El 92% de las explotaciones agrícolas de Chile pertenecen a la agricultura familiar. Sector contribuye al 61% del empleo del sector agropecuario y al 27% de la producción de alimentos.

Santiago – El Ministro de Agricultura de Chile, Carlos Furche destacó que, “el gobierno chileno apunta a fortalecer la vinculación de los pequeños agricultores con otros eslabones de la cadena para dar valor a su producción”, durante su participación en la  Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, realizada la semana pasada en Santiago de Chile.

Los gobiernos de Améric Latina y el Caribe demostraron su compromiso con la lucha contra el hambre al establecer a la agricultura familiar como una de las tres iniciativas regionales del plan de trabajo de la FAO.

“Además de potenciar a las instituciones nacionales y compartir experiencias chilenas exitosas con otros países de la región, el gobierno de Chile tiene como una de sus áreas prioritarias el fortalecimiento de estrategias de desarrollo en agricultura familiar campesina” comentó el Ministro Furche, aludiendo al Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014, AIAF, que se celebra este año en todo el mundo, con el apoyo de la FAO.

Según una nueva publicación de la FAO, el 92% de las explotaciones agrícolas de Chile pertenecen a la agricultura familiar y éstas contribuyen al 61% del empleo del sector agropecuario. El sector contribuye con el 27% de la producción de alimentos y ocupa casi 12 millones de hectáreas, más de la mitad de toda la superficie agropecuaria del país.

“Sin duda se trata de un verdadero pilar de la seguridad alimentaria nacional”, señaló Eve Crowley, Representante de la FAO en Chile, la cual explicó que el país cuenta con una amplia gama de oportunidades de producción agrícola que lo han posicionado como uno de los mayores exportadores de fruta fresca del hemisferio sur y un actor clave en la erradicación del hambre en la región.

El libro publicado por la FAO, Agricultura Familiar en América Latina y el Caribe: Recomendaciones de Política, recoge buenas prácticas y experiencias para apoyar a los gobiernos a planificar políticas específicas para que el sector cumpla su potencial.