Este documento de recomendaciones presenta un conjunto de medidas para la transformación de los sistemas alimentarios con el fin de alcanzar las emisiones netas nulas de la producción de alimentos para 2030 y las emisiones netas negativas de los sistemas alimentarios para 2050.

Según el documento, son necesarias las siguientes acciones para transformar los sistemas alimentarios:

1. Un cambio global hacia una producción positiva para la naturaleza: Los sistemas de producción de alimentos ambientalmente beneficiosos protegen la naturaleza, se basan en prácticas sostenibles y regenerativas y agroecológicas que mejoran la riqueza y la abundancia de la biodiversidad en la tierra y el agua, y rehabilitan las funciones de los sistemas naturales degradados para ofrecer un futuro climáticamente positivo en el que las personas y la naturaleza puedan prosperar.

2. Reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y aumento de la circularidad: La pérdida y el desperdicio de alimentos es una de las principales causas de las emisiones y del uso excesivo de los recursos y de la tierra. Es necesario poner cada vez más énfasis en la circularidad para reducir las emisiones y construir sistemas alimentarios más resistentes y sostenibles.

3. Una transición hacia dietas saludables y sostenibles: Una transición hacia dietas más saludables y producidas dentro de los límites planetarios puede reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, proteger y restaurar la vida silvestre, reducir el uso de la tierra, mejorar la nutrición y prevenir problemas de salud, muertes prematuras, reducir la resistencia a los antimicrobianos y los costes sociales. Sin embargo, debe basarse en el contexto y la cultura alimentaria local.

4. Colaboración en todos los niveles de los sistemas alimentarios: Un enfoque de los sistemas alimentarios en relación con el cambio climático tiene que ser inclusivo y colaborativo, de modo que todas las partes interesadas participen en el diseño y la aplicación de las intervenciones adecuadas.