FAO/SMIA - Cosechas y escaseces alimentarias No.1, marzo 2001 - Page 3

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SITUACION DE LOS CULTIVOS Y DEL SUMINISTRO DE ALIMENTOS

PANORAMA GENERAL

La escasez de alimentos causada por los desastres naturales o provocados por el hombre, registrados recientemente o todavía en curso, continúan afectando a muchos países en todas las regiones del mundo. Actualmente, más de 60 millones de personas de 33 países hacen frente a emergencias alimentarias de intensidad variable. En el Africa subsahariana, a pesar de que las condiciones atmosféricas han mejorado últimamente, los efectos de la devastadora sequía registrada recientemente en el Africa oriental se siguen sintiendo en Etiopía, Eritrea, Kenya, el Sudán y Tanzanía, donde los organismos humanitarios internacionales y los donantes continúan proporcionando asistencia alimentaria de urgencia. Además, las poblaciones desplazadas por la guerra entre Eritrea y Etiopía y por los disturbios civiles en Angola, Burundi, la República Democrática del Congo, Guinea, Sierra Leona y el Sudán dependen en gran medida de la ayuda alimentaria. En el Africa austral, las perspectivas para las cosechas actuales son algo desfavorables en algunas partes, debido a los efectos causados por una racha seca prolongada en enero y, en Mozambique, debido a las inundaciones.

En Asia, la situación del suministro de alimentos sigue siendo muy difícil en algunos países, debido principalmente a las catástrofes naturales. En el Afganistán, ha surgido una grave crisis alimentaria de resultas de sequías consecutivas, inviernos rigurosos y disturbios civiles incesantes. Hace falta con urgencia una asistencia humanitaria consistente para evitar ulteriores sufrimientos y pérdidas de vidas humanas. En Mongolia, una serie de sequías e inviernos extremadamente fríos ha causado la muerte de numerosas cabezas de ganado, fuente de la que depende más de una tercera parte de la población para su sustento y sus ingresos. Las Naciones Unidas han hecho un llamamiento pidiendo asistencia internacional para el país. En la República Popular Democrática de Corea, el invierno más frío en decenios y la menguada cosecha de 2000 han exacerbado la ya inestable situación alimentaria que venía afectando al país en los últimos seis años. En la India, un terremoto devastador provocó la muerte de decenas de miles de personas y destruyó hogares e infraestructuras, que llevará años para reconstruir, y con costos enormes. En los países de la CEI situados en Asia central, todavía se siguen sintiendo los efectos de la grave sequía registrada últimamente, particularmente en Armenia, Georgia y Tayikistán, donde continúa necesitándose asistencia alimentaria.

En América Latina, una serie de terremotos sacudió a El Salvador a principios de enero y mediados de febrero, causando víctimas y cuantiosos daños a las viviendas y a la infraestructura. Los daños a esta última limitarán la producción y comercialización de alimentos en 2001.

En Europa, debido a las condiciones atmosféricas algo desfavorables del otoño pasado, es probable que la superficie sembrada con cereales de invierno en la CE disminuya respecto del año anterior. En los países de Europa central y oriental, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno son algo desfavorables, debido a la persistencia de la sequía en Hungría y, más al sur, en la mayor parte de la Península balcánica. En otras partes, las condiciones de crecimiento se acercan a lo normal.

En América del Norte, puede que el invierno, uno de los más fríos que se hayan registrado en los Estados Unidos, haya aumentado en algunas partes la destrucción invernal a niveles superiores a lo normal y reducido los rendimientos. Según las estimaciones oficiales, la superficie plantada con trigo de invierno ha disminuido en un 5 por ciento respecto al año pasado a su nivel más bajo desde 1971.


