CCP 03/10


 

COMITÉ DE PROBLEMAS DE PRODUCTOS BÁSICOS

64º período de sesiones

Roma, 18-21 de marzo de 2003

ALGUNAS CUESTIONES DE POLÍTICA COMERCIAL RELATIVAS A LAS TENDENCIAS DE LAS IMPORTACIONES AGRÍCOLAS EN EL CONTEXTO DE LA SEGURIDAD  ALIMENTARIA

Índice



I. INTRODUCCIÓN

1. Las tendencias y las previsiones recientes apuntan a que el comercio mundial de alimentos básicos, en particular las importaciones de los países deficitarios en alimentos, podría aumentar sustancialmente en los próximos años. Dichas tendencias podrían tener consecuencias tanto positivas como negativas para la seguridad alimentaria. Además, se prevé que la frecuencia de los choques externos, en forma de hundimiento de los precios y aumento repentino de las importaciones, será mayor al abrirse cada vez más el entorno comercial, mientras se mantengan elevadas las subvenciones a la producción y la exportación en determinados ámbitos importantes de producción. En su 63º período de sesiones, el Comité de Problemas de Productos Básicos examinó la experiencia alcanzada con la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura de la Ronda de Uruguay. El Comité recomendó a la Secretaría que continuara vigilando los efectos de la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura, y en especial sus consecuencias para la seguridad alimentaria. Valiéndose del presente documento, el Comité tendrá la oportunidad de examinar las experiencias y problemas recientes y debatir los mecanismos de respuesta, ya se trate de los instrumentos relativos a la OMC como de otras medidas de política.

2. El comercio de productos agrícolas, en particular los productos alimenticios, reviste una gran importancia tanto para los países importadores como exportadores y es fundamental para mejorar la seguridad alimentaria. Mientras que los países en desarrollo en general, incluidos los países de bajos ingresos con déficit de alimentos (PBIDA), eran anteriormente exportadores netos de productos agrícolas, desde finales de los años setenta se ha producido una fuerte tendencia al aumento de sus importaciones netas de alimentos, a resultas de lo cual se han convertido en importadores netos de productos agrícolas. Las previsiones de la FAO a plazo medio hasta el año 2010, así como a largo plazo hasta el año 2030 apuntan a una tendencia al crecimiento continuo de las importaciones netas de alimentos en los países en desarrollo1. Además, desde los años ochenta, en que se llevaron a cabo importantes reformas estructurales, incluidas liberalizaciones unilaterales del comercio en numerosos países en desarrollo, se ha producido un incremento de la frecuencia de los aumentos repentinos de las importaciones (fuertes elevaciones temporales de las importaciones por encima de sus niveles tendenciales), en particular desde 1995. Si bien en algunos casos el incremento importante de las importaciones de determinados productos en un país puede explicarse por un déficit temporal de producción ocasionado por las condiciones climáticas locales y otros factores que perturban la producción nacional, en otros casos en que dicho incremento repentino se produce sin que exista un déficit de producción previo entran en juego otros factores. Estos cambios –mayores importaciones de alimentos y aumento repentino de las importaciones– plantean dos grupos de problemas respecto a la seguridad alimentaria. El primer problema consiste en determinar si los PBIDA, en particular, serían capaces de financiar sus crecientes necesidades de importación de alimentos previstas y de qué manera, y el segundo problema radica en las repercusiones de los aumentos repentinos de las importaciones sobre los esfuerzos de dichos países por aumentar el potencial agroecológico local relativo a la producción sostenible de alimentos.

3. En el presente documento se expone un análisis de dichas cuestiones. En un documento conexo (CCP 03/9) se examinan cuestiones relativas a las exportaciones. En la siguiente sección se ofrece un análisis de la frecuencia de los aumentos repentinos de las importaciones de alimentos, mientras que en la sección III se examinan cuestiones normativas conexas. En la sección IV se analizan a continuación las variaciones en las importaciones de alimentos de los países en desarrollo, en particular los PBIDA, y en la sección V se examinan sus repercusiones. En la sección VI se resumen las cuestiones que deben ser objeto de un posterior examen y análisis.

II. ANÁLISIS DE LOS AUMENTOS REPENTINOS DE LAS IMPORTACIONES DE ALIMENTOS

4. Desde mediados de los años noventa, se vienen registrando cada vez más aumentos repentinos de las importaciones de alimentos en los países en desarrollo, en particular los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, que tienden a perturbar los mercados locales y a trasladar el hundimiento de los precios mundiales a los mercados nacionales, lo que incide negativamente en la producción interna en muchos casos. En los estudios realizados por la FAO sobre la experiencia en la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura, se da cuenta de numerosos casos de aumentos repentinos de las importaciones de alimentos2. Varias organizaciones nacionales e internacionales de la sociedad civil también han documentado casos de aumentos repentinos de las importaciones sobre la base de un trabajo de campo pormenorizado3.

