Construyendo la generación #HambreCero

¿Qué es el hambre?


Sabemos que cientos de millones de personas tienen hambre en todo el mundo. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿De dónde vienen el hambre y la malnutrición? ¿Cuál es la causa y cómo podemos luchar contra ella?

Mirando hacia atrás en la historia, el hambre siempre ha existido y siempre por las mismas razones. La pobreza es una de las principales causas del hambre. Si eres pobre, no puedes permitirte alimentos nutritivos. Esto hace que sea difícil trabajar o ganarse la vida y, a menudo, significa que las personas permanecen en una trampa de pobreza.

Los conflictos perturban las actividades agrícolas y la producción de alimentos. Millones de personas a menudo se ven obligadas a huir de sus hogares y después se ven privadas del acceso a alimentos suficientes. La gran mayoría de personas hambrientas en el mundo viven en países afectados por conflictos. Las guerras o los levantamientos también pueden ser una consecuencia directa del hambre: es natural explotar de ira cuando el acceso a los alimentos se vuelve imposible. Por lo tanto, la alimentación puede ser una herramienta poderosa para conseguir la paz en el mundo.

Nosotros, los seres humanos, hemos estado pasando por alto los efectos de la contaminación en el último par de siglos. La contaminación ha afectado al clima y ha provocado un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, tormentas tropicales y largos períodos de sequía. Los agricultores pobres, los pescadores, los pastores y los habitantes de los bosques sufren más durante y después de un desastre natural: no tienen suficiente para comer y, a menudo, se ven forzados a dejar sus hogares. El aumento de las  temperaturas como resultado del cambio climático también afecta dramáticamente al medio ambiente y puede transformar el suelo sano en suelo seco e infértil. La pobreza, la guerra y los desastres naturales afectan particularmente hoy a las zonas menos ricas del mundo. Pero incluso en los países ricos e industrializados, hay grandes grupos de personas que viven en la pobreza, que no pueden alimentarse adecuadamente. A menudo viven en los mismos barrios que las personas con sobrepeso u obesas.

El consumo exagerado e irresponsable de la insalubre comida chatarra forma parte del problema del hambre que cada año causa un mayor número de muertes. Más de un cuarto de la población, 1.900 millones de personas, tienen sobrepeso. De éstos, 600 millones son obesos y la obesidad adulta está aumentando en todas partes a un ritmo acelerado. La producción y el desperdicio de grandes cantidades de alimentos para los sobrealimentados están contribuyendo a la contaminación y afectando a la salud de las personas en todo el mundo. Por lo tanto, la malnutrición es un problema mundial que nos concierne a todos, sin importar dónde vivamos.

El crecimiento económico es a menudo la clave para ayudar a los países a salir del hambre. Lamentablemente, cuando no está controlado y no es justo, puede ampliar la brecha entre ricos y pobres, generando más hambre, conflictos y tensiones. El crecimiento debe incluir a las personas vulnerables y considerar a la sociedad como un todo: solo funcionará cuando cada parte se considere esencial para el conjunto.

Sabemos que las personas son el ingrediente especial en la receta para acabar con el hambre en el mundo: todos debemos tomar medidas para lograr este objetivo común.