SITUACIÓN POR REGIONES

Africa

En el Africa oriental, se están recogiendo en la mayoría de los países las cosechas secundarias de cereales de 2000/01. Gracias a unas precipitaciones suficientes recibidas durante la campaña, han mejorado algo las perspectivas en Kenya, Somalia, Tanzanía y Uganda. Sin embargo, la situación general del suministro de alimentos sigue siendo inestable en la región debido a la persistencia de los efectos de la sequía y, en algunas partes, debido a los conflictos. Además, los ganaderos de la región se han visto gravemente afectados por la prohibición de las importaciones de ganado de esos países impuesta por los principales países importadores de la Península Arábiga debido a la fiebre del Valle del Rift. En 1998, una prohibición semejante había perjudicado las economías de los países exportadores de ganado en el Cuerno de Africa.

En Etiopía, se ha obtenido una buena cosecha de la campaña meher (principal) debido a las condiciones atmosféricas favorables observadas en las principales zonas productoras. Aunque esto supone una mejora de la disponibilidad de alimentos en general, la situación alimentaria sigue siendo inestable para alrededor de 6,2 millones de personas, particularmente de las zonas pastorales. En Kenya, se estima que, pese a unas lluvias mejoradas, hay cerca de 4,4 millones de personas que necesitan con urgencia asistencia alimentaria. La grave escasez de agua y pastizales en las partes septentrionales y orientales provocaron cuantiosas pérdidas de ganado. En Eritrea, el desplazamiento en gran escala de los agricultores de Gash Barka y Debub, regiones ricas en agricultura que representan más del 70 por ciento de la producción cerealera, comprometió la campaña agrícola de 2000. La situación del suministro de alimentos de más de 1,5 millones de personas desplazadas por la guerra y de 300 000 personas afectadas por la sequía es causa de grave preocupación. En Somalia, una campaña secundaria ("Deyr") satisfactoria, precedida por una cosecha principal ("Gu") favorable, ha mejorado en general las perspectivas alimentarias. Se estima, sin embargo, que un número grande de personas depende de la asistencia alimentaria debido a sequías consecutivas y a la persistencia de la inseguridad. En el Sudán, escasean gravemente los alimentos en las partes occidentales del país debido a la llegada tardía de las lluvias y a unas rachas secas prolongadas, unidas a una mengua de las existencias alimentarias. La situación alimentaria constituye un motivo de preocupación en algunas partes del sur debido a la sequía y a los disturbios civiles. Se estima que hay 2,9 millones de personas que necesitan asistencia alimentaria. En Tanzanía, a pesar de las lluvias benéficas caídas últimamente, los años consecutivos de sequía han socavado gravemente el suministro de alimentos en las regiones septentrionales y centrales del país, donde alrededor de 800 000 personas necesitan asistencia alimentaria. En Uganda, la situación del suministro de alimentos sigue siendo inestable en Gulu, Kitgum, Bundibugyo, y en algunas partes de Kasese y Kabarole, debido principalmente a la mala cosecha del año pasado y a la inseguridad.

El 30 de enero de 2001, las Naciones Unidas lanzaron un llamamiento interinstitucional pidiendo 353 millones de dólares EE.UU. para ayudar a alrededor de 12,2 millones de personas afectadas por la sequía en el Cuerno de Africa.

Unas lluvias abundantes recibidas a mediados de octubre en Rwanda y Burundi permitieron una producción de alimentos satisfactoria durante la temporada A de 2001. Pero la sequía menguó las cosechas en algunas partes, donde se necesita asistencia alimentaria de urgencia para la población afectada.