5. Con vistas a realizar una ulterior evaluación de la amplitud de este fenómeno, la Secretaría ha llevado a cabo otra investigación con el fin de determinar la naturaleza y amplitud de los aumentos repentinos de las importaciones en los mercados de los países en desarrollo. Sobre la base de los datos relativos a las importaciones y la producción de productos alimenticios básicos durante el período 1980-2000, el análisis ha intentado documentar el número de casos de aumentos repentinos de las importaciones, así como los déficit de producción, para una muestra de PBIDA.

6. A efectos de análisis, se define como aumento repentino de las importaciones una desviación (positiva) del 20 por ciento respecto al promedio móvil de un período de cinco años para cada producto básico/país4. El número de aumentos repentinos de las importaciones determinados durante el período de 1984 a 2000 se consigna en el Cuadro 1, de lo que se desprende que la frecuencia de los aumentos repentinos es considerable, produciéndose en alrededor de un tercio del período en cuestión como promedio. El fenómeno fue relativamente frecuente para algunos grupos de productos, en particular determinadas carnes y aceites vegetales. De forma similar, aunque todos los países experimentaron aumentos repentinos de las importaciones, algunos se vieron afectados más a menudo que otros, como por ejemplo Guinea, Malawi, Níger, Filipinas y Tanzanía. Por último, y en conjunto, los aumentos repentinos de las importaciones se han producido con mayor frecuencia en el período posterior a 1994.

Cuadro 1: Número de casos de aumento repentino de las importaciones (determinados países y alimentos, 1984-2000)

Trigo

Arroz

Maíz

Aceites vegetales

Carne de vacuno

Carne de cerdo

Carne de aves de corral

Leche

Bangladesh

5

6

9

7

5

6

2

3

Benin

6

4

3

3

6

7

8

7

Botswana

6

4

0

6

4

9

7

7

Burkina Faso

6

9

4

3

8

8

6

4

Cabo Verde

3

6

3

5

7

11

10

3

Comoras

4

5

4

6

5

3

11

4

Côte d'Ivoire

1

4

0

9

7

7

10

3

República Dominicana

2

-

0

3

8

6

6

3

Guinea

6

5

8

9

7

5

9

6

Guinea-Bissau

6

10

2

6

6

5

9

4

Haití

1

2

4

7

4

9

8

5

Honduras

8

5

0

8

6

8

11

3

Jamaica

3

4

3

9

3

6

3

1

Kenya

11

3

5

7

4

6

5

4

Madagascar

8

5

7

5

3

8

5

5

Malawi

7

3

9

7

5

7

10

2

Malí

4

5

5

8

8

8

5

7

Mauritania

5

2

4

5

4

5

9

2

Mauricio

2

0

2

1

7

9

6

0

Marruecos

6

4

10

0

5

-

13

0

Níger

8

7

9

8

5

6

5

6

Perú

3

4

4

4

4

9

9

6

Filipinas

7

9

7

9

12

9

14

5

Togo

6

8

7

7

3

3

8

5

Uganda

10

4

8

11

4

3

2

1

República Unida de Tanzania

8

5

6

10

6

7

4

5

Zambia

4

2

4

4

8

8

5

6

                  

Nota: Un aumento repentino de las importaciones se define como una desviación positiva del 20 por ciento respecto al promedio móvil de un período de cinco años. El guión (-) indica que o bien el país no produce el producto en cuestión o bien no se disponía de datos.
Fuente: Cálculos basados en datos de FAOSTAT.
 

7. Habida cuenta del elevado número de casos de aumentos repentinos de las importaciones y del crecimiento del fenómeno registrado en todo el mundo, podría tratarse de un problema potencialmente grave. En el marco de la investigación adicional realizada sobre este tema, también se documentaron casos de déficit de producción durante el mismo período. Los resultados, es decir, el número de casos de déficit de producción durante el mismo período (1984-2000), figuran en el Cuadro 1 del Anexo.5 La Figura 1 muestra algunos ejemplos de aumentos repentinos de las importaciones y de déficit de producción de forma gráfica, mientras que el Recuadro 1 presenta una serie de casos ilustrativos. Sin embargo, aunque este fenómeno y sus efectos negativos en numerosos casos están bien probados, aún debe realizarse una investigación a fondo sobre esta cuestión. Si bien es relativamente sencillo documentar el número de casos de aumentos repentinos de las importaciones y de déficit de producción, es más difícil, sin analizar el país en cuestión, establecer un nexo causal entre los aumentos repentinos y los déficit y los efectos negativos6.


Recuadro 1. Casos ilustrativos de aumentos repentinos de las importaciones y tendencias en la producción

Tomates

En el Senegal las importaciones de puré de tomate se multiplicaron por 15, pasando de una media anual de 400 toneladas en 1990-1994 a unas 6 000 toneladas durante el período 1995-2000. Entre dichos períodos, la producción anual media disminuyó en un 50 por ciento, pasando de 43 000 toneladas a alrededor de 20 000 toneladas. El incremento espectacular de las importaciones y las repercusiones negativas sobre la producción se atribuyen a la liberalización de las importaciones de puré de tomate llevada a cabo después de 1994. Se ha observado un fenómeno similar en otros lugares de la región. Por ejemplo, en Burkina Faso las importaciones de puré de tomate se multiplicaron por cuatro entre ambos períodos, pasando de 400 a 1 400 toneladas, mientras que la producción de tomates disminuyó en un 50 por ciento, pasando de unas 22 000 toneladas a 10 000 toneladas.

