ARC/02/3


 

22ª CONFERENCIA REGIONAL PARA ÁFRICA

EL CAIRO, EGIPTO, 4-8 DE FEBRERO DE 2002

PREPARATIVOS PARA LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN: cinco años después - ASPECTOS REGIONALES

Índice


I. INTRODUCCIÓN

II. SITUACIÓN GENERAL

III. MEDIDAS ADOPTADAS POR LA FAO PARA REFORZAR EL COMPROMISO POLÍTICO E INDICIOS DE PROGRESOS

A. medidas principales
B. Evaluación de los progresos realizados

IV. NUEVOS DESAFÍOS PARA LA CONSECUCIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN

A. Seguridad alimentaria: función decisiva de la tierra y los recursos de agua dulce

a) Tierra
b) Recursos de agua dulce

B. Conflictos y emergencias

a) Emergencias de origen humano
b) Catástrofes naturales

c) Plagas y enfermedades transfronterizas

C. VIH/SIDA
D. Evolución de la tecnología

E. Mundialización del comercio

F. Inocuidad de los alimentos

G. Derecho a la alimentación

V. EL CAMINO POR RECORRER: TRADUCIR LOS COMPROMISOS EN ACCIÓN

A. Reforzar la voluntad política para combatir el hambre
B. Movilización de recursos para luchar contra el hambre

VI. OBSERVACIÓN FINAL


 

I. INTRODUCCIÓN

1. En este documento se ofrece una breve introducción al tema 6 del programa. Se presenta una reseña de las novedades que se han registrado a nivel mundial en la agricultura y la alimentación desde la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, haciendo especial referencia a la región de África. Se destacan los principales logros de la FAO en el proceso de seguimiento de la CMA, frente a la actitud desfavorable a la agricultura en el ámbito de la asistencia internacional para el desarrollo. A continuación, el documento contempla el futuro hasta el año 2015, en que se prevé que el número de personas aquejadas de inseguridad alimentaria se habrá reducido a la mitad en todo el mundo, señalando algunos de los desafíos principales que deberán afrontarse y resolverse eficazmente. El documento concluye subrayando el hecho de que, si se quiere conseguir este y otros objetivos de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, serán imprescindibles un compromiso político y una movilización de recursos de extraordinaria envergadura.

2. El documento se presenta a la 22ª Conferencia Regional para África a fin de ofrecer a los delegados la oportunidad de expresar sus opiniones sobre las cuestiones que se plantean y de exponer las experiencias de sus países en cuanto a la mejora de la seguridad alimentaria en los cinco últimos años, de conformidad con el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, y el camino por recorrer. Los resultados de esas deliberaciones serán tenidos en cuenta por el Grupo de Trabajo de Composición Abierta del Consejo, que se reunirá paralelamente al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) del 6 al 8 de junio de 2002, para ultimar el documento que se presentará a la CMA: cad del 10 al 13 de junio de 2002.

3. En su 119º período de sesiones de noviembre de 2000, el Consejo de la FAO refrendó la propuesta del Director General de Celebrar la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después (CMA:cad) como parte de los debates del 31º período de sesiones de la Conferencia de la FAO. A raíz de los ataques del 11 de septiembre en los Estados Unidos de América, EL acontecimiento se reprogramó para junio de 2002 en la Sede de la FAO en Roma. La CMA: cad trata de dar un nuevo impulso a las iniciativas adoptadas en todo el mundo para mejorar la situación de las personas pobres y hambrientas.

4. Al apoyar la propuesta del Director General de celebrar la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, el Consejo resaltó la necesidad de dar un nuevo impulso a la aplicación del Plan de Acción cinco años después de la Cumbre. De hecho, la última evaluación de la FAO, publicada en El estado de la inseguridad alimentaria (SOFI) 2001, da motivos para preocuparse aún más por los lentos progresos que se están realizando en la reducción del hambre. Al organizar una reunión mundial a fin de examinar los avances en la erradicación del hambre, la FAO no pretende reabrir un debate sobre cualquiera de las partes de la Declaración de Roma y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. La finalidad que se persigue al reunir a los Jefes de Estado y de Gobierno es brindarles la oportunidad de examinar y emprender una acción apropiada, acompañada de medidas suplementarias y más eficaces, para garantizar el cumplimiento de los compromisos que asumieron en esos dos documentos. Dentro de este tema del programa, la Conferencia Regional abordará por consiguiente dos cuestiones paralelas: i) reforzar la voluntad política para combatir el hambre, y ii) movilización de recursos para luchar contra el hambre, ambas a nivel nacional e internacional.

5. Como parte de los preparativos para la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después (CMA: cad), en marzo de 2001 se creó en Roma un Comité de Planificación Internacional de ONG/OSC. Se encomendó a los puntos de contacto africanos para África oriental y austral, África central y África occidental la tarea de organizar las actividades regionales, en particular una Consulta Regional FAO-ONG/OSC, que se celebrará paralelamente a la 22ª Conferencia Regional para África.

6. Una Consulta análoga, celebrada en febrero de 2000 juntamente con la última Conferencia Regional, representó un punto de inflexión en la política y la estrategia de la FAO para la cooperación con las ONG y las organizaciones de la sociedad civil. En consecuencia, la Consulta Regional de 2002 se ha programado como parte integrante de la 22ª Conferencia Regional para África. Se celebrará los días 2 y 3 de febrero de 2002 en El Cairo, Egipto, inmediatamente antes de la Conferencia Regional, de manera que puedan presentarse a ésta sus conclusiones para que las delegaciones de los gobiernos las tengan en cuenta en sus deliberaciones.

