Los impactos globales de la crisis climática son cada vez más claros, y los recursos naturales y los ecosistemas se están agotando. A pesar de algunos avances, el hambre y la pobreza persisten, y las desigualdades se profundizan. El mundo se está dando cuenta del peligro existente de pérdida de biodiversidad, aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, escasez de alimentos sanos y empobrecimiento de los campesinos marginados de todo el mundo, debido a los elevados insumos externos y a los sistemas industrializados de uso intensivo de recursos. Existe un consenso mundial sobre la necesidad urgente de una transición hacia sistemas agroalimentarios que garanticen la seguridad alimentaria y nutricional, la equidad social y económica, y sostengan el ecosistema del que dependen todos estos elementos. La agroecología ofrece un camino crucial hacia este objetivo. Orientar los servicios de extensión y asesoramiento (SEA) hacia la demanda es un medio para mejorar su pertinencia e impacto y no un fin en sí mismo.