Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

Noticias

La FAO reafirma su compromiso con la eliminación de la violencia contra las mujeres, mediante la transformación de las normas de género, con foco en la prevención y el acceso a la justicia desde un enfoque de género que considere las distintas interseccionalidades y la pertinencia cultural.

Noticias

Las cifras de la región alcanzan un 11,3% mientras que la media global es de 4,3. El informe La Situación de las Mujeres en los Sistemas Agroalimentarios fue presentado en la sede regional de la Organización.

Noticias

De acuerdo a la publicación “La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios”, las mujeres constituyen el 36% de los trabajadores del sistema agroalimentario en América Latina y el Caribe.

Género en América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe enfrentan un contexto de desaceleración económica, con un aumento de la inseguridad alimentaria, la malnutrición y los riesgos asociados al cambio climático. Situación que afecta fuertemente a las mujeres rurales y constituye un obstáculo relevante para el logro de la Agenda 2030.

Es por ello que es voluntad de la FAO promover la igualdad de género y proteger los derechos de las mujeres como derechos humanos fundamentales.

Consecuentemente, la Política de igualdad de género de la FAO 2020-2030 mandata a la Organización a orientar su labor al alcance de la igualdad entre mujeres y hombres en la agricultura sostenible y el desarrollo rural con miras a la eliminación del hambre y la pobreza.

Este sitio da cuenta del trabajo en favor de la igualdad de género que realiza la FAO en conjunto con los Estados de América Latina y el Caribe, dando a conocer iniciativas, buenas prácticas, metodologías y herramientas que contribuyen al logro de la igualdad de género.

Historias
Las mujeres rurales de Haití invierten en sí mismas

Las asociaciones de ahorro y préstamo de las aldeas ayudan a las mujeres haitianas a crear sus empresas y forjarse un futuro

Campaña Mujeres Rurales, Mujeres Con Derechos

La campaña “Mujeres rurales, Mujeres con Derechos”, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es una iniciativa de trabajo colaborativo que suma esfuerzos, articula redes, difunde conocimientos y experiencias positivas para impulsar la autonomía plena de las mujeres en el mundo rural. 

Desde 2016 esta campaña articula entidades de gobierno, organizaciones de la sociedad civil y agencias de Naciones Unidas en torno acciones de incidencia política regionales y nacionales, en favor del empoderamiento de las mujeres rurales en América Latina y el Caribe.

Acciones
AñoAcción
2016Campaña regional en redes sociales
2017Campaña Regional en redes sociales y concursos a nivel territorial.
2018Campaña regional en redes sociales y plataforma dinamizadora de agendas subregionales
2019Días de activismo en redes sociales y actividades nacionales.
2020-2021Campaña Regional en redes sociales y concursos a nivel territorial.
Publicaciones destacadas
01/2023

El informe Situación de la mujer en los sistemas agroalimentarios proporciona los datos más recientes, las lecciones aprendidas y las recomendaciones para los encargados de formular políticas y tomar decisiones sobre el género en los sistemas agroalimentarios. Este informe revisa y analiza las oportunidades y limitaciones de las mujeres en los procesos económicos y sociales, al mismo tiempo que hace un balance y evalúa el progreso realizado para cerrar una serie de brechas de género.

11/2022

En América Latina y el Caribe, el acceso a la seguridad alimentaria y nutricional, la situación de pobreza y la capacidad de respuesta al cambio climático están fuertemente relacionados con las diferencias de género, origen étnico-racial, grupo etario y territorio. Situación que exige observar el carácter entrelazado de estas desigualdades y proponer nuevas vías para lograr un desarrollo sostenible, sin dejar a nadie atrás.

06/2021

La igualdad de género es fundamental para cumplir el mandato de la FAO de un mundo libre de hambre, malnutrición y pobreza. La Organización reconoce que las desigualdades persistentes entre mujeres y hombres son un obstáculo importante para la agricultura y el desarrollo rural y que eliminar estas disparidades es fundamental para construir sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos y sociedades resilientes y pacíficas.

Iniciativas transformadoras

Proyecto “Cerrando Brechas”

Entre los estados mexicanos de Oaxaca y Jalisco, existe una ruta de migración interna vinculada al trabajo de personas jornaleras agrícolas.

Esta población enfrenta diferentes brechas de acceso a protección social en los ámbitos laborales, de salud y educación, como consecuencia de la alta movilidad, temporalidad de contratación y la informalidad laboral que impera en el sector. Situación que limita en gran medida, el derecho a los sistemas de seguridad social, servicios de salud y educación. 

También existe una marcada brecha de género respecto a las condiciones y salarios entre hombres y mujeres, quienes realizan el mismo trabajo, así como la carga desigual en el tema de cuidados que recae en las mujeres. 