II. SITUACIÓN GENERAL

7. La Cumbre Mundial sobre la Alimentación, celebrada en Roma en noviembre de 1996, fue la tercera reunión internacional desde 1970 sobre cuestiones relacionadas con la alimentación y la nutrición, habiendo sido precedida por la Conferencia Mundial de la Alimentación en 1974 y la Conferencia Internacional sobre Nutrición, organizada por la FAO y la OMS, en 1992. La Cumbre Mundial sobre la Alimentación destacó por su altísimo nivel de representación, ya que 112 de los 186 países presentes estuvieron representados por sus Jefes de Estado o de Gobierno o sus adjuntos. Este nivel de representación fue apropiado para una reunión que tenía como objetivo asegurar el compromiso político necesario para abordar las causas fundamentales, de índole intersectorial, del hambre y la malnutrición generalizadas, cuya solución exige la participación activa de muchos ministerios. Otro rasgo distintivo de la CMA fue su carácter concreto al establecer un objetivo limitado en el tiempo y controlable, pero aun así lo suficientemente realista para reconocer que a plazo medio no sería posible erradicar por completo el hambre en todo el mundo.

8. La Cumbre concluyó con la publicación de dos documentos de gran importancia, la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la CMA.

9. Los Jefes de Estado y de Gobierno prometieron consagrar su voluntad política y su dedicación común y nacional a conseguir la seguridad alimentaria para toda su población y a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre en todas sus formas de sus países, centrándose en la Declaración y en los siete compromisos del Plan de Acción. El objetivo establecido fue reducir a la mitad del nivel de entonces el número de personas subnutridas no más tarde del año 2015.

10. Durante la Cumbre no se formularon propuestas de nuevas instituciones ni promesas de recursos suplementarios. Sin embargo, durante todo el proceso preparatorio hubo un reconocimiento implícito de que el mundo tenía capacidad suficiente para alimentar adecuadamente a toda su población entonces y en el futuro, de que existían ya la mayor parte de los mecanismos internaciones para conseguirlo y de que sería posible obtener los recursos financieros necesarios de las fuentes ya existentes para alcanzar ese noble objetivo.

11. Los datos actualmente disponibles indican que el número de personas subnutridas se está reduciendo en un promedio de sólo 6 millones al año, muy inferior a la tasa de
22 millones que sería necesaria para conseguir el objetivo de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. El África subsahariana es la región en desarrollo donde más elevada es la proporción de personas subnutridas en la población total (más de un tercio en 1977/99). Por consiguiente, a pesar de cierta mejora en la situación de la seguridad alimentaria a nivel nacional en algunos grupos de países de África en general, hay todavía muchos países, y muchos grupos vulnerables dentro de los países de la región, que siguen afrontando graves problemas de inseguridad alimentaria.

III. MEDIDAS ADOPTADAS POR LA FAO PARA REFORZAR EL COMPROMISO POLÍTICO E INDICIOS DE PROGRESOS

12. Las medidas adoptadas por la FAO para reforzar el compromiso de conseguir los objetivos de la CMA se han basado en la convicción de que, con la capacidad técnica, institucional y financiera actualmente existente, sería posible erradicar el hambre en un plazo muy breve si hubiera la determinación política necesaria, siempre que el objetivo se afrontara directamente y sin rodeos. De hecho, a menos que se tomen medidas prioritarias para reducir el hambre, que es a la vez causa y efecto de la pobreza, podrán hacerse pocos progresos en la erradicación de ésta en todos sus aspectos. Es precisamente el carácter insidioso del hambre crónica lo que ha hecho que la FAO se sintiera obligada a recordar una y otra vez a sus Estados Miembros su compromiso y a señalar a su atención la falta de progresos en la consecución de los objetivos establecidos en la Cumbre. Proyecciones basadas en las políticas actuales y las tendencias recientes indican que no es probable que se alcance antes de 2030 el objetivo de reducir a la mitad el número de personas subnutridas para 2015.

A. MEDIDAS PRINCIPALES

13. Gran parte de los esfuerzos de la FAO para reforzar el compromiso político se ha orientado a los gobiernos, especialmente los de los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA). Como resultado de la ampliación a 67 países del alcance del Sistema de Información y Cartografía sobre la Inseguridad Alimentaria y la Vulnerabilidad (SICIAV), programa multiinstitucional de vigilancia de la seguridad alimentaria al que la FAO presta servicios de secretaría, está aumentando el conocimiento de la magnitud, las causas, la ubicación y los efectos del hambre. La puesta en marcha del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) en más de 60 países, 40 de los cuales están situados en el África subsahariana, ha dejado claras las oportunidades prácticas que existen para mejorar la productividad agrícola y los ingresos rurales introduciendo cambios sencillos en los sistemas de cultivo dentro de un marco normativo favorable. Los acuerdos para el establecimiento de la Cooperación Sur-Sur en apoyo del PESA han dado también mayor relieve político a las cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria.

