El Secretariado del Convenio de Rotterdam en sociedad con la Comunidad de Países hablantes en Portugués (CPLP siglas en inglés) y la representación de FAO en Portugal promovieron una reunión entre países africanos de habla portuguesa con el auspicio del Convenio de Rotterdam sobre el impacto social y ambiental del uso de plaguicidas, en los días del 1 al 4 de diciembre de 2015, en la sede de la Comunidad indicada en Lisboa, Portugal.
La reunión tuvo por objetivo iniciar un diálogo entre las diferentes partes que comparten preocupaciones similares ambientales y sociales en el contexto del Convenio de Rotterdam y otros Convenios sobre químicos, tales como los de Basilea y Estocolmo. Fue también una oportunidad para el intercambio y consolidación de ideas y propuestas de los diferentes países.
Elisabetta Tagliati del Secretariado del Convenio de Rotterdam resaltó el importante trabajo de los tres Convenios y sus vínculos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Igualmente subrayó que los plaguicidas y los químicos no deben amenazar el bienestar y la salud de los agricultores y sus familias así como su entorno, eso a pesar que aún se siguen utilizando plaguicidas de alto riesgo en muchos países.
Manuel Lapão, Director de Cooperación Director del CPLP y encargado de la Estrategia Regional para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (ESAN-CPLP, siglas en inglés) también hizo una presentación sobre el vínculo de la seguridad alimentaria, la agricultura sostenible, y el impacto social y ambiental del uso de los plaguicidas, enfatizando la importancia de fomentar las sinergias y las colaboraciones.
Los puntos focales de las Autoridades Designadas de Angola, Cabo Verde, São Tomé e Principe, Guinea-Bissau y Mozambique dieron una reseña nacional sobre el estatus de la implementación del Convenio de Rotterdam, sus experiencias en la recogida de datos sobre el uso de plaguicidas y sobre las alternativas para reemplazar los químicos de riesgo.
25 Participantes de los cinco países africanos de habla portuguesa asistieron a este evento, incluyendo representantes de los Ministerios de Agricultura, Ambiente, Salud, y de las ONG a fin de crear las bases para una red técnica, y elevar la conciencia sobre los aspectos sociales y ambientales de la exposición a los plaguicidas y tratar este tópico de manera holística para tener más actividades armonizadas de asistencia técnica.
Delegados de los países de habla portuguesa visitan la finca orgánica “Quinta do Arneiro”
En el marco de la reunión técnica del Convenio de Rotterdam, los delegados de países de habla portuguesa participaron en una visita de campo en la finca orgánica “Quinta do Arneiro” en sociedad con AGRO-BIO (Association of Organic Agriculture of Portugal).
La “Quinta do Arneiro” tiene un total de 5000 m2 de producción orgánica en invernaderos y, a través de visitas de campo y venta de alimentos, eleva la conciencia de la comunidad sobre la importancia de tener buenos hábitos de consumo de alimentos saludables a la vez que promueve el consumo de productos orgánicos.
Los participantes se familiarizaron con las alternativas no químicas para reemplazar a los plaguicidas usados en la producción agrícola a través de la experiencia práctica y el entendimiento de la cadena de valor alimentario de la producción a la distribución. Jaime Ferreira, presidente de AGRO-BIO explicó los conceptos de agricultura orgánica, la misión y los objetivos estratégicos de la organización y los procedimientos para obtener la certificación orgánica. Igualmente resaltó la importancia de la agricultura orgánica no solo para asegurar alimentos de buena calidad y protección a la salud y al ambiente, sino también para promover el desarrollo social.
Los participantes tuvieron la oportunidad de conocer sobre los productos agrícolas orgánicos y de las técnicas usadas en su cultivo. La visita de campo fue una importante contribución a las discusiones, análisis e intercambio de experiencias durante la reunión. Los participantes tuvieron contacto directo con la agricultura orgánica en Portugal y las alternativas para reemplazar a los químicos de alto riesgo, significativamente promovidos por la FAO como parte del movimiento hacia sistemas sostenibles de producción de alimentos saludables.
