Declaración en la ceremonia de alto nivel de presentación de la octava edición del Informe mundial sobre las crisis alimentarias 2024
del Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO
24/04/2024
Señoras y señores,
Estimadas y estimados colegas:
Felicitaciones a todos los que han contribuido a este nuevo informe detallado, en el que se presenta la comparación histórica entre el momento actual y 2016 y se ofrecen algunas conclusiones impresionantes.
Como científicos, sabemos que se necesita una comparación analítica y coherente, basada no solo en cifras anuales; de este modo, la llamada de atención es más potente aún.
Por eso, felicito sinceramente al equipo por este informe basado en datos científicos.
No obstante, los datos y las cifras no están cubiertos al 100 %, especialmente en lo que respecta a fases 2 y 3 de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases, ya que no abarcan la situación real a nivel mundial.
El informe comprende solo 59 países, lo que no es totalmente representativo.
Además, algunos países están más poblados y, en algunos países, la crisis de los precios de los alimentos es intensa y se ha convertido en un problema más difícil, mientras que en algunos países se debe a una crisis provocada por el ser humano y, en otros, a una catástrofe natural.
Es necesario que profundicen en este aspecto para garantizar que se obtengan resultados más completos.
Asimismo, en relación con la seguridad alimentaria, siempre menciono tres dimensiones importantes:
Primero, disponibilidad de alimentos.
Segundo, accesibilidad a los alimentos.
Y, aún más importante a nivel mundial, asequibilidad de los alimentos.
La asequibilidad de los alimentos se aplica a cualquier persona o entidad de este planeta; es una tarea común compartida.
La disponibilidad de alimentos depende a veces de la productividad de los países, mientras que la accesibilidad es un factor de mayor escala, de carácter transfronterizo, y depende de la fluidez del comercio internacional o de la logística local.
Sin embargo, es preciso abordar la asequibilidad de los alimentos en todos los países.
Los aliento firmemente a que profundicen en esta dimensión en el próximo informe, a fin de obtener un panorama mundial más realista.
Otro comentario que deseo formular, y como bien han señalado: Gaza es la crisis alimentaria más grave de la historia de nuestros informes, y la situación es extremadamente preocupante.
Pero no solo en Gaza, también en Haití. El mundo parece haberse olvidado de Haití, por eso siempre abogo por el país
Y en el Afganistán, que veo que se ha abarcado, pero debemos recordar que no podemos dejar que los titulares internacionales influyan en nuestros informes.
Y en el Sudán, el Yemen y Somalia, entre otros.
Estos son los 10 principales puntos críticos del hambre sobre los que debemos seguir informando mediante un seguimiento basado en datos. Este es el enfoque profesional y técnico que debe seguirse.
Señoras y señores,
Cuando los agricultores y pescadores carecen de medios para producir alimentos, eso afecta a la disponibilidad de alimentos, y pone a las personas, y los niños y niñas en particular, en riesgo de inanición.
Mientras tanto, la ayuda necesaria para salvar vidas espera al otro lado de la frontera debido a la falta de acceso humanitario y de respuestas de emergencia.
Necesitamos un enfoque más eficaz en función del costo.
Tenemos tres alternativas.
La primera, y más importante, la respuesta humanitaria.
La segunda, una respuesta de emergencia que preste apoyo a los insumos agrícolas, las semillas y los fertilizantes a fin de facilitar la producción local.
La tercera, debemos fomentar las comunidades locales, independientemente de la perspectiva de ayuda o de emergencia.
Si no nos basamos en la comunidad local, ninguno de estos enfoques resultará eficaz.
Podemos observar esta situación con claridad en países como Burkina Faso, Malí, el Sudán, Sudán del Sur y Somalia, así como en Haití.
Allí, los agricultores en pequeña escala —que son quienes producen los alimentos necesarios— son quienes hacen frente a inseguridad alimentaria aguda.
El año pasado, al menos dos tercios de las personas que hacían frente a inseguridad alimentaria aguda vivían en zonas rurales.
Sin embargo, solo una fracción de la ayuda humanitaria se destina a proteger los medios de vida agrícolas.
Estamos observando mejoras en el flujo de fondos hacia países como el Afganistán, donde un gran aumento de la financiación para intervenciones agrícolas de emergencia contribuyó a una disminución del 11 % de la inseguridad alimentaria rural desde 2022.
La situación sigue siendo desalentadora, pero las cifras van en la dirección correcta.
Debemos potenciar nuestra lucha contra el hambre.
¿Cuáles son las medidas que necesitamos, basándonos en estos diferentes enfoques?
Yo diría que, en primer lugar, se trata de ayuda humanitaria a corto plazo.
A plazo medio —cuando hablamos de una temporada más— necesitamos más inversión en productividad agrícola. Debemos crear disponibilidad de alimentos a nivel local.
En tercer lugar, debemos introducir nuevas variedades, porque en cualquier país, especialmente en los países pobres y en las zonas vulnerables, las semillas son el insumo agrícola más eficaz: las semillas de alta calidad son esenciales para los nuevos cultivos resilientes.
Por eso vamos a apoyar una serie de iniciativas en los Estados Miembros con vistas a la mejora de resistencia frente a tensiones bióticas y abióticas, como la iniciativa relativa a la Visión sobre los cultivos y suelos adaptados, así como otras en relación con la propagación de enfermedades, con las que podemos reducir la pérdida de alimentos a causa de daños ocasionados por enfermedades y plagas.
Creo que es fundamental que comprendamos cómo se desarrolla y persiste esta tendencia, y la labor realizada por la Red mundial contra las crisis alimentarias, especialmente en torno a datos y soluciones, es extremadamente importante.
La FAO está dispuesta a proporcionar el apoyo técnico necesario, pero también los aliento a trabajar de forma más coherente con otros informes pertinentes.
Sé que en este mundo hay muchos informes, elaborados desde distintos ángulos, como por ejemplo el informe El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA) que dirige la FAO; no obstante, aunque los distintos informes expongan perspectivas diferentes, deberíamos mantener un consenso común sobre los datos.
De lo contrario, para las personas que no pertenecen al sector agrícola, un mayor número de informes podría crear más información divergente, y deberíamos evitarlo.
A estos efectos, la FAO se centra, como ya he dicho muchas veces, en trabajar con una buena estrategia y una acción adecuada sobre el terreno, y lo que es más importante, con la ciencia y la innovación.
No necesitamos solo investigación básica, sino también extensión e investigación pragmática, y la tecnología es de primordial importancia.
Seguiremos colaborando con asociados como el Grupo de los Veinte y otros, así como con órganos regionales y subregionales, nuestras organizaciones hermanas de Roma y otros organismos internacionales de todos los continentes.
Dicho esto, les deseo lo mejor.
Más que solo hablar, debemos predicar con el ejemplo.
Gracias.