Antes de presentar a las agencias donantes un proyecto detallado de propuesta para la prevención y la eliminación de plaguicidas obsoletos, se deber determinar con precisión la exacta dimensión del problema.
Un inventario de las existencias de plaguicidas obsoletos debe identificar no solamente los diferentes tipos y cantidades de formulaciones de plaguicidas, sino también la cantidad de recipientes y equipos contaminados, suelos y otros materiales contaminados que deberán ser considerados para enfrentar el problema de la manera más ampliamente posible. En muchos casos, los recipientes de plaguicidas habrán perdido sus etiquetas. Se deberá realizar un análisis químico básico de los productos para determinar por lo menos a qué familia pertenece el químico. Esto es necesario para saber cómo envasar y etiquetar el químico para que pueda ser transportado en condiciones de seguridad hacia su destino final de tratamiento o eliminación.
En la medida que las compañías representadas por CropLife International (CLI) están decididas a contribuir con los costos de las operaciones de limpieza relacionadas con sus productos, el inventario también debe determinar qué cantidad de las existencias provienen de compañías miembros de CLI o sus predecesoras (es decir, compañías que han fusionado o cuyos productos están siendo fabricados por otras compañías).
El inventario debe reflejar también el estado en que se encuentran los recipientes y las instalaciones de almacenamiento para plaguicidas. ¿Los plaguicidas están envasados en condiciones seguras? ¿Dónde están ubicados? ¿Cerca de una fuente de agua o de un pozo? ¿Cerca de un poblado? ¿Cerca de una escuela? Si los plaguicidas se han filtrado hacia el medioambiente, también se debe determinar el nivel de contaminación de los suelos y del agua.
Se necesita toda esta información para completar una evaluación de riesgos medioambientales en cada sitio. Estas evaluaciones permiten a las autoridades establecer prioridades para operaciones de limpieza, eliminación y de diseño, para un plan de acción eficaz.
El proceso de evaluación medioambiental ha sido desarrollado por la FAO en el marco de un conjunto de herramientas que permite a los países:
- Establecer prioridades entre las diferentes zonas y regiones para iniciar acciones sobre la base de los riesgos que representan para la salud pública y el medioambiente;
- Identificar sitios de almacenamiento seguros para centralizar el re-envasado de plaguicidas obsoletos o para futuras instalaciones de almacenamiento de plaguicidas;
- Planificar el transporte de plaguicidas reduciendo cuanto sea posible los riesgos en caso de accidente o derrame.
Hacer una evaluación de riesgos medioambientales a partir de un inventario de plaguicidas obsoletos es una tarea técnicamente compleja. Las personas que asumen la responsabilidad de limpiar los sitios donde hay plaguicidas obsoletos deben estar correctamente capacitadas, supervisadas y provistas de los equipos y ropas de protección apropiados y tener equipamiento adicional como cámaras digitales y unidades de GPS.
El Programa de la FAO se compromete a suministrar a los países en desarrollo los recursos que necesitan para asumir enteramente su responsabilidad de realizar sus inventarios de existencias de plaguicidas obsoletos. El Programa ha publicado manuales de capacitación, normativas y ha desarrollado las herramientas para evaluar las cantidades de plaguicidas obsoletos y el grado de contaminación de los suelos y del agua.
La FAO también ha puesto a disposición en Internet una herramienta de base de datos para mantener un inventario. Los formularios en línea de la base de datos permiten que para cada sitio se complete y presente la información de manera estandarizada en formato impreso y electrónico. Una vez que se han ingresado los datos, la base de datos puede generar automáticamente una evaluación medioambiental de riesgos para cada sitio y establecer prioridades para un plan de acción.
