Datos y numeros principales
Los pueblos indígenas ocupan físicamente 404 millones de hectáreas en América Latina
Eso es una quinta parte de la superficie total de la región.
De los 404 millones de hectáreas, 237 millones (casi el 60%) están en la cuenca del Amazonas: se trata de una superficie mayor que la de Alemania, España, Francia, Italia, Noruega y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte juntos.
Los pueblos indígenas y tribales participan en la gobernanza comunal de entre 320 y 380 millones de hectáreas de bosques.
Alrededor del 35% de los bosques de América Latina se encuentra en zonas ocupadas por grupos indígenas.
Más del 80% de la superficie ocupada por los pueblos indígenas está cubierta de bosques.
Casi la mitad (45%) de los bosques intactos que quedan (grandes áreas forestales no degradadas) en la cuenca del Amazonas está en territorios indígenas.
Entre 2006 y 2011, los territorios indígenas de la Amazonía peruana redujeron la deforestación dos veces más que otras áreas protegidas con condiciones ecológicas y accesibilidad similares.
Los territorios indígenas y tribales tienen un promedio de deforestación menor que el resto de los bosques en prácticamente todos los países de América Latina.
Muchos territorios indígenas evitan la deforestación tan bien o mejor que otras áreas protegidas.
Los bosques de los territorios de los pueblos indígenas y tribales en América Latina, y almacenan unos 34 000 millones de toneladas métricas de carbono.
Contienen casi el 30% del carbono almacenado en los bosques de América Latina y el 14% del carbono de los bosques tropicales de todo el mundo.
Almacenan más carbono que todos los bosques de Indonesia o del Congo -los dos países con más bosques tropicales después de Brasil.
Mientras que los territorios indígenas de la cuenca amazónica perdieron menos del 0,3% del carbono de sus bosques entre 2003 y 2016, las áreas protegidas no indígenas perdieron el 0,6%, y otras áreas que no eran ni territorios indígenas ni áreas protegidas perdieron el 3,6%. Como resultado, aunque los territorios indígenas cubren el 28% de la cuenca amazónica, solo generaron un 2,6% de las emisiones (brutas) de carbono de la región.
Entre 2003 y 2016, la vegetación de los territorios indígenas de la cuenca amazónica capturó casi tanto carbono (90%) como el emitido desde estos territorios debido a la deforestación o la degradación de los bosques. En otras palabras, estos territorios casi no produjeron emisiones netas de carbono.
Los gobiernos han reconocido formalmente la propiedad colectiva o los derechos de usufructo de los pueblos indígenas y tribales sobre unos 277 millones de hectáreas.
De ellas, más de 200 millones de hectáreas tienen bosques (RRI, 2018).
Aproximadamente 11,5 millones de hectáreas de tierra han sido reconocidas como reservas para pueblos indígenas en aislamiento voluntario y en contacto inicial.
Los territorios indígenas que recibieron plenos derechos de propiedad colectiva entre 1982 y 2016 en Brasil tuvieron un 66% menos de tasas de deforestación.
Entre 2000 y 2012, las tasas de deforestación en los territorios indígenas titulados de la Amazonia boliviana, brasileña y colombiana representaron solo entre un tercio y la mitad de las de otros bosques con características ecológicas y accesibilidad a los mercados similares.
Los territorios indígenas titulados en la Amazonía boliviana, brasileña y colombiana evitaron entre 42,8 y 59,7 millones de toneladas métricas (MtC) de emisiones de CO2 cada año durante ese período; el equivalente a sacar de circulación entre 9 y 12,6 millones de vehículos durante un año.
Los territorios indígenas son claves para la protección de la biodiversidad.
Los territorios indígenas de Brasil tienen más especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios que todas las áreas protegidas del país fuera de estos territorios.
Dos tercios de las especies de vertebrados del Estado Plurinacional de Bolivia y el 60% de sus especies vegetales se encuentran en los territorios indígenas de Tacana y Leco de Apolo.
Entre 2016 y 2018, la deforestación aumentó un 150% en los territorios indígenas de Brasil.
Como resultado de la deforestación y la fragmentación de los bosques, la superficie de grandes bosques no perturbados en los territorios indígenas se redujo un 20% en el Estado Plurinacional de Bolivia, un 30% en Honduras, un 42% en Nicaragua y un 59% en Paraguay entre 2000 y 2016.
Preguntas frecuentes
¿Por qué se considera que reforzar el papel de los pueblos indígenas y tribales es una estrategia rentable para detener la destrucción del mundo natural?
El costo por hectárea de reconocer formalmente los derechos territoriales indígenas y garantizar su respeto permanente es bajo. Se ha demostrado que estas medidas reducen significativamente la pérdida de bosques y las emisiones de carbono. Hay cientos de millones de hectáreas de bosque en América Latina -un área del tamaño de México o dos veces el tamaño del Estado Plurinacional de Bolivia- donde probablemente costaría menos de 10 USD por tonelada de CO2 equivalente reducir las emisiones de carbono. Un costo bajo comparado con otras opciones de mitigación del cambio climático.
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