Los productores de leche pueden mejorar su productividad y ganancias mediante la cría selectiva y el control de la reproducción. Es posible mejorar la eficacia reproductiva (p. ej., intervalos entre partos, tasas de concepción) utilizando genotipos adecuados al entorno de producción y prácticas ganaderas apropiadas.
El comportamiento reproductivo de los animales lecheros se ve afectado por factores como el medio ambiente, la nutrición de los animales, las condiciones socioeconómicas de los productores, la adaptabilidad y características genéticas de los animales lecheros, y el tipo de sistema de producción (intensivo o extensivo). Los pequeños productores lecheros carecen de un conocimiento científico de la genética y el mejoramiento, pero tienen un valioso conocimiento tradicional de las razas y su manejo. Tienen objetivos y estrategias de mejoramiento, aunque estos no estén formalizados ni escritos. Por ejemplo, los productores pueden intercambiar sementales con sus vecinos o con toda la comunidad. Muchos grupos o comunidades indígenas han desarrollados sus propias razas locales.
La inseminación artificial se utiliza principalmente en el ganado vacuno y en medida menor, pero creciente, en otros animales lecheros, como ovejas y cabras. En los países en desarrollo, los grandes productores de leche recurren habitualmente a la inseminación artificial y producen machos que se venden a los pequeños productores para la monta natural. Los pequeños ganaderos recurren menos frecuentemente a la inseminación artificial, la cual se limita en gran medida a los productores lecheros periurbanos.