Aceites vegetales

En Jamaica se produjeron aumentos repentinos importantes de las importaciones de aceite vegetal a partir de 1994. La media anual de las importaciones durante el período 1995-2000, que ascendió a 29 000 toneladas, fue superior al doble del volumen registrado en1990-1994. Entre ambos períodos, la producción disminuyó en un 68 por ciento, situándose en 5 000 toneladas. En Chile también se produjo una situación algo parecida. La media de las importaciones de aceites vegetales aumentó, pasando de 58 000 toneladas en 1985-89 a 173 000 toneladas en 1995-2000. Durante dicho período, se registró una disminución de la producción nacional media, que pasó de 54 500 toneladas en 1985 a 25 200 toneladas en 1989.

Arroz

En Haití, las importaciones de arroz aumentaron, pasando de una media anual de unas 17 000 toneladas (equivalente de arroz elaborado) en 1984-1989 a 226 000 toneladas en 1995-2000, lo que representa una multiplicación por 13 de las importaciones. No obstante, la disminución de la producción entre dichos períodos fue reducida, pasando de unas 84 000 toneladas a 78 000 toneladas. Aunque es difícil evaluar hasta qué punto habría aumentado la producción si no se hubieran realizado importaciones masivas, los analistas consideran que las importaciones tuvieron unos importantes efectos negativos en la producción de arroz.

Productos lácteos

El caso de Kenya constituyó un buen ejemplo del vínculo existente entre el aumento importante de las importaciones de productos lácteos y la producción nacional de leche. En el período 1980-90 leche elaborada aumentó regularmente, pasando de 179 000 a 392 000 toneladas, lo que representa un incremento superior al 100 por ciento. De 1990 en adelante, el volumen de leche elaborada disminuyó enormemente, llegando a situarse en 126 000 toneladas en 1998. Al mismo tiempo, las importaciones de leche en polvo aumentaron, pasando de 48 a 2 500 toneladas (en equivalente de leche fresca se pasó de 408 000 litros a 21 millones de litros). La entrada de leche en polvo y otros productos lácteos importados acarreó un hundimiento de la demanda de leche fresca local por parte de los elaboradores de leche. En particular, los pequeños productores de leche fueron los más afectados por el fenómeno. Asimismo, la capacidad de Kenya de diversificación hacia actividades de elaboración se vio debilitada.

Carne de pollo

En Benin, las importaciones de carne de pollo se multiplicaron por 17 en 1995-2000 respecto de la media anual de unas 1 000 toneladas registrada en 1985-1989. Durante este período, el crecimiento de la producción nacional se estancó y sólo aumentó ligeramente, pasando de 25 000 a 27 000 toneladas. En Haití se produjo una situación similar. El promedio de las importaciones en 1985-1989 se situó en 500 toneladas, pero se multiplicó por más de 30 durante el período 1995-2000. Por el contrario, la producción nacional se estancó e incluso disminuyó en la práctica, pasando de 7 200 a 6 500 toneladas.
 

III. CUESTIONES NORMATIVAS RELATIVAS A LOS AUMENTOS REPENTINOS DE LAS IMPORTACIONES

8. Los países que se enfrentan a aumentos repentinos de las importaciones han recurrido a una serie de instrumentos, o podrían utilizarlos en principio, para contrarrestar los posibles efectos negativos sobre los esfuerzos por incrementar su potencial de producción sostenible de alimentos. Entre las medidas importantes de reparación comercial existentes en el marco de la OMC cabe destacar las disposiciones de salvaguardia especial (SGE) del Acuerdo sobre la Agricultura, las medidas antidumping, las medidas para compensar las subvenciones a la exportación y las medidas de salvaguardia urgente (en virtud del Acuerdo sobre Salvaguardias de la OMC). Dichas medidas permiten a los países importadores adoptar medidas correctivas (por ejemplo, incremento de los derechos de aduana, restricción de las importaciones, etc.) cuando se cumplan determinadas condiciones específicas. Existen algunas diferencias importantes respecto a cómo se activan las respuestas y qué condiciones deben cumplirse, pero la mayor parte de las medidas correctoras del comercio se basan fundamentalmente en dos factores principales: i) se ha producido un aumento repentino de las importaciones; ii) dichas importaciones han tenido repercusiones negativas sobre la industria nacional. Las tres medidas generales de reparación comercial requieren el cumplimiento de ambas condiciones, mientras que el segundo criterio (perjuicio) no se requiere en el caso de las medidas SGE agrícolas.

