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Medidas enérgicas para sostener los bosques del planeta
Perspectiva del Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel

W. Henson Moore 1


Resumen

En este documento se presentan algunas medidas enérgicas para sostener los bosques desde el punto de vista de los miembros del Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel, establecido en cuarenta países. Se propone el examen de las siguientes medidas:


Introducción

En nombre del Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel (CIAFP), quisiera decir en primer lugar que es un honor para mí dirigirme al duodécimo Congreso Forestal Mundial. Es también un placer compartir esta introducción al Área del Programa del Congreso, titulada Bosques para el planeta, con nuestro colega francés, Christian Barthod.

El Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel (CIAFP) está integrado por asociaciones comerciales en representación de la industria de productos madereros y de papel de todo el mundo. Mi función principal es la de Presidente y Director General de la Asociación Estadounidense Forestal y del Papel, pero se me ha solicitado que represente a nuestro grupo colectivo, puesto que también desempeño el cargo de Presidente del CIAFP. En total, los miembros del CIAFP representan a nuestra industria en cuarenta países diferentes. Estos países representan más del ochenta por ciento de la producción mundial de papel y el cincuenta por ciento de la producción mundial de productos madereros. Nuestros miembros tienen un interés determinante en la sostenibilidad de los bosques del mundo.2

En la exposición sumaria del programa del Congreso leí la siguiente declaración: "Habida cuenta de la situación actual y las tendencias futuras, son necesarias medidas enérgicas". Les invito a que, a medida que escuchen los sucesivos documentos que se entregarán en esta sesión, consideren cuáles deberían ser esas "medidas enérgicas". Además quisiera compartir con ustedes la visión de la industria de los productos forestales respecto de las "medidas enérgicas" que consideramos son necesarias para que los bosques de nuestro planeta sean sostenibles. Les hablaré concretamente de las medidas necesarias a nivel de campo, las medidas que habrían de adoptar los gobiernos soberanos y las medidas que se requieren en el marco de la comunidad internacional.

Medidas enérgicas

A nivel de campo, las empresas forestales deben comprometerse a llevar a cabo prácticas forestales sostenibles. Los miembros del CIAFP han asumido este compromiso mediante su apoyo a los programas voluntarios de certificación de la ordenación forestal. En relación con este compromiso, hemos participado con otras partes directamente interesadas en la elaboración de normas sólidas y con fundamentos científicos en favor de la ordenación forestal sostenible. Estas normas definen las medidas necesarias para que las actividades forestales sean viables desde un punto de vista económico, protejan los valores ambientales, como la calidad del agua y la biodiversidad, y aseguren que se atienden también otras expectativas que abrigue la sociedad para sus recursos forestales, tales como el valor paisajístico y la estabilidad de la comunidad.

En la actualidad, en todo el mundo y por lo que se refiere a la totalidad de los planes de certificación, se han certificado de forma independiente ciento treinta y cuatro (134) millones de hectáreas de tierra forestal, para cumplir lo que todos estaríamos de acuerdo en calificar como normas creíbles de certificación de la ordenación de los bosques de las mejores prácticas de ordenación forestal. Ello representa cerca del 3,5 por ciento de los bosques del mundo. La mayor parte de estas certificaciones las encontramos en los países desarrollados. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América bastante más de dos tercios de la tierra forestal industrial se certifica de forma independiente, ya sea en el marco de la Iniciativa en favor de la Silvicultura Sostenible o de los programas del Consejo de Manejo Forestal, o de ambos. En Europa, 55 millones de hectáreas de los bosques se certifican ya sea mediante el sistema de Certificación Forestal Paneuropea o el Consejo de Manejo Forestal. Esto representa un 42 por ciento del total de la zona forestal de Europa. Por último, en Canadá, 25 millones de hectáreas se certifican en una tercera parte por conducto de la Asociación Canadiense de Normas, el Consejo de Manejo Forestal o la Iniciativa en favor de la Silvicultura Sostenible.

Hay importantes actividades en marcha también en los países en desarrollo. Por ejemplo, en los países de la Cuenca del Congo, la industria participa con la comunidad de ONG en la elaboración de códigos de conducta. En Indonesia, The Nature Conservancy, el Fondo Mundial para la Naturaleza y los interesados de la industria trabajan estrechamente para aplicar un programa de normas y certificación eficaz. En muchos países, varios grupos de interés del sector forestal participan en la elaboración de normas específicas para su región.

