Esta publicación tiene por objetivo ofrecer una visión general de las acciones e iniciativas en materia de agroecología en los países de Europa y Asia central.

Hay suficientes pruebas de que la agroecología contribuye a sistemas alimentarios más sostenibles, en particular a la entrega de la producción de alimentos respetando los recursos naturales, los servicios de los ecosistemas y los procesos sociales. Sin embargo, para asegurar que la agroecología pueda prosperar, es necesario eliminar algunos obstáculos a las transiciones basadas en los principios agroecológicos. También es importante destacar que la agroecología ha ido abarcando cada vez más la equidad social y las dimensiones políticas que conectan el consumo y la producción en todo el sistema alimentario. Este panorama general muestra que la agroecología también se está dando en los países de Europa y Asia central, y aunque hay varios ejemplos de importancia crítica, buenos casos y mucho potencial en esas regiones, la incorporación de la agroecología todavía se enfrenta a muchos desafíos. Todavía no hay suficiente agroecología en acción para crear y mantener un movimiento de base en toda la región y poco en cuanto a los compromisos en curso de los ministerios gubernamentales. En la mayoría de los países, la producción agrícola y la protección del medio ambiente se consideran ámbitos separados; el diálogo normativo entre ellas es limitado y en muchos casos se percibe como programas opuestos.

A pesar de las especificidades nacionales y locales, es posible identificar desafíos comunes a los que se enfrentan la mayoría de los agricultores, como el cambio climático, la degradación ambiental, la contaminación del suelo y el agua y/o la escasez y la disminución de las poblaciones de polinizadores y los servicios de los ecosistemas a nivel ambiental. En el plano social, cabe destacar también el éxodo de los jóvenes de la agricultura, la falta de organizaciones sociales y las cuestiones relacionadas con el género. La falta de estabilidad de los ingresos a la que se enfrentan la mayoría de los agricultores, así como las incertidumbres del cambio climático y la falta de gobernanza de los recursos naturales son un denominador común en toda la región.

Dicho esto, la agroecología podría desempeñar un papel importante en la región apoyando la integración de políticas para la agricultura sostenible y abordando al mismo tiempo cuestiones sociales y económicas. La agroecología tiene por objeto conciliar el desarrollo rural y la producción ambiental. Para ello es necesario un cambio social y político.