9. Durante el período 1995-2001, las medidas de reparación comercial de la OMC no se utilizaron demasiado para los productos agrícolas, en comparación con su uso potencial. Por ejemplo, sólo 10 Miembros de la OMC (de los 38 que tienen acceso a dichos instrumentos) utilizaron las medidas SGE, y de esos 10 países sólo dos eran países en desarrollo. En lo referente a la utilización potencial máxima por todos los Miembros con derecho y para todos los productos básicos afectados la utilización efectiva fue del 3,4 por ciento para los países desarrollados y del 0,3 por ciento para los países en desarrollo. Durante dicho período, el 64 por ciento de todas las medidas SGE a las que se recurrió se aplicó a cuatro grupos de productos: cereales, carne, productos lácteos y semillas oleaginosas. De forma análoga, sólo siete países en desarrollo iniciaron o aplicaron medidas de salvaguardia urgente (forma más frecuente de medida de reparación comercial en el ámbito agrícola, después de las medidas SGE) durante dicho período para un total de 16 productos agrícolas. La utilización de medidas antidumping y compensatorias ha sido incluso menor.

10. Existen buenos motivos para ello, es decir, para la escasez de países que recurren a las medidas de reparación comercial de la OMC frente al gran número de casos de aumento repentino de las importaciones registrados en otras partes, aunque hasta la fecha no se dispone de un análisis completo de dicha cuestión. En primer lugar, las medidas SGE sólo están a disposición de 20 países en desarrollo para determinadas líneas arancelarias. Por otro lado, para poder recurrir oficialmente a las medidas SGE deben cumplirse los criterios que éstas prevén respecto a los aumentos repentinos de las importaciones, los cuales se han definido e interpretado de forma dispar en la bibliografía especializada. En el caso de las medidas de salvaguardia urgente (y de otras medidas generales de reparación comercial), puede suceder que los aumentos repentinos de las importaciones que se produzcan no acarreen necesariamente efectos negativos en el grado que se requiere para permitir activar la respuesta. Al margen de estas consideraciones técnicas, es sabido que numerosos países en desarrollo, en especial los de bajos ingresos, carecen de capacidad institucional para adoptar las medidas de procedimiento pormenorizadas necesarias para poner en marcha el mecanismo de salvaguardia, o incluso de un marco legislativo para recurrir a dichas medidas.

11. Los numerosos casos de que se da cuenta en los titulares casi a diario revelan que se trata de una cuestión muy preocupante que podría plantear un problema grave. El problema no es la falta de instrumentos de respuesta de la OMC, sino la capacidad de los distintos países para utilizarlos (en el caso de las medidas SGE relativas a la agricultura, la accesibilidad también constituye un problema). Además de los instrumentos comerciales, entre los mecanismos de respuesta también se incluye un gran número de medidas nacionales (por ejemplo, instrumentos de gestión del riesgo, planes de seguros agrarios, pagos de los gobiernos, etc.), pero en este caso tampoco suele ser fácil para los agricultores acceder a dichas medidas en los países de bajos ingresos debido a la falta de fondos o instrumentos. Como consecuencia, aunque en potencia la mayor parte de los instrumentos son accesibles a todos, en la práctica para muchos países existen grandes restricciones por lo que respecta a la viabilidad de los instrumentos.

12. Las medidas SGE relativas a la agricultura o un instrumento similar figurarían entre los instrumentos comerciales importantes para los países que carecen de recursos institucionales o de otro tipo para recurrir a las medidas generales de salvaguardia de la OMC. Dado que se trata de un problema apremiante, deben realizarse esfuerzos para fortalecer la capacidad de recurso a las medidas generales de reparación comercial. También se ha propuesto como medida de salvaguardia la consolidación adecuada, o en un mayor grado, de los derechos arancelarios7 pero el acceso a las medidas SGE haría innecesario en gran medida el mantenimiento de aranceles fuertemente consolidados con fines de salvaguardia. Un tercer aspecto importante consistiría en reducir al mínimo algunas de las fuentes del aumento repentino de las exportaciones en sí, tanto las prácticas comerciales desleales (por ejemplo, el dumping) como las prácticas actualmente autorizadas por el Acuerdo sobre la Agricultura, pero que podrían ocasionar, no obstante, aumentos repentinos de las exportaciones (es decir, las subvenciones a la exportación y las subvenciones a la producción nacional). Varios estudios recientes sobre los aumentos repentinos de las importaciones, realizados en particular por organizaciones de la sociedad civil, atribuyen la causa del problema a dichas prácticas. En efecto, parece que los aumentos repentinos de las importaciones son más habituales en los grupos de productos que están sujetos a grandes subvenciones en los países exportadores, en particular los productos lácteos y pecuarios (leche en polvo, partes de las aves), determinados preparados a base de frutas y hortalizas y el azúcar,