14. Se han emprendido muchas iniciativas para reforzar la participación de la sociedad civil a fin de asegurar un seguimiento apropiado de la Cumbre. La FAO ha hecho públicas declaraciones de política general, que tienen como finalidad sentar las bases para una colaboración más estrecha entre la Organización, las ONG y el sector privado. En el año 2000 hubo una serie de consultas regionales de ONG/OSC que culminaron en un documento presentado al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) en el que las organizaciones en cuestión se comprometían a intensificar sus actividades en apoyo de la seguridad alimentaria. Las organizaciones de la sociedad civil han participado en forma especialmente activa, colaborando con el personal jurídico de la FAO en las fructuosas consultas que se convocaron sobre el derecho a la alimentación, con arreglo a lo dispuesto por la CMA. Con ese mismo espíritu de colaboración, tendrá lugar una Consulta de ONG/OSC paralelamente a la Conferencia Regional para África.

15. Aunque la Organización mantiene desde hace tiempo acuerdos de cooperación y programas conjuntos de trabajo con todas las principales instituciones financieras internaciones (IFI) se han tomado medidas para intensificar esta colaboración y orientarla cada vez más a la consecución de la seguridad alimentaria. Estos compromisos se han recogido en los nuevos memorandos de entendimiento firmados con el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Islámico de Desarrollo y el Banco de Desarrollo del África Occidental, en los que los bancos han convenido en financiar, cuando lo soliciten los países, actividades relacionadas con el PESA.

B. EVALUACIÓN DE LOS PROGRESOS REALIZADOS

16. Toda evaluación del grado en que ha aumentado el compromiso político para afrontar el hambre será forzosamente subjetiva mientras no empiecen a aparecer indicios claros de unos progresos más rápidos hacia la erradicación del hambre, especialmente en los PBIDA. Entre 1990/1992 y 1996/98, unos 53 países en desarrollo registraron un descenso en la proporción de su población clasificada como subnutrida, y 39 países redujeron el número absoluto de personas subnutridas. Sin embargo, en sus informes al CSA, estos países no afirman que esa reducción se deba a medidas adoptadas como respuesta a los compromisos de la CMA. Lo que resulta alentador es el amplio consenso que ha surgido en la comunidad internacional respecto al hecho de que la asistencia para el desarrollo debe centrarse en la reducción de la pobreza, de manera que puedan alcanzarse los objetivos internacionales de desarrollo (OID) de reducir a la mitad para 2015 la proporción de la población mundial que vive en la pobreza. También parece haber un consenso sobre la necesidad de aumentar las asignaciones de AOD hasta el objetivo del 0,7 por ciento del PIB y orientar esa asistencia hacia los países más pobres.

17. Existe no obstante una desatención general hacia la inseguridad alimentaria como cuestión específica y elemento central en la reducción de la pobreza. Las influyentes Cumbres del G-7/8 y la reuniones internacionales más importantes, entre ellas las del G-15 y las del Movimiento de países no alineados, no han hecho referencias directas al hambre. Lo mismo puede decirse de los objetivos internacionales de desarrollo establecidos por el Banco Mundial, el FMI, las Naciones Unidas y la OCDE, aunque la reducción a la mitad de la proporción de personas hambrientas es actualmente uno de los indicadores. Por consiguiente, es necesario interpretar y aplicar los enfoques globales incorporados en el Marco Integral de Desarrollo y en el Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo definiendo las prioridades sectoriales concretas para abordar los diferentes aspectos de la pobreza y traduciendo estas prioridades en propuestas adecuadas de acción y movilización de recursos.

IV. NUEVOS DESAFÍOS PARA LA CONSECUCIÓN DE LOS OBJETIVOS DE LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE LA ALIMENTACIÓN

18. La Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial situaba la seguridad alimentaria en un contexto amplio. Reconocía el carácter polifacético de la seguridad alimentaria, subrayando su vinculación con la erradicación de la pobreza, la paz, la utilización sostenible de los recursos naturales, el comercio leal y la prevención de las catástrofes naturales y las emergencias de origen humano. Desde la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, muchas de estas cuestiones se han planteado aún con mayor intensidad, aumentando de ese modo los desafíos a la consecución de la seguridad alimentaria y la ordenación sostenible de los recursos naturales refrendadas por la comunidad internacional hace cinco años.

A. SEGURIDAD ALIMENTARIA: FUNCIÓN DECISIVA DE LA TIERRA Y LOS RECURSOS DE AGUA DULCE

19. Los agricultores se enfrentan con importantes desafíos en el África subsahariana, al haber crecido la producción de alimentos un 2,5 por ciento aproximadamente al año, mientras que la población aumentaba anualmente en más del 3 por ciento. Por consiguiente, en los años venideros el mayor desafío para reducir a la mitad el número de personas hambrientas no más tarde del año 2015 será cómo aumentar y promover mejor la utilización de tecnologías de producción más eficaces, a fin de asegurar unos rendimientos más altos en las tierras ya cultivadas, un uso eficaz de insumos externos, un aumento de la investigación y la extensión agrarias y el fomento de los conocimientos y capacidades para atender las necesidades reales que los agricultores que constituyen la mayoría de los productores de alimentos de la región.