En el Africa austral, las perspectivas para las cosechas de cereales secundarios de 2001 han empeorado en los países meridionales debido a una racha seca prolongada en enero. Namibia, el sur de Angola, Botswana, Lesotho, el sur de Zimbabwe, el sur de Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia y el sur de Madagascar recibieron precipitaciones muy inferiores a la media en enero, lo cual podría causar una merma de los rendimientos. En las partes septentrionales, por el contrario, unas lluvias copiosas han provocado inundaciones localizadas en el centro y sur de Mozambique y en algunas partes de Malawi y Zambia. Se estima que la superficie total plantada con cereales secundarios es inferior a la del año pasado, debido principalmente a las reducciones experimentadas en Sudáfrica, como efecto del nivel bajo de los precios, y en Zimbabwe, por cuestiones relacionadas con la reforma agraria. Los pronósticos preliminares indican una disminución de la producción de maíz de este año con respecto al buen nivel del año pasado. Las estimaciones más recientes de la FAO de la producción total de trigo de 2001 se han revisado a 2,4 millones de toneladas, lo que representa un aumento del 11 por ciento respecto al año pasado, pero una producción de nivel medio.

Gracias a la buena cosecha de cereales de 2000, la situación del suministro de alimentos sigue siendo en general satisfactoria. Sin embargo, para un número cada vez mayor de personas desplazadas en Angola, país asolado por la guerra, la situación alimentaria y nutricional sigue siendo grave. Dado que las promesas de ayuda alimentaria son muy inferiores a las necesidades, se piden con urgencia promesas adicionales. Es difícil también la situación alimentaria en Zimbabwe para las familias urbanas y las que viven en terrenos comunales que tienen que comprar el maíz. En los últimos meses, los precios del maíz y de otros alimentos de primera necesidad han subido de forma pronunciada debido a la alta tasa de inflación, la escasez de combustible y la continua depreciación de la moneda nacional. También experimentan dificultades alimentarias alrededor de 240 000 personas del sur de Madagascar, donde la cosecha del año pasado se vio menguada a causa de la sequía, así como la población afectada por las inundaciones en Mozambique y Swazilandia.

En el Africa septentrional, ha terminado la plantación de la mayor parte de los cereales de invierno de 2000/01, que se recogerán a partir de alrededor de abril. Pese a una dilación de la siembra en Argelia y Túnez, hasta ahora las condiciones son en general favorables. Pero durante los próximos tres meses se necesitarán más lluvias en esos países, así como en Marruecos, para la maduración de los cultivos y para asegurar una buena cosecha. En Egipto, la superficie plantada con trigo y cebada debería aumentar ulteriormente este año debido a los incentivos ofrecidos por el Gobierno para acrecentar la producción.

En el Africa occidental, predominan condiciones secas estacionales en el Sahel. Ahora se están cultivando cultivos de aluvión o de fuera de estación. En Mauritania y el Senegal, las perspectivas son menos favorables que el año pasado debido al descenso del nivel de agua del río Senegal. Una serie de misiones conjuntas FAO/CILSS de evaluación de cultivos que visitaron los 9 países sahelianos miembros del CILSS estimó la producción total de cereales de 2000 en 9,5 millones de toneladas, alrededor de 15 por ciento menos que la producción sin precedente de 1999. En Burkina Faso y el Chad se obtuvieron cosechas inferiores a la media, mientras que en Malí, Mauritania y el Níger la producción estuvo cercana a la media, y en Cabo Verde, Guinea Bissau y el Senegal fue superior a la media. En Gambia se obtuvo una cosecha sin precedente.

Gracias a unas condiciones de crecimiento favorables, las perspectivas para las cosechas son en general propicias en los países costeros del Golfo de Guinea. En Guinea y Sierra Leona, sin embargo, las hostilidades afectaron a las actividades agrícolas y comerciales, causaron nuevos desplazamientos de la población, y dificultaron los programas de socorro. En Liberia, la producción arrocera de 2000 se cifra en 144 000 toneladas, frente a la producción de 259 000 toneladas obtenida antes de la guerra (1998). Estos tres países siguen dependiendo en gran medida de la asistencia alimentaria internacional.

En el Africa central, las perspectivas para las cosechas son en general favorables en la República Centroafricana y el Camerún. En la República del Congo, la situación de seguridad ha mejorado después del acuerdo de paz, pero la producción de alimentos todavía no se ha recuperado; se está prestando asistencia alimentaria a los refugiados y a las personas desplazadas en el interior del país. La situación alimentaria sigue siendo crítica en la República Democrática del Congo debido a la persistencia de la guerra civil. El número de las personas desplazadas en el interior del país se estima actualmente en 2 millones.

