Director General  QU Dongyu

La FAO a examen: intervención de emergencia y respuesta humanitaria


 
© FAO/Luis Tato
 

Las intervenciones agrícolas urgentes en emergencias y crisis tienen enormes repercusiones en la disponibilidad de alimentos, la nutrición y los desplazamientos al tiempo que reducen de forma significativa otros costes humanitarios. © FAO/Luis Tato

 

La FAO sigue situándose a la cabeza de los esfuerzos mundiales para afrontar los nuevos desafíos en materia de seguridad alimentaria, aprovechando su función de liderazgo y sus fortalezas como organismo especializado de las Naciones Unidas en el ámbito de la alimentación y la agricultura. Recientemente, la Organización ha ampliado su apoyo técnico habida cuenta de los prolongados conflictos que se registran en el mundo, el estallido de la guerra en Ucrania y la creciente incertidumbre en torno a los mercados alimentarios y agrícolas mundiales.

Este año, la FAO va camino de superar los 30 millones de personas que habían recibido apoyo en 2021 mediante la prestación de asistencia humanitaria de urgente necesidad, capaz de salvar vidas y eficaz en función de los costos, así como actividades de creación de resiliencia. En particular, la FAO ha ampliado su programación para situaciones de emergencia en países que presentan niveles altos y crecientes de inseguridad alimentaria aguda y crisis complejas, con el objetivo de llegar al menos a 60 millones de personas al año para 2023.

 

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© FAO/Mirwais Ghani © FAO/Arete/Ismail Taxta

La FAO distribuye semillas certificadas de soja y fertilizantes a los agricultores en el centro de la provincia de de Kapisa (Afganistán). © FAO/Mirwais Ghani ;
La aplicación eLocust3 rastre las bandas de langostas. El éxito notable en la lucha contra la langosta del desierto en el África oriental en 2020 22 se debió en gran medida al uso sobre el terreno de aplicaciones innovadoras de la FAO como eLocust3. © FAO/Arete/Ismail Taxta

 

 

Enfoque de anticipación y prevención

La inseguridad alimentaria aguda continúa agravándose en el mundo, elevando hasta 222 millones la cifra de personas que necesitan asistencia urgente en 45 países, de las que casi un millón se enfrentan a la amenaza inminente de inanición.

La FAO reconoce que, aunque la asistencia humanitaria es fundamental, por sí sola no puede prevenir la hambruna a largo plazo. Así pues, la FAO aboga por aumentar la inversión en la creación de resiliencia a medio y largo plazo, la protección de los medios de vida y el apoyo para la reducción del riesgo de desastres junto con medidas humanitarias, especialmente en contextos frágiles.

De este modo, la FAO está intensificando su labor en materia de prevención y anticipación con objeto de abordar las causas profundas de las crisis alimentarias. La Organización desempeña una función destacada en los análisis y sistemas de alerta temprana en los planos mundial, regional, nacional y local. La adopción de medidas preventivas supone ya prácticamente un 30 % de toda la labor realizada en el marco del Fondo especial para actividades de emergencia y rehabilitación de la FAO.

“La magnitud del hambre aguda hoy en día es verdaderamente alarmante, pero podemos darle la vuelta y reducir de forma significativa el número de personas necesitadas. Dos de cada tres personas que padecen inseguridad alimentaria aguda dependen de la agricultura para sobrevivir. Ellos poseen la clave de su propia recuperación en una crisis, pero lo que necesitan son los medios para hacerlo. Y es ahí donde la FAO puede desempeñar un papel esencial. Trabajamos sobre el terreno con personal y asociados incluso en las comunidades más remotas, somos capaces de prestar asistencia humanitaria en momentos críticos y aprovechamos las actividades ya en marcha para salvar vidas y comenzar a trazar el camino hacia la recuperación y una resiliencia duradera”, dijo el Sr. Rein Paulsen, Director de Emergencias y Resiliencia de la FAO.

 

 


 
© FAO/Isak Amin
 

En Somalia, la FAO se centra en salvar vidas y evitar ahora la hambruna, incluso protegiendo a los animales que son una fuente vital de nutrición para muchos lugareños. © FAO/Isak Amin

 

Aspectos más destacados de la respuesta de la FAO

Un ejemplo de cómo se pueden aprovechar los conocimientos técnicos y la capacidad excepcionales de la FAO en contextos de emergencia es su respuesta oportuna al recrudecimiento de la plaga de langosta en el África oriental. Cuando las inundaciones y los enjambres de voraces langostas del desierto asolaron la región en 2020, la FAO intervino para combatir este recrudecimiento y ayudar a las personas a recuperarse mediante el uso de instrumentos digitales de última generación.

