Dia Mundial de la Alimentación: cambio climatico y disponibilidad de alimentos
Incidencia del cambio climatico en la disponibilidad de alimentos

En el marco de la conmemoración del Dia Mundial de la Alimentacion, el viernes 14 de octubre , la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), convocó a una Mesa de Análisis sobre Efectos del cambio Climático en la disponibilidad de alimentos, en el Aula Magna de la Pontificia Universidad Católica Argentina.
Los exposiciones estuvieron a cargo de Vicente R. Barros, miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático; Daniel Tomasini, Coordinador del Área de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Alejandro Flores Nava, representante de la FAO en Argentina.
El encuentro contó con la presencia del Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Lorenzo Basso y del Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Argentina, Martín Santiago, entre otros funcionarios y referentes de las áreas de agricultura, ganadería, pesca, medio ambiente y desarrollo rural.
En sus palabras de bienvenida, Alejandro Flores Nava enfatizó la importancia del Día Mundial de la Alimentación como una jornada de reflexión acerca del hambre en el mundo y como una oportunidad de llevar el mensaje a toda la sociedad para atender este flagelo que continúa matando a millones de personas.
A continuación, Santiago se refirió a la necesidad de acompañar los cambios en el mapa geoestratégico con la incorporación de 500 millones de personas y nuevas pautas de consumo y hábitos alimentarios, sumado a la aceleración del crecimiento demográfico.
Por su parte Basso puntualizó la relevancia del Cono Sur, especialmente de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay como principales países productores de commodities.
Señaló que algunas de las razones de la volatilidad de los precios de los alimentos, que inquieta igualmente a países desarrollados y en desarrollo, es la ausencia de niveles de stock de alimentos que existía hace 20 o 30 años y la demanda sostenida de proteína roja cuya producción es onerosa, entre otras causas por la creciente urbanización.
Resaltó como asignatura pendiente la transferencia tecnológica post cosecha a países como India o Bangladesh que pierden el 30% de comida por inadecuado almacenaje, mientras el silo bolsa es definitivamente un solución tecnológica que nuestro país puede aportar.
Posteriormente, Barros abrió la mesa de análisis haciendo especial referencia a la aceleración del crecimiento de la actividad humana que se generó después la segunda guerra mundial, lo cual provocó la demanda sobre los recursos naturales y muy detrás, la llegada de la tecnología.
Enfatizó la importancia de la utilización de energías renovables por parte de las grandes potencias internacionales en línea con los informes de evaluación de los Paneles de cambio climático y de las recomendaciones de los acuerdos internacionales sobre la materia.
Sostuvo que el desafío es alcanzar metas de desarrollo sostenible sin comprometer el crecimiento económico con las mejores herramientas: comunicaciones, informática, biotecnología y nanotecnología, además de educación, un sistema científico tecnológico global y la voluntad política de financiamiento.
Por su parte, Tomasini señaló la necesidad de que los gobiernos desarrollen y mejoren las herramientas tecnológicas para prevenir, mitigar o reducir los daños ocasionados por el cambio climático, tema central del ambiente y la economía y condicionante del desarrollo.
Puntualizó que para los próximos 40 años se hace necesaria la transferencia de recursos para financiar la transición verde, y que es fundamental formular reformas nacionales e internacionales.
Con relación a la agricultura y a la necesidad de duplicar la producción de alimentos para 2050 frente al incremento de desastres naturales (que aumentó 5 veces desde 1970), destacó la necesidad de generar cambios tecnológicos y sociales radicales, mejorar el uso de la tierra y del agua, incrementar el conocimiento y desarrollar herramientas de cooperación regional y global.
Para concluir el encuentro Flores Nava, señaló que las buenas prácticas agrícolas, forestales y de manejo de suelos para mitigar los efectos de la variabilidad y anomalías climáticas, permiten una mejor adaptación a los cambios.
Destacó que si bien Argentina es una potencia agroexportadora, en el continente americano hay 52 millones de personas que no tienen acceso a los alimentos, aun cuando la producción mundial de alimentos sea suficiente para cubrir las necesidades anuales básicas de todos los habitantes del planeta en calidad y en cantidad. Sostuvo asimismo que la problemática del hambre está vinculada a la falta de acceso a los alimentos, por elevados precios o por inadecuada distribución.
Remarcó que el trabajo de la FAO en Argentina consiste en colocar las capacidades tecnológicas y humanas al servicio de terceros países, trabajando en línea con las aéreas del gobierno que demanden su colaboración y que, a nivel global, el foco de atención está puerto en el fenómeno del cambio climático para generar fortalecimiento de las capacidades de adaptación, según las realidades de los diferentes países.