En este contexto, se ha identificado la urgencia de programas sociales que atiendan, específicamente, las necesidades de mujeres jornaleras agrícolas, que ahora también,  se enfrentan a la contingencia por COVID-19. 

La FAO, OIT y ONU Mujeres trabajan juntas en el proyecto Cerrando Brechas, para identificar brechas y buenas prácticas de protección social de las poblaciones que arriban al estado de Jalisco,  provenientes de Oaxaca. 

Esta iniciativa interagencial, es impulsada con el apoyo del Fondo Conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se han llevado a cabo diálogos a través de sesiones técnicas con diferentes sectores para emitir recomendaciones en el contexto COVID-19, dirigidos a tomadores de decisiones, empleadores y personas que acompañan a la población jornalera.  También, se ha diseñado un documento sobre el panorama y agenda de derechos hacia la población jornalera agrícola en el contexto de la pandemia y ha impulsado espacios y mecanismos de articulación multisectorial para la toma de decisiones. 

En México, sólo el 30 % de las mujeres tiene derecho sobre la tierra, por lo que suelen estar más excluidas de programas de gobierno, de equipamiento, de infraestructura, de créditos y capacitación. Fundamentales para apoyos en la agricultura. 

Asimismo, sólo 3 de cada 10 mujeres recibe un salario por el trabajo que realizan en el sector agrícola. Sin embargo, las mujeres trabajadoras agrícolas temporales, enfrentan otros desafíos, como una menor remuneración respecto a la de los hombres. 

El proyecto Cerrando brechas, de la FAO, OIT y ONU Mujeres, ha identificado tres acciones clave para mejorar la situación de las jornaleras agrícolas: 

  1. Es necesario asegurar la disponibilidad de datos desagregados por sexo, grupo étnico y edad, ya que esto permite focalizar y atender las necesidades con perspectiva de género e interculturalidad.  
  2. Urge diseñar e implementar programas de  inclusión social y económica de las mujeres jornaleras agrícolas e indígenas, vinculado las acciones con la agenda laboral de la población jornalera agrícola para el acceso a la protección social ampliada. 
  3. Es necesario gestionar y proveer servicios para el acceso a tecnologías de información que faciliten la comunicación entre la población jornalera, hacia sus lugares de origen y otros interlocutores del sector público, privado y social a partir de una agenda de derechos participativa e incluyente. 
Ellas Deciden

En América Latina, los matrimonios y uniones tempranas y forzadas no han disminuido en por lo menos los últimos 30 años, y no hay evidencia de que se hayan hecho las inversiones necesarias para disminuirlos. 

El mayor número de estos matrimonios y uniones se presentan en contextos rurales de la región. En el caso de México, se observa una mayor tasa de este tipo de uniones en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con alrededor del 30%.Las principales causas de este tipo de matrimonios y uniones son: La violencia de género, normas tradicionales de las comunidades y la falta de dinero en los hogares. 

La Agenda 2030 ha establecido el compromiso de erradicar estas prácticas nocivas, como lo indica la Meta 5.3 del Objetivo 5: Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina. 

Es en este contexto que The Hunger Project México impulsa la iniciativa Ellas Deciden, que trabaja por el liderazgo integral de todas las niñas, adolescentes, jóvenes y las mujeres con el fin de garantizar su derecho a la participación en el desarrollo local. 

Esta iniciativa está construida sobre la certeza del poder transformador de las niñas, las adolescentes, las jóvenes y las comunidades que potencian su autonomía. 

En este sentido la Educación Integral en Sexualidad y la construcción de comunidades autosuficientes, son elementos fundamentales para poner fin a los matrimonios y uniones tempranas, la violencia doméstica y de género, los embarazos no planificados y la feminización de la pobreza rural.  

The Hunger Project México lleva a cabo diversas acciones orientadas a disminuir los matrimonios y uniones forzadas y tempranas. 

Algunas de ellas son la Escuela de Desarrollo Liderado por las comunidades, que ha buscado fortalecer liderazgos femeninos, concienciar sobre la igualdad de género, promover mecanismos de participación, así como diseñar estrategias locales de incidencia.  

La iniciativa también promueve círculos de mujeres rurales, instancias que buscan propiciar un espacio de confianza mutua, que les permita compartir aquellas necesidades que tienen como mujeres en materia de educación, salud, salud sexual y reproductiva, vivienda, violencia de género, alimentación, entre otros temas importantes. Igualmente, ha promovido un Foro sobre Matrimonio y uniones tempranas y forzadas, trabajo de cuidados no remunerados y pobreza en contextos rurales en México y América Latina, a  fin de construir recomendaciones alrededor del tema, e incidir con dicho documento en el marco del proceso del Foro Generación Igualdad de ONU Mujeres.  

