Mejores oportunidades para las mujeres
Una de las claves para erradicar el hambre y la pobreza extrema es aumentar las oportunidades sociales, educativas y económicas de las mujeres y jóvenes.
La Paz, 10 de abril de 2011.- La inequidad en el acceso a la información, a los recursos e insumos como semillas, fertilizantes, herramientas, el control sobre las tierras y los animales, son algunas de las limitaciones a las que se enfrentan las mujeres en el área rural.
Para reducir la brecha de oportunidades entre hombres y mujeres, como ha sugerido la FAO (El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2010-2011), se debe buscar la implementación de políticas que permitan eliminar la discriminación en el acceso a los recursos agrícolas, la educación, servicios de extensión y financieros, así como los mercados de trabajo. Por otro lado, estas políticas deben motivar la inversión en tecnologías e infraestructura, al igual que la participación de la mujer en mercados de trabajo rural flexibles y justos.
En Bolivia, al igual que en muchas partes del mundo, las mujeres realizan sus actividades habituales bajo las mismas limitaciones, impidiendo así la mejora de la producción, el incremento de los ingresos y el ejercicio efectivo de la ciudadanía.
El Programa Semilla
Ante esta situación, el Programa de Patrimonio Productivo para Mujeres en Extrema Pobreza (Semilla), es implementado por la FAO y otras Agencias del Sistema de Naciones Unidas (ONUDI y PNUD) desde el 2009, en 18 municipios de los departamentos de Cochabamba, Oruro, Santa Cruz y Potosí. Este programa otorga tres servicios que promueven el ejercicio efectivo de ciudadanía y los derechos de las mujeres, otorgan instrumentos de apoyo a la formación de capital, al igual que la capacitación y asistencia técnica.
La metodología del programa consiste en la identificación de líderes a través de quienes se adaptan nuevas prácticas dirigidas a mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria. Las mujeres de los municipios beneficiados por el proyecto han fortalecido sus actividades productivas incrementando los rendimientos de producción, mejorando la calidad del producto que se ofrece en el mercado, potenciando las actividades generadoras de ingresos y desarrollando capacidades productivas y de gestión, con el fin de alcanzar mejores mercados y mejores precios.
Como resultado de las acciones del programa las mujeres beneficiarias han desarrollado habilidades y destrezas en aspectos productivos y sociales. Sólo en el departamento de Oruro se han realizado 394 financiamientos a mujeres individuales y asociativas, aspecto que ha repercutido en la autovaloración y una alta motivación para el inicio de emprendimientos económicos. Se ha otorgado asistencia sobre tecnología bancaria, juego de mercado y la participación en ruedas de negocios, principalmente en el área de transformación de leche.
En el entorno familiar se ha logrado el reconocimiento de la pareja en relación al papel preponderante que cumple la mujer, no sólo como madre, sino como agente económico que genera ingresos y vela por el bienestar de la familia en su conjunto.