20. El acceso a la tierra es una condición previa importante para la seguridad alimentaria conforme aumenta el número de personas que necesitan producir sus propios alimentos y ganarse la vida cultivando la tierra. Lamentablemente, en la mayoría de los países los suelos tienen una fertilidad intrínsecamente baja y carecen de los nutrientes necesarios. Se estima que en el África subsahariana 494 millones de hectáreas sufren un deterioro del suelo debido a la erosión hídrica y eólica y a la degradación química y física. Las causas directas son sobre todo la deforestación, el pastoreo y la corta excesivos, el cultivo migratorio y la ordenación errónea de los recursos de suelo y agua. No obstante se reconoce que en la actualidad hay 233 millones de hectáreas de tierra disponibles para el cultivo antes de 2025, si bien se trata en la mayoría de los casos de tierras marginales. Ante la gravedad del problema, el Banco Mundial, la FAO y las instituciones asociadas están apoyando la aplicación de programas nacionales de acción relacionados con la Iniciativa sobre la fertilidad de suelos como medio para resolver la situación en muchos países africanos.

21. La desertificación es también un problema grave en la región. Hay constancia de que 319 millones de hectáreas en África son susceptibles de desertificación debido al movimiento de la arena, la deforestación y regímenes de lluvias irregulares. Una evaluación de la degradación de las tierras en la región realizada por la FAO y el PNUMA ha revelado que grandes zonas de los países situados al norte del ecuador sufren problemas graves de desertificación. Se afirma que el desierto avanza a una velocidad de 5 km al año en las zonas semiáridas del África occidental, mientras que cada año desaparecen 37 millones de hectáreas de bosques y terrenos arbolados. Sería conveniente que los gobiernos introdujeran medidas de captación de agua y riego suplementario, tanto en los países áridos como en los semiáridos, a fin de aprovechar la enorme capacidad potencial para aumentar la producción de alimentos y reducir la vulnerabilidad de los sistemas de producción en esas partes de la región.

b) Recursos de agua dulce

22. El agua desempeña una función decisiva en la consecución de la seguridad alimentaria. La tecnología agronómica intensiva que ha permitido aumentar constantemente la producción mundial de alimentos, sobre la base de variedades de cultivos de alto rendimiento unidas a la aplicación de fertilizantes y medios eficaces de lucha contra las plagas, depende en gran medida del riego para asegurar y controlar la humedad del suelo cuando las lluvias son insuficientes e irregulares. El África subsahariana, con la excepción de la cuenca central del Congo, es el continente más seco (aparte de Australia) y padece el régimen de lluvias más inestable. El aprovechamiento del agua en sus diversas formas, desde su captación hasta el riego moderno con tuberías, es por tanto esencial en la lucha contra el hambre y la pobreza. El riego de los cultivos de alimentos básicos, especialmente el arroz, podría traducirse en aumentos considerables. Sin embargo, este riego solo puede dar buenos resultados dentro de un contexto normativo favorable. La falta de inversión en riego en el África subsahariana constituye un importante obstáculo a la seguridad alimentaria.

23. Una serie de conferencias internacionales, entre las que se incluyen el sexto período de sesiones de la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS-6) y el segundo Foro Mundial sobre el Agua, han puesto de relieve el conflicto en aumento entre el "agua para la alimentación y el desarrollo rural" y el "agua para la conservación de la naturaleza". La competencia por unos recursos hídricos escasos, especialmente cuando éstos atraviesan fronteras internacionales, es a menudo motivo de litigios y en muchos casos ocasiona conflictos que pueden afectar a la función de viabilidad económica que el agua dulce desempeña en la pesca continental, la navegación y la energía hidroeléctrica, así como en el mantenimiento de la diversidad biológica y la moderación de unas condiciones meteorológicas locales extremas.

24. También hay que subrayar que muchas ciudades de África están circundadas por zonas verdes de horticultura sumamente productiva. En los últimos años se ha observado un rápido crecimiento de la agricultura periurbana que, en algunos países, suministra actualmente hasta el 40 por ciento de todas las frutas y hortalizas que se consumen en las ciudades. Es necesario apoyar el aumento de la agricultura periurbana de regadío, especialmente en las zonas donde se plantean problemas sanitarios y ambientales. Con el crecimiento de la agricultura periurbana y las mayores exigencias de agua, en los países donde ésta escasea los productores recurren cada vez más a efluentes no tratados o tratados parcialmente para la producción de hortalizas. Esto es motivo de gran preocupación, dados los graves peligros para la salud y los efectos negativos sobre el medio ambiente. Sería necesaria una intervención de los gobiernos para garantizar a los consumidores la inocuidad de los alimentos.

25. El drenaje deficiente sigue siendo otra limitación para conseguir un aumento del nivel de la producción de alimentos. Esto lleva aparejado el problema de la salinidad. Los suelos salinos cubren 70 millones de hectáreas, es decir el 2 por ciento aproximadamente de la superficie total de África. Aunque las zonas afectadas son relativamente pequeñas, existe un peligro importante de salinización secundaria en tierras mal regadas. Este peligro se presenta en particular con el fomento del riego en la región sudanosaheliana y en las zonas subhúmedas y semiáridas del África austral.