La iniciativa ha dejado tres importantes lecciones para continuar avanzando en la erradicación de prácticas nocivas que afectan a las mujeres, jóvenes y niñas rurales:  

  1. Es importante la transversalización de género pero también es indispensable considerar enfoques de interculturalidad y de juventudes, pues ello asegura responder a realidades diferenciadas.  
  2. El trabajo para poner fin a las prácticas nocivas que profundizan la feminización de la pobreza debe ser no sólo con las mujeres, sino también con los hombres, particularmente con niños, adolescentes y jóvenes, y las comunidades en general.   
  3. Es necesario dejar de ver a las personas como beneficiarias y considerarlas como “socias” indispensables para construir comunidades y países con igualdad de género. 

Ley de Políticas Públicas para Mujeres Rurales

En Paraguay, las mujeres rurales han enfrentado diversos obstáculos para su desarrollo social y económico. Por mucho tiempo, sus roles de madres y esposas han sido los más importantes para las instituciones públicas, que sólo han considerado a las mujeres desde el ámbito doméstico.  

Sin embargo, esta situación ha ido cambiando paulatinamente para que las mujeres rurales paraguayas sean consideradas también en su valioso rol productivo y social.  

Por ello, la promulgación de la Ley N°5446/15 de Políticas Públicas para Mujeres Rurales, ha sido un hito fundamental para el país, abriendo un importante camino hacia la vindicación de las mujeres como productoras agropecuarias y agentes de cambio en sus hogares y comunidades.  

Mediante esta ley, 15 instituciones relacionadas al ámbito rural, han ajustado sus planes y programas para brindar acciones hacia las mujeres rurales. Articulándose en el Comité Interinstitucional de Aplicación de la Ley (CIAL), que viene trabajando desde 2016.  La ley ha tenido un mayor empuje con la promulgación de su Decreto Reglamentario, que facilitará su implementación. 

Actualmente, la pandemia de COVID-19 se ha convertido en una de las problemáticas más importantes para el país y para las mujeres rurales, que han absorbido tareas de cuidadoras permanentes y maestras de niños y niñas que no van a la escuela por la situación sanitaria. Además, la necesidad de paliar la reducción de trabajos fuera de la finca, las ha obligado a redoblar sus esfuerzos para no dejar de producir alimentos.  

Ante la necesidad de dar respuestas a la población, el gobierno paraguayo, ha coordinado trabajos con las instituciones que atienden al medio rural, a fin de apoyar las economías familiares para sobrellevar la situación. Al mismo tiempo, de sensibilizar y concienciar a ellas, a sus familias y a los funcionarios de los derechos que tienen las mujeres rurales. De allí que, los proyectos o programas implementados, no solamente buscaron fortalecer su autonomía económica y la seguridad alimentaria de sus familias, sino también sus capacidades de liderazgo y autoestima. 

De la mano con la Ley de Políticas Públicas para Mujeres Rurales, Paraguay está trabajando en articular sus programas en el medio rural, como un paso para avanzar hacia un futuro con igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en el campo. 

Uno de estos programas es el Plan 50 Mil Huertas, del Ministerio de Agricultura y Ganadería, mediante el cual se hace entrega de kits de semillas, insumos, asistencia técnica, capacitación y seguimiento de proyectos productivos, en todo el país. El 61% de las personas usuarias de este plan, son mujeres rurales.  

Por su parte, Ministerio de la Mujer impulsa el Proyecto Mujeres Indígenas y uso de Tecnologías Alternativas, que apoya a hogares rurales con la implementación de eco fogones, tecnologías que permiten reducir el humo de las cocinas, el tiempo de cocción de alimentos y el uso de la leña. El Proyecto también trabaja en el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres en materia de derechos humanos, género e interculturalidad.  

Además, el Ministerio de Desarrollo Social desarrolla dos importantes programas de transferencias monetarias: el Programa Tekopora (Mejor vivir) y el Programa Tenondera (Hacia adelante). Ello, como estrategia para combatir la pobreza intergeneracional, beneficiando a más de 170 mil familias. De las cuales, el 80% son mujeres rurales. Debido a la pandemia, en junio, el programa aumentó las transferencias para las familias. 

Por su parte, el Ministerio de Hacienda ha implementado el programa Pytyvo (Ayuda),  para ayudar monetariamente a personas que no están cubiertas por otro programa de asistencia ni seguridad social.  