Todo ello representa una enorme progreso desde que se celebró el undécimo Congreso Forestal Mundial en 1997. Pero la medida enérgica que yo les sugeriría es la siguiente: Que todas las empresas forestales, a escala mundial, trabajaran con sujeción a una norma que se fundara en los principios de la ordenación forestal sostenible, antes de que este estimado grupo convoque el decimotercer Congreso Forestal Mundial.

Al asumir este compromiso otras cuestiones pasan a ocupar el primer plano, como asegurar que el valor completo de este trabajo se recoja en el mercado. Para sumar reconocimiento en el mercado se requiere un mensaje coherente acerca de la importancia de la certificación, un mensaje atractivo que sea bien comprendido en cada continente. También es necesario que los planes de certificación sean transparentes, sumamente creíbles, y que no se conviertan en un obstáculo finamente velado al comercio.

Estos requisitos pueden reunirse mediante un proceso tendente a establecer un reconocimiento mutuo de los planes que sean sustancialmente equivalentes. Invito a todos los presentes a que acojan el concepto de "reconocimiento mutuo" como un medio para comunicar el valor de la certificación en el mercado y, en última instancia, promover prácticas sostenibles sobre el terreno.

En este ámbito, les sugiero que es contrario a los mejores intereses de los bosques de nuestro planeta que cualquier grupo proponga un plan atacando otros. Los individuos que se embarcan en prácticas difamatorias lograrán, en efecto, captar la atención de los medios de comunicación, pero a la larga su principal resultado será una sociedad escéptica en cuanto a la ordenación forestal sostenible, en lugar de una sociedad que comprende la importancia de los recursos forestales como medio de mejorar sus vidas.

En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible celebrada el pasado otoño en Johannesburgo, Sudáfrica, se puso de relieve que existe una clara conexión entre la pobreza y las prácticas forestales insostenibles a nivel local. Siempre que sea posible, deberíamos fomentar la ordenación sostenible de los bosques como parte de la solución, en lugar de desalentar la aplicación de prácticas sostenibles mediante campañas de publicidad negativa. Existe más de una manera de trabajar sobre el terreno para mejorar la sostenibilidad y tener en cuenta las diferencias locales. Un enfoque de "talla única" es demasiado inflexible y dificulta las prácticas sostenibles necesarias.

Dando un paso más allá del nivel de campo y con los ojos puestos en el nivel nacional, cada gobierno soberano debería trabajar para posibilitar una ordenación forestal sostenible dentro de sus fronteras. Para ello, es vital la eliminación de la explotación forestal ilegal en todo el mundo. El CIAFP adoptó esta meta como una de sus primeras posiciones oficiales. En los Estados Unidos de América, la Asociación Estadounidense Forestal y del Papel adoptó una política similar y se ha comprometido plenamente en esta cuestión mediante la cooperación en asociaciones, como la Iniciativa de la Cuenca del Congo, y la participación en diversos procesos intergubernamentales de aplicación de la legislación y gestión forestales. También forma parte de la Norma de la Iniciativa en favor de la Silvicultura Sostenible que los participantes apoyen de forma activa la eliminación de la explotación forestal ilegal, puesto que es vital para la consecución de la sostenibilidad forestal mundial.

En última instancia, cada país se encargará de la creación de la estructura de gobierno que permitirá lograr esa meta. En el seno de la comunidad de la industria forestal mundial, la comunidad mundial de ONG y la comunidad de ayuda internacional, hay posibles asociados que se hallan en condiciones de ayudar en este esfuerzo. No obstante, sus actividades son fútiles en ausencia de instituciones gubernamentales dispuestas a insistir en las actividades forestales legales y a aplicarlas. Habida cuenta del alcance de la explotación forestal ilegal calculado por algunos grupos, creo que todos estaremos de acuerdo en que todo lo que no sean medidas enérgicas merece nuestra atención.