IV. TENDENCIAS RECIENTES DE LAS IMPORTACIONES DE ALIMENTOS

13. Las importaciones de alimentos han aumentado fuertemente en los países en desarrollo. La tasa de incremento anual de sus importaciones de alimentos básicos fue del 5,6 por ciento en los años noventa, en precios constantes de 1989-91, lo que representa más del doble de la tasa de crecimiento de la población. Las importaciones de los PBIDA en conjunto aumentaron un 6,9 por ciento al año y las del resto de los países en desarrollo se incrementaron en un 4,5 por ciento (Cuadro 2). Los datos también indican que las importaciones de alimentos básicos (en precios constantes) en 1995-2000 fueron un 40 por ciento superiores a las del período 1990-94 para los países en desarrollo, un 47 por ciento para los PBIDA y un 31 por ciento para el resto de países (Cuadro 3). Otros análisis revelan que las importaciones de alimentos en 1995-2000 también fueron superiores a los niveles extrapolados a partir de la tendencia del período 1986-94, lo cual refleja una tendencia a la aceleración.

Cuadro 2: Tasa de crecimiento tendencial de las importaciones de alimentos (porcentaje anual, 1990-2000)1

 

Países en desarrollo (PED)

   

Grupos de alimentos

Todos los PED

PBIDA

No PBIDA2

PMA

Países desarrollados

Mundo

Cereales y preparados

3,9

2,1

5,5

3,7

-3,3

1,4

Semillas oleaginosas y aceites

10,0

12,4

7,4

8,6

2,6

6,0

Productos lácteos

3,0

4,6

2,0

0,2

3,7

3,2

Carne y preparados cárnicos

8,5

14,1

3,9

6,6

5,3

6,6

Fruta y hortalizas

4,8

7,1

3,3

4,7

1,8

2,6

Azúcar, total (equivalente sin refinar)

4,7

8,0

1,3

10,0

1,3

3,0

     

Total

5,6

6,9

4,5

5,2

1,9

3,6


1
Las tasas de crecimiento se calcularon utilizando una regresión logarítmica lineal basada en datos relativos al volumen, en el caso de los distintos productos alimenticios, y en valores agregados (utilizando precios constantes de 1989-91) en el caso del total.
2 Países en desarrollo no pertenecientes a la categoría de los PBIDA.
Fuente: Cálculos basados en datos de FAOSTAT. De las importaciones de los países desarrollados y los totales parciales a nivel mundial está excluido el comercio intracomunitario.
 

Cuadro 3: Importaciones de alimentos en 1990-94 y 1995-2000
(precios constantes de 1989-91)
1

Valores medios

Variación porcentual

1990-94

(a)

1995-2000

(b)

Tendencia
1995-20002
(c)

(b-a)/(a)

(b-c)/(c)

miles de millones de $ EE.UU.

%

%

Total de los países en desarrollo

58

81

70

40

17

PBIDA

26

38

32

47

19

Resto de los países en
desarrollo

32

42

38

31

10

 

PMA

4,8

6,4

5,5

33

16

Total de los países desarrollados 3

88

98

101

11

-3

Total mundial 3

146

179

171

23

5


1
Los mismos alimentos que en el Cuadro 2.
2 Promedio de los valores extrapolados para el período 1995-2000, sobre la base de la tendencia lineal correspondiente a los datos del período 1986-94.
3 Excluido el comercio intracomunitario.
Fuente: Cálculos basados en datos de FAOSTAT.
 

14. Las importaciones tendieron a aumentar de forma especialmente fuerte en el caso de las semillas oleaginosas y los aceites, la carne, los preparados cárnicos y el azúcar. Por ejemplo, el volumen de las importaciones de azúcar de los países en desarrollo aumentó un 4,7 por ciento al año en los años noventa, ascendiendo dicho valor al 8 por ciento en los PBIDA y al 10 por ciento en los países menos adelantados (PMA). Dichos incrementos, que cuadruplican la tasa de crecimiento de la población, son elevadísimos. Además, en el período 1995-2000 las importaciones fueron notablemente más elevadas que en 1990-1994 (un 60 por ciento superiores para los PBIDA y un 80 por ciento para los PMA). Aunque es difícil determinar los efectos, positivos o negativos, sobre la agricultura y la seguridad alimentaria que dichas importaciones tienen para los distintos países, no cabe duda de que es necesario prestar atención a dichas tendencias y realizar investigaciones más profundas sobre sus repercusiones.

