FAO en Argentina

Doble apuesta de innovación agroindustrial: acuicultura y operarios con capacidades diferentes

©Idris
06/05/2023

En una planta de Piedra del Aguila dedicada a la producción de trucha arcoiris, decidieron sumar a trabajadores con síndrome de Down a su equipo.

 

“Fue muy difícil desde lo burocrático, desde lo laboral y hasta por el entorno, porque cada vez que se hace algo nuevo hay resistencias, pero una vez realizado la satisfacción fue enorme y a todos nos cambió la mirada”, resume Lucas Maglio, ingeniero en acuicultura. Pero no se refiere al cultivo de peces ni a su comercialización, sino a un proyecto llevado adelante por la empresa donde trabaja.

El proyecto tuvo que ver con incorporar a personas con discapacidad o diversidad funcional, término que ha empezado a utilizarse para evitar connotaciones negativas, en su planta de Piedra del Aguila, Neuquén.

Desde 2008, Idris Patagonia, se dedica a la producción de trucha arcoiris, aprovechando las bondades de los lagos de la cuenca del río Limay y con una mirada sustentable.

La idea nació durante la pandemia: en Piedra del Águila hay una escuela para chicos con diversidad funcional y surgió la iniciativa de dar una capacitación para ver quién se entusiasmaba y cómo se podía armar un equipo de trabajo.

El Centro PyME-ADENEU de Neuquén lanzó el “Plan 10 mil”, brindando la capacitación técnica en Operario de Piscicultura. “Fue un trabajo conjunto entre la escuela de Nucleamiento N°6 y la municipalidad de Piedra del Águila, más el apoyo de una acompañante terapéutica. La idea es que los jóvenes con capacidades diferentes puedan trabajar después con nosotros en la planta”.

“A las 120 personas que ya trabajan con nosotros, de las cuales la mayoría son mujeres, quisimos sumar a algunos de estos jóvenes porque había que entusiasmar, vencer prejuicios y miedos”, recuerda Lucas.

“No fue fácil: quisimos contratar a una persona con síndrome de Down y ahí comprendimos que es muy complejo desde lo burocrático y hasta de lo familiar, porque muchas veces el entorno, sin querer, potencia las dificultades por miedos lógicos, por costumbre o por el reflejo de sobreproteger a la persona”, comenta.

Una vez sorteados los obstáculos, el proyecto comenzó con 4 estudiantes por mes, donde a cada uno se le asignaba un tutor que los acompañaba en el empleo.

“El resultado es que hoy 10 chicos y chicas tienen su título de Auxiliar en Piscicultura, una formación que ha logrado la validez a nivel provincial en Neuquén, y 2 de ellos se van a incorporar a la empresa el mes que viene”, relata entusiasmado.

 

Los pasos de la acuicultura
El proceso de producción de truchas implica varias etapas. El primero es la incubación con ovas de Dinamarca y de Estados Unidos, que ingresan a un centro de cuarentena, además de las propias que la empresa va generando.

Todo este proceso se realiza en incubadoras. “Durante la incubación y eclosión, se utiliza agua de manantial, que desde lo sanitario es muy bueno por ser rica en minerales y baja en carga microbiológica, lo cual reduce la mortandad”, explica el especialista.

En cuanto a la piscicultura “en sí”, es decir, la cría del animal, se realiza en estanques y es cuando los peces aprenden a comer, y lo hacen sin descanso: comen las 24 horas en intervalos de 15 minutos.

Una vez que alcanzan los 15 gramos, se llevan al embalse ubicado en Piedra del Águila, que tiene 100 kilómetros de largo, donde viven en jaulas. “Nosotros consumimos la misma agua que usamos para los peces, lo cual demuestra que cuando se hacen las cosas bien hay un equilibrio entre naturaleza y producción”, asegura Lucas.

Sobre eso, agrega que otra ventaja es que la planta procesadora está a apenas 2 kilómetros de los centros de engorde, lo que permite llegar con el pescado fresco en muy buenas condiciones y mejora sustancialmente la calidad final del producto.

Con respecto a las medidas para evitar los escapes de peces, se realiza un control exhaustivo de los stocks de individuos en cada jaula en el lago, cuentan con un ROV subacuático (en inglés, vehículo de operación remota, que es como un dron) que controla a diario el estado de redes y líneas de fondeo.

“Contamos con sistema de limpieza de redes semiautomático que permite mantener las redes limpias, dando mayor flujo de agua a los peces y permitiendo un mejor control del estado de redes”, describe Lucas.

En 2022, como todos los años, a mediados de octubre la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizaron la Celebración del Día Mundial de la Alimentación (DMA) con productores representativos de las 5 regiones productivas de Argentina, de la cual participó Idris como uno de los ejemplos de buen trabajo vinculado a la fabricación de alimentos.

“FAO es una fuente de consulta permanente para los que hacemos acuicultura”, destaca Lucas. “En 2021 participamos en un programa de Reducción de Pérdida y Desperdicios de Alimentos y también fue una gran experiencia, porque en la planta de procesado hay mucho desperdicio, entonces comenzamos a producir harina y aceite de trucha que se vende a fabricantes de alimentos para gatos. Intentamos ser lo más sostenibles posible, y para tratar los efluentes tenemos un proyecto forestal por el cual usamos el agua para regar plantas nativas”.

La FAO declaró al 2022 como el “Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales” y se publicó el informe sobre “El estado mundial de la pesca y la acuicultura”, donde se propone una visión dinámica de la pesca y de la acuicultura en el siglo XXI.

A nivel mundial, los alimentos acuáticos proporcionan aproximadamente el 17% de la proteína de origen animal, superando el 50 % en varios países de Asia y África. El sector da empleo a una cifra estimada de 58,5 millones de personas solo en la producción primaria, de las cuales aproximadamente el 21 % son mujeres.

Lucas considera que su compromiso con el ambiente es esencial. Por eso, asegura que “tenemos la primera producción acuícola certificada libre de químicos y antibióticos, lo cual nos permite acceder a mercados muy exigentes”.

Sobre eso, describió: “Tenemos mucha inversión en este cuidado, porque sin un ambiente sano, esta diferenciación no sería posible. En este punto, hicimos un proyecto con YPF Gas para convertir todas nuestras embarcaciones a gas, y todos nuestros plásticos son reciclados y la planta donde procesamos las truchas y hacemos el producto final logramos residuos 0, ya que los restos de pescado pasan a convertirse en harinas y aceites que luego se destinan a alimento para mascotas”.

Por último, más allá de las cifras y los datos duros de la acuicultura, Lucas volvió a hacer hincapié en “el proyecto con los chicos”.

“Esta experiencia nos cambió a todos. Al principio, hubo resistencias porque muchos pensaban que iba a implicar perder mucho tiempo o enfrentar diversas complicaciones, y al final resultó todo lo contrario”, se emociona.

“Fue muy movilizante y una evolución para todos, para nosotros y para los chicos, quienes se dieron cuenta de todo lo que son capaces de hacer. El objetivo por delante es que otras empresas se animen a tener estas iniciativas”, finalizó.

 📷Fotos

📽Video

La nota se publicó el 06/05/2023 en TN