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En una pequeña población de Sri Lanka, algunas de las mujeres más pobres llevan puñados de arroz a las reuniones del grupo local de los campesinos, y lo ponen en una cubeta que contiene las reservas del grupo. Después se venderá ese arroz en el mercado local para ayudar a financiar las actividades del grupo.
Esta sencilla secuencia de hechos simboliza el planteamiento ascendente desde las bases del Programa de Participación Popular de la FAO. En Sri Lanka, se alienta a los campesinos pobres a formar grupos informales de entre ocho y 15 personas, organizadas en torno a actividades que generen ingresos, definidas por los propios grupos, tales como solicitud de tierras o procesos de elaboración a pequeña escala. Promotores del grupo especialmente capacitados enseñaron a los miembros del mismo a obtener ventajas económicas, por ejemplo adquiriendo fertilizante a granel y comercializando los cultivos en conjunto.
Casi 4 000 campesinos pobres, con ayuda de las juntas del poblado y del distrito, participaron en el proyecto de Sri Lanka. Otros planteamientos parecidos, a partir de la constitución de grupos reducidos, han ayudado a campesinos de Ghana, a productores a pequeña escala de productos lácteos en Ecuador y a comunidades pesqueras pobres de Tanzania.
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© FAO,1996