15. Las estadísticas de las importaciones de alimentos en los años noventa reflejan asimismo un cierto aumento de las importaciones de alimentos primarios, en detrimento de los alimentos elaborados, para algunos grupos de productos. Por ejemplo, la tasa de crecimiento de las importaciones de semillas oleaginosas de los países en desarrollo duplicó la de los aceites vegetales (14 por ciento frente a un 6 por ciento al año). Las importaciones de semillas oleaginosas de los países en desarrollo en el período 1995-2000 fue un 114 por ciento superior a la del período 1990-94 (46 por ciento para los aceites); por lo que respecta a los PBIDA, dicha variación fue del 155 por ciento (76 por ciento para los aceites). Se han producido variaciones similares por lo que respecta al azúcar. La tasa de crecimiento del volumen de las importaciones de azúcar sin refinar de los países en desarrollo también duplicó la tasa relativa al azúcar refinado (6 y 3 por ciento anual respectivamente). Como consecuencia, las importaciones de azúcar sin refinar en el período 1995-2000 fueron un 54 por ciento más elevadas que en 1990-94 (un 22 por ciento superiores por lo que respecta al azúcar refinado). Los datos relativos a los PMA llaman la atención: sus importaciones de azúcar sin refinar se triplicaron con creces entre ambos períodos, mientras que las del azúcar refinado aumentaron sólo un 56 por ciento. En la medida en que dichas variaciones en el volumen de las importaciones contribuyan a aportar un valor añadido neto a nivel nacional, se considerarían positivas para los países expuestos a la inseguridad alimentaria. Pero también cabe que las importaciones de alimentos primarios beneficien principalmente a la industria en perjuicio de los agricultores. El análisis de las repercusiones de dichas tendencias sobre la seguridad alimentaria constituye una tarea prioritaria.

16. No cabe duda de que el incremento de las importaciones de alimentos contribuye al suministro y consumo nacionales y, en función de la distribución del consumo, a la reducción del hambre. La Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial, entre otros documentos, reconoce claramente dicha contribución directa del comercio a la seguridad alimentaria. No obstante, en determinadas circunstancias la tendencia al incremento de las importaciones de alimentos también podría ser preocupante.

17. Las tendencias recientes y las previsiones a medio y largo plazo relativas al crecimiento de los ingresos de los PBIDA procedentes de las exportaciones apuntan a que es improbable que dichos ingresos aumenten en la misma proporción que las importaciones de alimentos de estos países, situándose muy por debajo. Por consiguiente, se plantea el problema de determinar cómo podrían financiar dichos países el crecimiento de sus importaciones netas de alimentos, dado que las actuales tendencias de las importaciones no parecen sostenibles, pues las importaciones de alimentos se financian no mediante los ingresos corrientes de las exportaciones, sino con cargo a préstamos externos8. El segundo problema se plantea cuando las importaciones alcanzan tales niveles que inciden negativamente en la producción nacional de alimentos, en el sentido de que comprometen sectores productivos nacionales eficaces y por lo demás viables. Las importaciones también pueden contribuir al crecimiento económico se trata de materias primas en las que se basan las industrias nacionales de elaboración. Por consiguiente, se deben determinar las distintas cuestiones de política comercial vinculados a estos fenómenos y tendencias para poder responder al problema allí dónde se plantee.

V. CUESTIONES NORMATIVAS RELATIVAS A LAS TENDENCIAS DE LAS IMPORTACIONES DE ALIMENTOS

18. El contexto en el que se han examinado las tendencias de las importaciones de alimentos y los aumentos repentinos de las mismas en el presente documento es la seguridad alimentaria, y no el crecimiento del comercio o su ausencia. La situación de la seguridad alimentaria mundial no es buena, como ha indicado claramente el Informe sobre el Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2002. Las tres ediciones anteriores de dicho informe llegaron en sustancia a la misma conclusión fundamental. Es más, el actual informe considera que se han paralizado prácticamente los progresos en la reducción del número de personas subnutridas en el mundo.

19. El hecho de establecer una correlación entre dichas tendencias globales (es decir, las importaciones de alimentos y la reducción del hambre) contribuiría poco al debate. El incremento de las importaciones de alimentos por parte de los países expuestos a inseguridad alimentaria reduciría, en términos matemáticos, el número de personas subnutridas, pero obviamente la situación es mucho más compleja. En los años noventa, la mayor parte del incremento de las importaciones de alimentos se produjo en los países que gozan de una seguridad alimentaria considerable y estuvieron impulsadas principalmente por el crecimiento de la renta y la población y con el apoyo del incremento de los ingresos procedentes de las exportaciones. Esta tendencia no debería ser una fuente de preocupación en general, es más, constituye un buen ejemplo de la contribución del comercio a la seguridad alimentaria. Esta tendencia también refleja ajustes a los cambios de las ventajas comparativas en numerosos casos, así como a un resultado positivo. Es posible que existan algunas excepciones a este respecto, y de hecho una lectura de las propuestas de negociación en el marco de la OMC presentadas por los países en desarrollo que gozan de una seguridad alimentaria relativa reflejan algunas preocupaciones específicas vinculadas a las tendencias a importar grandes cantidades de alimentos. Se trata de problemas que suelen estar relacionados con el período de tiempo necesario para ajustarse a nuevos regímenes comerciales.

