Panel Mundial sobre Agricultura y Sistemas Alimentarios para la Nutrición
del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO
29/09/2020
Palabras de apertura del Director General en el Panel Mundial sobre Agricultura y Sistemas Alimentarios para la Nutrición Presentación del informe Foresight 2.0 en colaboración con la FAO
Reunión virtual, martes 29 de septiembre de 2020, de 14.00 a 16.00 (CEST)
Traducción de la declaración pronunciada en inglés
Excmo. Sr. John Kufuor, Sir John Beddington y Profesor Sandy Thomas, señoras y señores, queridos colegas:
Me alegra mucho reunirme con ustedes hoy para la presentación del informe Foresight 2.0 del Panel Mundial sobre los sistemas alimentarios para el futuro, la protección de las personas, el planeta y la prosperidad. El tema resulta muy apropiado, ya que nuestros sistemas alimentarios actuales no nos permiten proteger nuestra salud y la salud del planeta.
En el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) de 2020 sobre la Transformación de los sistemas alimentarios para que promuevan dietas asequibles y saludables se muestra claramente que 3 000 millones de personas en el mundo no pueden permitirse una dieta saludable. La presentación del informe Foresight en el día de hoy, 29 de septiembre, coincide con el primero de los actos del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el año pasado. Celebramos este día para aumentar la concienciación sobre el problema de la pérdida y el desperdicio de alimentos, con miras a poner de relieve posibles soluciones y promover iniciativas mundiales y medidas colectivas.
En el SOFI 2020 se presentan algunas estadísticas duras. El hambre crónica siguió aumentando durante los últimos cuatro años y alcanzó los 690 millones de personas en 2019. Otros 10 millones de personas pasaron a padecer hambre en solo un año. Dos mil millones de personas en el mundo no disponían de acceso a suficientes alimentos inocuos y nutritivos en 2019. La actual pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) podría provocar que entre 83 y 132 millones de personas más padezcan inseguridad alimentaria. Al mismo tiempo, los datos indican que el sobrepeso y la obesidad siguen aumentando y afectan en la actualidad a más de 2 000 millones de personas. Un factor decisivo que explica estas desalentadoras estadísticas es la mala alimentación. Lo que comen las personas depende de lo que está disponible, lo que pueden permitirse y lo que prefieren. Si queremos que la población consuma dietas saludables, debemos lograr que los alimentos nutritivos que necesita, como frutas, hortalizas, legumbres y alimentos de origen animal, sean asequibles y accesibles para todos.
Tanto en el informe SOFI 2020 como en el informe del Panel Mundial se concluye que una dieta saludable no es asequible para una gran parte de la población del mundo. ¿Qué se puede hacer para que las dietas saludables sean asequibles? No podemos dialogar sobre las dietas saludables sin prestar atención a nuestros sistemas alimentarios. Nuestros sistemas han conseguido abaratar mucho los alimentos básicos y los alimentos hipercalóricos por medio de políticas que respaldan el aumento de las inversiones, los estudios de investigación y el incremento de la producción. Producimos suficientes alimentos básicos, como cereales, para alimentar a todos, pero no producimos suficientes alimentos ricos en nutrientes, como frutas y hortalizas, ni siquiera pescado. Necesitamos un firme compromiso político de los gobiernos de aplicar políticas e inversiones, orientándolas hacia una mayor producción de alimentos nutritivos y la mejora de su asequibilidad y su accesibilidad.
Asimismo, precisamos políticas que aumenten los ingresos de los hogares y reduzcan la desigualdad, especialmente para los pequeños agricultores que trabajan tan duro y producen estos alimentos nutritivos, pero que obtienen ingresos tan escasos de su producción. Las medidas de protección social específicas que tienen en cuenta la nutrición para los hogares vulnerables pueden promover el acceso a dietas saludables. Las medidas de pérdida y desperdicio de alimentos son esenciales en nuestros esfuerzos por lograr dietas saludables. No podemos permitirnos producir todos estos alimentos nutritivos solo para que una cantidad considerable de ellos no se consuman.
Debemos velar por que se difundan la innovación, el tratamiento poscosecha y las tecnologías digitales con miras a una utilización más amplia a fin de aumentar la eficiencia, mejorar los valores de mercado y reducir tanto la pérdida como el desperdicio de alimentos. Los alimentos nutritivos son demasiado buenos para desperdiciarlos. También tenemos que reforzar la sostenibilidad de nuestros sistemas alimentarios y de nuestros hábitos de consumo para garantizar que las dietas saludables redunden en una población y un planeta sanos.
Para quienes trabajamos en la FAO, la transformación de los sistemas agroalimentarios a fin de proporcionar dietas saludables es uno de los principales objetivos, que se ve reflejado en nuestro tema bienal para 2020-21: “Promoción de dietas saludables y prevención de todas las formas de malnutrición”. En consonancia con ello, estamos revisando la estrategia relativa a la labor de la FAO en materia de nutrición. Nuestra visión de la nutrición es un mundo en el que todas las personas consuman dietas saludables basadas en sistemas alimentarios sostenibles. El informe del Panel Mundial sobre los sistemas alimentarios para el futuro se ha publicado con suficiente tiempo para asegurar que su mensaje oriente los debates previos a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios en 2021. Para lograr un futuro mejor, necesitamos una mejor producción, una mejor nutrición y un mejor medio ambiente para unos mejores medios de vida para todas las personas.
Cuenten con la FAO en este viaje como un asociado fiable, motivado y decidido. Estamos comprometidos a hacerlo y lo haremos en nuestra misión para los Miembros y para la sociedad.
Muchas gracias.