Declaración en la Conferencia de Cabo Verde titulada “Acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios en Cabo Verde”, organizada por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente
del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO
25/07/2024
Excelencias,
Señoras y señores:
Es para mí un gran placer estar aquí en Cabo Verde para hablar de la importancia capital de transformar los sistemas agroalimentarios mundiales en apoyo de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Esta transformación es un elemento central en el Marco estratégico de la FAO para 2022‑2031, que orienta nuestra labor de la próxima década en apoyo de los Miembros por medio de las cuatro mejoras: una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.
Pero, para lograr esa transformación, debemos realizar cambios colectivos.
En la actualidad, los sistemas agroalimentarios mundiales son uno de los factores determinantes de la degradación del medio ambiente. Representan una tercera parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos. Son también responsables de la pérdida de biodiversidad y la explotación insostenible de recursos naturales como el agua y la tierra.
Pero los sistemas agroalimentarios mundiales SON la solución al problema del clima, porque, una vez transformados, contribuirán eficazmente a garantizar la disponibilidad, la accesibilidad y la asequibilidad de los alimentos.
Debemos producir más con menos. Ahora bien, para conseguirlo, necesitamos políticas favorables encaminadas a cubrir el déficit de inversión con vistas a garantizar que la financiación para el clima aumente y llegue a quienes más la necesitan, en especial los pequeños agricultores.
Acabo de regresar del Brasil, donde presentamos la edición de 2024 del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) en la Reunión Ministerial del Grupo de los 20 (G‑20) sobre Desarrollo celebrada en Río de Janeiro.
En el informe SOFI de este año se señala nuevamente que el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición siguen siendo elevadas; además, se estima que más de 730 millones de personas en el mundo padecieron hambre en 2023 y se prevé que más de 580 millones sufran subnutrición crónica en 2030.
Por otra parte, el informe SOFI confirma asimismo que no estamos en vías de alcanzar las metas mundiales de nutrición y que las crecientes tasas de obesidad plantean importantes desafíos para la salud y el bienestar en todos los grupos de edad.
Si bien en algunas regiones hemos observado una reducción del número de personas que padecen hambre, en África el hambre ha aumentado a un ritmo constante desde 2015. En 2023, África fue la región con el mayor porcentaje de población que padecía hambre ―más del 20 %― y la prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave, que se situó en un 58 %, casi duplicó la media mundial.
En los últimos dos años, esas cifras han empeorado debido a la frecuencia y la gravedad de las perturbaciones: la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID‑19), los fenómenos climáticos extremos, las guerras y los conflictos.
Para impedir que estas alarmantes cifras sigan aumentando, debemos adoptar ya las medidas adecuadas y, además, obtener la financiación necesaria para su aplicación.
Estas crisis mundiales han puesto de relieve la importancia de adoptar un enfoque sistémico en la transformación de los sistemas agroalimentarios mundiales para que sean más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles.
La Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios celebrada en 2021, junto con el Momento para hacer balance de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios hospedado por la FAO en julio de 2023, impulsó a los países a organizar diálogos entre múltiples partes interesadas con el fin de velar por que se otorgara prioridad a la transformación de los sistemas agroalimentarios en los programas de políticas.
En las vías nacionales se reconoce la necesidad de abordar los desafíos agroalimentarios desde una perspectiva sistémica, tomando en consideración los distintos sectores, políticas y dimensiones de la sostenibilidad y trabajando en todos ellos en colaboración con muy diversos asociados, sobre la idea de que muchos de los desafíos que afrontan los sistemas agroalimentarios están interconectados y a menudo se superponen.
Necesitamos orientaciones concretas sobre las opciones de políticas, reformas de políticas y prácticas institucionales que traduzcan las políticas en medidas.
Por esa razón, el Marco estratégico de la FAO se basa en un enfoque de sistemas en apoyo de los Miembros, adaptado de conformidad con los contextos y las necesidades específicos de los países para velar por que nadie se quede atrás, en especial los países y las comunidades más vulnerables, entre ellos los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), con vistas a ayudarlos a cumplir sus compromisos mundiales, por ejemplo los que se establecieron en el programa de Antigua y Barbuda para los PEID adoptado recientemente.
Como prueba de la atención que presta la FAO a los países más vulnerables, establecí la Oficina de la FAO para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, los Países Menos Adelantados y los Países en Desarrollo sin Litoral con el fin de aprovechar plenamente los conocimientos y las competencias de la Organización en beneficio de estos países y facilitar el intercambio de conocimientos entre ellos.
La FAO ha estado ampliando su apoyo a los PEID y seguirá ampliándolo, con el objetivo de transformar sus sistemas agroalimentarios.
Por medio del programa de la FAO relativo a los PEID africanos, la Organización aplica el enfoque de sistemas a un contexto regional, centrándose en seis prioridades con la asistencia de una red técnica interregional.
La FAO también presta apoyo a los PEID para que accedan a financiación, en particular por medio de la cooperación Sur-Sur y triangular. Por ejemplo, a través del fondo fiduciario de cooperación Sur-Sur de China y la FAO, la Organización está contribuyendo a:
- primero: la digitalización del sector agrícola;
- segundo: el desarrollo de cadenas de valor de productos específicos;
- tercero: la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en el sector pesquero.