Asia

Este año Mongolia se enfrenta otra vez a un invierno devastador, después del año pasado que causó la muerte de unos 3 millones de animales y afectó al sustento y a los ingresos de una tercera parte de la población, formada principalmente por pastores nómadas. Las temperaturas han descendido hasta 50 grados centígrados bajo cero, y unas nevadas intensas han cubierto los pastizales donde pastorean los animales en el invierno. Ya se ha perdido un gran número de animales. La inclemencia del invierno crea también considerables problemas para transportar los alimentos y suministros médicos a las zonas donde se encuentran las poblaciones más afectadas. Las Naciones Unidas han formulado un llamamiento pidiendo socorro de urgencia para el país. En la República Popular Democrática de Corea preocupa seriamente la situación del suministro de alimentos derivada de los efectos del invierno, el más frío registrado en decenios. A mediados de enero, las temperaturas habían descendido a los niveles más bajos en 50 años. La situación se está volviendo cada vez más inestable para grandes segmentos de la población, ya debilitados por años de escasez de alimentos y de acceso limitado a servicios de salud, electricidad y combustible para la calefacción. En la India, el peor terremoto en 50 años (de casi 8 grados de la escala de Richter) devastó el estado occidental de Gujarat, causando decenas de miles de víctimas y costos económicos enormes. En Camboya, las pérdidas de arroz causadas por las inundaciones de finales del año pasado se tradujeron en un déficit de alrededor de 45 000 toneladas de cereales, que debería colmarse totalmente con ayuda alimentaria ya en cartera. En Laos, una misión está evaluando actualmente las pérdidas de cosecha debidas a las inundaciones registradas en el mismo período del año pasado.

En algunos países del Cercano Oriente, una grave sequía, junto con los rigores del invierno y los conflictos, continúan afectando a los medios de vida de millones de personas. En el Afganistán, las temperaturas glaciales han causado la muerte de muchas personas y exacerbado la crisis alimentaria tan grave que se había producido después de dos años consecutivos de sequías y continuos conflictos civiles. La sequía de 2000 ha afectado gravemente a la producción agropecuaria en todo el país, y más de 3 millones de personas necesitan asistencia de urgencia. Además, la intensificación de los conflictos civiles, particularmente en las partes septentrionales, se ha traducido en nuevos desplazamientos de la población y ha agravado la ya inestable situación alimentaria. En el Iraq, dos años de sequía han menguado gravemente la producción de alimentos y exacerbado una situación alimentaria ya de por sí difícil. Análogamente, la sequía de 2000 ha afectado gravemente a los cultivos y pastizales en Jordania, dejando a miles de pastores necesitados de asistencia.

En los países asiáticos de la CEI, las perspectivas para los cereales y legumbres de invierno que se recogerán en 2001 son una incógnita. La escasez de semillas debida a las cosechas menguadas a causa de la sequía de 2000 ha limitado las superficies que podían sembrarse con trigo de invierno en algunos países, principalmente Armenia, Georgia y Tayikistán. En Armenia y Georgia, hay indicios de que la superficie sembrada con trigo de invierno ha descendido a alrededor de dos terceras partes de lo normal. En cambio, en Azerbaiyán, donde en general el trigo de invierno escapó a los efectos de la sequía estival, la superficie sembrada con trigo debería aumentar ulteriormente. En muchos países afectados por la sequía, todavía no se ha colmado el déficit de humedad del suelo causado por el invierno benigno y la primavera y verano calurosos y secos del año pasado.

