Reunión informativa para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el conflicto y el hambre
del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO
17/09/2020
Reunión informativa para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre el conflicto y el hambre
Declaración del Director General de la FAO
Sr. QU Dongyu
17 de septiembre de 2020
Gracias, Sr. Presidente, por su invitación a informar verbalmente al Consejo hoy. La FAO acoge con gran satisfacción la implicación del Consejo en este asunto y su reconocimiento continuado de la relación entre conflicto y alimentación (producción y suministro).
Sr. Presidente, distinguidos miembros del Consejo,
Como recordarán, Mark Lowcock, David Beasley y yo mismo les informamos sobre este tema en abril. Muchos de ustedes pusieron de relieve el valor de la alerta temprana combinada con la acción temprana. Unos sistemas agroalimentarios bien establecidos son fundamentales para la paz duradera, como han demostrado el gran éxito de las revoluciones verdes y la adopción de políticas adecuadas en muchas partes del mundo.
Desde que hablamos hace cinco meses, la situación no ha mejorado y el riesgo de la hambruna se cierne sobre el Yemen, Sudán del Sur y otros países a consecuencia de los desastres de origen natural y humano —incluidos los conflictos— que los han asolado.
En el Yemen, la presencia permanente de la langosta del desierto ha seguido poniendo en peligro la disponibilidad de alimentos. La FAO urge a todas las partes implicadas a dirigir sus esfuerzos a permitir el acceso a las operaciones de control, a fin de impedir que la plaga continúe agravando la situación de deterioro del Yemen y de otros países.
Observamos con gran preocupación la situación de Burkina Faso, donde el número de personas que se enfrentan a una crisis o a niveles peores de inseguridad alimentaria aguda casi se ha triplicado.
Nos preocupa profundamente el análisis más reciente de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), que muestra que la República Democrática del Congo presenta el mayor número de personas expuestas a una crisis o niveles peores de inseguridad alimentaria aguda en un solo país jamás registrado. Actualmente, 21,8 millones de personas no pueden acceder diariamente a alimentos suficientes.
En el norte de Nigeria, entre junio y agosto de 2020 el número de personas afectadas por una crisis o niveles de emergencia de inseguridad alimentaria aguda creció un 73 % respecto de la cifra máxima de 2019 y prácticamente llegó a 8,7 millones de personas.
Por desgracia, son muchos los contextos en que el conflicto y la inestabilidad, exacerbados ahora también por la enfermedad por coronavirus (COVID-19), propician situaciones más graves de hambre e inseguridad alimentaria aguda. Esta relación es especialmente evidente en las zonas en que el conflicto y otros factores, como la turbulencia económica y las condiciones meteorológicas extremas, ya están sumiendo a la población en la pobreza y el hambre.
En Somalia, 3,5 millones de personas se han enfrentado a una crisis o a niveles peores de inseguridad alimentaria aguda entre julio y septiembre de 2020. Este incremento del 67 % respecto del máximo de 2019 se debe a la triple perturbación experimentada este año: la COVID-19, las inundaciones y el recrudecimiento de la langosta del desierto. Aunque se han realizado progresos notables en la lucha contra la langosta, la FAO está haciendo todo lo que está en su mano para mantener las operaciones de control.
En el Sudán, el número de personas que necesitan asistencia humanitaria con urgencia ha subido un 64 % entre junio y septiembre de 2020, hasta llegar a 9,6 millones de personas aproximadamente, el nivel más alto de la historia del país, en un contexto de grandes inundaciones que agravan aún más la situación.
Enel mundo en conjunto, las personas más afectadas son los pobres urbanos, los trabajadores informales y las comunidades pastorales, así como los grupos que ya son especialmente vulnerables, a saber, los niños, las mujeres, los ancianos, los enfermos y las personas con discapacidad.
Dadas las previsiones actuales de empeoramiento de la seguridad alimentaria en 2020, necesitamos ayuda inicial inmediata para detener el hambre, necesitamos prevención y producción locales, necesitamos voluntad política y necesitamos medidas colectivas.
Para luchar contra la inseguridad alimentaria aguda con eficacia, necesitamos poner en marcha un paquete de soluciones. Las iniciativas en favor de la paz, el desarrollo y la asistencia humanitaria deben estar bien coordinadas y ser complementarias. Nuestras medidas deben reforzarse mutuamente en los planos local, nacional, regional y mundial. Los actores humanitarios pueden facilitar ayuda inicial. Los sistemas agroalimentarios pueden ejercer una función más sostenible y mejorar la producción, la nutrición, el medio ambiente y la vida. La buena noticia sobre los principales cultivos cosechados en 2020 es que hemos registrado un récord mundial. Según las estimaciones de la FAO, este año registraremos un máximo de cosecha sin precedentes, que superará los resultados de 2019 en 58 millones de toneladas, gracias a las políticas propicias, la innovación (nuevos cultivares, insumos agrícolas y canales de comercialización), la inversión y el trabajo duro de millones de productores. Es posible alcanzar la paz y la armonía duraderas con políticas acertadas e inversiones en infraestructura agrícola y creación de capacidad en materia de desarrollo rural, en especial en zonas de conflicto.
Presidente,
Creo firmemente que el Consejo puede contribuir de forma decisiva a eliminar la amenaza de la inseguridad alimentaria aguda causada por conflictos que presenta niveles de crisis o peores, promoviendo el diálogo entre las partes para buscar soluciones políticas y enfoques innovadores que permitan poner fin al conflicto y la violencia. De esta manera, podríamos ampliar las operaciones urgentes que salvan vidas y medios de subsistencia y ejecutar respuestas humanitarias y orientadas al desarrollo que estén mejor integradas y que aborden los múltiples factores de la inseguridad alimentaria aguda.
Una vez más, permítame asegurar al Consejo que la FAO continuará prestando apoyo mediante asesoramiento normativo, asistencia técnica, nuestra plataforma de macrodatos y servicios específicos sobre el terreno.
Muchas gracias.