Director General QU Dongyu

CONFERENCIA ANUAL DE 2025 DEL FORO DE BOAO PARA ASIA Creación de un entorno favorable para el desarrollo pacífico y la protección de la seguridad económica colectiva - Observaciones

del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO

28/03/2025

Señoras y señores,

estimados colegas:

Es un gran placer para mí participar en el Foro de Boao para Asia. Este año se aborda un tema muy oportuno y apropiado desde la perspectiva del desarrollo agrícola sostenible y la seguridad alimentaria mundial.

Los sistemas agroalimentarios revisten una enorme importancia económica y social, sobre todo para las poblaciones más pobres y más jóvenes del mundo. A escala mundial, estos sistemas dan empleo a más de 1 230  millones de personas –casi una tercera parte de la fuerza de trabajo mundial– y proporcionan medios de vida a 3 830 millones de personas cuyos hogares dependen de ellos.

En África, casi la mitad de los trabajadores depende de este sector para su supervivencia. En regiones tales como el Sahel, donde más del 65 % de la población tiene menos de 25 años, se prevé que, a falta de oportunidades económicas adecuadas, siga creciendo el riesgo de desempleo, inestabilidad y conflictos generalizados. 

En 2023, alrededor de 733 millones de personas padecieron hambre, es decir, una de cada 11 personas en el mundo y una de cada cinco en África. En la región de Asia, principalmente en Asia meridional, es donde hay un mayor número de personas que pasan hambre , aproximadamente 385 millones.

Son cifras sobrecogedoras y, mientras estamos reunidos hoy aquí, el hambre y la inseguridad alimentaria siguen prevaleciendo.

La inseguridad alimentaria es fruto de las tensiones recurrentes y las perturbaciones repentinas que han afectado a la producción y las cadenas de suministro agroalimentarias.

Entre estas tensiones a largo plazo figuran el crecimiento demográfico, la desigualdad, los fenómenos climáticos extremos y la degradación del medio ambiente, así como las perturbaciones resultantes, que van desde las sequías y las inundaciones hasta los aumentos del precio de los alimentos, la pandemia y los conflictos armados.

En la actualidad, los conflictos siguen siendo la principal causa del hambre.

Según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias, en 2023, más de 281 millones de personas en 59 países y territorios afectados por crisis alimentarias padecieron niveles elevados de inseguridad alimentaria aguda, siendo los conflictos y el clima los factores que más contribuyeron a ello, con lo que nos hallamos ante el quinto año consecutivo de una tendencia ascendente.

Está claro que, sin paz, no puede haber seguridad alimentaria.

La FAO se suma al llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas en favor de resolver los actuales conflictos armados a través del diálogo y la diplomacia.

La FAO sigue reiterando que la paz es un requisito previo indispensable para la seguridad alimentaria y que la alimentación es un derecho humano básico.

Este año se celebra el 80.º aniversario de la FAO, en cuya Constitución plasmaron su visión los Miembros fundadores. Cito textualmente la Constitución:

“La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura nace de la necesidad de paz, así como de la necesidad de liberarse de la privación. Ambas cosas son interdependientes. La paz es esencial para que puedan hacerse progresos a fin de liberarse de la privación”.

Según un proverbio chino, “Cuando los graneros están llenos, la gente está en paz (仓廪实,天下安)”.

En una situación de crisis, la agricultura constituye uno de los factores fundamentales para lograr una paz y una seguridad duraderas.

El hambre es sencillamente inadmisible cuando los sistemas agroalimentarios mundiales tienen capacidad de sobra para producir un suministro suficiente de alimentos que permita dar de comer a todo el mundo.

En la FAO trabajamos con los Estados Miembros para promover la transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales con el fin de que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles,

en aras de las cuatro mejoras, establecidas en el Marco estratégico de la FAO 2022-2031: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor.

Esta transformación requiere esfuerzos en distintos ámbitos, entre ellos:

Uno: ampliar la asistencia agrícola de emergencia;

Dos: poner en marcha políticas propicias;

Tres: aumentar la inversión en los sistemas agroalimentarios y las comunidades rurales;

Cuatro: aprovechar la contribución de la ciencia, la tecnología y la innovación;

Cinco: velar por la transparencia de los mercados y un sistema de comercio mundial abierto y justo;

Seis: reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos;

Siete: empoderar a las mujeres, los jóvenes, los Pueblos Indígenas y los pequeños agricultores; y

Ocho: proporcionar la protección social necesaria.

El camino a seguir está claro: necesitamos producir más con menos.

Necesitamos diversificar las fuentes de alimentos.

Necesitamos añadir valor en toda la cadena de suministro de alimentos.

Necesitamos garantizar la disponibilidad, la accesibilidad y la asequibilidad de los alimentos para todos.

En combinación con estas tres dimensiones de la seguridad alimentaria, necesitamos los cuatro niveles de alimentos:

el primer nivel es el de los alimentos básicos (de primera necesidad);

el segundo nivel es el de los alimentos nutritivos;

el tercer nivel es el de los alimentos saludables; y

el cuarto nivel es el de los alimentos funcionales.

La combinación de estas dimensiones y estos niveles –12 combinaciones en total– nos permite conocer en su verdadera magnitud la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición en todos los estratos de la sociedad, en especial entre los hogares más pobres y más vulnerables, tanto para satisfacer las necesidades inmediatas como para el desarrollo agrícola a largo plazo.

Señoras y señores:

Esto no puede conseguirlo un solo país o una sola organización.

El panel de hoy nos sirve para recordar que, en un mundo afectado por crecientes tensiones geopolíticas, necesitamos con urgencia asociaciones regionales y mundiales más fuertes y una mayor colaboración a todos los niveles.

Necesitamos actuar conjuntamente y con rapidez, sin pérdida de tiempo.

Seamos solidarios y trabajemos colectivamente con el objetivo de construir un mundo en paz, libre del hambre y la malnutrición, para las generaciones presentes y futuras.

Muchas gracias.