La producción total de cereales de 2000 en los ocho países asiáticos de la CEI pasó de los 24 millones de toneladas obtenidos en 1999 a 21 millones de toneladas. La mayor parte de la merma se registró en la producción de trigo, estimada en cerca de 17 millones de toneladas, frente a los 19 millones de toneladas de 1999. Una grave sequía menguó la producción en muchos países más pequeños, con excepción de Azerbaiyán y Turkmenistán, y en Kazajstán los rendimientos medios fueron también inferiores a los del año pasado. La cosecha de cereales y legumbres de Kazajstán en 2000 se pronostica oficialmente en 11,6 millones de toneladas (1999: 14,3 millones de toneladas), incluidos 9,1 millones de toneladas de trigo (1999: 11,2). También mermó la producción total de cereales secundarios (2,3 millones de toneladas en comparación con los 2,8 millones de toneladas en 1999), debido principalmente a la insuficiencia de humedad (de regadío y precipitaciones) para los cultivos de primavera. También resultó afectada la producción arrocera, principalmente en Uzbekistán, donde los cultivos de regadío de las zonas septentrionales sufrieron a causa de un abastecimiento insuficiente de agua para riego. Por el contrario, en Azerbaiyán y Turkmenistán la producción total de cereales - y la de trigo, en particular - aumentó de forma pronunciada debido a los efectos de la privatización de la tierra y a un fuerte aumento de las superficies sembradas.

En los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos de la CEI afectados por la sequía - principalmente Armenia, Georgia y Tayikistán - unos 4 millones de personas continúan necesitando asistencia de socorro. Este año, además, se necesitará una ayuda ulterior en forma de suministro de insumos para obtener una recuperación significativa de la producción de alimentos. En Azerbaiyán, a pesar de una cosecha mejorada, el acceso a alimentos suficientes sigue siendo un problema para los segmentos más pobres de la población. En el norte de Uzbekistán, las poblaciones vulnerables de Karakalpakstan necesitan socorro debido a las graves pérdidas de cosechas e ingresos que han sufrido.

América Latina

En América Central y el Caribe, se están realizando los preparativos de la tierra para las cosechas de cereales secundarios de la primera temporada de 2001. Durante 2000, las plantaciones y la producción total de cereales se mantuvieron en el nivel del año anterior. Sin embargo, la situación varió de país a país. Se estima que la producción de cereales secundarios de México ha aumentado ligeramente en 2000, y las actuales condiciones atmosféricas frías están favoreciendo el crecimiento del trigo de invierno. En cambio, en El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua y Honduras la producción de cereales disminuyó en 2000 debido a una racha seca imperante en el verano y al huracán "Keith". Un terremoto sacudió El Salvador a principios de enero y mediados de febrero, causando la muerte de muchas personas y la destrucción de viviendas y de la infraestructura de comunicaciones. El acontecimiento se produjo después de que se habían recogido las cosechas de cereales de la segunda temporada, pero hay preocupaciones de que puedan verse afectadas las de la primera temporada que se plantarán a partir de abril y mayo debido a los trastornos registrados en el suministro de los insumos de producción.

Ha terminado la cosecha de trigo en América del Sur, y las de cereales secundarios están creciendo satisfactoriamente en condiciones atmosféricas favorables. Los primeros pronósticos oficiales del Brasil señalan un crecimiento de la producción de maíz. En Corrientes y, más al norte, en Rio Grande do Sul se han comenzado a recoger las cosechas de arroz. La superficie sembrada con arroz en la región decreció respecto del año pasado debido a limitaciones en materia de crédito y al nivel bajo de los precios de mercado. En Bolivia, unas lluvias torrenciales y sequías han causado daños localizados que llevaron al Gobierno a declarar un estado de emergencia en algunos de los departamentos afectados. En los restantes países andinos se señalan condiciones atmosféricas normales.