B. CONFLICTOS Y EMERGENCIAS

26. En los últimos 15 años se han realizado un gran número de operaciones de emergencia alimentaria en la región como consecuencia de factores naturales o de origen humano. Las pérdidas económicas derivadas de los conflictos en el África subsahariana ascienden a casi el 30 por ciento de la producción agrícola en los países afectados desde 1970. Los conflictos y emergencias han tenido enormes consecuencias perjudiciales para el bienestar de los agricultores y para sus bienes, así como para la producción y los suministros locales de alimentos. Los gobiernos que son ya económicamente débiles deben desviar recursos escasos para aliviar los efectos de las catástrofes naturales y de origen humano, recursos que podrían destinarse a producir alimentos para las personas pobres y hambrientas.

a) Emergencias de origen humano

27. Los conflictos y sus secuelas, y en particulas las guerras civiles prolongadas, han seguido causando sufrimientos a millones de personas en África. En Angola, la República Democrática del Congo y Sierra Leona, persiste el desplazamiento de millones de campesinos. Estas personas desplazadas dependen en gran medida de la ayuda alimentaria internacional, debido a la alteración constante de las actividades de producción interna de alimentos. Están muy extendidas la malnutrición y otras enfermedades relacionadas con la alimentación. Continúan los combates en Burundi, Liberia, el Sudán y Uganda. Las minas terrestres se han convertido en una seria amenaza para la vida en las comunidades rurales, tanto durante los conflictos de origen humano como después de ellos, perturbando gravemente las actividades agrícolas.

b) Catástrofes naturales

28. Las catástrofes naturales han obstaculizado también los intentos de mejorar la situación de la seguridad alimentaria en muchos países de la región. La grave sequía, que comenzó en 1999 y continuó en 2000, tuvo efectos devastadores para los cultivos y la ganadería en toda el África oriental, dejando a millones de personas en una situación de necesidad extrema de asistencia alimentaria. En Etiopía y Kenya, donde se perdió un gran número de cabezas de ganado, hubo personas que murieron de inanición, mientras que en Eritrea, Somalia, el Sudán, Uganda y la República Unida de Tanzania también se dejaron sentir los efectos de la sequía. A pesar de las alertas del Sistema Mundial de Información y Alerta (SMIA) de la FAO, la respuesta internacional a la emergencia alimentaria inminente fue inicialmente lenta y sólo por poco se evitó una inanición de grandes proporciones.

29. En el África austral, inundaciones sin precedente afectaron en febrero y marzo de 2000 a la zona central y meridional de Mozambique, destruyendo o dañando gravemente la infraestructura y causando pérdidas de cultivos y ganado. Dos importantes ciclones y una tormenta tropical se abatieron sobre Madagascar al comienzo de 2000, causando graves inundaciones y pérdidas de vidas humanas, el desplazamiento de más de 10 000 personas y cuantiosos daños en la infraestructura del país. En total se estima que 1,14 millones de hectáreas de cultivos resultaron afectadas, de las que 200 000 hectáreas se perdieron por completo como consecuencia de las inundaciones, a lo que hay que añadir los graves daños causados a los cultivos de exportación de café, vainilla y clavo.

30. Una asistencia internacional oportuna puede evitar a menudo la inanición de un gran número de personas y contribuir a mitigar los efectos económicos más graves. Pero, además de las operaciones de socorro de urgencia, se necesita más asistencia con fines de rehabilitación y reconstrucción. Por ello, las actividades de emergencia deberían estar vinculadas con objetivos de desarrollo a más largo plazo. A tal efecto, la FAO proporciona apoyo en material de política y estrategia para programas de recuperación y desarrollo en los sectores alimentario y agrícola a raíz de emergencias de origen humano o catástrofes naturales. La asistencia está orientada a poner fin a la necesidad de socorro y permitir que prosiga el desarrollo. Incluye actividades que contribuyen a lograr un desarrollo sostenible mediante la prevención de nuevas catástrofes y emergencias y la preparación en caso de que se repitan.

c) Plagas y enfermedades transfronterizas

31. La incidencia de las plagas de cultivos y productos almacenados, así como de enfermedades de los animales, ha sido especialmente frecuente en la región en los últimos años. Muchas de ellas recorren con facilidad largas distancias, amenazando a la seguridad alimentaria y los ingresos, perturbando el comercio y, en algunos casos, constituyendo un peligro para la salud humana. Las plagas de productos almacenados, como el barrenillo grande de los cereales, que se está propagando rápidamente por toda el África oriental y austral después de su introducción accidental, están reduciendo las existencias alimentarias de un gran número de agricultores que cultivan el maíz como alimento básico. Otras graves amenazas para la seguridad alimentaria en el conjunto de la región son la peste porcina africana (África occidental), la persistente peste bovina en el Cuerno de África (Somalia y el Sudán) y los recientes problemas causados por la fiebre del valle del Rift en el Cuerno de África, así como la fiebre aftosa (Zimbabwe) y la enfermedad de las vacas locas.

32. Para invertir estas tendencias alarmantes, los Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA, reunidos en Lusaka en julio de 2001, propusieron la Campaña panafricana de erradicación de la mosca tsé-tsé y la tripanosomiasis. La Conferencia de la FAO ha expresado su apoyo a esta iniciativa, que se aplicaría principalmente a través del Programa contra la Tripanosomiasis Africana, en colaboración entre la FAO, la OIEA, la OUA y la OMS.