A medida que los países procuran crear las condiciones para una ordenación sostenible de sus recursos forestales, también es importante que adopten plenamente los tres principios básicos de la sostenibilidad. Sabemos que esos principios son los siguientes: Los valores económicos de los bosques, los valores ambientales de los bosques y los valores sociales de los bosques. Con demasiada frecuencia, grupos de interés bien intencionados han fomentado la noción de que los bosques no pueden explotarse con fines comerciales y conservarse al mismo tiempo para las generaciones futuras. Sin embargo, las actividades forestales comerciales y la conservación de la naturaleza pueden complementarse muy bien entre sí. No es extraño ver plantaciones y zonas protegidas entremezcladas unas con otras, formando un paisaje sumamente funcional en muchas partes del mundo.

La pobreza, la inanición y la falta de oportunidades de adelanto económico constituyen serias preocupaciones en muchas zonas, que pueden fácilmente ensombrecer las preocupaciones por los bosques entre las poblaciones locales. Insisto en que todos deberíamos comprometernos en hacer que los bosques formen parte de la solución a estos problemas, y ese compromiso comienza a nivel nacional. La utilización comercial de los bosques por parte de empresas forestales que lleven a cabo prácticas forestales sostenibles debería ser parte de la solución. Los gobiernos que ofrecen un marco seguro, predecible y jurídicamente estructurado en el que las empresas forestales puedan operar posibilitan que la ordenación forestal sostenible ayude a aliviar estas necesidades tan inmediatas. Es más, diría que los gobiernos deberían promover la utilización de la madera, puesto que no sólo contribuye al bienestar mundial, sino que también ayuda a la sociedad a aprovechar sus distintos valores, como la capacidad para almacenar carbón, la capacidad para reciclar y los diversos productos que todos utilizamos y valoramos.

No obstante, a medida que los países crean las condiciones satisfactorias para el desarrollo del potencial económico de sus recursos forestales, es importante que no permitan que se dejen de lado los demás principios de la sostenibilidad. La conservación de la diversidad biológica, la protección de la calidad del aire y el agua, la retención del carbón, las necesidades ligadas a los cultivos y las necesidades de la comunidad; todas ellas son consideraciones necesarias en los sistemas de ordenación forestal. Los países pueden crear el marco en el cual todos los valores forestales se determinen mediante la participación en las evaluaciones de criterios e indicadores.

Estas evaluaciones se han definido detalladamente en el marco de esfuerzos intergubernamentales como el Proceso de Montreal, el Proceso Paneuropeo, los procesos de Tarapoto y Lepaterique, la Organización Africana de la Madera y la Organización Internacional de las Maderas Tropicales. A medida que los distintos países toman medidas para aplicar los criterios e indicadores, se crea entre todas las partes directamente interesadas la comprensión de la importancia de todo el conjunto de los valores forestales. La Asociación Estadounidense Forestal y del Papel colaboró estrechamente con grupos ecologistas y de otro tipo para instar a nuestro Gobierno a crear una Mesa Redonda sobre Bosques Sostenibles, con la finalidad de orientar la aplicación de los criterios e indicadores en los EE.UU. Este tipo de diálogo amplio en el que participan diversas partes interesadas puede ayudar a lograr enfoques bien equilibrados respecto de las prácticas sobre el terreno.

Otra importante función que los países deben desempeñar es aunar todos los sectores que repercuten en los bosques y asegurar que las políticas relativas a esferas como la agricultura, la energía, el comercio y otras, se ejecutan en consonancia con la meta de la ordenación forestal sostenible. Con demasiada frecuencia cada sector se concentra con demasiada exclusividad en sus propias esferas de interés, dejando pasar oportunidades de crear una política de apoyo mutuo y, desgraciadamente, ejecutando a menudo políticas que tienen efectos negativos en los bosques.

Con los ojos puestos más allá del nivel nacional, la comunidad mundial debe crear una comunicación abierta y sumamente transparente sobre nuestro progreso colectivo hacia la aplicación de la ordenación forestal sostenible. En definitiva, las generaciones futuras que residirán en nuestro planeta sólo podrán disfrutar de los beneficios de los bosques de que disfrutamos hoy en día si se aplican normas del más alto nivel en relación con las prácticas forestales sostenibles en todos y cada uno de los bosques, en todos y cada uno de los países. La pregunta pasa a ser la siguiente: "¿Qué medida enérgica y mundial ayudará a que esto ocurra?" El catalizador más eficaz para una mejora continua, desde el punto de vista de la industria, es una articulación clara y creíble de los progresos periódicamente.