Adicionalmente, la Oficina de la Primera Dama, ha impulsado programas de apoyo alimentario a casi 197 mil personas con almuerzos, kits de víveres y artículos de higiene. Asimismo, se lanzó una red nacional de voluntarios de salud, con una respuesta afirmativa de más de 4 mil personas del sector. 

Todo esto sin dejar de desarrollar otros programas anuales: el apoyo a casi 10 mil mujeres que recibieron herramientas para sus propios emprendimientos, mediante la línea de crédito Kuña Katypyry (Mujeres empoderadas); el Programa Aikuua (Conozco), de generación de ingresos y capacitación y el Proyecto Victoria, para la reconstrucción mamaria gratuita a mujeres sometidas a una mastectomía a causa del cáncer. 

La implementación de programas y acciones coordinadas, en el marco de la Ley de Políticas Públicas para Mujeres Rurales, le ha permitido al gobierno paraguayo identificar algunas lecciones aprendidas para seguir impulsando el poder transformador de las mujeres: 

  1. Cuando los proyectos tienen una perspectiva de género, las mujeres no sólo desarrollan habilidades prácticas de emprendimientos productivos, sino que, fundamentalmente, asumen una nueva actitud hacia la vida, porque se descubren a sí mismas y se valoran. 
  2. Cuando las mujeres están empoderadas y conocen sus derechos, están más conscientes y pueden ser menos vulnerables a la violencia de género. 
  3. Las políticas públicas favorables para las mujeres rurales, facilitan y preparan el camino para que las instituciones ajusten sus procesos y mecanismos, mejorando con ello, el acceso a sus servicios institucionales. 

Programa “Finanzas Rurales y Ambiente”

En República Dominicana, la pobreza y vulnerabilidad, siguen siendo desafíos importantes que afectan con mayor fuerza a las mujeres. En este contexto, son necesarias iniciativas que permitan a las mujeres salir adelante con sus proyectos emprendedores, para así, transformar la realidad de sus familias y comunidades.  

Ésta es la lógica del Programa Finanzas Rurales y Ambientes que implementa el Banco Adopem, entidad dominicana de la Fundación Microfinanzas BBVA, en conjunto con el Fondo Multilateral de Inversiones del BID, ONU Medio Ambiente, el Centro Técnico de Cooperación Agrícola y Rural (CTA), ADA Microfinanzas y la Red Cetroamericana y del Caribe de Microfinanzas (REDCAMIF). 

El programa, se basa en el fomento de los medios de vida de la población económicamente marginada de las zonas rurales, con énfasis en los microcréditos. Una parte importante del público meta son mujeres jefas de hogar. 

De esta forma, se ha asumido el desafío de diseñar, probar, validar y expandir servicios financieros que, instituciones financieras tradicionales, catalogan como riesgosos, cerrando la puerta a los sueños emprendedores de las mujeres. 

A través de este programa, se han diseñado, validado y probado servicios financieros como Eco-Crédito ADOPEM y Agro-Mujer ADOPEM, los cuales tienen un marcado enfoque ambiental y de género. 

Con el Eco-Crédito, se ha logrado atender con eficiencia y agilidad a pequeñas productoras que desean implementar inversiones productivas que mejoren las condiciones medioambientales de sus fincas, o bien su adaptación al cambio climático.  

Por otro lado, el producto de Agro-Mujer, fue diseñado en función de la existencia de una población de mujeres rurales, que por lo general, no pueden acceder a financiamiento para sus emprendimientos. 

El Programa Finanzas Rurales y Ambiente, ha favorecido el incremento de la resiliencia social y económica de las poblaciones rurales. Propiciando la reducción de riesgos asociados a eventos climáticos en las actividades productivas, así como la protección, restauración o utilización de la biodiversidad y de los ecosistemas de forma sostenible. Además, de la contribución positiva a corto plazo en la economía de las personas.  

El programa se ha expandido por toda la República Dominicana. Con el apoyo del Centro Técnico de Cooperación Agrícola y Rural (CTA), ADA Microfinanzas, la Red Cetroamericana y del Caribe de Microfinanzas (REDCAMIF) y ONU Medio Ambiente, se han otorgado más de 850 préstamos verdes. Además de 8 mil ochocientos préstamos agropecuarios.  

La Fundación Microfinanzas BBVA identifica tres lecciones clave de este programa:  
  1.  Hacia el 31 de agosto, las mujeres representaban el 41% de la cartera verde. Esto es, casi cuatro veces mayor al comportamiento de la cartera rural a nivel país, que oscila entre el 8 y 10%. Por ello, se puede hablar de una verdadera inclusión financiera de las mujeres rurales. 
  2. Los créditos rurales otorgados a mujeres, están vinculados en su mayoría a emprendimientos de valor agregado o comercio, que brindan mayores beneficios a las emprendedoras. 
  3. Las mujeres suelen tener un mayor cumplimiento de los pagos que los hombres, por lo que logran un mejor historial crediticio. 
    El acceso a servicios financieros no sólo abre las puertas para que las mujeres mejoren sus condiciones de vida, sino que impulsan verdaderas transformaciones en sus familias y comunidades. 