C. VIH/SIDA

33. En la actualidad, la epidemia del VIH/SIDA representa una grave amenaza para la seguridad alimentaria, la producción agrícola y la salud y el bienestar general de muchas sociedades rurales. Se estima que, de los 36 millones de personas infectadas, 24,5 millones viven en el África subsahariana. Los efectos devastadores de esta enfermedad sobre la producción agrícola están bien documentados. El ONUSIDA y algunos países africanos están llevando a cabo actividades conjuntas, incluidos programas integrados de prevención y mitigación que contribuirán a difundir información sobre la vulnerabilidad al VIH/SIDA y la reducción de los riesgos con el fin de promover el bienestar de la población y el desarrollo humano sostenible.

D. EVOLUCIÓN DE LA TECNOLOGÍA

34. Aunque en el ultimo medio siglo se han hecho enormes progresos en la tecnología y la productividad agrícolas, el acceso a las tecnologías convencionales sigue estando fuera del alcance de muchos agricultores africanos, como lo demuestra el grado muy bajo de utilización de fertilizantes en África (unos 19 kg por ha y año) frente a 100 kg/ha en el Asia oriental y 230 kg/ha en Europa occidental. Las tecnologías agrícolas de carácter científico, basadas en la investigación agrícola, son esenciales no sólo para aumentar la productividad, sino también para promover estrategias poscosecha, tales como almacenamiento, elaboración, envasado, etiquetado, control de calidad de los alimentos, conocimientos aplicados sobre nutrición y transporte de alimentos con miras a crear valor añadido. Sin embargo, en África los problemas de acceso tienen su origen en el desarrollo limitado de los sistemas de crédito y comercialización de insumos, los altos costos del transporte (carreteras deficientes y pequeño volumen del comercio) y, en el caso de los agricultores de subsistencia, la simple falta de ingresos con los que adquirir los insumos necesarios.

35. Haría falta que los gobiernos africanos facilitaran la inversión en tecnologías poscosecha e infraestructuras rurales, con ayuda del sector privado, donantes extranjeros y otras instituciones financieras que participan en la asistencia internacional para el desarrollo. De este modo se establecería un vínculo entre los productores y las ciudades en las que vive una proporción cada vez mayor de consumidores. Unos servicios sociales apropiados permitirían también a la población rural responder física y mentalmente a las nuevas oportunidades de desarrollo.

36. El principio de la Declaración de den Bosch (FAO, 1991), que insistía en la necesidad de proteger el medio ambiente al utilizar tecnologías y en los objetivos incorporados en el Programa 21 de la CNUMAD, solo se hará realidad si la tecnología y las políticas van acompañadas de participación, equidad y diálogo, de manera que se creen mecanismos institucionales e incentivos y se potencie la capacidad de acción de las personas pobres. Estas serán las vías hacia una agricultura ecológicamente racional y hacia la seguridad alimentaria. Sin ellas, los importantes instrumentos tecnológicos y normativos actualmente disponibles no tendrán los deseados efectos positivos y duraderos.

E. MUNDIALIZACIÓN DEL COMERCIO

37. Los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC), reunidos en Doha, Qatar, dos años después del fracaso de Seattle, llegaron a un acuerdo para iniciar una nueva ronda de negociaciones comerciales multilaterales. El acuerdo de Doha tendrá consecuencias importantes para las negociaciones en curso sobre agricultura, ya que la nueva ronda abarcará una mayor variedad de materias, incluidas algunas cuestiones de aplicación. Los Ministros adquirieron también el compromiso de otorgar un trato especial y diferenciado a los países en desarrollo y reconocieron la necesidad de prestarles asistencia técnica.

38. Aunque el Acuerdo de la Ronda Uruguay puso en marcha un proceso de reforma en la agricultura y el comercio mundiales, siguen pendientes muchas cuestiones que habría que abordar en el curso de las nuevas negociaciones. Para los países en desarrollo de África, una cuestión fundamental es cómo asegurar que la liberalización del comercio de productos alimenticios y agrícolas contribuya al desarrollo de su agricultura, que es imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria y la utilización sostenible de los recursos naturales. Los países en desarrollo reconocen que la mundialización del comercio internacional de productos agrícolas genera aumentos generales del bienestar, pero les preocupa la posibilidad de que esos aumentos no se distribuyan equitativamente si no se toman medidas para ayudarles a desarrollar su agricultura y su comercio.

F. INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS

39. El concepto de seguridad alimentaria lleva implícita la inocuidad de los alimentos, y rara vez el público y la industria alimentaria dejan de tener presentes las cuestiones relacionadas con ésta. Los desastres causados por la fiebre aftosa, los efectos y la duración de la crisis de la dioxina de 1999 y, los brotes de encefalopatía espongiforme bovina han debilitado la confianza de la población en la inocuidad de los alimentos que se ofrecen a los consumidores en todo el mundo. Los alimentos destinados al consumo humano deben seguir siendo productos con un valor específico y unas propiedades cualitativas únicas, incluidas, entre otras cosas, su salubridad, funcionalidad, inocuidad y valor nutricional.