En el marco de este proyecto, Cabo Verde se beneficia del apoyo a la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en el sector pesquero, así como de asistencia técnica y creación de capacidad en la gestión del suelo y el agua y la aplicación de métodos innovadores para el manejo integrado de plagas, la acuicultura de algas marinas, la mejora de la producción animal y el fortalecimiento genético, entre otros ámbitos.
La FAO colabora con el Banco Mundial en relación con los desafíos socioeconómicos y ambientales que afronta Cabo Verde como consecuencia del auge del sector turístico en un contexto de vulnerabilidades cada vez mayores, como la exposición a las perturbaciones climáticas, la desertificación, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar.
Cabo Verde, que desempeña una función de liderazgo entre los PEID, aboga por cuestiones como la economía azul, la gestión de los recursos hídricos y el empoderamiento de las mujeres. A este respecto, doy las gracias al Gobierno de Cabo Verde por su fructífera asociación de colaboración con la FAO. Espero con interés seguir fortaleciendo esta asociación, aprovechando el papel y la experiencia de Cabo Verde para beneficiar a otros PEID y otros países vulnerables del mundo.
Señoras y señores:
Para que sea posible la transformación eficaz de los sistemas agroalimentarios, todos los asociados, entre ellos los gobiernos, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil, los consumidores y las instituciones académicas, deben colaborar de manera eficiente, eficaz y coherente a fin de participar colectivamente en los procesos de adopción de decisiones, dando prioridad a las medidas estratégicas a largo plazo más que a los objetivos a corto plazo y las soluciones rápidas.
La transformación de los sistemas agroalimentarios requiere asimismo inversiones coordinadas y una financiación específica por parte de los sectores tanto público como privado, unidas a las orientaciones y aportaciones de la sociedad civil.
En lo que se refiere al sector público, eso conlleva tanto el fortalecimiento del entorno normativo como la creación y el mantenimiento de las condiciones que atraen oportunidades de inversión sostenible para el sector privado.
También conlleva inversiones en infraestructuras, instalaciones de investigación y desarrollo y programas educativos que proporcionen a los jóvenes las competencias que necesitan para contribuir a la transformación de los sistemas agroalimentarios.
Las mujeres y los agricultores rurales también deben ser un elemento central de las políticas favorables y participar en el proceso de adopción de decisiones.
En particular, quiero destacar la importancia fundamental de fortalecer la colaboración con el sector privado. En la actualidad, nos enfrentamos a desafíos de tal magnitud que no puede abordarlos el sector público solo. Necesitamos una colaboración más estrecha entre los sectores público y privado, así como una mayor financiación combinada. En la Estrategia de la FAO para la colaboración con el sector privado se describen nuestra visión y las esferas estratégicas de colaboración, así como las maneras de medir los resultados de nuestra asociación con el sector privado.
Como organismo especializado de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, la FAO encabeza las iniciativas internacionales encaminadas a erradicar el hambre, la malnutrición y la pobreza, con arreglo a nuestro mandato, y trabaja en apoyo de la transformación de los sistemas agroalimentarios en todos los niveles.
Cada año, en octubre, la FAO organiza y dirige el Foro Mundial de la Alimentación, que, por medio del Foro Mundial de la Juventud, proporciona una plataforma cuyo objetivo es empoderar a los jóvenes del mundo para apoyar la transformación de los sistemas agroalimentarios. Proporciona asimismo una plataforma mundial para atraer las inversiones por medio del Foro de Inversión de la Iniciativa Mano de la mano, donde se reúnen cada año más de 30 países de distintas regiones del mundo que presentan sus planes de inversión a un grupo diverso de asociados a fin de movilizar apoyo técnico y financiero y promover asociaciones más estrechas a escala nacional.
El Foro Mundial de la Alimentación también incluye el Foro de la ciencia y la innovación, que reúne a destacados científicos del mundo para examinar las innovaciones y las tecnologías más actuales en apoyo de la transformación de los sistemas agroalimentarios y para velar por que sean accesibles a todos.
El año pasado, en la 28.ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Dubái, la FAO presentó su plan de actuación mundial para alcanzar el ODS 2 sin superar el umbral de 1,5 °C. Este plan ofrece un enfoque común orientado a la adopción de medidas en distintos ámbitos y con distintos asociados, alienta la colaboración y trata de atraer más inversión climática para la transformación de los sistemas agroalimentarios. El proceso puesto en marcha en Dubái se centrará progresivamente primero en las dimensiones regionales y después en los planes de acción nacionales concretos con el objetivo de velar por una buena alimentación para todos, hoy y mañana.
Queridos amigos y queridas amigas:
Deseo dar una vez más las gracias al Gobierno y al pueblo de Cabo Verde por su cálida acogida y por la organización de esta importante conferencia, que brinda la oportunidad de examinar la transformación de los sistemas agroalimentarios, prestando especial atención a los países vulnerables, como los PEID.
Prosigamos nuestra labor juntos en beneficio de Cabo Verde, la región de África y el planeta… ¡se lo debemos a las generaciones futuras!
Muchas gracias. Obrigado.