La FAO prestó apoyo inmediato a los gobiernos para que llevaran a cabo actividades de inspección y control y enseñó a la población de la región cómo utilizar aplicaciones innovadoras, tales como eLocust3, con objeto de reconocer y notificar la presencia de la plaga. La FAO adquirió vehículos y motocicletas para que los gobiernos fueran más móviles, compró plaguicidas y proporcionó a las personas equipos de protección que incluían máscaras, guantes y gafas. La FAO alquiló asimismo varias aeronaves y helicópteros a fin de aumentar la vigilancia y control. Como resultado de estas intervenciones masivas y oportunas, la plaga en el África oriental se declaró oficialmente eliminada a mediados de 2022. Al mismo tiempo, estas intervenciones han fortalecido la capacidad de intervención en los planos local y nacional ante cualquier recrudecimiento futuro de la plaga.

En Ucrania, la FAO está llamada a desempeñar una función crucial para apoyar el almacenamiento a fin de mantener seguro el grano y garantizar la seguridad alimentaria en todo el país y fuera de él. Para salvaguardar las cosechas y reservas alimentarias actuales y futuras, la FAO ha ofrecido capacidad a gran escala para almacenar hasta seis millones de toneladas de grano (en torno a un 30 % del déficit de capacidad de almacenamiento nacional) mediante la distribución de sacos de polietileno para grano, maquinaria de carga y descarga de cereales y diversas unidades de almacenamiento modular para los agricultores. Se trata de una ayuda esencial para garantizar que el grano se guarde correctamente y los agricultores puedan venderlo y exportarlo en el momento apropiado.

Además, más de 80 000 personas en zonas rurales han recibido apoyo agrícola de emergencia (papas de siembra y semillas de hortalizas) así como ayuda en efectivo.

Por ejemplo, en el Afganistán, uno de los países que más dependen de la agricultura, la FAO trabaja sobre el terreno, atendiendo necesidades fundamentales. Se prevé que, a finales de 2022, nueve millones de personas, esto es, el 50 % de la población rural que se encuentra en la Fase 3 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), habrán recibido apoyo de la Organización para los medios de vida, como por ejemplo dinero en efectivo, equipos de producción de trigo, apoyo a la producción de hortalizas y asistencia para salvaguardar el ganado.

Asimismo, la FAO no se ha demorado en prestar ayuda humanitaria para una de las sequías más graves en décadas en el Cuerno de África. La región ha registrado ya cuatro temporadas consecutivas de escasez de lluvias, una situación que no se había observado en 40 años, y sufre actualmente una quinta temporada de precipitaciones escasas sin precedentes, previéndose una sexta de similares características. Además de las medidas preventivas para aliviar los efectos de la sequía en sus inicios, la FAO ha intensificado su respuesta a medida que la situación se ha ido deteriorando, atendiendo a casi cuatro millones de personas en zonas rurales de Etiopía, Kenya y Somalia en 2022. De manera crucial, las campañas de sanidad animal y los piensos para animales han protegido a un ganado de gran importancia, que ha garantizado que más de cuatro millones de niños tengan acceso a leche a diario. Gracias a la asistencia en efectivo de la FAO, más de 1,5 millones de personas han podido acceder a alimentos cada día durante al menos tres meses, mientras que el apoyo a la producción de cultivos ha cubierto las necesidades de cereales anuales de casi 400 000 personas.

“La población rural somalí afectada por la sequía representa el rostro humano de la emergencia climática mundial. Mientras nos centramos ahora en salvar vidas y evitar la hambruna, en particular mediante la protección de los animales que constituyen una fuente vital de nutrición para muchos de los niños somalíes que se enfrentan actualmente a la inanición, también necesitamos donantes que intensifiquen las inversiones en resiliencia de los medios de vida, desarrollo de infraestructura, adaptación al clima y soluciones duraderas para garantizar que las personas afectadas puedan adaptarse y prosperar en el futuro”, señaló el Sr. Etienne Peterschmitt, Representante de la FAO en Somalia.

En el plano mundial, la Red mundial contra las crisis alimentarias dirigida por la FAO brinda una plataforma para la adopción de medidas coordinadas y coherentes a fin de combatir la inseguridad alimentaria aguda en el nexo acción humanitaria-desarrollo-paz, basándose en datos y análisis sólidos. Del mismo modo, la FAO continúa estableciendo asociaciones en todo el sistema de las Naciones Unidas en apoyo de estas medidas, en particular a través del Fondo para la Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas.

 

© FAO/Oleksandr Mliekov © FAO/Michael Tewelde

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, más de 80 000 habitantes de las zonas rurales han recibido por parte de la FAO paquetes de iniciación con semillas de hortalizas y papas, así como asistencia en efectivo. © FAO/Oleksandr Mliekov ;
En respuesta a una de las sequías más graves de las últimas décadas en el Cuerno de África, las campañas de sanidad animal y la distribución de piensos lideradas por la FAO han protegido el ganado, que reviste una vital importancia, garantizando que más de cuatro millones de niños tengan acceso diario a la leche. © FAO/Michael Tewelde

 

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