Director General QU Dongyu

REUNIÓN ANUAL DEL BANCO ASIÁTICO DE DESARROLLO Sesión sobre la transformación de los sistemas alimentarios para el futuro de Asia y el Pacífico Panel 1: “Políticas y asociaciones” Observaciones preliminares

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

07/05/2025

 Excelencias, 

Señoras y señores: 

Me complace estar con ustedes hoy para reflexionar sobre un asunto de urgencia mundial, en el que tenemos una responsabilidad compartida: la transformación de nuestros sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles bajo la orientación general de las cuatro mejoras, y para garantizar un futuro próspero y la seguridad alimentaria de las generaciones venideras. 

Nos encontramos en un momento decisivo. En todo el mundo nos enfrentamos a retos complejos e interconectados que repercuten directamente en la disponibilidad de alimentos, la accesibilidad a los mismos, su asequibilidad y la diversidad alimentaria para la seguridad sanitaria. 

Según el informe de la FAO El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, una de cada 11 personas —alrededor de 733 millones de personas en el mundo— padecieron hambre en 2023. Más alarmante aún es el hecho de que más de un tercio de la población mundial, aproximadamente 2 800 millones de personas, no pudo permitirse una dieta saludable en 2022. 

Las causas de estos desafíos son de sobra conocidas: los conflictos, las perturbaciones económicas, las catástrofes naturales y de origen humano, las crecientes desigualdades y la frecuencia cada vez mayor de las perturbaciones relacionadas con el clima, tales como las inundaciones, las sequías y los fenómenos meteorológicos extremos. 

Para abordar estos retos y convertirlos en oportunidades para todos, debemos tomar medidas audaces y coordinadas con miras a transformar los sistemas agroalimentarios. 

Para ello, debemos replantearnos cómo producimos, distribuimos y consumimos los alimentos. En esencia, debemos producir más con menos. 

Para satisfacer las necesidades de una población mundial en aumento y mejorar el nivel de vida, tenemos que aumentar considerablemente la productividad agrícola. 

Producir más con menos no es solo un eslogan: es una solución necesaria. 

Esto significa utilizar los recursos naturales con prudencia, invertir en innovación, mejorar las infraestructuras de los sistemas agroalimentarios y las comunidades rurales, y adoptar soluciones eficaces en función de los costos. 

Uno de los principales desafíos en este esfuerzo es el déficit de financiación y la inversión inteligente mediante modelos de negocio innovadores. 

Los bancos de desarrollo, como el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), desempeñan un papel fundamental en la movilización de capital y su canalización hacia proyectos ampliables y de gran repercusión. 

La financiación combinada, en la que los fondos públicos se utilizan estratégicamente para aumentar la utilidad marginal y atraer la inversión privada, puede cambiar las reglas del juego. 

La FAO trabaja activamente para crear entornos propicios que apoyen esta transformación. 

El Servicio de financiación de las importaciones de alimentos (SFIA), puesto en marcha durante la Presidencia indonesia del Grupo de los Veinte (G-20) en 2022, goza de un gran reconocimiento en el G-20 y fuera de él como instrumento de ayuda financiera de emergencia para los países de ingresos bajos y medianos bajos afectados por el aumento de los precios de los alimentos y de los principales insumos, como los fertilizantes y la energía. 

Ahora bien, una de nuestras iniciativas principales, especialmente centrada en las personas más vulnerables, es el Mecanismo de financiación para crisis alimentarias impulsadas por perturbaciones. Este mecanismo de alcance mundial está concebido para proporcionar financiación rápida en previsión de la inseguridad alimentaria aguda, ayudando a prevenir las crisis antes de que se agraven, salvar vidas y hacer más eficaces las inversiones de los donantes. 

Se espera que el mecanismo, respaldado por la Presidencia italiana del Grupo de los Siete (G-7), se presente en los próximos meses, marcando un importante avance en la acción preventiva y basada en el riesgo. 

Nuestro abordaje se basa en el enfoque mano de la mano y, a través de la Iniciativa Mano de la mano —que presenté en 2019 como una iniciativa emblemática de la FAO— busca acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios para permitir que los agricultores salgan del hambre y la pobreza, especialmente en los países más vulnerables. 

La Iniciativa Mano de la mano da prioridad a quienes se enfrentan a la mayor inseguridad alimentaria —los países de ingresos bajos, sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID)—, donde la capacidad y la inversión son más necesarias. 

La Iniciativa trabaja para mejorar la asignación de la financiación mediante el apoyo al desarrollo de las cadenas de valor, el crecimiento agroindustrial, una mejor gestión del agua y la tierra, y la integración de la agricultura digital y de precisión. 

Es un ejemplo de cómo las asociaciones estratégicas dirigidas por los países pueden generar oportunidades y sacar a las comunidades del hambre y la pobreza de forma sostenible. 

Señoras y señores: 

La FAO lleva más de 60 años trabajando con instituciones financieras para reducir el riesgo de las inversiones, fomentar la innovación y aumentar la financiación pública y privada de la agricultura. 

Uno de nuestros asociados más valorados en este viaje ha sido el Banco Mundial y los bancos regionales, especialmente el Banco Asiático de Desarrollo y el Banco Africano de Desarrollo, entre otros. 

Nuestra colaboración ha generado resultados tangibles. 

Por ejemplo, en Indonesia, el proyecto de mejora de la productividad para los cultivos arbóreos aumentó los ingresos de los pequeños agricultores gracias a la mejora de los servicios y la introducción de prácticas agrícolas sostenibles. 

En Bangladesh, el proyecto de diversificación de los cultivos en el noroeste permitió a los agricultores pasar a cultivos de mayor valor y mejorar su acceso a los mercados. 

En el Afganistán, se aprecia la consecución de logros que han cambiado la vida de la población gracias a la financiación del BAsD en apoyo de actividades de la FAO. Hasta la fecha, el BAsD ha contribuido con 165 millones de USD a la ejecución de proyectos, que han beneficiado a 5,6 millones de personas (800 000 hogares rurales) en las 34 provincias afganas, y se está discutiendo sobre una contribución adicional de 100 millones de USD. 

Estos son sólidos ejemplos de cómo las inversiones bien coordinadas pueden producir efectos reales. 

Hoy me complace anunciar que la FAO y el BAsD están profundizando esta asociación con un compromiso renovado y una visión compartida. Juntos presentamos nuevos trabajos en tres esferas clave: 

Uno: Promover soluciones de inversión agrícola digitales y alimentadas por inteligencia artificial en nueve países de Asia central y meridional para empoderar a los pequeños agricultores y crear resiliencia. 

Dos: Realizar análisis económicos y financieros en profundidad para respaldar las inversiones basadas en la ciencia y climáticamente inteligentes en China, Filipinas y Asia central; 

Tres: Fortalecer el diálogo sobre políticas y la planificación de las inversiones para promover asociaciones inclusivas entre los sectores público y privado en países como Bangladesh, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán. 

Esta colaboración también está en consonancia con nuestros esfuerzos más amplios, como el Programa de inversiones en los pequeños Estados insulares en desarrollo del Pacífico en el marco de la Iniciativa Mano de la mano, en aras de promover inversiones de calidad que transformen los sistemas agroalimentarios en toda la región de Asia y el Pacífico. 

En conclusión, la inversión es el motor que impulsará la transformación de los sistemas agroalimentarios. 

Trabajando juntos de manera eficiente, eficaz y coherente, y aprovechando las fortalezas de los sectores público y privado, podemos avanzar en las cuatro mejoras: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás. 

Gracias.