Europa

Tras las condiciones atmosféricas algo desfavorables del otoño pasado, es probable que en la CE disminuya la superficie sembrada con cereales respecto del año anterior. Se supone que la mayor parte de la merma se producirá en el trigo ya que, además de los problemas atmosféricos, este año la tierra debería sembrarse con cereales forrajeros y cultivos de semillas oleaginosas. En los países de Europa central y oriental, las perspectivas para las cosechas de cereales de invierno son algo desfavorables, debido a la persistencia de la sequía en Hungría y, al sur, en la mayor parte de la Península balcánica. Unas condiciones atmosféricas secas impidieron la emergencia de los cultivos en esos países, a la vez que las temperaturas excepcionalmente cálidas han favorecido el desarrollo prematuro de los cultivos exponiéndolos al riesgo de descensos repentinos. Las condiciones atmosféricas invernales registradas en Polonia, la República Checa y la República Eslovaca se acercan más a lo normal.

En los países de la CEI situados al oeste de los Montes Urales (Belarús, Moldova, la Federación de Rusia y Ucrania) las perspectivas iniciales para las cosechas de 2001 son satisfactorias. La superficie total sembrada con cereales de invierno para la cosecha de primavera/verano de 2001 aumentó, principalmente en Ucrania y Rusia. Las condiciones de crecimiento han sido hasta ahora en general satisfactorias pese a unas rachas de tiempo extremadamente frío. En la Federación de Rusia, la superficie sembrada con cultivos de invierno creció en 0,5 millones de hectáreas a 14,6 millones de hectáreas, debido principalmente al incremento de las plantaciones en el Cáucaso Norte, y se señala que la situación del 90 por ciento de los cultivos es buena. En Ucrania, la superficie sembrada creció en 0,6 millones de hectáreas a 8,4 millones de hectáreas. Las condiciones de crecimiento han sido en general buenas en lo que va de la campaña 2000/2001.

La FAO estima la producción total de cereales (excluidas las legumbres) de 2000 en los cuatro países europeos de la CEI en 99 millones de toneladas, alrededor de 9 millones de toneladas más que el bajo nivel del año anterior, debido principalmente a unas cosechas mejores obtenidas en Belarús y la Federación de Rusia. El aumento de la producción en la Federación de Rusia compensa con creces la merma de las cosechas en Ucrania. La producción total de trigo ha aumentado a unos 52 millones de toneladas, ya que las cosechas mejores obtenidas en la Federación de Rusia compensan el nivel bajo de las de Ucrania. La producción total de cereales secundarios en 2000, estimada en 46 millones de toneladas, es superior a la del año pasado en 6 millones de toneladas. La FAO estima la producción de cereales de 2000 para la Federación de Rusia en 70 millones de toneladas, alrededor de 11 millones de toneladas más que la de 1999. En ambos años las estimaciones de la FAO superan en alrededor de un 10 por ciento a las oficiales (2000: 65,4 millones de toneladas; 1999: 54,7 millones de toneladas), que sistemáticamente están subvaloradas. La producción arrocera se ha mantenido estable en 0,6 millones de toneladas. En Belarús, la cosecha de cereales de 2000 se estima en 4,5 millones de toneladas (1999: 3,6 millones de toneladas. Por el contrario, en Moldova y Ucrania la cosecha de cereales de 2000 se vio nuevamente afectada por la sequía. Los informes oficiales han sobrestimado la producción de Moldova a 2,0 millones de toneladas, marginalmente inferior a la mala cosecha del año pasado (2,1 millones de toneladas). En Ucrania, la FAO estima ahora la cosecha de cereales en sólo 22,9 millones de toneladas, inferior a la mala cosecha de 1999 (26,4 millones de toneladas) y al pronóstico oficial (24,4 millones de toneladas), teniendo en cuenta los informes de los comerciantes y expertos que hablan de sobrestimación, principalmente de la cosecha de cereales secundarios de primavera.

En Chechenia y las repúblicas circundantes, continúan necesitando asistencia las personas desplazadas y las que quedaron sin hogar como consecuencia del conflicto. En los meses invernales la situación es particularmente difícil. También en los Balcanes, las poblaciones vulnerables de la República Federativa de Yugoslavia y de los países circundantes continúan necesitando asistencia.

