La FAO a examen: transformar los sistemas agroalimentarios para afrontar la crisis climática
Apicultores de Mafinga (República Unida de Tanzanía) recolectan miel con métodos modernos. © FAO/Luis Tato
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha realizado enormes progresos para impulsar la transformación de los sistemas agroalimentarios de cara a aumentar su eficiencia, inclusividad, resiliencia y sostenibilidad frente a la crisis climática, a través de la adopción de medidas coherentes y ambiciosas que también abordan la degradación medioambiental y la pérdida de biodiversidad a escala mundial.
La labor de la FAO relativa al cambio climático se guía por su nueva Estrategia sobre el cambio climático (2022-2031), que tiene por objeto prestar apoyo a los Miembros en la transformación hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, resilientes al clima y con bajas emisiones, procurando al mismo tiempo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La transformación de los sistemas agroalimentarios ocupa un lugar central en la acción por el clima. Este es el mensaje que la FAO llevó a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27), celebrada en Sharm El-Sheikh (Egipto). La delegación de la FAO aprovechó todo el potencial de la nueva Estrategia, que insta a aumentar los recursos y asociaciones para llevar a la práctica la transformación de los sistemas agroalimentarios y fortalecer las políticas y la gobernanza mundiales y regionales sobre el clima, así como desarrollar las capacidades de los países para ampliar la acción por el clima sobre el terreno.
La Presidencia de la COP 27, en colaboración con la FAO, presentó la Iniciativa Alimentación y Agricultura para una Transformación Sostenible (FAST) a fin de aumentar las capacidades de los Miembros para localizar financiación e inversiones relacionadas con el clima y acceder a ellas, facilitando el acceso a los conocimientos y prestando apoyo para la formulación de políticas apropiadas en materia de acción por el clima. Con el apoyo de la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de las Naciones Unidas, la Presidencia de la COP 27 también presentó la Iniciativa sobre acción por el clima y nutrición (I-CAN).
“La participación de la FAO en la COP 27 consolidó la posición de la Organización como actor clave en las principales negociaciones, debates y actos de alto nivel y amplificó el papel que desempeña la transformación de los sistemas agroalimentarios como factor clave de impulso de soluciones concretas, sostenibles, inclusivas y resilientes a la crisis del cambio climático”, declaró la Sra. Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta de la FAO, que encabezó la delegación de la Organización. “La FAO ha creado y potenciado asociaciones estratégicas, aprovechando nuestra nueva Estrategia sobre el cambio climático para aumentar el apoyo prestado sobre el terreno y a nuestros Miembros a fin de promover una acción por el clima resiliente y verde necesaria para transformar los sistemas agroalimentarios de estos”, añadió.
Fondo Verde para el Clima y Fondo para el Medio Ambiente Mundial
La FAO ha reforzado el apoyo que presta a los Miembros para que puedan acceder a financiación para el clima y el medio ambiente a través del Fondo Verde para el Clima (FVC) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Desde 2016, la FAO se ha asociado con éxito con el FVC a fin de ayudar a los países, en particular los más vulnerables al cambio climático, en la transición hacia sistemas agroalimentarios resilientes al clima y con bajas emisiones. Hoy en día, con una cartera de proyectos que supera los 1 000 millones de USD, la FAO dirige actualmente 17 proyectos de gran repercusión en todo el mundo y ha catalizado inversiones públicas y privadas en los distintos sectores agrícolas.
Con 230 proyectos en 124 países, la FAO es un organismo asociado de referencia para el FMAM, que brinda apoyo a países en todo el mundo para que hagan frente a los complejos desafíos que residen en el nexo entre medio ambiente, agricultura, silvicultura, recursos marinos y recursos de agua dulce. El octavo ciclo de reposición del FMAM (FMAM-8), que abarca de julio de 2022 a 2026, ofrecerá mayores oportunidades de colaboración y repercusión, aprovechando las amplias competencias técnicas especializadas de la FAO, su sólida presencia sobre el terreno y las alianzas en los países, en particular a través de un programa mundial integrado de sistemas alimentarios por valor de 230 millones de USD, que se ha anunciado recientemente, y un programa regional integrado de los biomas forestales críticos en la región indomalaya.
Desde 2019, la FAO ha duplicado con creces sus carteras de proyectos del FMAM y el FVC, lo que ha permitido movilizar más de 6 000 millones de USD en casi 130 países.
Granja piscícola en Al Wathba (Emiratos Árabes Unidos), donde la FAO está apoyando al Gobierno para fomentar una producción acuícola sostenible y rentable dirigida a sustentar el suministro de peces del país, mejorar su seguridad alimentaria y transformar su sistema alimentario. © FAO/FameMedia
Integrar la protección de la biodiversidad
Reconociendo que la biodiversidad es fundamental para lograr que los sistemas agrícolas, forestales, pesqueros y acuícolas sean productivos, sostenibles y resilientes y que los sistemas agroalimentarios de hoy en día son el principal factor que determina la pérdida de biodiversidad, la FAO ha estado trabajando codo con codo con los Miembros y asociados para cumplir el Plan de acción para 2021‑23 relativo a la aplicación de la Estrategia de la FAO para la integración de la biodiversidad en los distintos sectores agrícolas. El Plan de acción, cuyo objetivo es disminuir los efectos negativos de las prácticas agrícolas en la biodiversidad y, al mismo tiempo, conservar, utilizar de forma sostenible y restaurar la biodiversidad en su conjunto, apoya a los países para que integren la biodiversidad en sus políticas y prácticas.