Así como creemos que los países pueden beneficiarse mucho de la aplicación de los criterios e indicadores, también consideramos que nuestros intereses colectivos mundiales pueden beneficiarse en alto grado si esas evaluaciones se utilizan para presentar informes sobre los progresos realizados en la consecución de la ordenación forestal sostenible. Al hacerlo, la sociedad civil, los gobiernos y los mercados de productos forestales pueden ver dónde la ordenación forestal sostenible evoluciona satisfactoriamente y dónde deben lograrse mejores resultados. Con esta información, todos tomamos decisiones más juiciosas que, en definitiva, mejoran el destino de nuestros bosques.

Si para crear este nivel de gestión es necesario un enfoque internacional más estructurado, entonces la industria forestal se halla en condiciones de hablar sobre lo que un enfoque de esa índole puede entrañar. El Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques y otros órganos internacionales están tratando cuestiones forestales. No obstante, ¿han ofrecido a los mercados, los consumidores, los encargados de la formulación de políticas y a todos los demás miembros de nuestra sociedad mundial una visión clara de dónde los gobiernos permiten que operen las empresas forestales sostenibles, responsables y legales? Y ¿han identificado estos órganos lugares en todo el mundo en los que esto no ocurra?

Apoyamos claramente los esfuerzos por mejorar la presentación de informes de criterios e indicadores como medio de medir los progresos realizados en la consecución de la ordenación forestal sostenible. Quizás estas mejoras puedan lograrse mediante la armonización de los diversos conjuntos de criterios regionales. Deberíamos emplear, sin duda, estos procesos convenidos para presentar informes a los órganos intergubernamentales. Y ciertamente todos deberíamos apoyar cualesquiera esfuerzos técnicos por mejorar la coherencia de la terminología y las definiciones. Quizás todavía sean necesarias otras medidas, en el caso de que todos estemos de acuerdo en que la gestión responsable es fundamental para lograr una mejora continua.

Cuando existen la gestión responsable y la transparencia, el libre comercio y los mercados competitivos pueden ejercer una influencia profundamente positiva en la sostenibilidad. Es en el mercado donde se toman decisiones acerca de si los productos cumplen las expectativas de las personas. Esas expectativas incluyen un grado de confianza en que las empresas actúan de forma responsable para con el medio ambiente y los individuos. Las empresas y los gobiernos soberanos se hacen cargo de aportar información que la sociedad necesita para efectuar esos juicios. Los gobiernos tienen la responsabilidad añadida de asegurarse de que se respeta y aplica la ley. Cuando estas funciones se desempeñan de forma verosímil, los mercados que se hallan en un sistema de libre comercio toman decisiones que propician las prácticas sostenibles.

En consecuencia, la última medida enérgica que recomiendo a nivel mundial es un amplio apoyo al libre comercio. Entre algunos grupos, el concepto de mundialización se ha definido como algo terrible. Estos grupos no podrían equivocarse más. La mundialización permite que el capital efectivo fluya en regiones del mundo que necesitan desesperadamente una oportunidad económica. Con esa oportunidad, las regiones pueden abordar cuestiones como la pobreza. Para ejercer esa oportunidad económica, todas las regiones deben poder vender lo que producen y comprar lo que necesitan. El libre comercio permite que todo eso ocurra.

Conclusión

Espero que mis palabras les motiven a proponer medidas todavía más enérgicas durante su participación en este Congreso. En concreto, les invito a lo siguiente:

Tal como sugiere el tema del Congreso, los bosques son una fuente de vida. Como indica este Área del Programa, los bosques son para todo el planeta. Nuestro reto colectivo es adoptar las medidas enérgicas necesarias para sostener esos importantes recursos destinados a nuestras generaciones futuras.


1 Consejo Internacional de Asociaciones Forestales y del Papel, 1111 19th Street, NW Suite 800, Washington, DC 20036, USA.

2 Les invito a visitar nuestro sitio web www.icfpa.org, donde encontrará el folleto sobre la sostenibilidad que el CIAFP publicó el año pasado, así como enlaces a distintos sitios web de las asociaciones miembros.