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Mala gestión de las reservas

Aún cuando los plaguicidas son productos tóxicos, también son productos perecederos, al igual que la leche o los vegetales. Para la mayoría de los plaguicidas, el período medio de vida útil es de dos años. Después de haber sobrepasado su fecha de caducidad, el producto debe ser analizado para determinar si todavía puede ser utilizado eficazmente. Y tal como sucede con la leche y los vegetales, los plaguicidas se ponen "malos" rápidamente si no son transportados, almacenados y administrados adecuadamente.

Distribución lenta y condiciones difíciles de transporte

En los países en desarrollo, los plaguicidas pueden tardar mucho tiempo en llegar a su destino final. Los plaguicidas pueden estar cerca o incluso haber superado la fecha de caducidad al momento de llegar a manos de los usuarios. Este es un problema específico sobre todo cuando los plaguicidas suministrados no son de reciente fabricación y ya han sido almacenados antes de su envío.

Las condiciones de trasporte y de almacenamiento de los plaguicidas que ingresan a un país también pueden afectar la manera en la que llegan a destino y la velocidad de su deterioro. El calor excesivo, las variaciones extremas de la temperatura, el almacenamiento a la intemperie y la manipulación inadecuada, todo esto contribuye a acelerar el deterioro de los plaguicidas.

Los problemas pueden comenzar en el punto de ingreso de los plaguicidas importados. Puede tomar un tiempo considerable a los funcionarios de aduana procesar y registrar los cargamentos de plaguicidas. Mientras transcurre ese tiempo, las condiciones de almacenamiento en el punto de registro pueden ser inadecuadas o insuficientes. Esto contribuye al deterioro de las formulaciones y de los recipientes de los plaguicidas.

Durante el transporte, los contenedores y otros recipientes a menudo son manipulados con torpeza. Cuando los bidones metálicos son golpeados y maltratados, sus recubrimientos internos y externos pueden dañarse. Esto puede acelerar el proceso corrosivo y resultar en fugas de líquido. Además, la exposición al sol por períodos prolongados en las etapas de tránsito puede causar deterioro tanto al recipiente como a su contenido.

Es vital un manejo adecuado durante el transporte no sólo para conservar la calidad del producto, sino también para proteger la salud pública. Los plaguicidas nunca deberían ser transportados junto con otros productos, especialmente alimenticios. Ha sucedido que algunos contenedores de plaguicidas sufrieron derrames durante su transporte, contaminando alimentos como harina y arroz envasados en sacos y transportados en el mismo camión. Desconociendo esto, hay personas que han ingerido estos alimentos y han resultado enfermas o han fallecido.

Almacenamiento inadecuado

Cuando los plaguicidas llegan a su destino final, las bodegas de almacenamiento por lo general son inadecuadas. Los plaguicidas conservados en lugares calurosos y con poca ventilación, se degradan rápidamente. Lo que es más grave, las bodegas a veces no son lo suficientemente amplias como para albergar a todo el cargamento de plaguicida. Los productos que llegan deben entonces ser almacenados al aire libre, ya que los anteriores, posiblemente ya obsoletos, están ocupando el limitado espacio.

Los plaguicidas almacenados al aire libre no solamente se deterioran más rápidamente: pueden ser objeto de actos vandálicos y de robo, lo cual es una seria amenaza a la salud pública y al medioambiente de la comunidad local.

El almacenamiento inadecuado no sólo afecta la calidad de las formulaciones plaguicidas, también daña seriamente los recipientes que las contienen. El espacio limitado de almacenamiento obliga a los dependientes de bodega a apilar contenedores metálicos. Esto puede dañarlos, especialmente los de abajo, y dificulta mover los recipientes para observar el estado del producto almacenado.

Si los plaguicidas se mantienen al aire libre o en bodegas que tienen filtraciones en sus techos y no tienen techos de concreto, los bidones se van a deteriorar y tendrán fugas antes que aquellos almacenados en condiciones adecuadas. Esto inutiliza los productos y crea un alto riesgo a la salud pública y al medioambiente.

Con frecuencia, el personal de las bodegas de almacenamiento no limpia inmediatamente los plaguicidas derramados porque no ha sido entrenado para hacerlo, o porque los materiales y herramientas no están disponibles. Por ello, la fuga de un bidón puede contaminar muchos otros productos o provocar que otros contenedores se deterioren, llegando al extremo de que toda la existencia almacenada se torne inutilizable.

Gestión inadecuada de los productos

Para evitar que los productos perecederos como los plaguicidas se tornen inutilizables, es imperativo que se observen los buenos procedimientos de su manejo.

Sin embargo, en los países en desarrollo muchos dependientes de almacenamiento no han recibido la capacitación requerida para dicha gestión. Esta capacitación supone más que saber cómo limpiar derrames. Exige de las personas que se ocupan de administrar estas bodegas la aplicación de la práctica estándar de gestión de almacenamiento que consiste en "el primero que llega es el primero que sale". Las existencias viejas siempre deben terminarse antes de utilizar las que acaban de ingresar. Sin embargo, esto no siempre se hace así. Los productos más viejos en general son desechados a cambio de los más recientes, que son promovidos con más énfasis por los distribuidores. La falta de un registro ordenado hace que el personal no sepa qué productos llegaron primero. Los espacios limitados de almacenamiento también conducen a que los productos más antiguos estén escondidos detrás de los que llegaron después, y se les olvide.

Además, es posible que el personal no esté informado adecuadamente acerca de los plaguicidas que manipulan, y así poder manipularlos eficientemente. Pueden incluso ignorar que cada producto tiene una fecha de caducidad. Aun cuando las personas que administran plaguicidas están adecuadamente informadas y capacitadas, la ausencia de etiquetas puede hacer que sea imposible hacer un buen manejo de estos productos.

Falta de instalaciones para hacer análisis

Los plaguicidas pueden ser eficaces aún después de llegada su fecha de caducidad, pero se debe realizar un análisis químico para determinarlo con seguridad. Muchos países en desarrollo no tienen instalaciones de laboratorio capaces de hacer este tipo de análisis. Aun cuando esto es posible, las etiquetas en mal estado pueden hacer que este ejercicio sea muy complejo.

Por este motivo, a menudo hay una tendencia comprensible de parte de las personas que manejan las reservas de plaguicidas almacenados a promover productos nuevos cuya eficacia está garantizada por sobre productos menos recientes cuyas fechas de caducidad han sido superadas. Esto conduce a más acumulación de productos viejos y reduce el espacio disponible para los nuevos.

Almacenamiento inadecuado de plaguicidas obsoletos
Almacenamiento inadecuado de plaguicidas obsoletos

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