En los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), las perspectivas iniciales para los cereales de invierno de 2001 son satisfactorias, aunque el desarrollo de los cultivos es algo menor que en el período correspondiente del año pasado. La producción de cereales de 2000 se recuperó a alrededor de 3,8 millones de toneladas (1999: 3,3 millones de toneladas); la de trigo aumentó algo a 1,4 millones de toneladas, y la de cereales secundarios creció un 23 por ciento a 2,4 millones de toneladas.

En la República Federativa de Yugoslavia (Serbia y Montenegro), las perspectivas para la cosecha de cereales de invierno de 2001 son inciertas. Los informes indican que la superficie sembrada con trigo puede haberse recuperado a niveles casi normales, pero una gran parte de la siembra se retrasó debido a las condiciones atmosféricas secas imperantes en octubre y noviembre, y sigue siendo un problema el conseguir los insumos necesarios. Las lluvias y las temperaturas benignas de finales de diciembre han favorecido el arraigo de los cultivos. La cosecha de cereales de 2000 descendió 40 por ciento a unos 5,2 millones de toneladas. A causa de los precios no remunerativos del trigo, de la crítica escasez de insumos, y de las inundaciones y los anegamientos, la cosecha de trigo de 2000 se redujo a un volumen estimado en 1,7 millones de toneladas, mientras que la persistencia de la sequía redujo prácticamente a la mitad la cosecha de maíz de primavera (3,1 millones de toneladas) y afectó también a la mayor parte de los otros cultivos alimentarios. En Croacia también son inciertas las perspectivas para la cosecha de trigo de 2001. Los planes oficiales, y el apoyo a la campaña de siembra de cultivos de invierno de 2000/2001, prevén una reducción del 18 por ciento de la superficie sembrada con trigo, y el nivel las reservas de humedad sigue siendo bajo. La cosecha de cereales de 2000 descendió a 2,8 millones de toneladas, ya que la sequía menguó los rendimientos de los cereales secundarios de primavera. En Bosnia y Herzegovina, es probable que continúe la tendencia descendente de las plantaciones de trigo.

América del Norte

Las condiciones atmosféricas siguen siendo satisfactorias para los cultivos de trigo de invierno en los Estados Unidos. Sin embargo, tras uno de los inviernos más fríos que se hayan registrado hasta ahora puede que la destrucción invernal haya sido superior a lo normal en algunas partes, y el desarrollo de los cultivos en las Grandes Praderas está por lo general retrasado respecto a lo normal. Las estimaciones oficiales señalan una ulterior disminución de la superficie sembrada con trigo de invierno (5 por ciento menos que el año pasado), situándose en el nivel más bajo desde 1971. En Canadá, las cosechas de trigo y cereales secundarios se siembran principalmente en mayo y junio. Los primeros indicios sobre las intenciones de siembra apuntan a superficies semejantes a las del año anterior.

Oceanía

Hace poco ha terminado en Australia la cosecha de cereales de invierno de 2000, y las estimaciones más recientes cifran la producción de trigo en alrededor de 21 millones de toneladas, volumen ligeramente superior al pronóstico anterior pero inferior en alrededor de 4 millones de toneladas a la abundante cosecha del año pasado. Las perspectivas iniciales para las cosechas de cereales secundarios de verano de 2001 (principalmente sorgo), plantadas últimamente, son algo desfavorables a causa de la sequía, y es probable que disminuya la superficie sembrada. En diciembre, una serie de terremotos castigó a Papúa Nueva Guinea, pero los daños fueron limitados. En las Islas Salomón, pese a un acuerdo de paz firmado en octubre pasado, la situación de seguridad sigue siendo inestable. En Fiji, la situación del suministro de alimentos es en general satisfactoria, pero se señalan problemas nutricionales graves en algunas zonas. En Samoa, se necesitan más lluvias en los próximos meses para un desarrollo normal de los cultivos.


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