Plan Nacional de Género en las Políticas Públicas Agropecuarias 

En Uruguay, las mujeres rurales y del agro, afrontan brechas de acceso a la tierra, los recursos productivos y la asistencia técnica, así como una segregación horizontal en la educación técnica agropecuaria. Esto, ha impulsado un proceso de masculinización del mundo agropecuario, disminuyendo la autonomía económica de las mujeres del sector.  

Al mismo tiempo, la institucionalidad agropecuaria pública del país, actúa sobre el medio rural y agropecuario, frecuentemente, sin incorporar la perspectiva de género en su accionar. Por lo que, las políticas agropecuarias, no revierten y en ocasiones, profundizan las brechas de género. 

Es ante este contexto, que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, lidera el Plan Nacional de Género en las Políticas Agropecuarias. Una iniciativa que lleva adelante en asociación con FAO y el resto de la institucionalidad pública del sector agropecuario. 

Este plan, busca transformar en forma planificada, viable y con impactos concretos, el abordaje de las políticas públicas agropecuarias, a fin de que éstas incorporen la perspectiva de género.  

Para la construcción de esta iniciativa, se está impulsando un proceso nacional de consultas ciudadanas, técnicas y académicas, la construcción de una hoja de ruta pertinente, viable y con posibilidades de impacto en las condiciones de vida de las mujeres del sector. 

Entre las acciones previstas por el plan, están la sensibilización sobre género en el funcionariado de las instituciones públicas agropecuarias, asimismo, un diagnóstico de las condiciones de vida de las mujeres rurales y del agro, sistematizado y consensuado, para una difusión masiva. 

El resultado será una estrategia de cinco años para la incorporación de la perspectiva de género, en forma transversal, en políticas de la institucionalidad pública agropecuaria del país. 

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, junto a la institucionalidad pública que atiende al sector agropecuario del país, se ha propuesto transversalizar el enfoque de género en sus políticas agropecuarias, como una manera de acelerar el paso hacia el empoderamiento de las mujeres del agro. 

Este plan de acción se construye sobre tres premisas fundamentales: 
  1. Las mujeres rurales ocupan un rol relevante en la economía y producción, y tienen múltiples ámbitos de contacto con las políticas públicas. Eso supone que, una política de trabajo en género en su dimensión productiva, debe ser construida en forma mancomunada por toda la institucionalidad del sector.  
  2. Existe un potencial productivo de las mujeres que es poco reconocido y valorado. Al vindicar su papel, se hace posible mejorar su situación laboral, social y productiva, cumpliendo con los objetivos de la institucionalidad agropecuaria y aportando a la justicia social. 
  3. Para garantizar la pertinencia y viabilidad de una política pública, es necesario establecer un estrecho vínculo con la población objetivo y quienes ejecutan las políticas. Desde el diseño hasta la evaluación. 

Bono 10 Mil

Honduras ha implementado diversos programas orientados romper con el ciclo de la pobreza urbana y rural. Uno de ellos, el Bono 10 Mil.  

Este programa de transferencias condicionadas, está dirigido a hogares en pobreza y pobreza extrema. La mayoría en el medio rural, con menores de 14 años. 

Para recibir el apoyo anual de 10 mil lempiras, las familias asumen un compromiso de enviar a sus hijos e hijas a los centros educativos, así como a consultas médicas. 

Informes de monitoreo y evaluación, estiman que el programa ha cubierto aproximadamente el 40% de los hogares pobres extremos y 38% de los hogares pobres en zonas rurales. 

Este programa es un pilar fundamental para contribuir a la seguridad alimentaria de los hogares rurales en pobreza, sobre todo aquellos con mujeres jefas de familia.   

Trayectorias y aspiraciones de jóvenes rurales

En 2019, RIMISP, realizó un estudio en Colombia para comprender las trayectorias y aspiraciones de los jóvenes rurales, el papel del territorio y las políticas públicas en ellas. Esto, desde su contribución a la reducción de las restricciones para su inclusión económica. Así, se analizan los obstáculos y limitantes que encuentran los jóvenes rurales en la transición entre la infancia y la adultez, las estrategias individuales y colectivas que desarrollan para superarlos y la influencia que tienen los sistemas de género. 