20. Los países expuestos a una inseguridad alimentaria relativa suscitan, no obstante, algunas preocupaciones importantes. En primer lugar, para muchos de ellos el principal problema es la falta de una demanda real de alimentos a nivel familiar y de capacidad para importar alimentos a nivel nacional, es decir, el problema no es el incremento de las importaciones de alimentos, sino su ausencia. Sin embargo, para muchos otros países las fuertes tendencias a la importación de alimentos plantean problemas potenciales, y hay indicios de que se está sintiendo su presión. Esto se produce principalmente de dos formas: el incremento de la proporción de las importaciones de alimentos con respecto a las exportaciones totales, y los efectos negativos sobre la agricultura nacional. El problema es más grave en los países en que el aumento de las importaciones de alimentos va unido a un estancamiento o una reducción de la producción nacional y existen pocas posibilidades de hallar usos alternativos para los recursos productivos. La posibilidad de este efecto negativo se ha puesto de relieve en varias propuestas de negociación en el marco de la OMC y justifica un trato especial y diferenciado en las normas y compromisos de la OMC.

21. El abanico completo de las medidas de respuesta para abordar este problema de la seguridad alimentaria va más allá de las políticas comerciales, como se indica en términos concretos en el documento “Programa de lucha contra el hambre” elaborado por la FAO en 2002. Dicho programa establece los cinco siguientes ámbitos prioritarios de acción, incluidas las necesidades de inversión:

22. Si bien las políticas comerciales no constituyen la panacea para el problema de la seguridad alimentaria, pueden contribuir considerablemente a mejorar la situación. Por ejemplo, los mercados agrícolas mundiales, en especial los mercados de alimentos, siguen estando muy distorsionados, con costos sustanciales por producción perdida para los países que no subvencionan su agricultura, entre los que se incluyen países con inseguridad alimentaria. La reducción sustancial de dichas distorsiones figura en el programa de negociaciones de la OMC. Igualmente importante es garantizar que las nuevas normas y compromisos que se están negociando no limiten la capacidad de los países expuestos a inseguridad alimentaria para hacer realidad su potencial de producción, dado que ello es fundamental para mejorar la seguridad alimentaria. En tercer lugar, habida cuenta de que las actuales tendencias de la relación entre las importaciones de alimentos y las exportaciones distan mucho de ser sostenibles, es necesario que las exportaciones aumenten significativamente, mediante una mejora de las condiciones de acceso a los mercados, incluso para los productos con valor añadido. Por último, también es igualmente importante que se elimine la tendencia contraria a la agricultura, allí donde exista, en la política de los países expuestos a inseguridad alimentaria. Por todos estos motivos, es mucho lo que está en juego en las negociaciones sobre la agricultura que se están llevando a cabo en el marco de la OMC para mejorar la seguridad alimentaria mundial.

VI. RESUMEN Y ALGUNAS CUESTIONES QUE REQUIEREN UN MAYOR EXAMEN

23. Las principales conclusiones, en relación con la seguridad alimentaria, del análisis elaborado en el presente documento se pueden resumir de la siguiente forma. Por lo que respecta a los aumentos repentinos de las importaciones, las principales conclusiones son las siguientes:

24. En lo referente a las tendencias de las importaciones de alimentos, las principales conclusiones son las siguientes:

25. Las medidas de respuesta al problema de la inseguridad alimentaria para este subgrupo de países, elaboradas en el “Programa de lucha contra el hambre”·de la FAO, están integradas por medidas tanto comerciales como no comerciales, por ejemplo:

26. El Comité tal vez desee examinar las conclusiones del análisis expuesto en el presente documento y facilitar orientaciones a la Secretaría respecto de ulteriores investigaciones y análisis.

Figura 1: Algunos casos de tendencias de las importaciones de alimentos y déficit de producción

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Figura 1: texto español
Senegal – producción de tomates e importaciones de puré de tomate
Producción de tomates
(miles de t)
Importaciones de puré de tomate
Producción
Importación

Burkina Faso – producción e importación de leche entera
Producción (miles de t)
Producción
Importación
Importación (miles de t)

Kenya – Producción de leche elaborada e importación de leche en polvo
Producción de leche elaborada (miles de t)
Producción
Importación
Importación de leche en polvo (miles de t)

Zambia – Producción e importación de leche desnatada
Producción
Producción
Importación (miles de t)
Importación (miles de t)

Jamaica – Aceites vegetales
Producción
Importación
miles de t

Haití – Arroz
Producción
Importación
miles de t

Jamaica – Pollo
Producción
Importación
miles de t

Benin – pollo
Producción
Importación
miles de t

_____________________________

Cuadro 1 del anexo: Número de casos de déficit de producción
(determinados países y alimentos, 1984-2000)

