiciones sobre obstáculos técnicos al comercio y medidas y normas sanitarias y fitosanitarias.

Incluso después de realizar estas inversiones, China seguirá teniendo margen, a pesar de las limitaciones de recursos fiscales, para promover determinados sectores. Aunque los sectores que requieren elevados coeficiente de tierras pueden enfrentarse con dificultades, China tiene una ventaja comparativa en muchos productos, como la horticultura, la fruta, la ganadería y la acuicultura, que le permitiría competir con los productos importados e incluso exportar.

Lo más fundamental es que la respuesta del Gobierno a la OMC implica una inversión completa del paradigma, de la participación directa en la economía a la aceptación de una función regulatoria más indirecta. Esto supone el establecimiento de instituciones para crear y administrar eficazmente los bienes públicos y regular los mercados a fin de corregir los fracasos naturales. Una política gubernamental eficaz y polifacética puede hacer que China aproveche al máximo los beneficios y reduzca al mínimo los costos de las consecuencias adversas que se producirán.