La juventud rural, es fundamental en la agenda del desarrollo territorial. La juventud es una etapa crítica donde se consolida la autonomía y se producen algunas transiciones claves como el acceso a la educación, al mundo laboral y a la parentalidad. Las que definen aspiraciones y trayectorias de vida. Además, la juventud rural de hoy, es un potencial agente de transformación. Tiene un mayor nivel educativo, mayor acceso a la información, mayor acceso a servicios públicos básicos, mayor cercanía y manejo de las nuevas tecnologías de información, respecto a generaciones anteriores. 

Entre los resultados, destacan tres desigualdades territoriales que recurrentemente determinan las trayectorias de los jóvenes rurales: educación escolar y posterior y el desarrollo del sistema de protección social. Además, las transformaciones rurales sobre la juventud rural, resultan en precarias oportunidades, pero en un mayor horizonte de actividades y lugares. Se traduce en una alta movilidad ocupacional y geográfica y en un tránsito no lineal de la infancia al mundo adulto. Entre otras cosas, es necesario considerar que esto les genera altos niveles de incertidumbre y ansiedad.

Estrategia digital para acercar servicios financieros a mujeres rurales

Bancamía, entidad colombiana de la Fundación Microfinanzas BBVA, acompaña a personas emprendedoras vulnerables en su progreso y trabaja por hacerles accesibles los recursos financieros. Especialmente, a aquellas que se encuentran en áreas rurales.  

Para lograr este objetivo, Bancamía, está avanzando con paso firme en su estrategia digital: la tecnología es el gran aliado para la lucha contra la exclusión financiera y la desigualdad.  

Por ello, ha implantado herramientas de movilidad en toda la red, que permiten al personal ejecutivo, acercar sus oficinas al hogar de las y los clientes.  

La tecnología y la estrategia de canales, están contribuyendo a convertir este propósito en realidad. Hacia junio de 2020, la entidad atendió a más de 323 mil personas emprendedoras en vulnerabilidad, a través de sus 217 oficinas y puntos de atención. 

En el primer semestre del año, la entidad atendió a 174 mil clientas de crédito, quienes fueron acompañadas para mejorar su calidad de vida y la de sus familias. El 29% de las microempresarias que atiende Bancamía, son mujeres rurales. El 85% son madres de familia. 

Hilando historias en el fin del mundo

En la Provincia de Tierra del Fuego, un grupo de mujeres se dedica a hilar y tejer lana de oveja. Desde hace nueve años, trabajan juntas para crear un mercado donde vender sus productos, bajo los valores del comercio justo y respeto por el medio ambiente. Ya lograron equiparse y hacer sus primeras compras colectivas de lana cruda. 

Ellas transforman la materia prima local de manera artesanal, creando prendas que dan cuenta del territorio en donde se realizan. Cada hilandera tiene su historia, pues provienen de distintas latitudes y países. Las une el amor por la lana y un proyecto en común.  

En el camino, se reúnen, hablan, comparten saberes, se apoyan, recuperan valores, se motivan, discuten, se van enojadas, vuelven, se dan otra oportunidad, crecen, se empoderan. 

El INTA, desde su proyecto Sujetos Sociales Agrarios en Procesos de Transformación Territorial, trabajó en una propuesta audiovisual, a fin de visibilizar la importancia de estos grupos de colaboración y cooperación. Donde se construyen procesos que superan lógicas sociales, de género, distancias y edades.  

Asimismo, se trabajó en el dictado de capacitaciones al interior del grupo, vinculado a diseño textil o diferentes necesidades identificadas por el grupo. Se realizó también, una vinculación muy fuerte hacia la comunidad, creándose espacios de capacitación brindados por las propias hilanderas en pos de transmitir sus saberes y experiencias.  

INTA destaca tres importantes lecciones sobre su trabajo con un grupo de mujeres hilanderas y tejedoras de lana de oveja, en la Provincia de Tierra del Fuego: 

Lo que comenzó siendo parte de un grupo de mujeres hilanderas y tejedoras, ha superado barreras etarias y de género, en las charlas y capacitaciones por ellas. Brindadas en escuelas, ferias y otros espacios promovidos por el INTA. 

Las mujeres de este grupo son reconocidas como referentes y convocadas por organismos de la escala local y regional como expositoras y representantes de Tierra del Fuego. 

El grupo, ha conseguido contar con un local propio donde se comercializan sus prendas, asimismo, de la mano de proyectos especiales Pro-Huerta (2018) logró adquirir equipamiento para hilar y cardar la lana que las propias mujeres gestionan en diferentes estancias y establecimientos productivos de Tierra del Fuego.

Mediante la producción de textiles artesanales, las mujeres de estas comunidades, preservan el rol de herederas, creadoras y transmisoras de saberes ancestrales, que se traducen en manifestaciones estéticas y visiones del mundo. Plasmadas en los objetos utilitarios que producen.  