Trigo

Arroz

Maíz

Aceites vegetales

Carne de vacuno

Carne de cerdo

Carne de ave de corral

Leche

Bangladesh

2

0

4

0

0

-

0

0

Benin

-

0

1

7

0

3

1

0

Botswana

5

-

0

5

4

4

0

2

Burkina Faso

-

2

2

2

0

0

1

0

Cabo Verde

-

-

9

-

3

3

1

1

Comoras

-

0

3

0

0

-

0

1

Côte d'Ivoire

-

2

0

0

3

3

0

0

República Dominicana

-

-

4

0

1

0

0

4

Guinea

-

5

3

1

2

4

0

0

Guinea-Bissau

-

3

3

1

0

0

0

0

Haití

-

4

1

5

1

2

2

0

Honduras

0

-

0

0

5

3

0

0

Jamaica

-

8

4

7

0

2

1

4

Kenya

7

0

4

1

0

0

1

0

Madagascar

3

0

2

1

0

0

0

0

Malawi

4

3

3

5

3

0

0

4

Malí

5

1

2

1

0

0

0

2

Mauritania

3

3

10

4

4

4

0

0

Mauricio

-

-

-

7

2

4

0

-

Marruecos

15

11

10

1

5

-

0

0

Níger

5

4

3

7

5

0

0

3

Perú

1

-

3

3

0

0

1

0

Filipinas

0

1

1

5

1

1

3

11

Togo

1

1

1

0

1

2

0

0

Uganda

3

0

1

0

3

0

0

0

República Unida de
Tanzanía

3

4

2

0

0

0

0

0

Zambia

2

5

6

3

2

2

1

2

  

Nota: Un aumento repentino de las importaciones se define como una desviación negativa del 10 por ciento respecto del promedio móvil de un período de cinco años. El guión (-) indica que, o bien el país no produce el producto en cuestión o bien no se disponía de datos. 
Fuente: Cálculos basados en datos de FAOSTAT.

________________________

1 Véase, FAO, Proyecciones a medio plazo para los productos agropecuarios (CCP 03/8), y FAO, Agricultura mundial: hacia los años 2015/2030 – Informe resumido, Roma, 2002.

2 En 1999, la FAO llevó a cabo 14 estudios monográficos de países sobre la experiencia relativa a la aplicación del Acuerdo sobre la Agricultura. El ámbito de dicho análisis se ha ampliado y actualmente abarca 23 países. En dichos estudios se da cuenta de varios casos de aumentos repentinos de las importaciones con diverso grado de incidencia negativa en la producción nacional. Entre los ejemplos citados cabe destacar la experiencia de Jamaica respecto al pollo, de Kenya con los productos lácteos, del Senegal en relación con el puré de tomate y de muchos otros países, como Chile, Marruecos, Perú y la India. En todos los estudios se señaló la probabilidad de que los aumentos repentinos de las importaciones constituyan problemas potenciales para dichos países, cuando no representan ya un problema, habida cuenta de la rápida apertura de las economías sin que existan formas alternativas de salvaguardia para los agricultores. Véase el documento Agricultura, comercio y seguridad alimentaria, Vol. II: Estudios de casos de países, FAO, 2000.

3 En particular Farmgate: The Developmental Impact of Agricultural Subsidies, 2002, Action Aid, www.actionaid.org; Cultivando pobreza: el impacto en África de los subsidios al algodón de Estados Unidos, Documento 30, 2002, OXFAM, http://xxx.oxfam.org.uk/policy/papers/30cotton/index.htm y Cambiar las reglas:Comercio, globalización y lucha contra la pobreza, 2002, OXFAM, http://www.maketradefair.com/.

4 En los Acuerdos de la OMC sobre medidas generales de reparación comercial (a saber, antidumping, compensación y salvaguardia urgente) no figura una definición específica de aumento repentino de las exportaciones, es decir, con referencia a un umbral. Este fenómeno se describe de forma general como un incremento significativo de las importaciones, o en dicha cantidad, en términos absolutos o relativos a la producción o el consumo. En el caso del Acuerdo sobre la Agricultura (artículo 5), sin embargo, sí existe una definición específica: volumen general de importaciones que superan un determinado nivel de activación.

La definición y el umbral utilizados en el presente documento, si bien son arbitrarios, se consideran razonables a efectos de documentar el fenómeno. La utilización de un promedio móvil de un período de cinco años tiene en cuenta, en gran medida, las perturbaciones debidas a una variación climática o a otros factores no sistemáticos. En la mayor parte de los casos, los datos relativos a las importaciones incluyen la ayuda alimentaria.

5 La frecuencia de los casos de déficit de producción se definió de forma análoga a los aumentos repentinos de las importaciones, pero con una desviación negativa de la producción respecto al promedio móvil del 10 por ciento solamente. La utilización de un umbral inferior refleja la magnitud relativa de las variables.

6 Los aumentos repentinos de las importaciones que perjudicarían la producción nacional viable o amenazarían con arruinarla, deberían ser anteriores y no posteriores a los déficit de producción. Sin embargo, en el caso de que un déficit de producción preceda a un aumento repentino de las importaciones o coincida con éste, el déficit bien podría ser la “causa” del aumento repentino de las importaciones.

7 Varios Miembros de la OMC formularon dicha propuesta para las negociaciones en curso, en particular en el contexto de la seguridad alimentaria y/o el compartimento de desarrollo.

8 El recurso al préstamo para financiar el consumo de alimentos podría estar justificado en cierto modo, pues la ausencia de dicho consumo también entraña costos importantes, tales como problemas de salud y nutrición, que reducen en última instancia la capacidad para realizar actividades productivas.