La FAO tiene un papel protagónico en el fortalecimiento de la conservación de los RFAA ofreciendo asistencia normativa, apoyo técnico y sensibilización. En colaboración con sus asociados internacionales, regionales y nacionales, participa en numerosos proyectos para fortalecer la formación de personal con el fin de tratar los aspectos técnicos y normativos y preparar normas para los bancos de genes y directrices técnicas para la conservación específica de los cultivos, así como otras publicaciones.
La adopción del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura en al año 2001 marca un hito en la sensibilización sobre el valor y la necesidad de la conservación y el uso de los recursos fitogenéticos. En el 2004, la FAO, junto con Bioversity International en nombre de las organizaciones internacionales de investigación de esta esfera (GCIAI), fundaron el Fundo Mundial para la Diversidad de Cultivos a fin de garantizar la conservación y disponibilidad de los cultivos para la seguridad alimentaria en todo el mundo.