Si bien, su trabajo suele ser menospreciado por el mercado local, en los precios que les ofrecen, además del desconocimiento de la complejidad del proceso y los significados de las formas que se repiten y reinterpretan, existe un mercado, en otras provincias y otros países, que valora su trabajo. Tanto por la materia prima vegetal, como por las técnicas utilizadas. 

Tatiana Pereyra es una artesana wichí que participa en un grupo de tejedoras, en la Provincia de Salta. 

A partir del diagnóstico realizado por el equipo local del INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar, su grupo comenzó a trabajar en el fortalecimiento de la comercialización, haciendo foco, en principio, en desarrollar innovaciones en los diseños, el agregado de valor y la comercialización asociativa.  

Este grupo de artesanas, llamado Thañí (viene del monte) se ha constituido como el único espacio de participación local exclusivamente de mujeres. A través del cual, sus integrantes lograron posicionarse como trabajadoras en una nueva forma de relación con su entorno, revalorizando sus saberes ancestrales. El grupo está por abrir una tienda virtual para seguir colocando sus productos en el mercado. 

Visibilizando los roles y saberes de las mujeres en el pastoreo trashumante

Las mujeres y hombres que practican el pastoreo trashumante, se localizan en una vasta región: norte, oeste y sur de Mendoza; sur oeste de la Pampa  y norte de Neuquén. 

También llamados crianceros y crianceras, forman parte de un movimiento  condicionado por las características climáticas, que tiene una consecuencia  directa en el manejo del ganado. Sobre todo, caprino, que obliga a las familias  a aprovechar diferentes pasturas y pisos ecológicos. 

Las y los crianceros delimitan claramente dos espacios socioculturales: la Invernada y la Veranada. Esta fuerte relación con el medio, ha generado una multiplicidad de saberes  que  forman parte de su acervo cultural y que, el INTA, se ha propuesto rescatar y visibilizar.  

Las mujeres trashumantes participan en el 80% de los proyectos productivos presentados por el Movimiento Puesteros del Sur. Perteneciente al Movimiento Nacional Campesino e Indígena. 

El INTA, ha llevado a cabo producciones audiovisuales en diversos formatos, a fin de visibilizar el rol de las mujeres trashumantes.  Se ha promovido su participación en programas radiales de llegada masiva a comunidades rurales trashumantes del sur de Mendoza y norte de Neuquén. 

Asimismo, se han priorizado proyectos productivos liderados por  mujeres de comunidades trashumantes de la región. 

En 2019, se creó casa albergue en la ciudad de Malargue, destinada a atender a mujeres en los últimos días preparto y los primeros días posparto, ya que debido a la gran extensión del territorio, en la mayoría de los casos es muy complejo trasladarse para dar a luz desde sus puestos.

Plataforma INTA de Géneros, Infancias y Adolescencias 

El INTA cuenta con una trayectoria importante de trabajo con mujeres agropecuarias, con niños, niñas y adolescentes escolarizadas y escolarizados.  Además, al interior de la institución, aumentó el ingreso de mujeres en las dos últimas décadas. 

Sin embargo, se ha observado una necesidad de incrementar y mejorar sus capacidades en cuanto a la perspectiva de género, así como el abordaje de problemáticas de infancia y adolescencia, de manera transversal, a todas las áreas de la institución.  

Las mujeres son agentes clave en el sistema agropecuario y agroindustrial argentino. Pues son quienes suelen desempeñar un triple rol en sus territorios: Productivo, reproductivo y sociocomunitario.  

Es en este contexto, que surge Plataforma de Géneros, Infancias y Adolescencias. Orientada a difundir y abordar estas temáticas, así como  fomentar acciones colectivas en articulación con instituciones y entidades públicas / privadas. 

Desde su implementación a finales de 2019, la plataforma ha consolidado un equipo de gestión interdisciplinar integrado por mujeres de las ciencias sociales y agropecuarias. Quienes a su vez, son responsables de llevar adelante las tres comisiones que la integran: a) Fortalecimiento Institucional; b) Equidad de Géneros y c) Infancias y Adolescencias. Desde donde se ha promovido la discusión hacia dentro de los equipos técnicos de INTA, sobre la situación de las mujeres rurales. 

Las acciones de esta plataforma se han logrado con una fuerte articulación institucional con: el Ministerio de la Mujer Genero y Diversidades; Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca;  organismos internacionales como OIT, FAO e IICA; Universidades de todo el país y también con movimientos políticos y sociales que han incorporado el área de género y diversidades hacia el interior de sus organizaciones. 

