FAO Regional Office for Latin America and the Caribbean

La FAO resalta la importancia y el valor estratégico de los Andes en los países andinos

Los últimos pasos para el Decreto Supremo que constituye el Comité Nacional de Montañas de Chile apoyado por la FAO fueron anunciados por los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente en la conmemoración del Día Internacional de las Montañas.

Reserva Eduardo Avaroa (Foto: Omar Rocha)

Jueves, 12 de diciembre de 2013, Santiago de Chile.- El 39,19% de la superficie de la región (Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia) es de montaña, lo que aporta a estos países gran riqueza cultural y natural. Es por ello que la FAO resalta la importancia y valor estratégico de los Andes en los países andinos.

La población andina de montaña es de más de 82 millones de personas (51% de la población), de las cuales 30 millones es población indígena, poseedora de una rica cultura material e inmaterial y con tradición de adaptación a los cambios que han garantizado la seguridad alimentaria en las poblaciones rurales que viven allí y que además son resguardo de la biodiversidad que garantiza la sobrevivencia de especies alimenticias resistentes al cambio climático.

"La montaña andina es una región de alta vulnerabilidad en sus aspectos ecosistémicos y sostenibilidad socio económica, ello afecta de manera primordial al recurso agua. Desde la FAO estamos trabajando en la consolidación de comités de montaña como un primer eslabón en la coordinación institucional y sistematización del quehacer de montaña" señala Francisco Mendoza, consultor de la FAO.

Chile está dando los últimos pasos para la aprobación del Decreto Supremo que constituye el Comité Nacional de Montañas de Chile apoyado por la FAO. Los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Medio Ambiente hicieron el anuncio en la conmemoración del Día Internacional de las Montañas. "La constitución de este comité es un paso importante para consolidar la institucionalidad de las montañas y ponernos al día con nuestros compromisos internacionales", señaló Waldemar Coutts, Ministro Consejero Director de Medio ambiente y Asuntos Marítimos de la cancillería.

Las montañas son reservorios de diversidad biológica a nivel mundial y los campesinos que las habitan han sido los custodios de este valioso patrimonio genético, que les ha permitido nutrir a sus familias durante siglos.

Las montañas y sus glaciares son reservorios de agua dulce y proporcionan este recurso a la mitad de la población mundial. Una buena gestión de este recurso en áreas de montaña por millones de agricultores de montaña, garantiza los agua y del suelo en las zonas bajas.

Los principales ríos de Sudamérica nacen en los Andes. De los 17.000 afluentes que nutren el Rio Amazonas 14.000 provienen de los Andes (82%). El río Amazonas descarga el 20% del agua dulce del planeta y estas aguas nutren la biodiversidad de la selva amazónica, conocida también como el Pulmón del Planeta.

La población de las regiones montañosas tiene gran potencial para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición

Garantizar la tenencia de la tierra, proveer acceso a los recursos para usos familiares de la montaña, y mejorar las infraestructuras básicas en las regiones montañosas son algunas de las soluciones clave para mejorar los medios de vida y la seguridad alimentaria de las comunidades de montaña y de las tierras bajas, según la FAO.

Alrededor del 40 por ciento de las poblaciones de montaña en los países en desarrollo y con economías de transición -unos 300 millones de personas- padecen inseguridad alimentaria, y la mitad de ellos sufre hambre crónica, según la nueva publicación de la FAO La agricultura de montaña es agricultura familiar, presentado hoy con motivo del Día Internacional de las Montañas de la ONU.

Rápida transformación

Hoy en día, la agricultura familiar en las regiones montañosas experimenta una rápida transformación debido al crecimiento demográfico, la globalización económica, la difusión de estilos de vida urbanos y la migración de hombres y jóvenes a zonas urbanas. Ello supone un aumento de la carga de trabajo para las mujeres, mayor presión sobre los recursos locales y el aumento de la vulnerabilidad de los agricultores de montaña frente a los cambios globales.

Al mismo tiempo, estos cambios también pueden abrir oportunidades para el desarrollo local. Por ejemplo, la población de las montañas puede diversificar sus ingresos mediante la participación en actividades no agrícolas como el turismo y la comercialización de la artesanía local.