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Enfoques / 2001

Agricultura y el cambio climático

El Protocolo de Kyoto puede ofrecer incentivos para mejorar la sostenibilidad de los sistemas agrícolas y forestales
    Previsiones hasta el año 2100:
Más calor, más humedad
Temperatura
+4-5°C
Precipitación
+5%
Nivel del mar
+50cm
Este artículo se ha elaborado a partir de "Variabilidad y cambio del clima: un desafío para la producción agrícola sostenible", un informe al Comité de Agricultura (COAG) de la FAO, que se reúne en Roma del 26 al 30 de marzo de 2001.

Cerca de un tercio del calentamiento de la atmósfera y el cambio climático obedece a la agricultura. En general se reconoce que alrededor del 25% del principal gas que produce el efecto de invernadero, el bióxido de carbono, procede de la agricultura, sobre todo de la deforestación y la quema de biomasa. Los rumiantes domésticos, los incendios forestales, el cultivo de arroz en los humedales y los productos de desecho producen la mayor parte del metano que hay en la atmósfera, a la vez que la labranza convencional y la utilización de fertilizantes generan el 70% de los óxidos nitrosos.

Dado que la agricultura participa en tan gran medida en el problema del cambio climático, debe formar parte importante por igual de su solución. El informe de la FAO al COAG propone, a este respecto, que la Organización elabore un programa integrado sobre el cambio climático que le permita desempeñar una función más activa en las negociaciones internacionales, difundir sus conocimientos de los sectores críticos pertinentes a la moderación del cambio climático, y dar apoyo a las medidas generales encaminadas a hacer más flexible a la agricultura ante la variación del clima.

Obligaciones, oportunidades. La participación de la agricultura en el cambio climático tiene una fuerte presencia en el Protocolo de Kyoto de 1997 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMCC). Este protocolo hace especial énfasis en la promoción de formas sostenibles de la agricultura, menciona el cambio del aprovechamiento de las tierras, la fermentación de metano, el manejo del estiércol, el cultivo de arroz, los suelos agrícolas y la quema de biomasa como origen de los gases que producen el efecto de invernadero, que los países deben tomar en cuenta en sus informes a la Conferencia de la Partes de la CMCC.

"La FAO y sus miembros se enfrentan con varios desafíos que se derivan directa o indirectamente de las actuales negociaciones sobre el clima", dice el informe. Los signatarios de la CMCC, por ejemplo, están obligados a realizar inventarios pormenorizados de las fuentes antropógenas de los gases que producen el efecto de invernadero; el Protocolo de Kyoto va todavía más allá al comprometer a los países a realizar cambios sujetos a verificación en sus reservas de carbón, inclusive las derivadas de los cambios en el aprovechamiento de las tierras, de pertinencia directa para la agricultura.


Hacer frente a las tormentas
Los "créditos de carbono" del Protocolo de Kyoto podrían ayudar a los países en desarrollo con otra consecuencia prevista del cambio climático: las tormentas tropicales e inundaciones cada vez más violentas. Entre 1973 y 1977 los huracanes, ciclones, tifones, tormentas y tornados cobraron un promedio de 11 000 vidas anuales, y dejaron a más de 1 100 millones de personas sin techo. La FAO afirma que una mejor planificación del aprovechamiento de las tierras, así como las prácticas sostenibles en materia de agricultura, pesca y silvicultura alentadas por los "mecanismos de Kyoto" podrían ofrecer una mayor flexibilidad y reducir la vulnerabilidad de los países a los daños producidos por las tormentas, y también el cambio climático. Más...

 
Los "mecanismos de Kyoto" también ofrecen incentivos -llamados "créditos de carbono"- para que los países reduzcan sus emisiones de gases que producen el efecto de invernadero. Aunque no se ha llegado a un acuerdo sobre los "mecanismos" mismos, es probable que todos los países obtengan créditos de carbono al mejorar la sostenibilidad y los sistemas de producción agrícola y forestal (comprendidos una utilización más racional de los fertilizantes, piensos más eficientes, fomento del acopio de aguas y técnicas de conservación del agua, prácticas agrícolas de conservación, reducción de la agricultura de tala y quema y mejor protección de los suelos).

Como parte de un programa fortalecido sobre el cambio climático, dice el informe, la FAO podría ayudar a sus Estados Miembros a elaborar y fomentar éstas y otras prácticas encaminadas a reducir las emisiones de gases que producen el efecto de invernadero o retienen el carbono, y a reconocer las oportunidades para obtener créditos de carbono.

Satélites y biocombustibles. Además, otras actividades de la FAO en marcha desde hace tiempo podrían ayudar a los Estados Miembros a cumplir con sus obligaciones con la CMCC. Por ejemplo, la Organización recopila y mantiene una amplia variedad de datos directamente pertinentes no sólo al cambio climático en general, sino también a las necesidades más inmediatas de presentación de informes de los países. Esos datos comprenden información con referencia geográfica sobre vegetación, suelos y materia orgánica de los suelos, datos y mapas del clima, indicadores de biomasa obtenidos por telepercepción satelital, así como estadísticas del uso de fertilizantes, zonas cultivadas de arroz y cifras del ganado de rumiantes. La FAO además tiene la secretaría del Sistema mundial de observación terrestre (SMOT), que conduce una iniciativa sobre la Observación del carbono terrestre, orientada a ayudar a los países a evaluar y supervisar las fuentes y sumideros de carbono de sus sectores agrícolas y rurales.

El programa propuesto, en el que participarían todos los sectores de la FAO, ayudaría a centrar en el cambio climático la experiencia de la Organización en campos como la capacitación de personal agrícola, la formulación de políticas y asesoría en esta materia, así como en la adaptación de las prácticas agrícolas a condiciones adversas y medios frágiles. También alentaría la creación de sinergias en el terreno agrícola, entre los acuerdos relativos al cambio climático y otros convenios pertinentes al medio ambiente, en especial los que atañen a la desertificación y la biodiversidad, y la elaboración de métodos estadísticos en una variedad de sectores: de los recursos forestales al seguimiento del carbono de los suelos, compatibles con las exigencias de la CMCC para la presentación de informes.

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  • Enlace al Sistema mundial de observación terrestre y a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
  • Obtenga la documentación completa del COAG
Publicado en marzo de 2001
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