La plataforma es integrada por una Comisión ad-hoc organizó el Primer Seminario Plurinacional de Mujeres Rurales, Campesinas e Indígenas, en conjunto con el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades. Constó de diversas jornadas de participación de las mujeres y cerró su ciclo el 15 de octubre de 2020. 

Durante su tiempo de implementación, la plataforma identificó importantes lecciones. Algunas de ellas son: 

Las mujeres rurales tienen un papel decisivo en el desarrollo, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza y deben ser consideradas en todas sus dimensiones. 

La acción del Estado, en el marco del aislamiento social, busca articular y visibilizar los esfuerzos de los diferentes actores sociales para brindar respuestas integrales con políticas de género activas. 

Hay un desafío institucional en el INTA, que es poder transcender la dicotomía de varón-mujer, donde se asignan determinados roles y funciones a cada uno, dejando de lado una diversidad de identidades que están en el medio de estas dos posiciones. 

Mesa de Mujeres en la Pesca Artesanal

El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile impulsa la Mesa de Mujeres en la Pesca Artesanal, un espacio de diálogo con mujeres pescadoras, algueras, mariscadoras y faenadoras de todo Chile. 

Esta mesa busca fortalecer el reconocimiento del rol de las mujeres en la pesca artesanal, además de desarrollar programas de capacitación, como el Curso de Mujeres Líderes en la Pesca Artesanal, donde las participantes mejorarán sus competencias de liderazgo y administración. 

SERNAPESCA busca que este espacio de diálogo impulse el desarrollo productivo de las mujeres pescadoras, y promueva una mejor coordinación público-pública para gestionar de manera eficiente acciones concretas en beneficio de las mujeres de la pesca artesanal. 

La segunda reunión de esta mesa tuvo lugar en agosto de 2020 y contó con la participación de casi 50 dirigentas mujeres del sector artesanal. Quienes abordaron temas vinculados principalmente con la visibilización y empoderamiento de la mujer en el rubro pesquero en tiempos de COVID-19. 

Programa Nacional de Innovación Agraria 

El Programa Nacional de Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura y Riego de Perú, financiado por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, e implementado por el Instituto Nacional de Innovación Agraria, busca fomentar el desarrollo de una agricultura productiva, inclusiva y sostenible. Esto, con el fin de mejorar la competitividad y rentabilidad de pequeñas, pequeños, medianas y medianos productores agrícolas.  

De esta forma, el proyecto impulsó el empoderamiento de mujeres rurales, brindando apoyo y asesoría a las productoras y sus organizaciones.  

Proyecto de reducción de la vulnerabilidad de mujeres rurales y sus medios de vida para una agricultura resiliente 

En Perú, existen importantes brechas de género que impiden la plena autonomía de las mujeres rurales. Por ejemplo, de un total de 691,921 mujeres productoras, las mujeres conducen el 22.6% (3.1 millones de hectáreas) del total de superficie agropecuaria. 

A ello se agrega que el 26.6 % de las mujeres productoras no sabe leer ni escribir y que sólo el 3.2% ha recibido asistencia técnica o capacitación, además de que sólo el 6.4% tiene acceso al crédito. 

Es en este contexto que la FAO, instituciones de gobierno de Perú y la Cooperación Española, impulsan el Proyecto de reducción de la vulnerabilidad de mujeres rurales y sus medios de vida para una agricultura resiliente. 

Este proyecto trabaja en tres importantes áreas: políticas públicas, escuelas de campo con enfoque de género y bionegocios liderados por mujeres. 

De esta forma, se ha incorporado el enfoque de género en el programa presupuestal del Ministerio de Agricultura y Riego referido a la Asistencia Técnica y Extensión Rural.  

Se ha incidido en la meta presupuestal para el Programa de Incentivos Municipales con enfoque de género y también se han realizado diagnósticos agroclimáticos y vulnerabilidades de las mujeres rurales. 

Las escuelas de campo, han permitido la formación y certificación de las mujeres. Asimismo, se ha fomentado su empoderamiento económico y social, visibilizando la importancia de generar impactos ambientales positivos. 

La FAO ha identificado tres acciones clave para impulsar el empoderamiento de las mujeres rurales que trabajan en la agricultura: 

  1. Realizar capacitaciones sobre género a todo el personal facilitador de campo. 
  2. Incorporar el enfoque de género en todas las fases del proyecto o intervención. 
  3. Trabajar de la mano con instituciones especializadas en género. 
Videos
Contacto

Ricardo Rivera

Comunicador de la Iniciativa Regional Sociedades rurales prósperas e inclusivas

Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

Constanza Soudy

Asistente de comunicaciones para Género y Pueblos Indígenas.

[email protected]