La FAO participará en la 15.ª Conferencia de las Partes (COP 15) en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se celebrará en Montreal bajo la Presidencia de China, a fin de promover el papel central de la biodiversidad para la seguridad alimentaria y la nutrición, la resiliencia y los medios de vida. La FAO expondrá soluciones para transformar los sistemas agroalimentarios mundiales con la utilización sostenible, la conservación y la restauración de la biodiversidad.
Gestión del agua y del suelo
El agua es un valioso recurso que también resulta fundamental para la agricultura, la cual representa el 72 % de las extracciones mundiales de agua dulce, y es esencial para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La FAO ha prestado atención prioritaria a la necesidad de mejorar la eficiencia del uso del agua para la producción alimentaria, velando al mismo tiempo por que los ecosistemas no se dañen y los recursos naturales se utilicen de forma sostenible.
La Organización ha propuesto un diálogo sobre el agua dirigido por los países y hojas de ruta nacionales sobre el agua controladas por los países a fin de ayudar a fortalecer la coordinación intersectorial sobre la gestión sostenible de los recursos hídricos, acelerando la ejecución de la Agenda 2030.
FAO también está apoyando a los países en el período previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2023, mediante el Diálogo sobre el agua en Roma y programas estratégicos relativos al agua, a fin de prestarles apoyo en sus medidas relacionadas con el agua en aras de la seguridad alimentaria, la resiliencia al clima y la adaptación a este, la producción sostenible y las dietas saludables.
Asimismo, la FAO ha estado trabajando para asegurar que la mejora de la salud de los suelos sea una prioridad mundial. Los suelos son esenciales para la producción alimentaria y la agricultura. El 95 % de los alimentos que consumimos depende de los suelos. Pero, dada la situación actual, en 2050 el 90 % de todos los suelos estará degradado. Si no se producen cambios en la gestión y las políticas, la degradación de los suelos pondrá en peligro nuestros ecosistemas, nuestro clima y nuestra seguridad alimentaria.
La Alianza mundial sobre los suelos (AMS) de la FAO ha estado trabajando en el último decenio con los países y con más de 500 asociados para abordar las cuestiones relacionadas con los suelos, poniéndolos de relieve en la agenda mundial. En el marco de este programa, la FAO colabora con los países para reconstituir el carbono orgánico de los suelos, cartografiar los suelos del mundo, elaborar políticas públicas y poner en marcha medidas, entre otras iniciativas.
Una familia trabaja en el interior de su invernadero recién instalado, como parte de un proyecto de la FAO de apoyo a los pequeños agricultores afectados por las inundaciones en Serbia. © FAO/Oliver Bunic
Sistemas alimentarios acuáticos
La pesca y la acuicultura han ocupado un lugar destacado en el programa de la FAO. Este año, la FAO ha participado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos de 2022, en la que presentó la Transformación azul, una visión dirigida a ampliar la producción de alimentos acuáticos para facilitar dietas saludables para todos, salvaguardando al mismo tiempo el medio ambiente, gestionando los recursos de manera sostenible y conservando la biodiversidad.
Con unos objetivos cuantificables de resiliencia al cambio climático, la Transformación azul apoya medidas e iniciativas concretas para mejorar la comprensión de los efectos del cambio climático, los riesgos y las vulnerabilidades, fortaleciendo a su vez las orientaciones para una adaptación al cambio climático y una mitigación de sus efectos eficientes.
En la actualidad, la FAO está ejecutando proyectos de adaptación para la pesca y la acuicultura en más de 30 países en desarrollo, con la participación de gobiernos y comunidades locales.
A través de alianzas como el Proyecto de adaptación al cambio climático en el sector pesquero del Caribe oriental (CC4Fish), la Transformación azul está trabajando con las comunidades para mejorar la productividad de las cadenas de valor pesqueras y acuícolas y, al mismo tiempo, aumentar la resiliencia de los medios de vida y los ecosistemas marinos y costeros.
Colaboración codo con codo de los sectores forestal y agrícola
Detener la deforestación y la degradación de los bosques es fundamental para la transformación de los sistemas agroalimentarios y la lucha contra el cambio climático. Como organismo que dirige conjuntamente la iniciativa del sistema de las Naciones Unidas Turning the Tide on Deforestation (Invertir la tendencia de la deforestación), y con el apoyo de la Asociación de Colaboración en materia de Bosques, la FAO presta apoyo a los países para que puedan ampliar y acelerar soluciones sinérgicas entre los sectores agrícola y forestal a fin de hacer que los sistemas agroalimentarios sean más sostenibles y resilientes, en particular mediante el aumento de la base de datos objetivos y la comprensión de los factores directos y subyacentes que impulsan la deforestación y la degradación de la tierra. La FAO ayuda también a los Miembros a restaurar los ecosistemas forestales a fin de lograr una mejor producción e integrar la biodiversidad, al tiempo que apoya los medios de vida y las capacidades de adaptación mediante programas clave como el programa de Acción Contra la Desertificación en apoyo de la iniciativa de la Gran Muralla Verde de África, el Programa de la séptima reposición del FMAM (FMAM-7) sobre los efectos de la gestión forestal sostenible en la sostenibilidad de las tierras secas y el Mecanismo para la Restauración de Bosques y Paisajes. De cara al futuro, la celebración del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), que dirigen conjuntamente por la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), apoyará a los Miembros para que inviertan en iniciativas en favor de la biodiversidad y la acción por el clima.