40. La Comisión del Codex Alimentarius, patrocinada conjuntamente por la FAO y la OMS, establece y actualiza periódicamente límites máximos para residuos (LMR) de plaguicidas y medicamentos veterinarios y límites máximos para contaminantes y toxinas. Actualmente está elaborando principios para el análisis de riesgos en relación con los alimentos obtenidos por medios biotecnológicos y directrices para evaluar la inocuidad de los alimentos derivados de plantas con ADN recombinado. También ha establecido directrices para la producción, elaboración, etiquetado y comercialización de alimentos producidos orgánicamente, incluidos los productos pecuarios. El marco estratégico adoptado a tal efecto presta mayor atención a las cuestiones relacionadas con la inocuidad de los alimentos en los países en desarrollo, incluidos los de África. Por este motivo, las prioridades en la región deberían ser alentar a un mayor número de agricultores a adoptar la gestión agrícola integrada como vía realista hacia el futuro y sensibilizar a la opinión pública de los riesgos implícitos en la producción de alimentos, la manipulación poscosecha, la elaboración y conservación de alimentos, la calidad de los alimentos y el medio ambiente.

G. DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

41. Todas las cuestiones que se han examinado anteriormente tienen una gran influencia en la capacidad de África para atender las necesidades alimentarias de su población y mantener en buen estado sus recursos naturales para las generaciones futuras. Una de las consecuencias de la CMA es que en los últimos años se han sometido a un detenido examen las repercusiones del derecho a la alimentación, que es un derecho humano reconocido con arreglo al derecho internacional, según se estipula en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

42. Los gobiernos africanos deberían reconocer que el derecho a la alimentación entraña derechos individuales y la obligación por su parte de respectar, proteger y hacer cumplir este derecho de manera responsable y transparente. El Marco de Asistencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha adoptado, para los equipos del sistema de las Naciones Unidas en los países, un criterio basado en los derechos, de los que un componente esencial es el derecho a la alimentación. La importancia concedida al derecho a la alimentación fue también una característica fundamental de la Estrategia para la seguridad alimentaria a largo plazo en el Cuerno de África, adoptada por un Grupo de Acción presidido por el Director General de la FAO.

V. EL CAMINO POR RECORRER: TRADUCIR LOS COMPROMISOS EN ACCIÓN

43. Muchos de los desafíos con que se enfrentan la agricultura, la silvicultura y la pesca en África presentan aspectos de alcance mundial. Dentro de los límites de su capacidad actual, los gobiernos de la región y la comunidad internacional, incluida la FAO, están haciendo un gran esfuerzo para aplicar los compromisos de la CMA, que siguen siendo pertinentes y compatibles con los nuevos desafíos. Sin embargo, queda aún mucho espacio para un firme compromiso político, social y económico de mejorar las respuestas a esos desafíos. La Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después será un acontecimiento mundial que brindará a los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil la oportunidad de reafirmar su compromiso con la Declaración de Roma y el Plan de Acción. Pero es necesario ir más allá de esos compromisos generales y que cada Estado Miembro indique, de manera concreta, cómo tiene la intención de trabajar, en colaboración con otros interesados, para impulsar una acción limitada en el tiempo en apoyo de la erradicación del hambre y la pobreza, centrándose en los aspectos del Plan que tienen efectos más directos e inmediatos sobre el hambre, a fin de garantizar el cumplimiento del objetivo de la Cumbre para el año 2015.

A. REFORZAR LA VOLUNTAD POLÍTICA PARA COMBATIR
EL HAMBRE

44. La mayoría de los países africanos han declarado repetidamente su empeño en la erradicación de la pobreza. Eliminar el hambre es un primer paso de importancia decisiva. Lamentablemente, en África se ha detenido el avance en la reducción del hambre y la pobreza. En el decenio de 1990, disminuyó a menos de un tercio de la tasa necesaria para cumplir el compromiso de las Naciones Unidas de reducir a la mitad la pobreza mundial para el año 2015. Aunque tres cuartos de la población de África viven y trabajan en zonas rurales, la ayuda a la agricultura, que es su principal fuente de ingresos, se ha reducido en dos tercios. Hay que tener presente que el desarrollo agrícola sostenible, con inclusión del sector pecuario y de las contribuciones esenciales de los bosques y la pesca, tiene una importancia decisiva para la seguridad alimentaria mundial, ya que asegura unos suministros crecientes a precios asequibles al tiempo que constituye la principal fuente de progreso para la población rural pobre.

45. Un análisis exhaustivo, realizado a petición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial sobre el tema "La aplicación de tecnologías y prácticas agrícolas apropiadas y sus repercusiones en la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza: enseñanzas obtenidas de algunas experiencias de ámbito comunitario", presentó logros relacionados con las enseñanzas prácticas adquiridas mediante la creación de un entorno normativo propicio para la adopción de enfoques innovadores en la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza. Dos de estos logros se localizaron en la región de África. El fomento del riego en pequeña escala, en el marco del Programa Especial para la Seguridad Alimentaria en Burkina Faso, aplicó un enfoque integrado, centrado en el fomento de tecnologías y prácticas agrícolas apropiadas, tomando como base sistemas mejorados de aprovechamiento y ordenación del agua.

46. La "multiplicación de semillas a nivel comunitario en Zambia" utilizó el suministro de semillas de maduración temprana y resistentes a la sequía como punto de partida para superar la baja productividad y la vulnerabilidad a la sequía, así como para afrontar la inseguridad alimentaria y la pobreza. Estos proyectos en pequeña escala incluyeron una amplia variedad de apoyo técnico, un enfoque participativo del desarrollo institucional y una serie de valiosas enseñanzas sobre la utilización de métodos comunitarios para promover la adopción de nuevas tecnologías a fin de aumentar la productividad agrícola y los ingresos de los agricultores. Estas valiosas experiencias deberían compartirse con otros países mediante acuerdos ampliados de Cooperación Sur-Sur.

B. MOVILIZACIÓN DE RECURSOS PARA LUCHAR CONTRA EL HAMBRE

47. Es necesario que muchos países pongan fin al reciente abandono de la inversión en agricultura y desarrollo rural y movilicen recursos de inversión suficientes para apoyar una seguridad alimentaria sostenible y un desarrollo rural diversificado. De hecho, la agricultura es en casi todos los países africanos el principal sector económico no solo en cuanto a los ingresos nacionales, sino también y sobre todo en cuanto al empleo y las exportaciones. Además, la mayoría de la población (estimada en el 70 por ciento en África) vive en zonas rurales y obtiene sus medios de subsistencia del sector agrícola, ya sea directamente como agricultores y jornaleros agrícolas o mediante el empleo en el sector rural no agrícola.

48. Aun cuando la intervención de los gobiernos en la actividad económica (incluida la agricultura) se ha reducido drásticamente en África en el curso de un decenio a causa de las reformas estructurales, el gasto público sigue siendo un elemento indispensable para promover el desarrollo agrícola. La infraestructura pública, la transferencia de conocimientos mediante la investigación y la extensión agrícolas, los servicios para facilitar el almacenamiento, el transporte y la comercialización son ejemplos del gasto que se sigue exigiendo al sector público, a menudo en forma cada vez más descentralizada y en colaboración con el sector privado y la sociedad civil.

49. El nivel de la movilización de recursos necesarios para la agricultura y la alimentación depende, por supuesto, de los objetivos que han de alcanzarse. En este contexto la FAO ha movilizado en cinco años 230 millones de dólares para el Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA). Para ser eficaz y conseguir su objetivo en unos 80 PBIDA, el programa necesita una financiación anual de 1 400 millones de dólares aproximadamente, incluidos 500 millones del Fondo Fiduciario de la FAO para el PESA, 67 millones de los países beneficiarios, 134 millones de donantes bilaterales y 670 millones de instituciones financieras multilaterales, lo que equivale a unos 17 millones de dólares por país.

50. Hay que recordar que una proporción considerable de la inversión publica en el sector rural de los países en desarrollo ha sido sufragada por la financiación oficial para el desarrollo. La asistencia internacional a la agricultura en los países en desarrollo aumentó de unos 12 000 millones de dólares al año a comienzos del decenio de 1980 a casi 16 000 millones en 1988. Desde entonces ha disminuido a menos de 10 000 millones de dólares anuales para 1994. Según la hipótesis formulada en Agricultura: hacia el año 2010, el promedio anual de aumento de la inversión bruta necesaria en la agricultura para alcanzar tanto los objetivos de seguridad alimentaria como otras metas de desarrollo se estima en 8 900 millones de dólares para el África subsahariana, de los que 3 400 millones deberían ser generados por el sector privado, 1 600 millones por la inversión pública interna y 3 900 millones deberían provenir de la financiación oficial para el desarrollo.

VI. OBSERVACIÓN FINAL

51. Cinco años después de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, muchas cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria han adquirido mayor notoriedad en África. Han aumentado las posibilidades de conflicto y agitación social, las cuales han puesto de manifiesto numerosas cuestiones éticas que son fundamentales para la seguridad alimentaria, el desarrollo rural sostenible y la ordenación de los recursos naturales, así como para los vínculos entre sus efectos respectivos. Algunas de esas cuestiones se han planteado con mayor intensidad en el curso de los cinco últimos años y por consiguiente requieren un tratamiento específico en cualquier examen del entorno mundial dentro del cual los países, la comunidad internacional, las ONG y otras organizaciones de la sociedad civil están afrontando los problemas de la aplicación del Plan de Acción de la CMA y los compromisos correspondientes. La integración de todos los aspectos en un enfoque global de la cuestión de la seguridad alimentaria exige reflexión, diálogo entre los asociados en el desarrollo e intervenciones concretas sobre el terreno para asegurar que se tomen medidas eficaces a fin de corregir las tendencias actuales.

52. Es posible alcanzar el objetivo de erradicar el hambre, pero su consecución exigirá un compromiso político y una movilización de recursos constantes. En consecuencia, los gobiernos africanos y la comunidad internacional deben demostrar la voluntad política para llevar a cabo intervenciones de socorro oportunas, apropiadas y suficientes, dirigidas especialmente a las mujeres, los niños, los ancianos y otros grupos socialmente desfavorecidos, durante los períodos de conflictos, disturbios civiles y guerras que lamentablemente se están haciendo endémicos en el África subsahariana. Pero deben asegurarse de que las intervenciones de emergencia se reorientan progresivamente hacia una rehabilitación después de la crisis que se traduzca en una mejora de la capacidad de recuperación de los hogares y las economías rurales para que se consolide el desarrollo. Sobre todo, corresponde a los gobiernos de la región hacer que la búsqueda de la paz, la justicia, el buen gobierno y el imperio de la ley sean el rasgo distintivo de su administración. Esto contribuirá a reducir las guerras civiles y la agitación social que perturban y retrasan sus encomiables esfuerzos por conseguir la seguridad alimentaria y fomentar el bienestar general de sus poblaciones.